martes, 28 de septiembre de 2010

Ama a tu prójimo como a ti mismo

“¿En nombre de qué, de quién, podemos asumir el deber de amar al prójimo si es abominable? ¿Qué se puede alegar para convencer a la víctima de amar a su verdugo? ¿Que es una criatura de Dios, como yo, y las vías del Señor que lo conducen a hacer el mal son inescrutables? Eso vale para los que se consagran a las pamplinas cristianas, pero, ¿y para los demás, los que viven inmunes a esas fábulas? ¿Qué extraña perversión podría, pues, conducir a este mandato inaudito: amar al autor del suplicio que nos destruye? Auschwitz muestra los límites de esta ética: interesante en el papel, pero inútil para la vida.”

Michel Onfray, La potencia de existir. Manifiesto hedonista. 2ª ed. Buenos Aires, Ediciones de la Flor, 2008 (p. 106).

1 comentario:

  1. Onfray no ha podido ser más claro.En un párrafo resumió las falacias del "ama al prójimo".

    Y Auschwitz no era el lugar más adorable para practicar esa ley cristiana que nunca se cumple.

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