Sergio Buenanueva, obispo auxiliar de Mendoza, director del Seminario Arquidiocesano (foto: Diario Los Andes)
Desde la Iglesia dicen que la financiación otorgada por el Estado a la Iglesia es sólo un 7% del total de lo que necesita esta última, y justifican los pedidos de auxilio económico al gobierno diciendo que "el bien moral y espiritual de los ciudadanos es parte impostergable del bien común, y un valioso fundamento para la justicia, la convivencia pacífica y la amistad social." O sea, que el Estado debe darle dinero a la Iglesia porque la Iglesia trabaja para el bien de los ciudadanos y es necesaria para el bienestar de la sociedad. ¿Y esto no lo puede hacer el Estado mismo? ¿Y las muchas ONGs que no tienen subsidios estatales y que hacen tareas beneficiosas por sí mismas y no como gancho para la indoctrinación religiosa?
Yo sugiero que en vez de gastar cien mil y algo de pesos en una escuela para indoctrinadores profesionales se podría construir una plaza con árboles, flores y juegos infantiles, que son cosas más beneficiosas para el espíritu que escuchar lecturas de la Biblia sin relación con el mundo actual u homilías predigeridas de parte de un tipo que no sabe lo que es vivir en familia o trabajar para ganarse la vida..., pero aquí parece que el gobierno mendocino sinceramente cree que sólo la religión puede proveer moral y valores.
Bueno, una forma de dominación depende de otra. Napoleón dijo una vez que un gobernante no podría gobernar sin religión, pues es esta la que evita las revueltas sociales.
ResponderEliminarEs clara y fuerte la alianza entre "el poder" y el poder religioso, cuando el primero no tiene a la verdad de su lado, necesita mentiras que sean fáciles de creer. Una promesa electoral falsa te puede hacer ganar las elecciones una vez, una mentira metida en el cerebro de la gente desde que eran niños puede hacerte reinar hasta la muerte.
Naturalmente que este ejemplo es menor, pero no deja de recordame a casos históricos mucho más fatídicos.
Marx dijo que la religión es el opio de los pueblos ... un poquito de opio no viene mal, con tantos pronósticos de crisis.
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