Páginas

jueves, 23 de julio de 2009

A123: Alberto Solanet, un luchador

Hojeando Valores Religiosos (el suplemento de propaganda confesional de Clarín) me encontré sorpresivamente con un artículo (mal) titulado "Pacificación", firmado por un tal Alberto Solanet, cuyo nombre me sonaba de alguna parte. Recurrí al oráculo de la web y supe que Solanet es el presidente de la Corporación de Abogados Católicos, y que su repelente defensa de los terroristas de estado argentinos había sido publicada hace tres meses en La Nación, con el título completo de "El Bicentenario y la pacificación nacional". Su pedido de indulto y liberación de los asesinos y torturadores de la última dictadura, en nombre de la paz y la concordia, fue repetido en una carta de lectores al mismo diario inmediatamente luego de la derrota del gobierno kirchnerista en las elecciones legislativas del 28 de junio. El susodicho escrito sobre la "pacificación" también fue copy-pasteado en el portal derechista tucumano Periodismo de Verdad. Y sigue.

Solanet es un habitué en las cartas de lectores de La Nación, periódico tradicionalmente conservador aunque, por razones de respetabilidad adquirida, poco proclive a los excesos editoriales. Cuando muestra la hilacha (como decimos aquí en Argentina) lo hace con cierta discreción, como en este caso, donde una nota controvertida va firmada y en la sección de Opinión, y está escrita por un abogado y usando los términos legales propios de su oficio. Quien lo lea sin conocimiento histórico podría creer que Solanet defiende el orden jurídico ante su violación por parte de un gobierno arbitrario.

Lo que es menos entendible y justificable es que un suplemento dedicado a la religión lleve esta nota en su página de inicio. Valores Religiosos surge de una asociación civil sin fines de lucro; su editor es Sergio Rubin, periodista de temas religiosos de Clarín (y anti-ateo en sus ratos libres), y el asesor editorial es el sacerdote Guillermo Marcó, ex vocero del arzobispo de Buenos Aires y recientemente orador en una "marcha contra la inseguridad" donde habló elípticamente a favor de la pena de muerte. El suplemento trata "[d]el quehacer religioso, los hechos y opiniones del vasto campo de la Iglesia católica y las demás confesiones, [y] las problemáticas espirituales de nuestro tiempo". Es dudoso que Rubin y Marcó hayan publicado la nota sin mirarla y sin estar de acuerdo con ella.

En Argentina toda persona con algunos años encima y con un poco de conciencia política sabe que "pacificación nacional" es código para "amnistía a los criminales de la dictadura", y que para gente como Solanet reabrir juicios que nunca debieron haberse cerrado es "revancha" y juzgar a los terroristas de estado es "persecución facciosa". Podemos concederle a Solanet que hay algunas personas encarceladas desde hace tiempo sin condena porque el sistema judicial es lento, aunque en realidad la cantidad de militares y policías sospechosos de crímenes de lesa humanidad que están en prisión es muy pequeña, y que la mayoría de éstos la pasan mucho mejor que los delincuentes comunes, ésos sí hacinados en condiciones infrahumanas y sin influyentes abogados católicos preocupados por ellos.

No podemos concederle a Solanet que llame "guerra" a la lucha brutalmente asimétrica entre el aparato estatal y los grupos guerrilleros, o que omita toda mención del terrorismo ejercido por el estado contra los ciudadanos en general.

Quizá sea porque Solanet llama al asunto "de naturaleza moral" que Valores Religiosos decide publicar su alegato en favor de los "presos políticos" (otra frase en código de los defensores de la dictadura). Las formas elegidas para lidiar con el asunto "alientan el odio y la desintegración social, al empujar a los más extremados a reacciones graves e imprevisibles", según Solanet. No se ofrecen ejemplos, seguramente porque no los hay. Con excepciones menores, ningún militar, policía o funcionario civil acusado de crímenes cometidos en los años de plomo ha sido físicamente agredido por grupos extremistas. A ninguno de los muchos, muchísimos de estos criminales lo han secuestrado en medio de la noche, ni lo han torturado, ni lo han fusilado sumariamente en un descampado o arrojado al mar desde un avión para morir ahogado. La desintegración social que Solanet teme se produjo hace décadas, y el odio es lo único que le quedó a los sobrevivientes, que en su mayoría lo han superado, transformándolo en un pedido de justicia a veces rabioso pero nunca violento.

Debo aclarar que no suelo escribir sobre este tema porque no es un asunto relacionado con la religión per se, que es de lo que trata este blog. Lo hago ahora porque, a pesar de muchos católicos que no piensan de esa manera, en Argentina hay una clara correlación entre la pertenencia a la Iglesia Católica y la aprobación o justificación coherente del terrorismo de estado. Esta correlación se ha dado históricamente en casi todas las dictaduras y despotismos que ha visto Occidente; sólo faltó en el caso de los estados totalitarios donde se planteó una doctrina nacional explícitamente opuesta al sometimiento eclesiástico. Aquí en Argentina, de hecho, los grupos e individuos defensores de los militares y policías condenados y de sus horribles acciones son casi invariablemente católicos. Gente como Alberto Solanet y como Guillermo Marcó, que pasan por moderados y hablan con fingida preocupación por la paz y la armonía nacional, les brindan a sus hermanos extremistas un puente hacia la opinión pública y una respetabilidad que no merecen.

4 comentarios:

  1. ¡Por favorr! No quiero tener nada que ver con esa gente.

    ¿No hay alguna asociación de abogados laicos?

    ResponderEliminar
  2. Julián: A los abogados que se dedican a ejercer sin hacer bandera de su religión no los llaman de ninguna manera en especial. Yo quisiera saber qué piensa el Colegio de Abogados de esta clase de corporaciones sectarias y de los pronunciamientos que hacen.

    ResponderEliminar
  3. Este tipo debería ir preso por apología del odio. Basa sus alegatos en Dios... qué hay de los que NO creemos en Dios? Estoy cansado, harto, de que todo se maneje bajo la palabra de Dios! Imagino que abogados como estos también defenderán a asesinos en el nombre de Dios... Este es un país laico, y ninguna, repito, NINGUNA institución religiosa debería intentar cambiar la forma de pensar ni del pueblo, ni mucho menos del gobierno.
    Es triste que en el Siglo XXI haya gente que aún piense como en el Siglo I, y peor aún, gente con el tipo de influencia que este individuo tiene, que piense así.
    Quisiera poder contactarlo para preguntarle si alguna vez tuvo sexo sólo por placer, y no para procrear. Porque de haberlo hecho, según su ideología, debería ser condenado a muerte a piedrazos...

    ResponderEliminar
  4. Solanet mas circo es la iglesia mafiosa con su VaticanoS.A. Tendra que venir un gran Congreso que respalde TODOS los Dereches Civiles. Usted con su religion inquisidora que le paga muy bien para aplastar a minorias. Se cren duenios del mundo, no lo son, son solo criminales institucionacizados. Tendra que venir un Congreso que saque a la corrupta iglesia de nuestra Constitucion. Los argentinos y personas como Ud. son homosexuales escondidos y esto no falla yo lo investigaria con un seguimiento dia y noche nos sorprenderia mucho entre lo que dice y lo que hace. Toda la iglesia catolica es falsedad, hipocrecia cuando les convine usan el Genesis que es JUDIO no cristino. Esta iglesia subio con mucha sangre derramada y caira de la misma solo es cuestion de tiempo. Se necesita mas educacion. El ser humano debe seguir solo los "10 Mandamientos" Las Tablas, entregadas al pueblo Hebreo y en estos no nombra NADA de homosexualidad.OK Es mas Jesus fue homosexual. Tu religion dice un hombre que no tiene mujer no es hombre y Jesus solo se rodeaba de tipos. Asi pasa con los cruzados solo tipos No hay una insttucion mas corrupta que la iglesia romana. Saludos

    ResponderEliminar

Dejá tu comentario sobre el tema de este post aquí. Por favor, utilizá un nombre o seudónimo. Si querés opinar o hablar de otro tema, usá el Buzón de sugerencias.