“No tenemos un problema de criminalidad o un problema de armas, o siquiera un problema de violencia. Lo que tenemos es un problema de pecado. Y dado que hemos expulsado a Dios de nuestras escuelas y comunidades, del ejército y del discurso público, realmente no deberíamos actuar tan sorprendidos cuando se desata el infierno.”
La culpa no es de un sistema capitalista injusto. La culpa no es de un país en el que cualquiera puede comprar armas de asalto sin problemas. La culpa no es de un país que se ha encargado de fomentar el mito del justiciero solitario. La culpa no es de un país que lleva al fanatismo religioso en su mismísima esencia.
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Un rejunte azaroso de palabras...
ResponderEliminarLa culpa no es de un sistema capitalista injusto. La culpa no es de un país en el que cualquiera puede comprar armas de asalto sin problemas. La culpa no es de un país que se ha encargado de fomentar el mito del justiciero solitario. La culpa no es de un país que lleva al fanatismo religioso en su mismísima esencia.
ResponderEliminarNo, para nada. La culpa es de los ateos.
Ilustre palabras de un funcionario público...
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