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viernes, 10 de abril de 2009

Aquí hay dragones


“En tiempos antiguos, a las regiones inexploradas en los mapas frecuentemente se les etiquetaban inscripciones temibles como «Aquí Hay Dragones». Lo desconocido causaba temor y daba un poco de alivio poder al menos etiquetar lo desconocido. Estos hipotéticos dragones parecían una explicación suficientemente buena para lo que de otro modo habría sido incomprensible. Con un concepto inventado y unas cuantas palabras, lo desconocido se vuelve simple y satisfactorio.
Así comienza Here Be Dragons ("Aquí hay dragones"), un cortometraje de poco más de 40 minutos, escrito y presentado por el escéptico profesional Brian Dunning. Este prólogo y el subtítulo, "Una introducción al pensamiento crítico", nos dan la primera idea de lo que trata esta verdadera herramienta audiovisual contra la pseudociencia y la credulidad.

En la primera parte del video, Dunning explica brevemente qué es una pseudociencia, y luego retoma la idea popularizada por Carl Sagan con su Baloney Detection Kit o "kit de detección de fraudes", mostrando didácticamente, para empezar, dos tipos de indicios que nos permiten determinar que estamos probablemente ante un fraude pseudocientífico: tipos con diplomas, certificados y batas blancas de laboratorio, y productos basados en una supuesta "sabiduría antigua" y valorados por su larga tradición.

Luego nos habla conceptos lógicos y estadísticos: el sesgo de confirmación, es decir, recordar o tener en cuenta sólo lo que favorece a nuestra creencia y pasar por alto el resto, y la confusión entre correlación y causalidad (cum hoc ergo propter hoc). En lo que se refiere a las discusiones, menciona los red herrings ("arenques rojos"), elementos distractivos e irrelevantes para desviar la conversación, y el uso de avalanchas de datos, imposibles de rebatir todos juntos, que simulan una investigación rigurosa.

Continúa hablando del concepto pseudocientífico de la "energía": energía psíquica, chi, fuerza vital, campos energéticos..., todo lo cual no significa absolutamente nada, porque ninguna de esas cosas existe comprobablemente, y porque "energía" es un concepto físico bien definido que no tiene nada que ver con estas ideas.

Las teorías de conspiración no podían dejar de tener su lugar, en particular, las que proclaman que grandes intereses económicos o ideológicos se la pasan suprimiendo u ocultando descubrimientos "científicos" (medicamentos milagrosos, motores super-eficientes...) para su beneficio. Después menciona brevemente la adoración por lo "natural" como equivalente a "sano", y pasa al tema de las creencias no probadas y de quienes quieren imponerlas por medio de presión legal o popular, como si la verdad científica pudiera establecerse por votación o decreto.

La segunda mitad del video pone en acción las herramientas críticas repasadas antes sobre algunos ejemplos de pseudociencia y credulidad de los muchos que pululan en nuestro medio: la precognición, las conexiones psíquicas y los sueños premonitorios, desbancadas por la ley de los grandes números, y las decenas de técnicas de "medicina alternativa" como la homeopatía o la reflexología, sin la menor evidencia científica que las respalde (Dunning se toma unos minutos para demoler la homeopatía en particular).

¿Por qué gente educada y inteligente cree en estas cosas? Dunning explora algunas razones: la atracción por lo nuevo, por el misterio y lo desconocido; la seducción de las respuestas fáciles y de las cosas que deseamos oír; la tendencia humana a explorar todas las alternativas, incluso cuando ya hay teorías establecidas; y finalmente, la falta de herramientas críticas y conocimientos científicos básicos en la mayoría de la población, que toma sus ideas de la cultura popular.

El cierre es un llamado de Dunning al activismo y al involucramiento ciudadano contra la moda de conceder "igual tiempo" (de clase, de difusión pública) a las teorías pseudocientíficas, y contra la idea de "libertad académica" aplicada a las ciencias duras. Estos temas nos son ajenos a los iberoamericanos, pero tienen cierto correlato en nuestra cultura, que nos demanda "tener la mente abierta" y ser respetuosos de la diversidad de creencias (¡aunque sean completamente ridículas!), y que ve el escepticismo como sinónimo de frialdad y de falta de imaginación.

2 comentarios:

  1. Me gusta tu artículo. Sólo no me gustó a referencia a Brian Dunning, su video es menos que imparcial (y te lo dice un escéptico), y menos es de confianza que el mismo Dunning estuvo condenado por una corte Ferderal por fraude.

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  2. El artículo es de 2009. Dunning no estaba condenado entonces.

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