jueves, 14 de mayo de 2009

Alerta 97: Modernizando a Dios

"Otro Dios es posible", titula Crítica un artículo sobre un evento promocionado por jesuitas en Brasil. Este "otro Dios" sería un dios con una postura tolerante de la homosexualidad, y con seguidores que se oponen a la homofobia, que ha pasado a ser una característica definitoria de las religiones abrahámicas. El lugar fue el subsuelo de la Iglesia Sagrado Coração, en el campus de la Pontifícia Universidade Católica do Rio de Janeiro, y el promotor del evento fue un sacerdote y docente, Luis Correa Lima.

Por un lado, uno no puede sino aplaudir la valentía de este sacerdote y de quienes lo acompañan, al exponer algunos terribles resultados de la postura cristiana tradicional con respecto a las minorías sexuales y pedir, desde su interpretación de la doctrina, que se rectifiquen las conductas discriminatorias. Muchas veces he hablado de la homofobia aquí y vemos cómo una y otra vez la idea de "odiar el pecado y amar al pecador" no es sino una excusa para tratar a los homosexuales como enfermos, inmorales o ambas cosas.

Por el otro lado, el problema no está en la doctrina sino en la obstinación por seguir aferrándose a ella. La doctrina homofóbica cristiana parte de reglas escritas hace milenios por un pueblo de la Edad de Bronce; no podía esperarse un entendimiento moderno de la sexualidad de su parte. Lo correcto sería deplorar las bárbaras costumbres de los antiguos israelitas y su infiltración en la tradición cristiana. Pero...
"La Biblia no debe ser leída en forma literal, sino tomando en cuenta el contexto histórico en el que fue escrita. Pasajes bíblicos aislados y fuera de contexto han sido usados para justificar el racismo y el sometimiento de las mujeres, así como hoy son usados para atacar a los homosexuales. Pero todos somos iguales ante Dios y es posible ser gay y ser religioso."
Cada proposición de este párrafo, proferido por una teóloga, tiene graves problemas. Que la Biblia no debe ser leída en forma literal es un consenso de una mayoría de (no todos) los cristianos, y de todos los intérpretes de las Escrituras. Pero hay partes que no admiten una lectura figurativa, y no hay una guía clara sobre cuáles deben ser. La resurrección de Jesús no puede ser leída en forma figurativa o alegórica; sin embargo, el episodio del pecado original en el Jardín del Edén, con su serpiente parlante y su árbol con fruto mágico (por no hablar de los inocentes nudistas Adán y Eva), debe ser entendido como una fábula o parábola... a pesar de que un muerto que vuelve a la vida es tan fantástico como una serpiente que habla, y tan improbable desde la biología como un supuesto inicio de la especie humana a partir de una pareja única creada especialmente.

También está la discriminación poco clara entre reglas atemporales que se deben cumplir y reglas despreciadas como arcaicas, que ya no valen. Si hay un mandamiento que condena el adulterio no muy lejos del que condena la práctica homosexual, ¿por qué uno sigue siendo válido y el otro no? Si la prohibición del incesto está apenas unos versículos arriba de la de la homosexualidad, ¿por qué la homosexualidad ya no es pecado (según estas bienintencionadas personas) y el incesto sí?

En el contexto histórico en el que fue escrita la Biblia, el libro del Apocalipsis de San Juan era una muestra más de un género literario común. ¿Por qué el Apocalipsis tiene validez como profecía, sea literal o figurativamente, si es sólo un "fruto de su tiempo"?

Los pasajes bíblicos usados para justificar el racismo, la xenofobia, la intolerancia religiosa, la misoginia y la homofobia pueden estar aislados, pero no están sacados fuera de contexto. Hay claras instrucciones en la Biblia sobre cómo tratar a los extranjeros que no son del pueblo elegido, cómo tratar a los que no profesan la religión adecuada, y cómo mantener a la mujer en un lugar subordinado. Hay pocas, pero bien claras, instrucciones sobre cómo tratar a los homosexuales. Esas ideas eran comunes en su tiempo, pero ya no las consideramos válidas. ¿Por qué? ¿Quién o qué autorizó a los creyentes a invalidar y "barrer bajo la alfombra" ciertas partes de los escritos sagrados y de la tradición construida sobre ellos? Pero sobre todo, ¿con qué base se invalidan unas partes y otras no? ¿Para qué sirven la Biblia, la Tradición, la doctrina y los dogmas, si al final decidimos por pensamiento individual y consenso social lo que está bien y lo que no?

Finalmente, la igualdad. ¿Todos somos iguales ante Dios? Entonces ¿por qué hay tanto desacuerdo entre los creyentes sobre esta igualdad? ¿Está tan claro este principio? ¿Qué significa "igual"? ¿Todos estamos destinados a roles de igual importancia? ¿Santos y pecadores son iguales? ¿No hay acaso personas autorizadas a interpretar la palabra de Dios, y personas no autorizadas a ello?

De estas cosas que yo he enumerado bastante a la ligera se puede discutir bastante y está muy bien que los teólogos y los sacerdotes, los laicos liberales y los filósofos creyentes, se junten para considerar cómo reconciliar sus ideas con la doctrina que deben profesar. No obstante, me parece a mí que es bastante inútil: la audiencia para tales discusiones es autoselectiva; ninguno de los que necesitan oír estas cosas irá jamás a una conferencia o evento de esta clase. Para estos últimos, la aparición de voces disidentes es un signo de la degradación de la fe y la infiltración del "modernismo" en la Iglesia. Para nosotros que miramos de afuera, es un signo de esperanza pero también de una cierta ingenuidad.

3 comentarios:

  1. El mismo concepto de Dios es demasiado primitivo como para intentar modernizarlo. Al menos sin cambiar por completo la baseque quieren conservar. Pretenden quedarse con un dios padre todopoderoso y compasivo al tiempo que ajustar las partes feas de sus escritos a los tiempos modernos, y todo no se puede. La biblia dice lo que dice, y hay cosas tan claras que no se pueden interpretar ni excusar. La fe es una creencia destructiva, inútil y nefasta para la sociedad tal y como la conocemos hoy, pero asegura una cierta seguridad. Quedarse con la seguridad de la fe frente a la incertidumbre de la realidad tiene un coste demasiado alto, y esta gente pretende abaratarlo.
    Claro que está bien que la gente decida "actualizar" su fe, pero sin arrancar la raíz, ese intento es como querer librarse del hedor de una cochinera sin renunciar a los cerdos.

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  2. Hay que matizar mucho y entender la disonancia cognitiva que se puede producir en la mente de personas fundamentalmente buenas y decentes, enfrentados con la Biblia en la que deben creer como Palabra de Dios.

    Por otro lado es cierto lo de la "raíz". Justamente cuando hablaba de La peste, de Camus, mencioné que Christopher Hitchens había usado la escena final para hacer una analogía del fundamentalismo religioso. Las ratas que transmiten la peste siguen portando el mal, y aunque vuelvan a las cloacas, en un futuro pueden volver a salir a infectar a los humanos; de la misma manera, decía Hitchens, persistir en la creencia de que la Biblia es la palabra de Dios garantiza que, tarde o temprano, el fanatismo latente de los fundamentalistas hará uso de esas partes desagradables de las Escrituras que los moderados hubieran querido olvidar. Si no se elimina ese fundamento perverso, no se puede eliminar el fundamentalismo que surge de ella.

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  3. Qué modernos estos curas... a pesar de todo, creo que es una buena noticia.

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