¿Será que la práctica de ese casi impracticable principio de "odiar al pecado pero amar al pecador" le resulta muy complicada al clero católico?
En el mundo hay actualmente 91 países donde la homosexualidad es castigada penalmente, con penas que van desde multas hasta la ejecución pública (¿adivinen dónde?).
La Iglesia Católica considera que la orientación homosexual es similar a una enfermedad, y que su práctica es pecaminosa (ser un homosexual reprimido y sufrir de por vida por ello está OK), pero hasta ahora nunca había oído una defensa tan clara de esta espantosa barbarie. ¿Por qué Celestino Migliore, representante del Vaticano ante la ONU, transmite este mensaje? Porque, dice él, pedir la despenalización de la homosexualidad daría al mundo el mensaje de que los gays son una categoría especial de "personas protegidas", crearía "nuevas e implacables discriminaciones", y presionaría a los países que no aceptan los matrimonios homosexuales. Por supuesto, aclara que el Catecismo de la Iglesia es partidario de "evitar toda marca de injusta discriminación contra las personas homosexuales".
Hay tal cantidad de sofismas en estas breves declaraciones que podría escribirse un ensayo entero sobre ellos, pero resumamos:
- El Vaticano dice que no se puede conceder a los homosexuales una protección especial. Lo que quiere decir es que los homosexuales, como personas enfermas y moralmente desviadas que son, no pueden ser tratados como "gente normal". La normalidad es tener sexo con una sola persona, del sexo opuesto, y sólo después de que un sacerdote recite unas ciertas fórmulas y haga unos pases mágicos sobre la pareja; o bien, para el caso de los hombres consagrados, no tener sexo con nadie, jamás, con excepción quizá de algún que otro jovencito, siempre y cuando nadie se entere del affaire salvo el obispo, cuya tarea será ocultarlo cuidadosamente.
- El Vaticano habla de "nuevas discriminaciones". Me costó entender esto, pero si no me equivoco significa lo siguiente: obligar a los católicos y a los homofóbicos en general a tolerar a los maricas es discriminación; aquellos que odian a los gays no deberían ser privados del derecho a ser intolerantes como su religión manda.
- El Vaticano dice que retirar el castigo a la homosexualidad es un argumento más para aquellos que quieren hacer del matrimonio una institución sin distinción de sexos. Lo que quiere decir es que, por conveniencia política-ideológica, entre la lapidación pública de homosexuales y el matrimonio entre homosexuales, el Vaticano prefiere que los gays sean apedreados (tal como dice la Biblia).
- El Vaticano dice que su Catecismo insta a respetar a las personas homosexuales, aunque les parezca inmoral su comportamiento. Lo que quiere decir es que, en el papel, la Iglesia ama a todos, incluso a los pervertidos y enfermitos, y aunque por otro lado defienda la permanencia de leyes que implican la humillación y la muerte de personas que no han hecho nada malo salvo disfrutar del sexo como más les gusta, los católicos moderados (cobardes) y los hipócritas siempre dispondrán de un escrito oficial que dice lo contrario.
http://es.youtube.com/watch?v=hnHyy8gkNEE&eurl=http://lj-toys.com/?journalid=863877&moduleid=175&preview=&auth_token=sessionless:1228406400:embedcontentiurl=http://i1.ytimg.com/vi/hnHyy8gkNEE/hqdefault.jpg&feature=player_embedded
ResponderEliminarGracias por el link. Aquí lo pongo más prolijito: Special Comment on Gay Marriage ~ Keith Olbermann.
ResponderEliminarMe río de la ligereza con que la iglesia habla de "normalidad" sobre todo cuando la naturaleza(según ellos, creada por dios, o siendo dios mismo, nunca entendí bien), se "equivoca" sin ayuda de nadie tantas veces. Con el mismo criterio, liquidemos a todos los chicos que nacen con patologías genéticas o congénitas, a los sordomudos de nacimiento, a los ciegos, a los gordos,e inclusive, a aquellos que dicen hacer votos de castidad, cuando está en la misma naturaleza animal el despertar del llamado del sexo.
ResponderEliminarLa iglesia sigue siendo consecuente con su papel a lo largo de los años.
Beso Pablito!