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Dip. Cecilia Merchán |
Hace unos días hubo un revuelo menor en Argentina cuando se comenzó a debatir, por primera vez en el ámbito legislativo, un grupo de proyectos que promueven o regulan el
derecho al aborto. El primer paso de un proyecto de ley es su debate en comisiones, es decir, grupos de legisladores (dentro de la Cámara de Diputados o del Senado) que se especializan en ciertos temas. La Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados aceptó el desafío y emitió un dictamen, es decir, aprobó un proyecto para ser tratado en el pleno de la Cámara (una vez emitidos los dictámenes correspondientes de otras comisiones pertinentes). El proyecto estaba firmado en primer lugar por la diputada
Cecilia Merchán y despenalizaba el aborto hasta la 12ª semana de gestación en todos los casos.
El pretérito imperfecto es lamentablemente correcto porque el proyecto de Merchán está casi efectivamente
muerto, al menos hasta el año que viene. El dictamen emitido
no contaba con las firmas necesarias y tras el entusiasmo inicial debió aceptarse que es inválido. Las otras dos comisiones que deben tratar el proyecto están presididas por antiabortistas que ya han manifestado que
no les interesa debatir. Y a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que está
según sus propias palabras “
en contra del aborto”, tampoco le interesa promover el debate y
no lo tiene en la agenda legislativa de su partido.
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Niños etiquetados pro-vida. |
Incluso esta leve esperanza de derechos ampliados para las mujeres hizo entrar en alerta a la Iglesia Católica y a los evangélicos, que se pronunciaron en editoriales en los medios nacionales, en sus propios portales de propaganda y en manifestaciones públicas. Esto era de esperarse y en cierto modo es alentador. Pero el problema del debate radica en que los argumentos de los militantes políticos del derecho al aborto son siempre los mismos: basados en el paradigma de la igualdad social (si las mujeres ricas pueden abortar en secreto en clínicas privadas, como de hecho todos sabemos que lo hacen, las mujeres pobres deben tener derecho a hacer lo mismo aunque no puedan pagarlo, sin ser criminalizadas) o bien en el “derecho de la mujer a disponer de su propio cuerpo”.
Estos argumentos no tocan el fondo de la cuestión tal como la plantean los creyentes antiabortistas. La defensa de la igualdad social no pasa por hacer legales para los pobres los delitos que los ricos cometen amparados en su dinero. Si el aborto es un crimen, hay que argumentar planteando que no lo es porque no tiene víctimas, no que no debe serlo “porque todo el mundo lo hace”. Que la mujer (o el hombre, para el caso) tiene derecho a disponer de su propio cuerpo parece una obviedad, pero de ese punto se desprenden dos debates distintos que no se han dado, que yo sepa, a nivel público y en los medios:
- ¿Somos dueños de hacer lo que queramos con nuestro propio cuerpo?
- ¿Es un embrión o un feto, antes de ser viable fuera del útero, parte del cuerpo de la mujer?
Las respuestas que el cristianismo (católico o evangélico) da a esas dos preguntas son enfáticamente negativas. El cuerpo, para el cristianismo, es
el templo del Espíritu Santo. No somos sus dueños. No tenemos derecho a hacer cualquier cosa con él, aun cuando no afecte a nadie más. No podemos matar nuestro propio cuerpo (no hace demasiado que la Iglesia no permitía enterrar en cementerios católicos a los suicidas). No se considera correcto maltratarlo para (o como efecto secundario de) lograr placer (el sufrimiento está bien). Existe un cierto consenso social, reciente, en contra de esta ridícula idea de que el dueño del propio cuerpo es Dios y no uno mismo, pero es generalmente inconsistente.
Con respecto al asunto del embrión o feto, el consenso social es que definitivamente
no es parte del cuerpo de la mujer; se lo llama “el bebé”, se lo nombra, a partir de cierto momento se conoce su sexo y su estado de salud. En esto hay cierto sentido común, sobre el que la doctrina cristiana se monta para insistir con que incluso un óvulo fecundado sin implantar no sólo no es parte del cuerpo de la mujer sino una persona. Sin llegar a tanto, a nivel meramente biológico hay razón para hablar realmente de otro cuerpo. Que dependa de la mujer para subsistir, que sea un parásito, es irrelevante. Es un argumento pobre y no entiendo por qué se lo sigue empleando.
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Embriones de mamíferos (sólo uno es humano). |
En tanto no se enfrente decisivamente y sin tabúes la creencia metafísica de que un cigoto es una persona, el debate no va a progresar. Pero para eso haría falta que nuestros legisladores, periodistas y demás formadores de opinión entiendan y asuman la escasa diferencia real, tangible, entre un feto humano y un feto de chimpancé o de rata en la misma etapa temprana de la gestación, junto con el hecho de que no sentiríamos ningún prurito moral en matar al feto de chimpancé o al de rata si fuera necesario para el bienestar de un ser humano adulto. Esa idea, escasamente revolucionaria hoy a la luz de la ciencia, todavía no ha prendido.
Pablo,
ResponderEliminarTe felicito por el artículo.
Criminalizar el aborto es inmoral. Empuja a las mujeres a realizarlo en la ilegalidad. Si tienen dinero, en una clínica privada. Sino, en algún lugar clandestino donde correrá riesgo su salud e incluso su vida.
Gustavo Ortiz Millan, en su libro "La moralidad del aborto", cita la frase de una estudiante que dice más o menos así: "Si una mujer desea un hijo, hará todo lo posible para tenerlo. Pero si una mujer no desea un hijo, hará todo lo posible para no tenerlo".
Que muchos legisladores se hayan negado a debatir dice mucho sobre su postura. Habla sobre su incapacidad para defender una visión retrógrada en la que la mujer tiene simplemente el papel de "procreadora" y un cigoto tiene el mismo status moral que un bebé recién nacido. Afortunadamente, cada vez es más la gente que se ánima a debatir sobre estos temas, porque se da cuenta de que (como dice Peter Singer) la ética tradicional se está derrumbando.
Yo sè de mujeres que se han tirado por escaleras para abortar. Què nivel de desesperaciòn hay que tener para hacer algo asì.
ResponderEliminarY estos defensores de embriones, hablando de la vida "sagrada"...
Me gustaría que el debate se elevara más allá del embrión.
ResponderEliminarUn recien nacido, por ejemplo, no es un ser humano. Biológicamente un recién nacido es una práctica abortiva natural, que sirve para que el feto se siga desarrollando fuera del vientre materno. Un recién nacido no camina y tiene su cabeza frágil, además de un cuello endeble.
Se debe contar con la posibilidad de poder eliminar cualquier producto, aún y que se encuentre fuera del vientre materno y tal vez poder tomar está decisión más allá de los meses de nacido; por ejmplo, hasta el año.
El cerebro de un feto de nueve meses que es abortado, de manera natural, cambia su forma después del año y aquí es cuando inicia su proceso de ser humano, cuando comienza a caminar.
Artemio: un recién nacido es sin duda un ser humano. Es debatible si es una persona. Dado que no hay una discontinuidad clara, no tenemos más remedio que asignar un límite arbitrario al derecho al aborto. Mi opinión, compartida por muchas otras personas, es que el tercer mes de gestación es un límite apropiado. Otros consideran que podría ser más adelante. Fuera de la especulación filosófica no conozco a nadie que proponga seriamente que un ser humano que viva fuera del útero materno pueda no ser persona, salvo que se trate de un bebé anencefálico o similar.
ResponderEliminarA todo esto, ¿qué dicen actualmente las leyes argentinas? El aborto está penado, ¿pero entra dentro de "homicidio"? ¿Si matas a una mujer embarazada, y se produce un aborto, no cuenta como homicidio agravado, en lugar de doble homicidio?
ResponderEliminarPablo:
ResponderEliminarTe aporto algunos puntos de vista. ¿Porqué el debate debe progresar hacia una idea de cerrarlo?
(pablo)"La defensa de la igualdad social no pasa por hacer legales para los pobres los delitos que los ricos cometen amparados en su dinero. "
Desde la óptica superficial que puedo ensayar, me parece que "delito" desde el ordenamiento juridico de una sociedad -q es la discusion concreta- es una cuestion relativa .Por ejemplo la esclavitud de seres humanos fué legal y cosas por el estilo.
Interpretó que replicas en cierto sentido el argumento de los pro-penalizacion al darle una entidad absoluta a la noción de "delito". Explorando las cosas desde un sentido no absoluto de la noción de "delito" los ordenes juridicos de las sociedades muchas veces criminalizan practicas que en los hechos recaen en penalizar a los pobres, a pesar de q formalmente la ley es "igual" para todos.
Esgrimir que quien puede pagar por un aborto se lo hace es pasible de miradas diversas.
Una mirada es la de una practica social e historicamente aceptada por encima de todos los debates cientificos, morales o religiosos que emprendamos. Y es un punto que fundamentalmente los penalizadores replican con la idea de que "si es un delito lo es para todos"...Un punto -importante para mí- es que el aborto es una practica historicamente aceptada por la humanidad. Y en el tiempo historico que compartimos, en nuestra actualidad socialmente aceptada/practicada.
Y en cuanto al debate el aborto es delito en Argentina porque quienes tienen y tuvieron la potestad de crear el ordenamiento juridico lo incluyeron como delito(esto implica una complejidad mayor que mi frase). Por eso no perdamos de vista que el fin del debate es que ese ordenamiento juridico deje de incluirlo como delito. Y que las personas que desde los principios religiosos consideran q el aborto es reprendible lo van a poder seguir considerando asi, q nadie les va a imponer nada.
Pensemos en esa arena del debate publico que en un pais con 95% de creyentes hay muchas personas que estan por la despenalizacion y aún así mantienen sus convicciones religiosas negativas sobre el aborto.
No sé si estoy siendo claro. En limpio y muy esquematico. Una cosa es el debate ateismo-religion y otra la despenalizacion del aborto. En la arena por materializar la despenalizacion de la practica abortiva seria un error adoptar la agenda del ateismo vs religion.
Bah, hay ateos que deberian abrir la cabeza a la manera de quienes desde la religion aceptan la despenalizacion. "Abrir" la cabeza en el sentido de reconocer la diversidad de estratos que tiene la discusion de ideas. Está bien el punto de vista ateo, suma , aporta diversidad. Pero no puede ni debe ser el que comande la agenda en el debate por la despenalizacion.
Saludos.
yo quiero saber una cosita... vos sos el de don torcuato?
ResponderEliminar¿Por qué lo preguntás?
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