miércoles, 31 de agosto de 2011

III Congreso Nacional de Ateísmo (Mar del Plata, Argentina)

Del día viernes 9 al domingo 11 de septiembre se celebrará en Mar del Plata, Argentina, la tercera edición del Congreso Nacional de Ateísmo, cuyo lema será “Por la recuperación del estado laico”. Aconsejo seguir la página de Facebook de la organización y la del evento en sí. El cronograma está disponible. La entrada es libre y gratuita, pero se aconseja preinscribirse. Para los que asistan desde fuera de Mar del Plata hay alojamientos recomendados que podrían ofrecer descuentos.


Como el año pasado, planeo asistir y escuchar las ponencias, que prometen ser bastante interesantes. Lo recomiendo a todos los que puedan. El viernes quizá sea más complicado porque es día laborable, pero no es imprescindible, por supuesto, estar en todas y cada una de las conferencias.

Esto es lo que tienen para decir los organizadores, Ateos Mar del Plata, sobre el congreso:
Los miembros de la Asociación Civil Ateos Mar del Plata nos declaramos laicistas, es decir, que trabajamos por un Estado independiente de cualquier creencia religiosa, para promover políticas de mutuo respeto y evitar que, desde una posición de privilegio, el pensamiento hegemónico imponga a los ciudadanos una visión sesgada de la realidad.

Laicismo no es hostilidad hacia la religiosidad, sino que es una corriente ideológica que defiende y propaga la norma más básica de convivencia: la tolerancia hacia el otro, para que cada individuo pueda ejercer el derecho a tener, manifestar y poner en práctica libremente ideas, creencias y convicciones.

La visión laicista no es exclusiva de ateos y agnósticos, la mayoría de los creyentes entiende que las numerosas donaciones, exenciones impositivas y subvenciones que el Estado Argentino otorga a la Iglesia Católica Apostólica Romana (ICAR), al igual que los espacios públicos invadidos de iconografía religiosa, los favores y tratos privilegiados a los demás cultos, son un claro atropello a los valores republicanos.

Nuestro país en sus comienzos transitó el camino de emancipación de dos yugos, el del absolutismo real español y el del Vaticano, según consta en las actas de los debates posteriores a la Revolución de Mayo y en los de la escritura del texto fundamental de nuestra Nación. Esta auspiciosa ruptura que ocurrió en la revolución de 1810 no perduró, ya que alrededor de 1860 la ICAR, por medio de delegados y representantes del estado teocrático del Vaticano, volvió a interferir en la potestad de independencia del Estado Argentino, ya para establecerse rizomáticamente hasta el día de hoy, con notables amplificaciones de su poder e influencias en cada dictadura cívico militar.

Hoy, luego de tendenciosas reinterpretaciones y modificaciones, nuestras constituciones, tanto la nacional como la mayoría de las provinciales, no son laicas; compartimos esta característica con pocos países del mundo y dentro del continente americano actualmente somos sólo tres, de treinta y cinco países, los que aún seguimos sosteniendo abiertamente un culto desde la Carta Magna, el cual se hace efectivo por medio de leyes de gobiernos de facto.

Queremos un Estado laico para que cada ser humano sea libre de elegir su religión, de no elegir ninguna, de creer en la existencia de Dios o negarlo; además de no estar sometido a las normas y valores morales particulares de ninguna religión o del ateísmo.

martes, 30 de agosto de 2011

Podcast, ep. 11: Santa Rosa y su tormenta


En esta edición del podcast de Alerta Religión: hoy es el día de Santa Rosa de Lima y de la tan mentada “Tormenta de Santa Rosa”, que nunca viene el día de Santa Rosa, pese a lo cual los medios siguen titulando así año tras año, como idiotas; y hablamos un poco más de las críticas legalistas y sentimentaloides al proyecto de María José Lubertino para el retiro de símbolos religiosos de los edificios públicos de la Ciudad de Buenos Aires.

lunes, 29 de agosto de 2011

Efemérides del 29 de agosto: Brigham Young


Hace hoy 134 años moría Brigham Young, líder religioso y político, que presidió durante 29 años la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, más conocida entre nosotros como “los mormones”.

Young asumió el liderazgo mormón luego de que el fundador de la secta, el estafador y “profeta” Joseph Smith, fuera asesinado por una turba en la cárcel mientras esperaba ser juzgado por traición. Fundó Salt Lake City, capital del estado de Utah, y colonizó los territorios hoy pertenecientes a estados vecinos.

La poligamia fue una práctica notoria entre los mormones desde el comienzo y hasta 1890, en que su líder (luego de que el estado federal lo pusiera en un brete por violar las leyes y le confiscara las propiedades a la iglesia) tuviera una “revelación” por la cual descubrió que el “matrimonio plural” no era, después de todo, lo que Dios quería. Young tuvo 55 esposas, con 16 de las cuales llegó a procrear en total 56 hijos. Los números no son del todo firmes porque los mormones no tienen una institución matrimonial propiamente dicha sino lo que llaman sellamiento, por el cual se une a dos personas para toda la eternidad, y algunas de las mujeres de Young fueron “selladas” a él sólo temporalmente; con otras nunca se mostró como esposo ni cohabitó. Si el lector tiene la impresión de que Young aprovechó su status religioso para hacerse de un harén, no es el único.

En 1847 se le presentó a Young la inquietud de un fiel que quería saber si estaba bien que un hombre negro se casara con una mujer blanca. Young decretó poco después que, según la ley de Dios, si un blanco mezcla su sangre con la de “la estirpe de Caín”, el castigo sería la ejecución sumaria. También prohibió que los negros pudieran participar en los ritos mormones. Esta política de segregación continuó hasta 1978, en que el presidente de entonces tuvo otra de esas convenientes “revelaciones” divinas y se declaró que cualquier hombre podía ser sacerdote sin importar su raza o color de piel.

En 1857 la Milicia Territorial de Utah, formada por mormones, masacró con ayuda de algunos nativos aliados a una caravana de migrantes que pasaban por el estado, dejando vivos sólo a los niños más pequeños. La cruz que se erigió en el lugar para conmemorar a los 120 muertos fue destruida un par de años después, aparentemente, por un grupo de mormones encabezado por Young.

El Presidente de la Iglesia murió en Salt Lake City el 29 de agosto de 1887, a los 76 años, probablemente de una apendicitis complicada con peritonitis.

viernes, 26 de agosto de 2011

¿Quitamos los símbolos religiosos de los espacios públicos?

Quiero contarles sobre el proyecto de ley de la legisladora porteña K María José Lubertino, que reapareció el otro día en un artículo antilaicista en La Nación y que Página/12 menciona con un poco más de detalle. Es un proyecto de laicidad estatal con aspiraciones modestas: da un plazo de 18 meses para retirar la simbología religiosa de los edificios públicos (tiempo suficiente para que los abogados de Dios puedan trabarlo a base de amparos judiciales). Se exceptúan hospitales y cementerios, “en tanto dichos elementos religiosos se encuentren en un espacio reservado y se garantice la multiplicidad de credos”, aunque habría que ver qué se entiende por “reservado”, y lo otro me suena a excusa para decir “al judío ya le dejé poner su estrellita, ahora yo puedo poner mis cruces”. Los hospitales son un punto clave para la intrusión religiosa, al igual que las escuelas, los hogares para menores, los albergues para carenciados y similares: lugares donde hay personas con poca capacidad de crítica intelectual, en situación vulnerable o emocionalmente frágil.

Crucifijo en el salón de audiencias de la Corte Suprema
Desde luego, los apologistas religiosos agrandan estas cuestiones, que son laicidad de base, mínima, apenas simbólica, transformándolas en un ataque a los más caros sentimientos de las personas. Retirar un crucifijo de un tribunal pasa a ser algo parecido a la furia iconoclasta de los bizantinos del siglo VIII. Quitar la imagen de la Virgen de Luján de un nicho en una admisión hospitalaria es pretender borrar la identidad católica de Argentina a la manera del revisionismo estalinista. Etcétera. Los no creyentes simpatizantes de la religión (que los hay muchos; yo los llamo “ateos-pero”) no van tan lejos pero hablan de “respeto” y “tolerancia”.

Ningún símbolo existe sin una historia (como bien nos lo recuerdan los creyentes tremendistas), y así como un crucifijo (por poner el caso más común) representa una historia de fe cristiana enraizada en nuestra cultura, también representa una marca de conquista y sometimiento y (en un juzgado, sitio habitual donde se lo encuentra) un reflejo de cómo la doctrina moral judeocristiana informa o se da por sobreentendida en muchas de nuestras leyes. Ninguno de los aspectos de esa historia puede ser suprimido por el mero hecho de quitar el crucifijo de la pared del juzgado (por ejemplo); más bien, esa remoción completa una etapa más de la historia, la del establecimiento de un estado moderno laico, con leyes que no hacen referencia a determinadas abstracciones sobrenaturales, respetando el derecho de los ciudadanos a tener esos puntos de referencia, a tener otros, o a no tener ninguno.

jueves, 25 de agosto de 2011

Podcast, ep. 10: la JMJ 2013 en Rio de Janeiro


En esta edición del podcast de Alerta Religión: la próxima Jornada Mundial de la Juventud ya está anunciada: será en Rio de Janeiro en julio de 2013. Los obispos brasileños quieren “ir por el Guinness” y convocan a participar a los jóvenes pobres, violentos y drogados. O eso al menos entendí yo. A lo mejor sólo quiso decir que iban a rezar por ellos desde lejos.

ACTUALIZACIÓN: En mi apuro, la versión del audio de este podcast que subí era una mala edición. La versión correcta (espero) está ahora disponible.

miércoles, 24 de agosto de 2011

La democracia soy yo

“El gobierno tiene este complejo de inferioridad de que tiene que ser demócrata con los que protestan y con los pervertidos, los anticlericales y los anticatólicos.” 
Alejandro Bermúdez, director de la agencia informativa católica ACI. De su podcast “Punto de Vista” del 22 de agosto de 2011 (5:15), hablando de por qué el gobierno de Madrid permitió una marcha de protesta contra la Jornada Mundial de la Juventud. 

martes, 23 de agosto de 2011

JMJ 2011: Madrid es mía, dice el Señor

La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), el más grande evento de masas auspiciado por el Vaticano desde la beatificación de Juan Pablo II, terminó el domingo con la despedida de Benedicto XVI de España. Yo quería escribir algo sobre esto, pero varias razones me lo impidieron: los sucesos estaban aún desarrollándose y desde miles de kilómetros de distancia era imposible entenderlos todos; todo el mundo estaba escribiendo, comentando, publicando impresiones, y no podía tener en cuenta todo lo que decían, valorarlo, sopesarlo y resumirlo en tiempo real. Había que dejar que se aquietaran las aguas.

Mi masoquismo me llevó finalmente a escuchar, a modo de resumen, el podcast “Punto de Vista”, que graba Alejandro Bermúdez, director de la agencia de propaganda papista ACI. Su tema era explicar por qué lo más significativo de la JMJ fue, para él, la reacción de los jóvenes peregrinos ante las protestas laicas. Aconsejo escuchar, no porque Bermúdez ofrezca información alguna, sino porque el podcast abandona las pretensiones de tolerancia y mesura con que se disfrazan la mayoría de los discursos escritos por la prensa católica.

Para empezar, nos explica que a la marcha laica del 17 de agosto sólo fueron unas dos mil personas, lo cual fue “patético”. Más aún, el gobierno español fue “estúpido” al autorizarla. No se puede autorizar una marcha del Real Madrid en medio de Barcelona o una de fans del Barça en Madrid, graficó. Madrid era “una ciudad de la JMJ”, no podía permitirse otra cosa. El gobierno debió haber prohibido a un grupo pequeñísimo (¿ya dije que era patético?) de manifestantes salir a la calle a protestar, porque la calle era propiedad de otro grupo, mil veces más numeroso, que podría verse de alguna forma afectado.

¿Por qué el gobierno español permitió a los manifestantes laicos salir a levantar la voz contra los jóvenes católicos y el Papa, a quienes obviamente todos los demás ciudadanos habían concedido la propiedad exclusiva de las calles madrileñas? Porque, según Bermúdez, es un gobierno que “tiene un complejo de inferioridad de que tiene que ser demócrata con los que protestan y con los pervertidos, anticlericales y anticatólicos.”

(Fernando Savater dio en el clavo por anticipado. En un artículo de noviembre de 2010, luego de una visita papal a España, recordaba a Churchill diciendo “Han preferido el deshonor a la guerra y ahora tendrán el deshonor y la guerra”. Al Papa se lo trató como a un rey, sin que eso modificara en nada los constantes mensajes mediáticos de la jerarquía católica contra el PSOE y contra las leyes democráticamente aprobadas por el parlamento español que no complacen a la ideología católica. Ninguna deferencia, ningún privilegio es suficiente para la Iglesia, si no es la rendición y sumisión completas.)

¿Y cuál fue el resultado de esta estupidez de respetar la “democracia” y dar libertad de expresión a las minorías patéticas y pervertidas? Que cuando la marcha laica, “liderada por un famoso travesti”, llegó a la Puerta del Sol, por donde tenía que pasar, la misma por casualidad estaba llena de jóvenes de la JMJ, que fueron “tomados por sorpresa”: les cayeron encima “este grupo de pervertidos (alcoholizados, en drogas)”, a provocar, con el susodicho travesti a la cabeza evidentemente “esperando que los jóvenes lo golpearan y crearan un mártir secular” (de ésos que hay como para llenar santorales), pero los jóvenes no hicieron eso: se arrodillaron y se pusieron a rezar. Hubo incidentes luego, pero fueron “entre los pervertidos y la policía” (y algún que otro periodista, seguramente ateo y pervertido también).



De más estar decir que no sólo era sabido que la marcha laica iba a pasar por la Puerta del Sol (habían tenido que reclamar bastante para que se les concediera permiso para eso), sino que había una intencionalidad clara de los peregrinos de estar allí cuando ocurriera. Hubo una convocatoria explícita y en todo caso el evento oficial ya había terminado. Se produjeron incidentes, con culpa de ambos lados y de una inepta actuación de la policía (en esto ambos lados están de acuerdo), y cuando finalmente quedaban pocas personas la policía cargó para desalojar el lugar, agrediendo a los manifestantes laicos, identificables por no llevar la mochila que los sponsors públicos y privados de la JMJ proveyeron a los peregrinos.

Para completar el proceso de victimización un grupo católico grabó y difundió un video (que se ve más arriba) donde se contrasta la beatitud de los jóvenes papistas con la violencia de los manifestantes. En el mismo, claro está, no figura la represión policial que el estado español descargó sobre los últimos en nombre de los primeros, tanto esa noche como en otras oportunidades. En Madrid, durante cuatro días, se dio por hecho que todo aquél que portara la mochila de la JMJ era inocente: angelitos piadosos venidos de todo el mundo a escuchar el mensaje de paz del vicario de Cristo.



Los medios españoles, en general, también se pusieron guantes de seda. No siendo español ni lector habitual de esos medios, me cuesta navegar la intencionalidad política e ideológica que cada uno tiene, pero en algún caso la distorsión es obvia: por ejemplo, Público dice:
La policía ha desalojado a la fuerza la Puerta del Sol después de que esta fuera tomada por los manifestantes de la marcha laica, que consiguieron acceder al interior de la plaza a pesar de los intentos de varios peregrinos de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) por bloquear su entrada.
Lo que ocurrió fue que la plaza fue tomada por los papistas a sabiendas de que la marcha laica debía pasar por allí, y la policía les hizo el trabajo sucio de “liberarla” para ellos. Hubo desinteligencias de parte de los organizadores de la marcha y también reacciones violentas, pero claramente aisladas. Como dice el documentarista Stéphane M. Grueso, testigo de lo ocurrido, en su blog, algunos cometieron el error de encauzar su protesta hacia los peregrinos, cuando ésta en realidad era hacia el gobierno, las empresas patrocinadoras y la injerencia de la Iglesia en asuntos políticos. Los peregrinos (y ésta es mi opinión) eran entusiastas pero no fanáticos; mucho cántico, mucha ovación, mucho “Benedicto, equis-uve-palito”, pero no responsables directos del oscurantismo feroz y del odio que rezumaban las sentencias del Papa que ellos aplaudían.

La JMJ da para más, pero lo iré procesando de a poquito. Entiendo que debe haber sido muy desagradable, salvo para los papistas, pero también un poco emocionante, por la reacción que se produjo. El Papa ya no es bien recibido en países donde antes podía contar con la adulación y las genuflexiones de todos. Y no sólo no es bien recibido sino que las protestas son ruidosas, mediáticas, inolvidables. Es inevitable que haya excesos: se trata de gente harta, protestando contra un trato manifiestamente privilegiado, pagado por sus impuestos, hacia una organización y una persona que representan la intolerancia y el oscurantismo a nivel global. Esto no va a ser fácil. Siempre es más sencillo aplaudir y agachar la cabeza que gritar las propias razones a quienes no quieren oírlas.

lunes, 22 de agosto de 2011

Efemérides del 22 de agosto

Un día como hoy, 22 de agosto, pero en 1760, nacía en algún lugar de la Marca de Ancona, hoy Italia pero entonces bajo dominio eclesiástico, Annibale Francesco Clemente Melchiorre Girolamo Nicola Sermattei della Genga Periberti di Fabriano, mejor conocido (y más fácilmente recordado, obviamente) como León XII, Papa de la Iglesia Católica Apostólica Romana.

No es habitual encontrar virtudes sin mancha en los líderes político-religiosos, a quienes el poder absoluto tiende a corromper, pero León XII sobrepasó la marca habitual. Conservador moral estricto, tomó medidas tales como prohibir bajo pena de excomunión la venta de vestidos ajustados o traslúcidos, las ovaciones en los teatros, la venta de alcohol en los bares y los juegos de azar durante domingos y fiestas de guardar. Decretó que los judíos no podían efectuar transacciones financieras con cristianos y que no podían ser dueños de inmuebles dentro de los Estados de la Iglesia, además de someterlos, junto al resto de la población de Roma, a escuchar lecciones de catecismo católico. El exilio de muchos judíos hacia regiones fuera del dominio papal agudizó la crisis económica reinante.

La obra de León XII contra el progreso no se limitó a Roma, sin embargo: también condenó la independencia de las colonias españolas, llamando a los obispos americanos a recordar a sus fieles las virtudes del rey Fernando el Católico y repudiando la aparición de juntas de gobierno locales que veía “salir, a la manera de langostas devastadoras, de un tenebroso pozo” (Apocalipsis 9:1-3).

No parece ser cierto, sin embargo, el rumor histórico de que León XII prohibió la vacunación contra la viruela. Este mito parece haber surgido de los reportes de viajeros ingleses protestantes, del feroz oscurantismo del papado y de las múltiples reglas absurdas instauradas por el pontífice, que hicieron que su muerte fuera celebrada, más que lamentada, por el pueblo.

jueves, 18 de agosto de 2011

Podcast, episodio 9: la JMJ y el 17A


En esta edición del podcast de Alerta Religión: la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), el festival de los fans católicos de Benedicto XVI, en Madrid, provoca una “marcha laica” en respuesta. Obsceno gasto y pseudo-espiritualidad con la ayuda de un estado español sometido al Vaticano.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Efemérides del 17 de agosto


Un día como hoy, 17 de agosto, en 1959, nació Vernon Wayne Howell, más conocido por el nombre que adoptó más tarde y con el que entró a la posteridad: David Koresh. Cuando murió en un incendio posiblemente autoprovocado, junto con 54 adultos y 21 niños encerrados con él en un rancho en Waco, Texas, terminó una historia que todavía nos impresiona, aunque no es sino un brote pequeñísimo en el inmenso árbol de las locuras religiosas.

En su defensa sólo se puede decir que la vida nunca le sonrió: nacido de una madre adolescente abandonada por su pareja dos meses de nacer su hijo y vuelta a emparejar con un alcohólico violento al poco tiempo, dejado luego a su vez por su madre —a los cuatro años— en manos de su abuela, y según él víctima de violación en su niñez, Koresh tenía pocas posibilidades de lograr cualquier tipo de notoriedad; el destino o la casualidad se la dieron de la peor forma.

Koresh era un “cristiano renacido”, según él, en una iglesia de la Convención Bautista del Sur (la misma denominación que los infames televangelistas Jerry Falwell y Pat Robertson). Se hizo miembro de los Adventistas del Séptimo Día y luego pasó a los davidianos, una secta que había sido expulsada en 1930. George Bernard Shaw dijo una vez que el martirio es la única manera en la que un hombre puede hacerse famoso sin tener habilidad para nada; Koresh la tuvo al menos para crear una secta dentro de otra secta, hacerse de jóvenes de las que abusar sexualmente y acumular una gran cantidad de dinero. Las doctrinas que predicaba no eran en absoluto extrañas al cristianismo ni muy distintas de las de los adventistas mismos o las de miles de otras congregaciones religiosas que hoy florecen en Estados Unidos y el mundo; lo que las hizo letales fue el culto a la personalidad de Koresh, que no se limitaba a ser un megalómano ni un simple pervertido sexual (cosas nada infrecuentes entre los líderes religiosos) sino que tenía plena conciencia de la necesidad de contar con medios violentos de defensa para el día en que las autoridades vinieran por él.

Para no dejar las citas famosas, podemos terminar con una de Umberto Eco que es singularmente pertinente: “Témele a los profetas y a aquellos preparados para morir por la verdad, ya que como regla hacen que muchos otros mueran por ellos, con frecuencia antes que ellos, y a veces en vez de ellos.”

martes, 16 de agosto de 2011

Abducción de María

Mi colega Ezequiel, de Proyecto Sandía, me recordó ayer que no había escrito nada sobre la Asunción de la Virgen María, que se celebra el 15 de agosto. Ansioso por ilustrar a mis lectores menos indoctrinados sobre esta notable pieza de la mitología cristiana, decidí hacerlo hoy, aunque más no sea brevemente.

La Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa son notables por su veneración de objetos y lugares relacionados a santos y afines (desde pequeñas capillas hasta huesos de los dedos, trozos de tela o cachos de cartílago). Sin más, la industria montada en torno a los lugares en “Tierra Santa” donde supuestamente nació, caminó o murió el Hijo de Dios alcanza niveles tan obscenos que incluso alguien poco escéptico puede llegar a sentirse incómodo. Notablemente, no hay nada de esto asociado a la Virgen María, si se descuentan los santuarios de las múltiples advocaciones surgidas muy a posteriori. ¿Por qué?

De María no se sabe casi nada; sus padres Ana y Joaquín son totalmente conjeturales (lo que no ha impedido que se los haga santos) y su vida luego de las últimas reuniones con los apóstoles se pierde. Pero la naturaleza de la mente hambrienta de mitología aborrece el vacío: lo que se desconoce se vuelve mito. Así comienzan a aparecer, en el siglo IV, las primeras referencias al pasaje de María a la inmortalidad.

En la teología cristiana las almas de los muertos justos van al cielo mientras el cuerpo se pudre en la tierra, pero al final de los tiempos los cuerpos también serán restaurados, no se sabe muy bien con qué objeto ni en qué lugar físico. Pero a María, por ser madre de Dios, se le concedió el favor de ser asunta (llevada) al cielo en cuerpo y alma al momento de su muerte. Este último detalle no está claro: algunos dicen que María murió pero fue resucitada inmediatamente, otros que sólo se durmió (esto —juro que no lo estoy inventando— se denomina la “Dormición de María”). Tampoco sabemos muy bien en qué sentido el cuerpo de María puede “estar en el cielo” (físicamente). Hace unos siglos todavía se creía (más o menos) que el cielo de los creyentes era un lugar que estaba más allá de las esferas planetarias y de las estrellas fijas, pero ya no: ahora el cielo y el infierno son simples “estados”, más o menos como el malhumor o el relajamiento poscoital, pero eternos.

La etimología de asunción es curiosa: hoy en día no se usa más que para referirse a la festividad de la Virgen (y de allí el nombre de la capital de Paraguay), y su verbo correspondiente, asumir, tiene un significado completamente distinto. Originalmente la palabra latina era assumere, que significa “encargarse, hacerse cargo”, a su vez de ad- (“hacia”) y sumere < sub-emere (“tomar”, con connotación de “someter”): la idea de poner algo bajo control propio, es decir, hacerlo su asunto. Dios no iba a dejar que la madre de su hijo quedara librada a la misma suerte que el resto de los pobres mortales que había creado: era su asunto/asunta personal. No sabemos qué habría opinado María del tema; los católicos la adoran porque tenía el sí fácil (con Dios, al menos), pero en este caso seguramente no pudo decidir, porque estaba o muerta o dormida.

Abducción tiene la misma raíz que seducción: en su origen, ambas palabras implican convencimiento y voluntad del convencido. Pero si prescindimos de esa débil conexión y adoptamos el significado actual, podemos decir que lo que para Dios fue una asunción (encargarse de su asunto), para María y para quienes estaban con ella debió ser más bien una abducción. De hecho, una abducción extraterrestre.

lunes, 15 de agosto de 2011

Escucho voces


Cuando leí que Benedicto XVI había dicho que “Dios habla en el silencio, pero hay que saberlo escuchar”, enseguida me causó gracia la forma en que esta declaración perfectamente tonta deja en claro que Dios no existe. Dios nunca está bien definido, pero si algo se repite en las vaguedades que los creyentes repiten como loros sobre su supuesto creador es que Dios es empíricamente indistinguible de la nada (si fuera distinguible sería empíricamente testeable —se podría decidir objetivamente si existe o no— y ya no sería necesaria la fe para creer en Él; reclamarle a Dios pruebas de su existencia es “tentarlo”, lo cual es un pecado prohibido por las Escrituras).

Pensándolo un poco mejor se me ocurrió que Benedicto estaba diciendo una gran verdad sin saberlo. Efectos muy conocidos de la privación sensorial son la producción de alucinaciones y la pérdida subjetiva de los límites entre el propio cuerpo y el resto del mundo. El silencio (incluyendo el silencio propio, el voto de silencio) y el aislamiento físico, acoplados a una alimentación frugal, a la abstinencia sexual y a una disciplina estricta, son herramientas típicas de las órdenes religiosas. No es coincidencia que se parezcan a las normas de una cárcel.

La privación sensorial prolongada puede tener efectos devastadores (por eso se la utiliza como forma de tortura). Cuando la mente no recibe estímulos sensoriales, tiende a crearlos. No es raro que quien está obligado a callar y rodeado por personas en la misma situación comience a escuchar voces en su cabeza. Menos todavía si le vienen machacando con que debe escucharlas si es que nada anda mal. Es verdad que Dios habla en el silencio.

viernes, 12 de agosto de 2011

Efemérides del 12 de agosto

En un día como hoy, 12 de agosto, en el año 1484, murió Francesco della Rovere, más conocido como el Papa Sixto IV. En su honor es que la Capilla Sixtina lleva su nombre, por ser él quien la inauguró como tal. Sixto IV es famoso por su apoyo a la Inquisición, por su consecuente nepotismo, por su participación en la conspiración Pazzi para asesinar a los hermanos Giuliano y Lorenzo de’ Medici, por su llamado a una cruzada contra los otomanos (uno de sus primeros actos de gobierno), por anular los decretos reformistas del Concilio de Constanza y por confirmar y explicitar el derecho de los reinos cristianos a comprar o adquirir por la fuerza esclavos africanos (que no fueran a su vez cristianos, aunque el objetivo final era convertirlos). Casi un santo, vamos.

(No sé todavía si inaugurar una sección de efemérides, pero para aquellos a quienes interesen estas cosas, ahí fue una. Quizá vengan otras, quizá no.)

miércoles, 10 de agosto de 2011

Que te calles, Benedicto

Como saben, este mes de agosto el monarca teocrático de la modestamente llamada “Santa Sede”, el teólogo anteriormente conocido como Joseph Ratzinger, va a estar unos días en Madrid, España, en medio de la organización de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), una especie de revival católico. El gobierno español, al que los obispos consideran apenas un poco menos que un instrumento de Satanás, generosamente ha concedido todos los favores que la ley permite, y algunos más, a la Iglesia Católica, de manera que Benedicto XVI pueda ir por donde desee con toda la pompa de un rey medieval, sin pagar un céntimo de euro.

Ahora bien, como en la católica España en realidad es una minoría decreciente la que asiste a misa, cree en los dogmas y cumple con las represiones afectivo-sexuales exigidas para ser católico de pro, no es de extrañar que muchos españoles sean indiferentes a la venida del vicario de Cristo, y unos cuantos estén de hecho molestos. Para empezar está la crisis económica: en un tiempo de abundancia el principio sería válido igualmente, pero en un momento de estrecheces no parece correcto que el estado financie los gastos de una gira de Benedicto XVI. La visita costará bastante dinero y nadie sabe cuánto exactamente, o si el turismo compensará el gasto; lo único seguro es que la Iglesia no la pagará.

Entre los defensores de la religión siempre algunas figuras no creyentes que, a fuerza de ser moderadas, terminan justificando lo injustificable. Como Felipe Muñoz, que escribe en Diario Siglo XXI un artículo titulado “La visita del Papa y el espantoso silencio”, en el que se despacha con tantas tangentes irrelevantes al tema que me he visto obligado a desmenuzarlo párrafo por párrafo. Muñoz es un ateo de los que le gustan al Papa: reflexivo, moderado, balanceado, a todas luces un candidato al ridículo Patio de los Gentiles.

Parafraseo levemente en lo que sigue. Comenzamos, como quien dice, con el pie izquierdo.
La mayor parte de los españoles aún cree a pies juntillas en la leyenda negra sobre la Iglesia Medieval… En España existe cierta tradición política anticlerical, de la que los sectores de la Memoria Histórica se sienten todavía orgullosos (ignorando que, en su tiempo, la tradición se convirtió en matanza).
La “leyenda negra” es por definición un invento, pero los hechos no legendarios siguen ahí. Que los protestantes hayan inventado crímenes de los católicos, y que los hayan cometido ellos también, no quita que la Iglesia Católica medieval haya sido una institución que empleaba torturadores profesionales y que cada tanto hacía quemar viva a una persona. En cuanto a la tradición anticlerical, ¿tendremos que creer que surgió de la nada, así porque sí, porque a los españoles de un día para el otro les empezaron a caer mal los curas? ¿No habrá tenido nada que ver con siglos de oscurantismo coronados por cuarenta años de dictadura fascista bajo palio? Pero incluso borrando la Inquisición y el franquismo, hay muchas otras razones para oponerse al papado.
Pasemos, también, de la constatación de que muchos medios de comunicación […] manipulan por sistema todos los escritos y todas las tomas públicas de posición eclesiásticas […] hasta el punto de que, por ejemplo, la moral sexual católica es reducida a la prohibición del preservativo.
Muy mal, porque la moral sexual católica es mucho más: es el rechazo a toda forma de sensualidad que no tenga como objetivo explícito la producción de futuros católicos dentro de una unión matrimonial sacramental. Y esta moral íntegramente antisensual y antisexual debería ser más estudiada por los medios. La Iglesia no sólo condena el preservativo: en tanto es imposible (salvo patológicamente) no sentir deseo y no desear placer, nos condena a todos.
España, como país, debe hospitalidad a Benedicto XVI, como la debe a cualquier mandatario, y a cualquier persona en general, que visite nuestro país.
Quisiera obviar el tema de los inmigrantes ilegales, pero no puedo. Darle “hospitalidad” a Benedicto XVI durante unos días cuesta tanto como lo que consume un inmigrante ilegal en varios años (si es que no trabaja y se dedica a vivir del estado). Y un inmigrante ilegal somalí que huye del hambre necesita mucho más esa hospitalidad que Benedicto XVI.
El Papa es gobernante de un país con el que España mantiene relaciones diplomáticas amistosas. Y, a su vez, además de ser uno de los filósofos más importantes de la actualidad…
El Vaticano es un país porque hace siglos un emperador romano decretó que el catolicismo (fundado por uno que dijo “mi reino no es de este mundo”, si mal no recuerdo) sería la única religión permitida, y los líderes de esa religión, con prerrogativas de príncipes, se asignaron un territorio en la Península Itálica, que luego se vio reducido hasta menos de la mitad de un kilómetro cuadrado, acordados con un dictador fascista con el cual no tuvieron empacho en acordar para preservar sus tesoros y una sede para su poder terrenal. Todos los países son accidentes históricos, pero el Vaticano es casi una broma histórica.

El Papa es un hábil teólogo, es decir, un retórico. Dudo que muchos filósofos actuales lo consideren un referente importante. La filosofía busca la verdad; la teología prescinde de la verdad al asumir a priori una entidad incomprobable como base de toda la existencia. De más está decir que aunque fuera el filósofo más importante del planeta, eso no justificaría paralizar una ciudad y gastar millonadas en un evento de fans para homenajearlo.
Si hubiéramos de tener en cuenta la historia de cada país o de cada institución a la hora de recibir a sus mandatarios, no existirían las relaciones diplomáticas en absoluto.
Quizá no. Pero un objetivo de mínima deseable sería no recibir a líderes de instituciones que obstruyan sistemáticamente iniciativas globales y locales de salud o de lucha contra la discriminación, por ejemplo. El Vaticano hace lobby contra la anticoncepción, desinforma sobre los medios de prevención de enfermedades de transmisión sexual, sobre el aborto y sobre la abstinencia, y promueve la discriminación hacia los homosexuales.

Hay un par de párrafos sobre el relativismo, con los que estoy completamente de acuerdo. La verdad no se vota. Es una tontería pedir que la Iglesia se democratice. La Iglesia es una asamblea (eso significa la palabra) pero sus miembros no se reúnen para decidir, sino para someterse en conjunto. Por eso me causan un poco de lástima los progresistas de la Iglesia, que dicen querer cambiarla desde adentro.

El breve interludio de sensatez se interrumpe con esta patética justificación de la imposición religiosa:
Imagínense, por un momento, que ustedes están convencidos, fuera de toda duda, de que el mundo (todas las personas que lo componen), está en peligro. E imagínense que ustedes, a su vez, conocen, fuera de toda duda, la manera de salvar la vida a todos. Y, por último, imagínense que se encuentran con otras personas que creen lo mismo que ustedes y organizan una institución para comunicar más eficazmente, a todo el mundo, la forma de salvarse.
En ese caso, ¿aceptarían tranquilamente que se les pidiera que mantuvieran sus creencias en privado, por “respeto” a los demás? ¿Qué clase de respeto es ésa? ¿No es más respetuoso, a la par que más noble, comunicar a todo el mundo que está en peligro y lo que tiene que hacer para salvarse? Aunque uno contemplase la posibilidad de estar equivocado, ¿no seguiría adelante, de todos modos? ¿No contaría lo que sabe a todo el que quisiera escucharle y aún al que no quisiera?
Con este argumento es posible justificar cualquier cosa, incluyendo la tortura hasta lograr que el no creyente se convierta. Al fin y al cabo, el cuerpo es sólo una envoltura temporal para nuestra alma: que el cuerpo sufra para que el alma se salve es racional, ¿no? Pero aquí ya nos desviamos del tema. Porque claramente esto no es un asunto de libertad religiosa. Tiene que ver con los lugares que uno toma y hasta dónde la sociedad se lo permite. La Iglesia ocupa muchos lugares de privilegio en España (como en la mayor parte de los países de Occidente) y resiste fieramente, no digamos el sometimiento a las mismas leyes que cualquier ONG, sino la mera equiparación con el resto de las religiones e ideologías —privilegiadas pero no tanto— que también creen, cómo no, que tienen la verdad que salva al mundo y la obligación de proclamarla. Esa discusión es otra. Aquí se plantea si está bien que un estado laico le ceda el control de una ciudad capital a una organización religiosa y le pague los gastos a su líder, que viene a proclamar sus verdades, con dinero de los impuestos de ciudadanos que en su mayoría no concuerdan con esas verdades. (Y si concordaran, podrían pagar ellos los gastos.)

La cita final da nombre al artículo:
“La voz del Papa ha dado ánimo a muchos hombres y a pueblos enteros; en los oídos de muchos ha sonado también dura y cortante, e incluso ha suscitado odio; pero, si enmudece, será un momento de silencio espantoso”.
Nuevamente recurriendo al patetismo. El Papa cuenta —por alguna razón que no comprendo— con la voz de sus representantes en las Naciones Unidas. Tiene cientos de miles de representantes que trabajan para transmitir su mensaje, gratuitamente, en todo el planeta. El Vaticano es propietario de escuelas y medios de difusión, y sus fieles más ricos aportan a la Iglesia cantidades ingentes de dinero. La voz del Papa no corre peligro.

No sé a quiénes puede dar ánimo un mensaje de sumisión, antiintelectual, de supresión de los placeres y de las libertades, como el de Benedicto XVI. Pero no hace falta que ningún ateo de principios se preocupe por el acallamiento de esas voces odiosas. Las ideas reaccionarias y antihumanistas no son patrimonio exclusivo del Papa, y aunque les ayuda a propagarse, no necesitan (lamentablemente) que estados soberanos supuestamente aconfesionales les den más lugar del que ya tienen. Que esas ideas, las ideas de Benedicto XVI y de sus acólitos, se defiendan solas, por sus propios méritos.

martes, 9 de agosto de 2011

Apunten al pastor

La noticia en sí no es gran cosa: un pastor protestante holandés, el reverendo Klaas Hendrikse, afirma que no cree que Dios exista como persona sobrenatural, ni que Jesús haya sido el Hijo de Dios, ni que haya vida después de la muerte. Esta clase de religión abstracta en la cual todo es metáfora o símbolo está de moda tanto entre ateos que no se animan a ser ateos como entre creyentes que creen que así pueden zafar de las críticas racionales dirigidas a las creencias tradicionales.

Lo que llama la atención (aunque tampoco es para sorprenderse, la verdad, vista la cantidad de fanáticos que pululan) son las reacciones de los creyentes. Algunos comentarios selectos en la nota que cito arriba, a continuación.

Éste es toda una ternura con su banda rosa y su tiara:



A éste le causa gracia la “enfermedad” de pensar de manera distinta a su indoctrinamiento:



Éste es un bot:

Y éste, que tiene cara de tipo con el que te podrías encontrar de mochilero en cualquier parte y charlar de la vida, está sediento de sangre:

La incompetencia ortográfica y gramatical dan un poco de risa, pero yo creo que deberían causar más miedo que risa. Dejando aparte lo fácil que es para mí encontrar ejemplos risibles/temibles de intolerancia cristiana, cada uno de estos comentarios debería ser una razón más para luchar contra la propagación de esta religión funesta.

sábado, 6 de agosto de 2011

Podcast, episodio 8

En esta edición del podcast de Alerta Religión: un poco más sobre la Marcha por la Familia Heterosexual Cristiana. El “Día del Orgullo Heterosexual” que declararon los diputados de la derecha evangélica de la Cámara Municipal de São Paulo (Brasil), porque los homosexuales son una minoría privilegiada. La locura galopante del supuesto teólogo Paul Begley anunciando que las aguas de un lago en el estado de Texas se han convertido en sangre y es una señal del Apocalipsis, a pesar de que los expertos creen que se trata simplemente de una bacteria que colorea el agua de rojo y que prospera en aguas con escaso contenido de oxígeno. Y el repudio de la comunidad cristiana (o sea, de un puñado de pastores evangélicos con llegada a los medios) por las injustificables pintadas con que se atacó el Monumento a la Biblia que se erigió (pagado por el erario público) en la Plaza Sáenz Peña de Paraná, Entre Ríos.

jueves, 4 de agosto de 2011

Marcha “por la familia”

El domingo por la tarde empecé a ver en mi timeline de Twitter algunos tuits provenientes de Chile y referentes a una “Marcha por la Familia”. Supuse enseguida (y correctamente) que se trataban de una marcha anti-homosexual (porque, como todos sabemos, los homosexuales convierten a aquellas personas normales que tocan y las hacen abandonar a sus familias) y que era un evento organizado por cristianos (porque, como todos sabemos, el dios cristiano odia a los homosexuales y desea que sus fieles los odien también).


La semana anterior, las iglesias evangélicas habían convocado a una “oración masiva” contra los derechos de los homosexuales, con gran despliegue. La marcha “por la familia” fue convocada conjuntamente por evangélicos y católicos, unidos en una plataforma llamada Transforma Chile.

Tal como ocurrió en Argentina y como está ocurriendo en otros países de Latinoamérica (Colombia y Brasil me vienen a la memoria), las organizaciones que representan a las minorías sexuales, los cuerpos legislativos y la sociedad en general han observado que hay un apoyo importante, a veces mayoritario, antes no expresado o reprimido, a la idea de que los derechos civiles no pueden ser restringidos por barreras dogmáticas. Y la reacción a este despertar también es común a los distintos países: una alianza entre una minoría conservadora pequeña pero radical, generalmente cristiana (evangélica o católica), y una minoría considerable de ciudadanos con vagos y fluctuantes valores tradicionales, orgullosamente ignorantes, que juntos tratan de impedir que las personas que no son como ellos obtengan sus mismos derechos. Provienen de una misma matriz de intolerancia y sus argumentos parecen sacados todos de un mismo molde, con escasas variaciones. Ni los voy a repetir aquí, porque ya lo hice (y los refuté) cuando se debatió el matrimonio igualitario aquí en Argentina.

En Chile la batalla parece más complicada de ganar, y los cristianos antiderechos han logrado y exhibido adhesiones francamente preocupantes, como denuncia MOVILH (el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual): en la “Marcha por la Familia”, junto a los niños y a las parejas felices de discriminar al prójimo, iban integrantes del movimiento neonazi (y pro-familia) Frente de Orden Nacional, al grito de “Chilenos unidos contra el pervertido”.

Foto: Difamadores
Por otro lado, algo auspicioso es que las afiliaciones religiosas están claras desde el principio. En Argentina las iglesias se movilizaron sólo cuando se vieron cerca de la decisión final del Congreso; en la superficie del debate todos los activistas homofóbicos pretendían presentar argumentos legales o científicos, y en el prolongado debate parlamentario final la ponencia del único legislador que hizo su alegato basándose explícitamente en la mitología cristiana fue considerada ampliamente como la peor de una noche rica en estupideces.

Desde el punto de vista racional, la causa antiderechos está condenada a perder. Pero no se puede soslayar la presión de los credos intolerantes sobre los políticos, incluso si éstos son gente razonable y abierta. Ojalá que Chile logre dar el paso al frente pronto, dejando atrás y protestando a los patéticos y egoístas manifestantes que vimos desfilar por las calles de Santiago.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Podcast, episodio 7

En esta edición del podcast de Alerta Religión: tres noticias, de mayor a menor, con puntos de contacto con las tres religiones abrahámicas. En Arabia Saudita, un respetado académico musulmán dice que es antiislámico legislar sobre la edad mínima para casar a una mujer (si el Profeta era pedófilo, ¿cómo no van a serlo los fieles?). En Israel, el parlamento se niega a convertir en derecho el matrimonio civil. En España, católicos preocupados por la creciente marea de bastardos (uno de cada tres niños nace fuera del matrimonio) especialmente desde que la ley ya no los discrimina por ser bastardos, qué desgracia.

martes, 2 de agosto de 2011

Posters ateos brasileños

Me avergüenza decir que me llega una noticia de Brasil vía un blog estadounidense, pero así es. Se trata de los posters contra el prejuicio hacia el ateísmo que ha hecho públicos ATEA (Associação Brasileira de Ateus e Agnósticos) y que Hemant Mehta de Friendly Atheist reproduce con sana envidia, preguntándose cuál sería la reacción si aparecieran en Estados Unidos. Allí, pequeños avisos en buses urbanos que decían “Puedes ser bueno sin [creer en] Dios” fueron objeto de furibundos ataques verbales y recursos legales por parte de cristianos intolerantes. Qué pensarían de lo que sigue…

Charles Chaplin: no cree en Dios.
Adolf Hitler: cree en Dios.
LA RELIGIÓN NO DEFINE EL CARÁCTER.

Si Dios existe, todo está permitido.

(Hay otros dos anuncios, un poco menos chocantes.) ATEA no la ha tenido tan fácil. Varias empresas de ómnibus han rechazado los anuncios porque son “ofensivos” o porque “discriminan” por razón de religión. Es obvio que pueden resultar ofensivos; lo que no se entiende es por qué eso es impedimento. Los anuncios de Coca-Cola donde una cena familiar aburrida se vuelve una fiesta cuando mamá coloca la botella en el centro de la mesa, así como la mayoría de los anuncios políticos de campaña, los de automóviles y los de productos de limpieza, son un insulto a la inteligencia, pero nadie pide que se los prohíba. En cuanto a la discriminación: ¿dónde está? El hecho histórico de que Hitler creía en Dios y Chaplin no está suficientemente documentado. La reflexión sobre cómo la fe religiosa puede utilizarse para justificar atrocidades de todo tipo no es nueva ni proviene exclusivamente de activistas ateos rabiosos.

Brasil es una sociedad saturada de religión e infestada de iglesias fundamentalistas cristianas. Es diversa pero intolerante de quienes no creen en ninguna de las muchas opciones disponibles. Saludo la iniciativa de ATEA y espero que alguna vez podamos repetirla en Argentina.