jueves, 2 de octubre de 2008

Reflexión sobre Alexia González-Barros

Atención: Ésta no es una "alerta". Se sale del tema principal de este blog porque no es una denuncia ni una expresión de indignación. Ocurre, simplemente, que estoy perplejo.

La Iglesia Católica está estudiando la beatificación (primer paso hacia la santidad) de Alexia González-Barros y González, una española nacida en 1971 que murió de cáncer a los 14 años, en 1985. Como estas cosas toman tiempo y requiere (entre otras cosas) recolectar testimonios, y también como recuerdo, sus familiares montaron un sitio web. La causa por la beatificación pasó por Madrid y por Roma y ahora está envuelta en los vericuetos de la burocracia vaticana. Todo esto no tiene nada de raro, aunque a nosotros apóstatas nos parezca un poco... bizantino (que es una forma suave de llamarlo ridículo y complicado).

¿Por qué razón Alexia podría ser declarada santa? ¿Qué hubo en su vida que le dio tal fama? Bien, resumiendo: Alexia era una niña madrileña de clase media, de familia católica del Opus Dei (escalofríos) y numerosa como Dios manda; estudió en colegio de monjas, tomó la Primera Comunión en Roma junto a la tumba del tenebroso Josemaría Escrivá de Balaguer, y viajó con la familia a Jerusalén a besar el piso del lugar donde el folleto de turismo dice que nació Jesús; al año siguiente se le diagnosticó un tumor maligno, y después de sobrellevar diez meses con gran entereza tratamientos y dolores, murió.

Si todavía no encuentran nada que amerite una declaración de santidad, bien, yo tampoco.

El mérito que en esta pobre niña hallan sus promotores póstumos es que era amable y servicial, que era devota del fundador del Opus (escalofríos), que rezaba mucho, y que le decía con frecuencia a la imagen de Jesús crucificado que si era Su voluntad que ella sufriera, entonces ella quería sufrir, y "ofrendar el intenso sufrimiento y las numerosas limitaciones físicas que padecía por la Iglesia, por el Papa y por los demás."

No estoy inventando esto, lo copio textual de su sitio web. Esta gente cree, y educó a su hija para que creyera, que el sufrimiento es algo bueno..., que Dios a veces quiere que los niños sufran horriblemente y se mueran de cáncer a los 14 años. Para estos cultistas de la muerte, el dolor es una ofrenda, un sacrificio que si se hace bien sirve para honrar a Dios y pedir por los demás.

Hace milenios, los israelitas degollaban y quemaban animales para propiciar a Yahveh, su dios. Hay quienes dicen que el cristianismo avanzó con respecto a estas prácticas al transformar el sacrificio sangriento de animales vivos en un sacrificio simbólico, la repetición ritual de la muerte de Jesús. Ya vemos que el avance no ha llegado tan lejos. Es como si los católicos devotos siguieran creyendo en el sacrificio real, un sacrificio humano, pero sin llegar a ponerlo directamente en práctica.

Entiéndase claramente que no estoy acusando a los padres y hermanos mayores de Alexia de hacerla o dejarla sufrir, o de alegrarse por su dolor. Sólo estoy pensando por escrito en la terrible disonancia cognitiva que la enfermedad y el sufrimiento extremos pueden causar en personas que saben lo que es el dolor, y les resulta indigno e injusto, pero al mismo tiempo están convencidos de que el mismísimo creador del Universo, el supremo Amor, el Padre de todos nosotros, permite ese dolor, y de alguna forma lo quiere y lo recompensa. No estoy calificado, ni por asomo, para trazar un perfil psicológico de estas personas.

Todo esto salta ahora a mi atención porque los hermanos de Alexia se están quejando de que el director de cine Javier Fesser, en su película Camino (por estrenarse en un par de semanas, pero ya vista en el Festival de San Sebastián), distorsionó la historia de la vida y muerte de Alexia, sin haberles pedido autorización ni hablar con ellos. Por lo que parece, Camino es más bien una historia "de amor y muerte" en una típica familia católica conservadora, y Frasser dice que si bien las partes referidas al Opus Dei son reales, el resto es ficción; pero la familia está comprensiblemente molesta porque aparece el nombre de Alexia a pesar de que ellos se oponían, y porque en la escena de la muerte de la niña Fesser se tomó una licencia artística de muy mal gusto.

También es muy posible que estén enojados porque la película pone el acento en los aspectos desagradables de vivir en el abrazo opresivo de los tentáculos del Opus Dei, o porque Fesser es un ateo confeso. No he visto la película, por lo cual no puedo opinar sobre su calidad o veracidad; una crítica cristiana dice que es una parodia y un insulto, otros dejan en pie la afirmación del director ("Camino no es un diagnóstico sino una radiografía del Opus Dei"), y en general parece difícil valorarla sin contar con los sentimientos y convicciones de cada uno. Hay disponible un trailer en YouTube, que la verdad no me inspira confianza... Pero ya veremos, cuando salga, y la podremos discutir aquí.

5 comentarios:

  1. Antonio, me queda la duda de si has leído el artículo que escribí, o sólo te atrajo el título. Me parece que los comunicados que detallas son informativos pero se tratan más de defender la imagen del Opus Dei que de otra cosa.

    Coincido en que utilizar el nombre y la historia de Alexia para una obra así es de muy mal gusto. Pero mi intención no fue hablar de la película o del Opus, sino de Alexia y su familia, y sus actitudes frente al dolor y la muerte. Como bien dice uno de los comunicados, es porque no entiendo esta celebración del dolor y la enfermedad, y no entiendo qué tiene de "santo" sufrir mucho y morir joven, por muchas oraciones que se recen.

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  2. Carta a Javier Fesser

    No conozco a Alexia, ni a su familia, ni al Opus. Y puedo decir q tampoco conozco mucho a Dios.

    Soy madre de una niña de 7 años muy malita de cáncer. Ni un solo DIA le he oído una queja, ni ha preguntado un por qué a su enfermedad. Cuando no aguanta más el dolor sus mejillas se llenan de lágrimas. Y nosotros nos desconsolamos. Sin duda ella es más valiente q nosotros.
    Todas las mañanas me acerco a su cama y doy gracias por el tesoro de hija q hemos recibido. A su lado hemos comprendido como se puede ser feliz y sufrir a la vez.
    Somos felices porque su presencia entre nosotros llena nuestros días. Y a la vez sufrimos porque no podemos hacer nada para retenerla con nosotros y nos cuesta ver como se va apagando lentamente. El día que se vaya de nuestros brazos se nos romperá el corazón y sin embargo a veces quisiera q fuera ya para dejar de verla sufrir. ¿Quien puede resistir ver como se nos escapa sin poder hacer nada? Javier, No se si puedes comprender lo que te digo, o lo que sentirían los padres de Alexia. No se parece a tu película, verdad?

    Quien sabe si algún día Dios ponga un hijo moribundo entre tus brazos... ¿serás capaz de repetirle lo q dices en tus entrevistas? Quizá el mundo te cambiaria de color...Quizá es una cuestión de ponerse en el lugar del otro.

    Creo que tu película no solo nos ha herido a nosotros, sino a todos los españoles, porque es un ataque frontal contra la Democracia, q sólo se puede construir sobre la tolerancia y respeto a las creencias de los demás. Podemos no estar de acuerdo, y podemos dialogar por ello, pero es una tiranía levantar la bandera de la libertad para violar los derechos de los demás.Y burlarse de su profundo sufrimiento gratuitamente.

    No dudo que seas un hombre con talento, pero me entristece ver que sea utilizado para hacer daño, en lugar de para construir esperanza. Te hubiera costado lo mismo y todos te hubiéramos aplaudido.

    Tampoco entiendo por qué el Gobierno dedica dinero público a financiar películas que hieren la sensibilidad de muchas personas en lugar de dedicarlo a la lucha contra el cáncer, o contra el alzeimer.

    Mi marido y yo hemos dudado mucho si escribirte esta carta, porque hay mucho q construir en esta sociedad como para perder tiempo en estas cosas. Pero al final lo hemos hecho por si estas palabras pueden ayudar a otros padres, o a otras personas. Nosotros hemos decidido q queremos buscar la verdad sobre ese Dios q sobrevive a la muerte, y que no permite que nuestra vida acabe en el vacío. Queremos dirigirnos a alguien del Opus Dei que pueda explicarnos tantos por qués que no entendemos. Quizá allí encontremos la respuesta q tu no has sabido darnos. Aunque para el mundo de hoy parezca imposible, creemos que quizá Dios sí pueda confortarnos.

    Teresa y Pablo.
    Padres de Maria Fernandez.

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  3. He decidido publicar el comentario enviado arriba porque es claro que estos padres querían expresar sus ideas en un foro público, aunque probablemente no sea éste el más adecuado. Teresa y Pablo, si están leyendo esto, por favor consideren enviar esta carta abierta a un periódico. No emito juicio sobre ella ni sobre la película de Fesser, que no he visto.

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  4. Pablo, que tú no entiendas cómo los demás enfrentan el sufrimiento (SU sufrimiento) no lo convierte en escalofriante. A mí no me dan escalofríos los viejos que ante el sufrimiento se fuman un porro (pero no por ello los dejo de respetar )A ellos -a los supervivientes- les ha servido, y eso vale.
    Mi comentario sobre la película (de la que sólo he visto el trailer y he leído algunos comentarios, y oído algunas entrevistas) es el siguiente: "hacer una película sobre una familia que sobrevivió como pudo a perder a un hijo con cáncer, contra la opinión de los sufrientes e insultándoles (porque se sienten insultados según declaran) es como mínimo de mal gusto pero el nombre que merece es hijoputada. Podía haber escrito la historia sobre el dolor, el amor y la muerte de otra manera.

    He leído el post, y entiendo que el que te envía un link con publicidad del opus, lo hace básicamente porque en tus primeros 4 párrafos te dedicas a poner (escalofríos) cada vez que citas al Opus. Cosa que por otro lado tiene que ver con la intención declarada de tu blog(nada que objetar)
    La carta del segundo post anónimo fue publicada el 1 de noviembre del 2008 en La Razón (no creo que los padres lo envíen a tu blog porque como tu dices no es el lugar).

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  5. Estimado Anónimo: Justamente porque no la entiendo es que a mí me resulta escalofriante la forma en que estas personas procesan el dolor. A cada cual lo suyo. Lo que no voy a decir, porque no lo creo, es que ellos tienen una visión superior a la mía porque tienen fe y yo no.

    Busqué partes del texto de la carta en Internet pero no la encontré. A veces la gente que no acostumbra navegar por Internet encuentra un blog y cree que es un foro público; por eso lo hice notar.

    Lo de los escalofríos es medio en broma, medio en serio, y los pongo porque el Opus Dei es una secta. No creo en las conspiraciones tipo Código Da Vinci sobre ella, pero es indudable que representan lo más desagradable de la Iglesia, y se trata de gente con mucho dinero y poder. Del Opus Dei como organización no me extrañaría nada que quisieran usar a Alexia para promocionarse, como según creo afirma la película. Pero aun sin eso serían gente complicada.

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