jueves, 20 de noviembre de 2008

Iglesia Argentina del Monstruo Volador de Espagueti

En estos días acabo de descubrir que hay una filial argentina de la Iglesia del Monstruo de Espagueti Volador (o Iglesia Pastafariana), cosa que me llenó de alegría. Por supuesto que soy ateo y no creo en el MEV, pero creo que es una buena idea que coexistan múltiples religiones en un país como el nuestro, que tanto tiempo ha vivido con el cuello apretado por la fría mano de la Iglesia Católica. Aunque sigo sosteniendo que las religiones son todas un veneno, está claro que los seres humanos necesitamos cierto sostén psicológico y algunos lo buscan en la fe. Siendo así, mejor que existan alternativas, y que haya debate interreligioso, para que ninguna religión se vuelva dominante y autoritaria.

Dado que el pastafarismo es tiene una moral sexual libre y que su deidad es mucho más sabrosa que las alternativas (la mayoría literalmente incomibles), le auguro un gran futuro en Argentina. Esto debería ser cierto especialmente en un país de inmigrantes italianos, donde casi no hay quien rehúse un par de albóndigas en un plato de fideos con tuco, y donde la piratería en su acepción más amplia es un pasatiempo nacional. De hecho no me asombraría descubrir una gran cantidad de cripto-pastafaris entre la abundante, abúlica feligresía del catolicismo, listos para emerger de su silencio cuando perciban la existencia de una masa crítica de creyentes entre nosotros.

2 comentarios:

  1. ¡Infiel! El MEV no necesita de creencias. Simplemente ES y si uno busca en su interior sabrá que existe. Sólo debes dejar que te toque con su tentáculo fideil.

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