sábado, 23 de junio de 2012

Demagogos ultramontanos

«Desde anteayer se corría un papel que suscribían los señores Goyena, Estrada, Lamarca, Navarro, Viola, canónigo Pinero, padre Magendie, etc., para que el soberano Congreso aquél declare que “La educación común es esencialmente católica”.

»La declaración propuesta por los demagogos ultramontanos es una violación flagrante de la Constitución y de las leyes, un retroceso a los tiempos anteriores a la Constitución, un robo en provecho propio de las rentas pagadas por todos para el beneficio y provecho de todos, y un acto de tiranía disimulado con las formas de la religión. El que no quiera aceptar la enseñanza católica, ¿es libre de retirar sus hijos de las escuelas públicas? ¿O vamos a introducir las dragonadas de Luis XIV, para extirpar en los hijos la herejía de los padres, con la aprobación de Bossuet
Domingo Faustino Sarmiento, 13 de abril de 1882, durante las sesiones del Primer Congreso Pedagógico Internacionalcelebrado en Buenos Aires, Argentina, en el que se discutió acaloradamente por primera vez sobre la laicidad o la confesionalidad de la “educación común” (educación primaria o elemental). El banco laico triunfó… más o menos.