“La raíz de toda religión es la alienación de las potencias que se encuentran en el interior de cada uno, la transformación de esas potencias en una hipóstasis, en dioses a los cuales pueda rendírseles culto. La carne de los dioses está hecha de la sangre de los hombres y lo que se le da a uno se le quita al otro.”
Michel Onfray, Cinismos. Retrato de los filósofos llamados perros. 1ª edición. Buenos Aires: Paidós, 2007. Pág. 154.
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