Hoy es el día del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas en Argentina. Algo interesante sobre el Censo 2010 es que, además de preguntarle a la gente si pertenece a una etnia indígena o si es afrodescendiente, se van a censar correctamente por primera vez las familias homoparentales (antes una pareja homosexual con hijos a cargo se consideraba una especie de error, según entiendo). En esto debe haber habido una influencia importante de la reciente sanción de la ley de matrimonio igualitario, aunque imagino que la metodología del censo ya estaba decidida en julio pasado.
De relevancia para el asunto que nos toca habitualmente está el hecho de que el cuestionario censal no incluye el ítem religión. Esto ha sido así en Argentina desde 1960. En otros países se sigue preguntando al censado por sus creencias religiosas, y hay quienes quisieran que el censo argentino de 2010 hubiese vuelto a incorporar el tema, como los investigadores del CONICET que en 2008 realizaron la reveladora primera encuesta sobre creencias y actitudes religiosas en nuestro país.
Cuando trascendió que el censo incluiría —implícitamente— la orientación sexual de los individuos adultos que viven en pareja, hubo cierto debate al interior de la comunidad LGBT porque el dato es verdaderamente sensible. Yo me pregunto si el mismo debate debería ocurrir con respecto a la confesión y la práctica de la religión.
Desde el punto de vista del activismo, la visibilización es de una importancia primordial, pero hay individuos que pueden no desear volverse visibles. El censo es anónimo, por supuesto, pero en comunidades pequeñas el anonimato es muy relativo. La afiliación religiosa, además, es un dato mucho más ocultable que la orientación sexual (si uno vive en pareja); en un pueblo chico no hay muchas chances de que una pareja homosexual conviva sin que el asunto sea un secreto a voces, pero es bastante sencillo ocultar la condición de ateo, agnóstico o indiferente, excepto en casos muy especiales. Por no hablar de que es mucho menos complicado demostrar una vaga religiosidad que fingir activamente una orientación sexual opuesta a la propia. La perspectiva de tener que contestar a una pregunta sobre algo que verdaderamente nunca le hemos dicho a nadie puede ser aterradora. (Claro está que no hablo de los ateos militantes de las grandes ciudades, sino de los apóstatas y herejes variados que, estoy seguro, pueblan los rincones más insospechados de centenares de pueblos pequeños y conservadores en el interior del país.)
Las encuestas comunes, si están bien hechas, pueden darnos muchos datos útiles con un nivel de aproximación suficiente sobre cuántos argentinos practican qué religiones y con qué intensidad. No creo que haya necesidad de añadir otra pregunta sensible al cuestionario del próximo censo (que se hará en diez años, si este país aún existe para entonces). Lo que sí deberíamos pedir es que se haga algo con los datos ya conocidos. La Constitución Nacional sostiene, y el Estado financia jugosamente, un culto que la mayoría de los argentinos no practica. Somos mucho más diversos, religiosamente, que lo que éramos hace 50 años, cuando la pregunta sobre la fe fue eliminada del cuestionario del censo. En éste vamos a darle entidad oficial, por fin, a los descendientes de africanos, tanto tiempo negados por nuestra antropología vernácula, y a las parejas del mismo sexo, aún hoy negadas como familias por los cristianos de casi todas las sectas. Ya viene siendo hora que reafirmemos la otra diversidad, negada implícitamente por los que todavía hablan de Argentina como país católico y ofician ceremonias patrias, supuestamente inclusivas, a la sombra de palios episcopales o mantos de vírgenes y santos.
¡Descendientes de africanos! ¡Dejate de joder!
ResponderEliminarJavier: Supongo que, como en todo, se tuvo que buscar un compromiso. Yo estudié Ingeniería y trabajo al lado de profesionales estadísticos pero que han aprendido (con la práctica) a tener en cuenta las ciencias sociales al diseñar algo como esto. Un censo donde cada uno llenara sus planillas, dados los niveles de desigualdad social y educativa del país, resultaría tan sesgado que sería inútil. Para estudios más extensos y focalizados se realizan encuestas, con muestras representativas bien calculadas, a una fracción mínima del costo de un censo nacional.
ResponderEliminarEn cualquier lado se piden muchos más datos y no se incluye a los chicos en preguntas sobre los aportes jubilatorios (O_o).
ResponderEliminarElaborar cualquier tipo de encuesta es algo delicado, hay que pensar muy bien cómo están formuladas las preguntas para que no sean ambiguas o irrelevantes, o para que la gente no te dé respuestas que no están incluidas en las posibilidades de la planilla.
Las planillas deben ser llenadas por encuestadores preparados. Eso lamentablemente no puede ser de otra forma.
Lo de los afroargentinos y los pueblos originarios me parece muy mal planteado. Somos un país de inmigrantes, el 90% de la población por lo menos tiene sangre mezclada de distintos puntos del globo, incluyendo sangre indigena y africana. A lo sumo que te pregunten tu país de origen, el de tus padres y, si están muy exquisitos, el de tus abuelos (yo les puedo contar hasta el origen de mis tatarabuelos si quieren). Y si consideras perteneciente a una etnia y a cuál.
Hay mucha gente descendiente de los esclavos de la colonia, algunos lo saben y otros no. Hay mucha gente indigena o mestizos que no se reconocen como tales. En el Noroeste hay pueblos enteros descendientes de españoles e indias (valga la expresión), que se consideran 100% de origen español, pero su sangre cuenta otra historia.
Es muy relativo.
Malena: en encuestas y censos la cuestión étnica siempre se pregunta y se pone lo que la persona dice, justamente porque todo es muy relativo y porque la pertenencia étnica es por autoidentificación. No hay forma objetiva de conocerla, ni siquiera con análisis de ADN. Tampoco importa porque lo que se quiere conocer es de índole antropológica, no biológica.
ResponderEliminarSí, pero se crea una división entre personas que no necesariamente existe. En el caso de los "afroargentinos" esa barrera que se pone es principalmente de tipo "racial" no social. Ese es mi punto.
ResponderEliminarPor supuesto que hay comunidades que se identifican como tales pero no siempre.
Y en este caso, los encuestadores preguntaron por ascendencia biológica y marcaron como pertenecientes a pueblos originarios a la gente que les indicó que tenían antepasados indigenas, aún si no subscribían a ningún pueblo originario, antropológicamente hablando.
Hmm sí, en realidad sí, se hizo una mezcla entre ascendencia y pertenencia étnica en ese caso. Pero con respecto a lo primero: en un grupo de personas siempre pueden crearse divisiones más o menos amplias, según distintos criterios, o puede decirse que todas son iguales. Lo que lo determina es el sistema de clasificación, y ese sistema está a su vez determinado por el objetivo que se busca. Aquí se busca un reconocimiento de comunidades tradicionalmente discriminadas o negadas. No lo veo mal, aunque yo soy más de la idea de que importan los individuos (seres concretos) antes que las comunidades (abstracciones). A mí me parece que censar a los afrodescendientes para que no se pueda decir "en Argentina no hay negros", es decir, que la historia y la antropología oficial no los nieguen, es interesante pero no beneficia a ningún individuo sino a la pequeñísima parte de la pequeña comunidad afrodescendiente a la cual le interesa esa clase de reconocimiento por cuestión ideológica. De todas maneras es un dato: ya se verá qué otras cosas se pueden hacer con él.
ResponderEliminarel censo fue muy deficiente en términos de lo que DEJO de PREGUNTAR, por ejemplo cosas básicas del tema salud: ¿Hay alguien enfermo en este momento? ¿Alguien con capacidades diferentes? ¿Que cobertura médica tienen?
ResponderEliminarPablo:
ResponderEliminarFui censista y debo aclararte un par de cosas.
Existían dos clases de sensistas, los tipo A que tenían un cuestionario mucho más completo y extenso (pero asignado a una pequeña parte de al población) y los tipo B, muchísimo más limitado pero más extenso en cobertura poblacional.
En las encuestas B, NO existían preguntas NI de raza, NI de orientación sexual.
Creo que las mismas estaban en las A que a groso modo podría decirte que no se realizaban ni al 10% de la población.
El censo, por donde se lo mire tuvo falencias. Sobre todo desde el diseño mismo de las encuestas y las preguntas incluídas (y excluidas!).
Sr Cincuentón:
Qué son las "capacidades diferentes"?
Alguien que puede volar? o con visión de rayos X?
Tal vez quiso decir discapacitados, que por más que suene peor, es más correcto.
Saludos!
Lisandro: vi los dos cuestionarios (a mí me hicieron el B, el más limitado). En el tipo A preguntaban por la etnia/descendencia, pero en ninguno de los dos preguntaban orientación sexual. Lo único que permitía ver el censo en este caso eran las parejas del mismo sexo, nada más.
ResponderEliminarNo sé cuáles fueron las falencias. En cuanto pueda hablar con los profesionales en Estadística que conozco les pediré su opinión. Sé que mucha gente se quejó porque les pareció "incompleto" el censo, pero creo que hay mucho desconocimiento de cómo se trabaja estadísticamente; para tener un dato fiable de casi cualquier cosa basta una muestra de un par de miles de personas, si están bien elegidas, y no vale la pena gastar tiempo y plata en hacer preguntas detalladas a 40 millones de personas.
Pablo:
ResponderEliminarThe census wasn't really anonymous given that the first item the census worker had to fill in was a detailed geographic description of the housing. I'm sure most of the population did not see the actual form that the census worker was using. Although (at least) the type B form could be viewed online, it could not be saved or printed.
When I talked to the census worker I saw that she had not yet filled in the Ubicacion Geografica for our building.
You could of course have used a false name on question 4, but probably most people wouldn't have thought of that.
INDEC specifically stated that they wanted to count everyone (including tourists) to give a snapshot of the people in Argentina that day:
[¿Los turistas también tienen que ser censados?
Sí, los turistas deben ser censados ya que el censo de hecho es como una foto instantánea de la República.]
However, when I replied that I did not live full time in our apartment in Buenos Aires, I was told I they did not want to record any data on me.
Saludos!
John
Habian más de un tipo de encuesta. A mi me toco una más bien simplificada supongo por mi condición de estudiante.
ResponderEliminarLo chistoso es que me preguntaron si asisto a alguna institución educativa, le conteste la universidad, y más adelante si sabia escribir.
Enzo:
ResponderEliminarLa encuesta no dependía del encuestado. Estaban determinadas por sectores.
Y quien te encuestó invirtió el órden de las preguntas: la número 7 corresponde a "¿Sabe leer y escribir?" y la correspondiente al nivel de estudio alcanzado era la número 9.
Pablo:
Las parejas del mismo sexo no siempre podían saberse leyendo las planillas sensales. Por ejemplo: un travesti casado, podía decirte "sexo femenino" y vos tenías que anotar eso.
En cuanto a las falencias, me referí (y no exclusivamente) a la no inclusión de por ejemplo la pregunta sobre religión.
El censo fue bastante pobre: pasa que el de 2001 era directamente, desastroso y supongo que éste no se pudo mejorar ,porque le faltaba base. En mi opinión, deberían preguntar por la COBERTURA DE SALUD. A nadie se le preguntó si lo cubre una obra social, o tiene que ir a morir a un hospitalucho o a que le cure el empacho una curandera. Y para el próximo censo, es un tema que seguirá siendo deficitario... Diez años es mucho tiempo entre la vida y la muerte...
ResponderEliminar