lunes, 30 de abril de 2012

Educación sexual católica (parte 6)

Continúo analizando Educación Integral de la Sexualidad. Orientaciones para padres, la revista que el Consejo Superior de Educación Católica distribuye entre los padres de alumnos de las escuelas confesionales.

Iguales pero diferentes

En la p. 20 hay una frase singular: “Aprendamos a educar a las mujeres como mujeres y a los varones como varones, promoviendo la igualdad real de oportunidades.” No parece que vean la contradicción flagrante. La palabra “real” sugiere que la igualdad de oportunidades propuesta por quienes no creemos en roles y aptitudes preestablecidos para cada sexo es irreal o imposible. Si las mujeres y los varones reciben diferente educación, sus oportunidades de desarrollo personal no pueden ser iguales. Un argumento similar a éste era el soporte de la segregación racial en Estados Unidos. Separate but equal: los negros no son inferiores, proclamaban hipócritamente los racistas, sólo son diferentes y requieren de una educación y un ambiente diferentes.


Más abajo se siguen utilizando estudios científicos (jamás citados correctamente) para generalizar sobre la diferencia entre hombres y mujeres. Lo que no se entiende es por qué, si los varones son naturalmente de una forma y las mujeres de otra, esencialmente, desde el mismísimo comienzo de la vida, hace falta tanto papá y mamá y una educación segregada para que los niños no se extravíen y lleguen a una identificación sexual “correcta” y a desear los roles “correctos” para su sexo. ¿No se daría eso naturalmente si estos estudios científicos fueran ciertos de la manera en que se los menciona? Por enésima vez: los estudios muestran tendencias en grandes grupos, no son recetas para predecir el carácter de individuos específicos, ni mucho menos para prescribir esas tendencias como mandatos morales.

En esta sección se habla de las diferencias en los ritmos de maduración de varones y mujeres y otros detalles psicológicos y biológicos bien conocidos. Pero pronto se cae en una falsedad: “Es obvio que también difieren en su forma de aprender y manifestar el amor.” Esto no es obvio. No es ni siquiera fácil de plantear en términos que todos podamos aceptar.

De dónde vienen los bebés

(Por si no lo sabían, era así.)
La siguiente sección es “Una nueva vida” (p. 22) y trata de la concepción, la gestación y el nacimiento. En las respuestas que deben darse a un niño sobre “¿De dónde vienen los bebés?” está la tierna, pero falsa, “Las personas existen por amor”. Esta respuesta sólo puede entenderse apelando al amor de Dios, que desearía incluso a los concebidos por una violación (y permitiría esa violación para un fin superior), pero el cuadernillo evita cuidadosamente mostrar su raíz religiosa.

En la p. 23 se plantea cómo responder a la pregunta del niño sobre si el parto duele. Hay que decirle que “En muchas ocasiones, podemos sufrir por amor”. Al margen, una reflexión que exalta el sufrimiento: “El dolor… tiene un valor positivo en la vida humana. El sufrimiento y la resistencia a la frustración nos hace más fuertes, comprensivos, amables y mejores personas.” Esta veneración por el dolor es típica del ideario cristiano, manifestándose por ejemplo en los santos que lo son casi exclusivamente por soportar enfermedades, privaciones o heridas.

En la explicación de la formación del embrión se lo equipara con una persona (“única e irrepetible”). Los gemelos idénticos parecen ser una anormalidad que puede ignorarse.

Sexo como Dios manda

Al hablar de las relaciones sexuales (p. 24) se dice que “El amor entre papá y mamá es un amor de entrega total y para siempre” y que esto es “el sentido más profundo de las relaciones sexuales”. En esta sola frase transforma el sexo en un cuento de hadas, equipara sexo con amor (una confusión que puede tener consecuencias gravísimas) y desautoriza todas las uniones sexuales que no sean heterosexuales, dentro de un matrimonio religioso y hasta la muerte.

En la p. 25 se habla de hijos adoptivos. “Algunas mujeres quedan embarazadas pero no pueden criar a sus hijos. Con generosidad los entregan en adopción…”. Las mujeres que no quieren tener a sus hijos deben ser egoístas. Más tarde Dios vuelve a aparecer en forma de sujeto tácito, para justificar, de paso, la obligación de concebir, gestar y parir : “Los padres no eligen al hijo, el hijo les es dado como un don.”

Continuará…

2 comentarios:

  1. Es la releche!
    Tantos anacronismos, tantas falacias. Idealizan con palabras sus delitos
    envueltos de un halo posible y se creen salvadores del mundo por "su imposición
    divina". Cuánto se alejan de la realidad para seguir justificando y
    argumentado su propia esquizofrenia?
    Elocuentes palabras las tuyas.
    Salud y Libertad.
    b:Deíca-r

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