jueves, 20 de agosto de 2009

Ateos entre comillas

Comienzo por decir que el tema de esta nota fue inspirado por un post de Quique de Redfield en sus Notas Ateas de un Izquierdista y Gay, titulado precisamente “Ateos” (entre comillas), donde narra su discusión online con una persona que se proclamaba atea pero que tenía todos los tics y lugares comunes del creyente: el "fanatismo ateo", la equiparación del mismo con el fanatismo religioso, la inflexibilidad de la ciencia que "pide pruebas para todo", el reclamo de que el ateo tiene que demostrar la inexistencia de Dios tanto como el creyente debe hacer lo mismo con su existencia, y el uso argumental del hecho de que muchos grandes científicos fueron también creyentes.

Como bien decía Quique, con tener esos ateos ya ni necesitamos creyentes. Es difícil y probablemente no ayude en nada generalizar y decir que hay una clase única de ateos que defienden la religión, o que se oponen al activismo ateo, pero enseguida, viendo que Quique buscaba una denominación adecuada (ateos tibios, ateos religion-friendly...) me vino a la mente el término faitheist, que el Urban Dictionary define como
Un ateo que es "suave" hacia la creencia religiosa, y tolerante hasta de los peores excesos intelectuales y morales de la religión; un ateo acomodacionista.
La palabra faitheist, combinación de faith "fe" y atheist "ateo" (suena como esta última, pero con una f añadida al principio: FEI-zi-ist), fue inventada por un internauta bajo el pseudónimo Divalent, y ganó el concurso propuesto por el blogger evolucionista Jerry Coyne (de Why Evolution Is True) para encontrar un término que resumiera esta actitud, aunque luego Divalent cedió galantemente su puesto a otro concursante, Your Name's Not Bruce?, quien había propuesto la forma faiththeist y luego la retiró.

El término se conecta generalmente con la idea de "fe en la fe" (belief in belief) propuesta por Daniel Dennett, según la cual muchas personas, aunque no creen en Dios (o cualquier otro punto esencial de alguna religión), sí creen que es correcto, bueno, necesario o al menos importante creer en la idea de la religión. Dentro de estas personas habrá muchos pseudo-creyentes que no saben nada de religión excepto que deben seguir alguna religión, y ateos que, no obstante haber rechazado el concepto de Dios, ven a la fe (en los demás) como una virtud.

El asunto de los ateos que no se terminan de decantar por el ateísmo fue tratado por Richard Dawkins en un par de sus libros, y Dawkins se explayó un poco más en un post en su blog, I'm an atheist, BUT... ("Soy ateo, PERO..."), donde enumeró varios motivos comunes:
  1. "Soy ateo, pero la religión está aquí para quedarse" (derrotista, aunque muchas veces exultante).
  2. "Soy ateo, pero la gente necesita religión" (esta idea es un mito condescendiente y elitista).
  3. "Soy ateo, pero la religión es una de las glorias de la cultura humana" (¿los sacrificios humanos a los dioses también?).
  4. "Soy ateo, pero no le veo sentido a predicarle a los conversos" (cierto, pero hay conversos que no se animan a mostrarse como tales, y a quienes les puede venir bien ver que no están solos).
  5. "Soy ateo, pero no deseo asociarme con el lenguaje intempestivamente fuerte que estás usando" (¿por qué la religión no puede ser atacada? ¿Por qué no se la puede criticar de la misma manera en que se critica un libro o una obra de teatro? ¿Los políticos no son aplaudidos cuando devastan retóricamente a un oponente en una discusión parlamentaria?).
Hay casos más extraños, como la interlocutora de Quique que mencioné más arriba, que parece ser de esa clase de ateos que el posmodernismo ha hecho posible: creen que Dios no existe como lo pintan las religiones (instituciones rígidas, dogmáticas, reprimidas) pero que no se puede atacar la fe de la gente porque es de alguna manera valiosa. Ya sabemos que en la Nueva Era no hay verdad absoluta ni objetividad científica: vale decir, cualquier estupidez sin conexión comprobable con la realidad puede ser mi verdad o una parte de una gran verdad, que está oculta a los corazones fríos y calculadores de los científicos y de los que negamos tajantemente que haya "planos superiores de existencia", pero que los "espíritus libres" y las "mentes abiertas" pueden aprehender sin más que meditar en la posición de loto durante quince minutos, si acaso.

Que esto nos sirva a los ateos para darnos cuenta de que no hay una sola clase de ateos... y que jamás debemos esperar de todos los ateos que sean gente coherente, amantes de la ciencia, o que sepan darse cuenta de cuándo están actuando en contra de sus propios intereses.