sábado, 22 de agosto de 2009

Creer por creer

Muchas veces me he preguntado qué hace que una persona normal, sana de mente y espíritu (dentro de lo que podemos estarlo), con un cierto nivel de educación, que ha experimentado el mundo, pueda creer en Dios (en un dios), en santos, en la eficacia de los rituales religiosos, en supersticiones de todo tipo.

Daniel Dennett es un filósofo que se ha hecho la misma pregunta. Su conclusión es que la mayor parte de la gente es realmente creyente, pero no cree en Dios, sino en las creencias sobrenaturales mismas. Cree porque cree que creer es bueno, socialmente correcto, sensato, adecuado. Cree en la religión porque le enseñaron que no se puede vivir sin creencias religiosas.


Creer en creer

Si uno observa los sacrificios que algunas personas creyentes hacen, las privaciones, incluso los gastos en tiempo y dinero a los que se ven obligados por seguir su religión, resulta difícil y suena presuntuoso, a primera vista, asegurar que en realidad no creen en Dios (o la Virgen María, o el santo o mártir que venga al caso) sino que responden a un imperativo propio o social de creer en algo.

Sin embargo, cuando se observa con atención lo que supuestamente cree la persona, en la inmensa mayoría de los casos se puede notar que realmente no sabe definir aquello en lo que cree, delimitarlo conceptualmente, o hacer cualquier tipo de afirmación categórica útil sobre ello.

"Dios es amor" es categórico pero tan metafóricamente nebuloso que no provee ninguna información. "Dios envió a Su hijo para que muriera por nosotros" implica toda una teología y una mitología compleja que no tiene pies ni cabeza, ni se justifica salvo que uno crea en ella de antemano. "El Hijo de Dios nació de una virgen" es una afirmación metafísica producto de una mala traducción de un texto antiguo, elevada a dogma por una secta particular de una iglesia, pero nadie puede explicar qué significa en términos concretos. Uno esperaría que una creencia que puede cambiar el rumbo de una vida humana por completo, poner a una familia o a una nación contra otra, y (supuestamente) determinar el destino final de la esencia inmortal de una persona, debería ser factible de entendimiento.


La costumbre de la fe

Dennett dice que la gente no cree, sino que cree que cree, y hay buenas razones para esto. Debido a la forma en que se propaga una creencia, suele ser conveniente creer, o actuar como si se creyera, en la religión o superstición que se sigue dentro de la propia familia y de la sociedad. En algunos casos es obligatorio creer lo que la sociedad manda, bajo pena de degradación social, exilio o ejecución en caso contrario. En otros casos es conveniente o necesario profesar una creencia particular (o cualquier creencia religiosa/ritual) para conseguir un trabajo o figurar como miembro respetable de la comunidad. Pero entonces, ¿todos los "creyentes" son hipócritas, que dicen creer por mera conveniencia?

No necesariamente. Dennett, en una breve conferencia que dio al recibir un premio, utilizaba un ejemplo muy ilustrativo, que voy a usar aquí y ampliar un poco.

Supongamos que yo soy un hablante monolingüe de castellano. Tengo un amigo que habla un idioma distinto y sin relación con el castellano, digamos turco. Le pido a mi amigo que me dé una afirmación, en turco, que sea indiscutiblemente verdadera. Mi amigo me da un papel con una frase en turco de la cual no entiendo ni jota, y me asegura que es tan verdadera como que la Tierra gira alrededor del sol. Le pido que bajo ningún motivo me traduzca la frase. Como es mi amigo más fiel y lo dice en serio, confío en él ciegamente. Aprendo a repetir la frase, aunque no sé realmente qué significa. Si alguien me pregunta en qué creo, yo le muestro el papelito con la frase en turco y la recito poniendo toda mi fe en ello.

También es posible, por lo tanto, creer en algo sin saber en qué se cree, lo cual se reduce a creer en la fuente. Creemos porque nuestros padres, maestros y amigos nos transmiten sus creencias. Creemos porque, si no lo hiciéramos, haríamos de esta gente que conocemos y amamos unos mentirosos o unos tontos. Con el tiempo, creemos por simple costumbre, de la misma manera en que por costumbre hacemos, de adultos, muchas cosas como nos las enseñaron nuestros padres.

Más todavía. Las sociedades humanas, desde que el mundo es mundo y hasta hace muy poco en términos históricos, han estado basadas en la religión, en creencias sobrenaturales y metafísicas, y en rituales varios, a veces en un matrimonio o alianza con los poderes temporales. Aun hoy hay muchos países donde la religión juega un papel más importante que la letra de la ley secular en el control social, y naciones que se definen por la pertenencia a una religión (o secta o culto dentro de una religión). Creemos porque nos dicen que sin una creencia unificadora, un mito común, la sociedad se derrumbaría, caería en el desorden y la ilegalidad, sería abandonada por los dioses. No es que nos lo digan con esas palabras, aunque éste sí es el caso en algunos lugares especialmente atrasados, como Irán o el centro-sur de los Estados Unidos. La mera presencia de una iglesia oficial en los actos públicos es una insinuación que dice: somos el sostén del poder, y ustedes no pueden vivir sin nosotros.


El misterio

Existe además, por fuera de las ideas políticas, una tendencia muy humana a buscar el misterio. Una frase en un idioma que no conocemos, si creemos en ella, puede ser misteriosa. Quizá la traducción sea una soberana tontería o una perogrullada, pero en tanto no la tengamos, podemos imaginar. No es difícil creer en lo que es obvio o ampliamente conocido; de hecho, es más meritorio y piadoso, según ciertas visiones de la religión, creer sin evidencia o incluso contra la evidencia. "Creo porque es absurdo", dijo famosamente Tertuliano, uno de los Padres de la Iglesia. El misterio nos permite creernos especiales: si yo y sólo yo tengo la comprensión privada y una interpretación de algo incomprensible para los demás, entonces soy especial, sin perjuicio de que los demás puedan acceder a esta verdad de otra manera.

El misterio, por otra parte, también puede traer inquietud, pero el misterio que nace de la religión siempre viene "empaquetado" con su propia resolución. Es posible encontrar misterios infinitos en la ciencia, en la exploración sin fronteras del mundo real, pero allí nos enfrentamos a dilemas éticos insolubles, a horrores sin mitigar, y a leyes que inexorablemente nos muestran un universo sin ley moral, un universo que no nos pertenece ni nos da la bienvenida. La religión y la superstición pueden hablar de horrores y espantos, pero la receta para evitarlos está siempre al alcance: una oración, un amuleto, unos días de ayuno y penitencia, una peregrinación, un roce fervoroso a una piedra o una estatua, una confesión.


¿Respeto o conformismo?

Por encima de todas estas razones, y complementándolas, está el hecho de que creer en algo sobrenatural, desde que el mundo es mundo y hasta hace muy poco, ha sido una norma social tácita y respetable (mientras que en muchas partes todavía es peligroso o sumamente inconveniente decir que uno no tiene ninguna religión). Está mal visto criticar las supersticiones del prójimo, y se considera de mala educación examinar en detalle o exponer al ridículo sus creencias. La superstición tiene carta blanca para ocupar espacios, y los líderes religiosos gozan de una licencia casi ilimitada para opinar y declamar sobre cualquier tema que ellos consideren de su incumbencia.

La religión suele ser un asunto aun más inflamable que la política en la mesa y en el salón de estar. Se evita el tema, y por ese recurso se lo protege. La idea de la conveniencia y la invulnerabilidad de la creencia sobrenatural continúa sin ser desafiada.

Por todo esto, decía Dennett, es necesario que los que no creemos en supersticiones hablemos, cuando podamos, en contra de ellas. El respeto que debemos a las personas no se extiende a las ideas. Si son ridículas o dañinas, las ideas religiosas deben ser atacadas y expuestas.

La mera existencia de personas que abiertamente descreen y que viven su vida normalmente es una afrenta para los que impulsan la superstición, porque muestra a los demás que creer no es necesario, que la "creencia en la creencia", como la llama Dennett, no tiene sentido.


[Este post es la versión íntegra del que fue resumido aquí, y a que a su vez remitía a mi sitio web. He dado de baja el mismo porque no tenía mucho sentido pagar por algo que no uso más que como repositorio de textos.]

20 comentarios:

  1. Me gustó el post.
    Sin embargo, la conclusión a la que llega, a pesar de ser coherente, no resulta fácil de implementar en la práctica porque los creyentes típicos creen que sus creencias son respetables y todavía no están acostumbrados a que se los vea como lunáticos.
    Incluso admitirán -los más leídos- que son supersticiones las del Gauchito Gil o Gilda, pero que un San Cayetano o una Virgen de Guadalupen son otra cosa.

    ResponderEliminar
  2. No se hace por hipocresía sino por sumisión. La gente ni siquiera es consciente de estar comportándose de un modo hipócrita, sino simplemente de estar cumpliendo las normas del grupo para sentirse integrado. Somos animales gregarios. Y no sólo se aceptan las ideas religiosas por absurdas que sean, sino que se traga con todo: maltrato animal, xenofobia, violencia terrorista, etc. Todo tipo de ideas que se asumen como propias sin pararse a pensarlo.

    ResponderEliminar
  3. Puedes compartir en podcast este articulo en tu ipod, desde http://elblogdeino.blogspot.com/2009/05/creer-por-creer.html

    ResponderEliminar
  4. Barullo, lo que yo entiendo es que, sin tratar como lunáticos a los creyentes, se les puede hacer ver que en realidad no saben bien en qué creen, sino que sólo saben que creen.

    La diferencia entre el Gauchito Gil y San Cayetano me parece una cuestión histórica, no esencial. Muchos "santos" católicos fueron inicialmente supersticiones populares. Lo que pasa es que ahora es más difícil que esa transformación ocurra.

    ResponderEliminar
  5. Y también gusta mucho el ceremonial y la liturgia, aunque sea hueca. No hay más que ver la parafernalia de los rituales masónicos.
    Hoy en día poca gente está dispuesta a renunciar a una boda, comunión o entierro con el entorno de una catedral con órgano, incienso, velas, etc. y si eso implica dar protagonismo a un cura, eso no tiene importancia.

    ResponderEliminar
  6. Si tal dios existiese depués de tantos años de experimentarlo,las las pesrsonas ya deberíamos haber modificado un aspecto muy particular que todos sabemos cál es, y sin embargo...

    he aqui una opinión personal

    http://elreplicadordesuenos.blogspot.com/2009/08/por-que-hoy-dios-es-sperfluo-una.html

    ResponderEliminar
  7. Pienso que la gente cree porque así fuimos eduacados, cuando somos niños es muy difícil que el sentido común esté despierto, pues se vive con la influencia de los padres, ellos nos heredan sus creencias, sus costumbres.
    Se nos enseña a tener religión mucho antes de tener el uso de la razón, y después es muy difícil renunciar a ese punto de apoyo, solo si se lee, piensa o cuestiona empieza uno a darse cuenta que dios es solo una ilusión, pero no toda la gente se atreve a dar ese paso. Saludos.

    ResponderEliminar
  8. La gente cree por muchos y diversos motivos, claro que ... ¡la búsqueda de la verdad NO ES UNO DE ELLOS!

    Ahora bien, no debemos los escépticos olvidar ni dejar de lado el concepto fundamental de LIBERTAD.

    Si mi vecino cree -TIENE FE- en los reyes magos o en sombras que se menean o trilogías o gurúes varios o extraterrestres ... ¡allá él! ¿Que derecho tenemos nosotros a exigirle lógica, pruebas o razones de sus creencias si EL NO LAS NECESITA?

    Lo que SI TENEMOS DERECHO -incluso el deber- de hacer es luchar para que las creencias irracionales no invadan nuestra vida.

    Saludos desde Buenos Aires

    ResponderEliminar
  9. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  10. Cada creyente en una o en varias de esas ideas, esta enteramente convencido de estar en lo correcto, y dicho sea de paso, de ser buenos seres humanos, muchos inconscientemente de esto, otros, en especial los que se lucran de todo ese negocio que envuelve todo lo magico-religioso, ya mas consciente$$.

    La propuesta, de mantener una posición firme y PUBLICA, de la no creencia, es lo mejor que podemos hacer, aprovechar las tantas oportunidades que se nos presentan, ya luego de hacer publica nuestra posición, para demostrar los absurdos de estas creencias, siempre y cuando mostremos respeto como personas que son los muchos creyentes que nos rodean.

    Aunque nos sigan viendo como bichos desadaptados.

    Un saludo.

    Mar-o

    ResponderEliminar
  11. Al carecer de hechos en los que basarse, el catolicismo ha evolucionado mediante discusiones teológicas puramente especulativas, creándose facciones enfrentadas a sangre y fuego, resultando en dogma de fe la opinión de los más poderosos y en herejía la de los vencidos. Por este proceso, continuado durante siglos, se han ido incorporando dogmas como parches para avalar los prejuicios o ansias de poder de obispos, reyes y emperadores. (por ejemplo el dogma de la inmaculada concepción defendido obsesivamente por los monarcas españoles con cantidades ingentes de dinero) Todos estos dogmas son piezas de pensamiento fosilizado, incomprensible y oscuro, que se asumen en el bautismo y se defienden de por vida, aun desconociéndolos completamente. Esto en mi opinión avala la tesis de Dennet de que no se cree en afirmaciones concretas sino en el hecho de creer.

    ResponderEliminar
  12. Creemos porque Dios se ha revelado en la Historia, y no una sino muchas veces, y de eso hubo testigos "no podemos callar lo que hemos visto y oido" dice el evangelista. Creemos porque hay un orden en la naturaleza que definitivamente no es casual sino causal. Creemos porque estamos vivos, y más aún, SOMOS LIBRES, y más aún, SOMOS INTELIGENTES, y más aún; VEMOS, ESCUCHAMOS Y SENTIMOS. El que quiere CREER que todo esto es por "casualidad" debo decir que la FE de aquellas personas es muy superior que la mía. Eso sería equivalente a decir que mi perro Valti escribió una novela policíaca tecleando en mi computadora "por casualidad". Alguno dirá la palabra mágica "Evolución" pero la evolución no admite que un cambio evolutivo sea para un determinado fin, por lo tanto: el ojo NO está hecho para ver, la boca NO está hecha para comer, el cuello de la jirafa NO está hecho para alcanzar las ramas altas del árbol, las alas NO están hechas para volar, los bronquios de los peces NO están hechos para respirar debajo del agua y los Ácidos desoxiribonucleicos no están hechos para transmitir información genética. Muy por el contrario el hecho de que todos estos órganos (y demás) en la naturaleza cumplan esas funciones es por "Casualidad". El hombre recién pudo alzar el vuelo como los pájaros en 1903 y esto con toda su inteligencia y tratándolo de hacer desde los tiempos más remotos. El pájaro lo logró sin ningún conocimiento de ninguna de las leyes de la física que intervienen en un vuelo; sólo por "casualidad". El águila tiene una visión que podríamos llamar "telescópica" pero si le preguntamos sobre las leyes de la ciencia óptica no creo que nos sepa responder más que un chillido o dos. Ustedes dicen que los milagros no existen. Deberían ser coherentes y admitir que "La casualidad tampoco hace milagros" y no cabe dudas que "La Vida" vista desde el punto de vista de la "sóla casualidad", sí que los es. Que Dios los bendiga y les muestre Su Rostro!

    ResponderEliminar
  13. Disculpe pero no debería hablar de lo que no conoce. Sabe usted quienes fueron tertuliano, Orígenes, Anselmo, Agustín de Hipona, Ireneo de Lyon, Gregorio Nacianceno, Gregorio de Niza, Basilio de Cesarea, Gregorio Magno, Tomás de Aquino?. Sabe Usted qué pasó en Jerusalén, Nicea, Constantinopla, Florencia, Calcedonia, Constanza, Basilea, Trento, Vaticano I, Vaticano II? El día que usted deje de estudiar la Historia de La Iglesia desde las películas Hollywoodenses  y se ponga a leer un tratado serio sobre el tema(hombre que los libros no muerden!), por favor no deje de opinar.

    ResponderEliminar
  14. Usted se fija en la apariencia y es verdad que hay personas que se guían por las apariencias pero el cristiano de corazón sabe que el matrimonio es hasta que la muerte los separe y NI EL PAPA LOS PUEDE DIVORCIAR, que la comunión es el CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO porque él lo dijo y el tiene el PODER de hacer lo que dice; que la muerte es el paso hacia la vida eterna o la condenación por los siglos de los siglos. Todo esto lo ha revelado quien ha convertido el agua en vino en las bodas de Canaá, ha resucitado a la hija de Jairo y a Lázaro y al hijo de la viuda de Naín, ha dado de comer a 5000 testigos con 5 panes y 2 peces, ha caminado por sobre las aguas, ha mandado a la tempestad que se calme y ésta le ha obedecido, ha  curado a ciegos y paralíticos de nacimiento, se ha transfigurado en el Monte Tabor y hablado con Moisés y Elías, ha curado ha 10 leprosos simultáneamente, ha curado a un sordomudo de nacimiento, le ha devuelto la oreja a Malco a quien Pedro había cortado con su espada, y finalmente que ha muerto y resucitado de entre los muertos y a plasmado su imagen a fuego en su sábana mortuoria, la misma que hoy está en la Catedral de Turín.

    ResponderEliminar
  15. Aunque biológicamente pertenescamos al reino animal. No somos simples animales. El Animal no piensa, el animal no tiene voluntad. Si los hombres fuérasmos animales como cualquier otro entonces Hitler tenía razón y somos una plaga que se debe exterminar. Ahora parece extremista lo que estoy diciendo pero dame 50 u 70 años y decime si la vida vale algo

    ResponderEliminar
  16. Ya que nos mandás a estudiar a los Padres de la Iglesia, José Francisco, estudiá un poco de historia, estudiá las creencias y doctrinas de donde sacó Hitler sus ideas. Los ateos estamos cansados de que los creyentes propaguen sus mentiras sobre ese tema en particular. Y estudiá biología también, antes de hablar sobre evolución o sobre las capacidades de los "simples" animales.

    ResponderEliminar
  17. jaja claro porque el argumento ontologico de Anselmo es muy racional, o las vias de Tomas de Aquino, o los machistas libros de Agustin de Hipona, pero POR FAVOORR..

    Que paso en Nicea, Constantinopla, etc etc.. cosas como la eleccion "guiada por el espiritu" de los 4 evangelios y semejantes estupideces.

    ResponderEliminar
  18. Y cuanto de todo esto es cierto? Cuantas pruebas tenes de la veracidad de estos hechos que tan seguramente nombras.. Sabana de Turin?? La misma que cientificamente dataron en la edad Media, mm que raro...

    Te comento por si no sabias que hay mucho niño muriendo de hambre en el mundo ACTUAL,, a ellos les vendria muy bien una ¿segunda? multiplicacion de la comida que sea, pero claro siempre se encuentra alguna explicacion evasiva.. asi son los creyentes

    ResponderEliminar
  19. Favor de mencionar al menos 1 revelacion irrefutable y comprobable de dios en la historia.

    Los "genocidios" naturales desde huracanes, terremotos, erupciones volcanicas, etc etc... tambien forman parte de ese perfecto orden, creado por un omnibenevolente Dios?

    """Creemos porque estamos vivos, y más aún, SOMOS LIBRES, y más aún, SOMOS INTELIGENTES, y más aún; VEMOS, ESCUCHAMOS Y SENTIMOS."""

    Como demuestra esto la existencia de un Dios personal, y mas especificamente el que TU dices ser el real y unico.

    """Alguno dirá la palabra mágica "Evolución" pero la evolución no admite que un cambio evolutivo sea para un determinado fin"""

    Por favor evita hablar de lo que desconoces, ponete a investigar lo que realmente es la Evolucion y como actua la seleccion natural.

    Cristo ya se nos revelo: http://media.radiobiobio.cl/wp-content/uploads/2010/10/jesus-toaster.jpg

    ResponderEliminar
  20. Lo que pasa con los creyentes es que no discuten, solo están en un monólogo tratando de convencer al otro. El no creyente en cambio, está abierto a la posibilidad de cambiar de opinión si se le demuestra que está equivocado.

    ResponderEliminar

Dejá tu comentario sobre el tema de este post aquí. Por favor, utilizá un nombre o seudónimo. Si querés opinar o hablar de otro tema, usá el Buzón de sugerencias.