
[A]l parecer intentó la fotógrafa Annie Leibovitz que Kaká se pusiese al mismo nivel de desnudez de sus compañeros.Se deduce de esto que la moral cristiana es una línea horizontal que pasa aproximadamente por la altura de las crestas ilíacas (en el hombre, claro está), y que la utilización del atractivo sexual para ganar dinero es lícita siempre y cuando uno se deje puestos los pantalones.
Pero fue imposible; todo porque Kaká mantiene una moral acorde a su fe cristiana y su vocación de llegar a ser pastor cuando se retire del fútbol. No en vano lleva una vida ordenada, alejada de las salidas nocturnas tan habituales en jugadores de su edad y fama; e incluso llegó virgen al altar, para cumplir su compromiso como joven cristiano de no tener relaciones prematrimoniales.
Ahora en serio, ¿se dará cuenta alguna de estas personas de lo superficial, esquemática, estúpida que se oye su fe cuando la expresan de esta manera? No salir de noche, llegar virgen al matrimonio y no mostrarse en ropa interior en una sesión de fotos de ropa interior son tres ejemplos de los requerimientos “morales” más idiotas que pueden concebirse. Ni salir de noche, ni el sexo prematrimonial ni bajarse los pantalones pueden, en sí, dañar a nada ni a nadie. Las salidas nocturnas pueden presentar tentaciones difíciles de vencer para un joven famoso y que tiene tanto dinero que puede usar billetes como papel higiénico, así que concedamos que sí, son un peligro para la moral. El sexo… bueno, lo del sexo es la idea fija de las religiones abrahámicas, así que dejémoslo. Pero ¿la ropa interior? ¿Kaká es mejor persona porque sus genitales están cubiertos por dos capas de ropa en vez de una?
Cosas así son las que hacen que muchos ateos, que podríamos ser más comprensivos y respetuosos con ciertos creyentes que no nos hacen daño, perdamos el control y nos larguemos a reír hasta rodar llorando por el piso. El pudor no es moral, es un complejo de tabúes que aceptamos porque nos ordena la vida y no nos molesta demasiado (¡salvo cuando el clima es caluroso y tenemos que esperar a llegar a casa para quitarnos la ropa!). Negarse a mostrar ciertas partes del cuerpo porque un voyeur sobrenatural omnipresente está controlando no hace virtuoso a nadie; que nos digan tal cosa y con tanta solemnidad sólo merece una carcajada.