domingo, 4 de julio de 2010

Yo, apóstata

Arzobispado de Rosario
El 1º de julio pasado, un jueves húmedo, nublado y fresco, nos encontramos mi novia y yo frente a la sede del Arzobispado de Rosario, citados allí —documentos en mano— por el pro-notario de la arquidiócesis para ratificar nuestra apostasía. Una monja de mediana edad, regordeta, de hábito negro, nos abrió la puerta y nos hizo pasar a un hall pulcro y sobrio, de techo alto, con cuatro estatuas y un mural religioso.

Evidentemente el asunto de la apostasía no es novedad pero tampoco una curiosidad; la religiosa entendió perfectamente de qué se trataba y sin titubear fue a avisar al notario. Unos diez minutos después salió un cura pelado, rosadito, de anteojos y escrupulosa sotana, que nos pidió que le diéramos nuestros DNI para ir confeccionando las actas. Se los llevó y volvió al rato; nos hizo pasar a otra gran sala y de ahí a una oficina, donde nos sentamos frente a él y escuchamos la lectura de un “acta de defección formal de la Iglesia Católica”, que detallaba las implicaciones de nuestro acto y dejaba en claro que lo habíamos hecho por voluntad propia, etc. Firma, aclaración, tipo y número de documento al pie, y listo: he tardado más pagando con tarjeta en el supermercado que condenándome (salvo inescrutable intervención divina) al infierno. De regalo nos llevamos una excomunión latæ sententiæ, vale decir, quedamos excomulgados sin necesidad de que ningún obispo lo declare, por el solo hecho de haber renunciado a la fe católica.

Al día siguiente llegó a casa una cartita confirmando que “se ha mandado consignar en su partida de bautismo su abandono formal de la fe católica”. ¿Quién dice que los tiempos de la Iglesia son lentos?


La fluida formalidad, esa límpida burocracia, la administratividad del proceso se me hizo graciosa, insatisfactoria. Fue un gran anticlímax. El acta de defección estaba correcta hasta en los puntos y las comas; no hubo en lo escrito ni en lo hablado una palabra fuera de lugar, un cuestionamiento, una sospecha, un anhelo. En broma puedo decir que esperaba monjitas agitadas y desmayadas, exhortaciones del cura en tono paternal, miradas de duro reproche, una entrada dramática del mismísimo arzobispo. No, la verdad que no. El pro-notario coronó esta plana tragicomedia diciéndonos, él a nosotros, “muchísimas gracias” (no sólo gracias sino muchísimas), lo cual tiene sentido sólo como un agradecimiento por disociar nuestras impías personas del seno de la Madre Iglesia, pero dudo que fuera ésa la idea.

Hasta ahí la decepción, que no fue para tanto. Lo bueno es que el trámite fue eso, un trámite: se envía una carta al arzobispado, una semana después a más tardar el arzobispado lo cita a uno (en un horario complicado para muchos, eso sí); uno va el día que puede y se va media hora o 45 minutos después con la seguridad de que la Iglesia ya está avisada de su rechazo.

Ahora falta el broche, que es la anotación en el libro de bautismos de mi parroquia y el correspondiente aviso al interesado, acompañado de una fotocopia del susodicho registro. Esto puede tomar una semana o un mes, pero es cuestión de tiempo.

Así pues, el proceso es sencillo y, con la única excepción de que puede ser inconveniente ir un día laborable por la mañana a esperar por un tiempo indefinido a un funcionario, cualquiera puede comenzarlo y terminarlo rápidamente, sin gastos significativos, y sin escándalo.

Lo que sigue es cuestión personal. El valor de la apostasía formal, además del activismo ejemplificado por la campaña de Apostasía Colectiva, es el de dar una oportunidad de charlar con familia, amigos y conocidos sobre un tema a la vez serio y trivial. Es trivial constatar que la mayor parte de nuestros contactos sociales son católicos sólo de nombre y que incluso los practicantes pasan por alto las doctrinas eclesiásticas más conflictivas. Es serio darse cuenta de que casi ninguno de ellos se considera responsable, en una mínima parte, de mantener a la Iglesia en el lugar privilegiado como grupo de presión donde se encuentra. Es trivial mostrar desacuerdo en una mesa con amigos; es serio no expresar ese desacuerdo donde importa.

Para mí el proceso de apostasía ha estado cruzado por la ambigüedad. Por un lado uno quiere que todo vaya rápido y sin sobresaltos; por el otro, no quiere que pase desapercibido. “Me desbauticé” no es un comienzo muy potable para una conversación casual en el trabajo o con los amigos. Quienes tenemos un blog o un grupo grande de seguidores en una red social podemos compartir algo, pero no es lo mismo. Queremos que se sepa pero no podemos gritarlo a los cuatro vientos. Queremos que se lo tome como una pequeña pero importante contribución a una causa en la que creemos; no queremos que se tome como una agresión ni como un acto de rebeldía patético. Queremos, en resumen, que alguien nos pregunte con genuino interés por qué lo hicimos. Esto, que tan sencillo parece, está fuera del alcance intelectual y emocional de la mayoría de la gente (incluidos nosotros mismos, frente a otras circunstancias).

Eso fue lo que le faltó a mi acto de apostasía formal. El amable funcionario de sotana no tenía interés alguno en saber qué movía a esas personas que tenía en frente a renunciar a la fe que (para él) es la única garantía de la salvación eterna. Aceptó nuestra defección, nuestra excomunión autoinfligida, sin ninguna pregunta. ¿Tendría alguna acaso, junto con instrucciones superiores de no indagar, de cerrar el tema con rapidez y delicadeza para no atraer un posible escándalo? ¿O estaba pensando en papeles, en llamados de teléfono por hacer y en la hora de salida? A la vez que tantos hábitos y sotanas, tantas vírgenes y cristos pintados remarcaban el carácter de la institución, el arzobispado me pareció un sitio de trabajo de escritorio, lento y aburrido; no un lugar desde donde se organiza la salvación de las almas sino el asiento de una estructura de meros signos y ritos. Una razón más para irme —pienso ahora— sin mirar atrás.

16 comentarios:

  1. Este "muchísimas gracias" creo que resume bien el sentimiento de los católicos respecto a la apostasía. Ojalá todos los hipócritas en la Iglesia se marcharan con la misma decisión y celeridad.

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  2. Lo que me parece a mi, es que te quedan vestigios de la adolecencia (te lo dice un adolecente), la idea de querer hacer algo y que te pregunten por qué.

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  3. Fran: no creo que sea un vestigio de inmadurez (que es lo que quisiste decir) querer que me pregunten por qué lo hice, ya que tengo razones para eso. Apostatar y que nadie se entere cumple con uno de mis deseos, que es retirarme de una institución que me repugna; pero ésta es sólo una de mis motivaciones. Otra es hacer saber al resto de la gente (incluida la Iglesia) que no quiero pertenecer a ella por motivos importantes y que van más allá de mí. Y la tercera es, a través de la anterior, socavar la idea de la Iglesia como institución fuerte, imperecedera y sagrada, y motivar a otros a salirse también.

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  4. JavierET: desde luego nadie va a pretender que te transformes en un mártir del librepensamiento. Lamentablemente, la influencia de la Iglesia y de nuestra cultura católica conspiran para hacerte difícil manifestar tus ideas sobre este tema públicamente. La situación del no creyente en pareja con un creyente es de lo más común y no hay una receta para salir del brete. Si tu novia es una "católica de nombre", deberías poder hacerle entender lo que pensás, pero no va a ocurrir de un día para el otro (y sacar este tema ya es difícil).

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  5. Felicitaciones!
    Yo, como ya comente en otra entrada de este blog, nunca recibi respuesta... Es mas, fui bautizado en la ciudad de Salto, tuve que escribir a la diocesis de ciudad de San Nicolas, y vivo en Capital Federal. Ya se me hace imposible si me hacen concurrir a la diocesis... Estaria bueno que pudiera ser siempre tan expeditivo como en tu caso.

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  6. Pablo, pienso igual que vos, aun no realice el tramite, pero creo que desearía que alguien me preguntara el porque, simplemente por el hecho que es tan importante para mi expresarlo y quizás intentar que muchas otras personas se cuestionen realmente que es la vida y cual es le rol que tiene la religión en ella, como elemento limitante y perverso.

    Debo decir ademas que tu redacción es casi poética, me encanta.

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  7. Según lo que dice la Wikipedia en su entrada sobre la excomunión acabás de cometer un delito muy grave (apostatar), por eso te excomulgan... Yo me pregunto: y todos los dictadores, los corruptos, los curas pederastas y un largo etcétera ¿no cometen delitos graves? Sé que se trata de derecho canónico solamente, pero suena ilógico que un cura que abusa de menores sea tapado por la iglesia, mientras que una persona normal y corriente que no esté de acuerdo con el dogma sea "condenada al infierno"...

    Yo hace rato que vengo pensando lo de la apostasía pero claro, leyendo a gente a la que le han tardado años para dársela, se me hace que me van a tener años también, y más viviendo en otro país, y me da un poco de fiaca empezar. Igual, ahora que veo que para vos fue un trámite tan rápido, mis intenciones tomaron más fuerza. Sé que para una parte de la familia pasaría a ser una hereje... ya me tuve que bancar comentarios del tipo "si no bautizas a tu hijo, se va a ir al infierno", y lo dijo la que sería su abuela (que no era mi madre :P). Pero bueno, entiendo que esa persona forma parte de ese sector ultracatólico de la sociedad, ese mismo sector que tanto pide que se respete su religión, pero que es el primero en saltarnos al cuello a los que pensamos distinto.

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  8. Romina: hay que entender cómo piensan. Matar a una persona o abusar de un niño es un crimen, pero hasta eso se puede perdonar (el cura te pregunta si estás arrepentido y si te cree, te absuelve, todo bien, no problem). Pero renunciar a la fe es como insultar a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, y eso sí que es grave. Mantener la ortodoxia dogmática es más importante que evitar meros delitos comunes. En general la excomunión es de uso político: si no te sometés al poder de la Iglesia, te castigan.

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  9. Te envidio muchísimo, hace tiempo que quiero mi bula de excomunión...

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  10. Hola!
    Primera vez por aqui.
    Antes que nada FELICIDADES por la rapidez con la que sucedieron los hechos y a otros se los hacen taaaan lentos.
    Mi esposo es ateo y ha solicitado desde hace años confirmación de Apóstata, ha enviado cartas al vaticano que nunca han tenido respuesta.
    Vivimos en México y acá hasta eso es burocrático.

    Con lo que comentas es claro que para ellos no les interesan las razones ni motivos y yo no me hubiera quedado con las ganas de decirle al Arzobispo antes de irme porqué me caga la Iglesia, por que me ha desilucionado tanta hipocrésia y falsedad y porque ya no quiero seguir formando parte de un rebaño en el que solo somos practicamente un negocio bastante lucrativo.

    Saludos!!
    Diana

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  11. Hola: te felicito por el paso que haz tomado. Tengo tiempo pensando en hacer lo mismo, pero al igual que la persona de la entrada anterior, vivo en Mexico y parece que aqui no hay un procedimiento establecido para hacer el tramite de apostasía. De cualquier forma lo considero solo un tramite burocratico, pues en la practica no me considero parte de ninguna religion, aunque de niño si fui bautizado (creo que tenia como un mes de vida), pero casi desde que recuerdo (como desde los 5-6 años) era ya bastante esceptico.
    Te felicito y esto me anima a buscar los medios para formalizar mi salida de la iglesia catolica.
    Te envio un abrazo desde Tijuana B.C., Mexico

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  12. Llegue por casualidad y hace dos horas que estoy leyendo posts. Da gusto leerte, internet esta plagado de bloggers escépticos pero muy pocos estan familiarizados con los que pasa del otro lado, y esto es ilógico, para exponer la irracionalidad de una religión también tenes que saber de religión, ya que gran parte de esta irracionalidad esta basada en las contradicciones internas y se nota que estás muy preparado, sobretodo en posts como el analisis de lo que dijo santidrian en la capital.
    Ahora con respecto a la apostasía, felicitaciones, yo tambien estoy pensando en hacerla, pero mis motivos serían otros, me siento un hipócrita diciendo que no tengo fe o poniendo en claro mis valores e ideologías cuando en realidad legalmente sigo siendo parte de la institución, es mas algo interno. Por eso no entendí tu necesidad de que el tipo te pregunte porqué?, tal vez buscando armar un debate teológico importante? sed de victoria jugando de visitante? jejeej. De todas formas, vuelvo a repetir: felicitaciones y agrego el blog a googlereader.

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  13. Yo, apóstata también... :P Debe ser por lo que vivo en una ciudad capital (Bogotá) por lo que el trámite de mi apostasía fue rápido. Radiqué la carta en el Arzobispado, sin curita ni nada, sólo una secretaria que la recibió de la forma más aséptica, y una semana después llegó a mi casa la confirmación de mi apostasía junto con la notificación que se le hizo al párroco de la iglesia donde me bautizaron para que la incluyera en sus registros. Tengo que pedir una copia de mi partida de bautismo a ver si la nota quedó incluída. Pensé que sería más difícil, la verdad. Saludos desde esta calidofría ciudad.

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  14. Hace casi dos meses mandé la carta para apostatar porque nunca practiqué la fe(solo me bautizaron a las semanas de nacer), desde pequeña presento negación al ingreso a las iglesias, no concuerdo con muchas declaraciones y medidas, entre otras cosas que me hacían sentir hipócrita ya que "legalmente" era católica.
    Al ver que no me recibía nada les mandé un e-mail preguntando el estado del trámite y a pesar de mis prejuicios, me respondieron que ya no figuraba como miembro de la Iglesia y que se abstenían de futuros registros referidos a mi persona. Pero no me es suficiente porque necesito algo más sustancial, una carta de papel con un comprobante del trámite porque me da la sensación de que sino son palabras en el aire.Más teniendo en cuenta que muchas personas me han hablado del obispo como una persona que tendría que entorpecer que mi decisión se lleve a cabo.
    Supongo que en estos días mandaré otra misiva porque me es casi imposible concurrir a hacer el trámite personalmente a San Nicolás.

    En fin, enhorabuena y voy a pasar más seguido por aquí ya que me ha resultado interesante.

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  15. Lo que debes hacer es ir a solicitar una constancia de bautismo, si te la dan, y si no aparece en ella ninguna anotación, estarán incurriendo en una falta que puede ser actuada civilmente por un juzgado. Espero que esta información te sirva.

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