jueves, 22 de julio de 2010

Aborto y desinformación (A198)

El aborto es ilegal en Argentina, con unas pocas excepciones que figuran en el Código Penal desde hace 90 años. En la práctica, siempre ha sido difícil abortar bajo estas cláusulas porque los médicos —mal informados— tienen miedo de ser acusados de cometer un delito o porque sus convicciones religiosas hacen que consideren al aborto un homicidio.

Ayer temprano tuvimos la noticia de que el ministerio de Salud acababa de hacer oficial una resolución que clarifica y protocoliza los abortos, utilizando como modelo una Guía para la Atención de los Casos de Abortos No Punibles que existe desde 2007 pero nunca tuvo fuerza legal suficiente. Lo que ocurre hasta ahora es que las autoridades sanitarias suelen “consultar” con un juez solicitando una autorización —claramente innecesaria— para realizar la interrupción del embarazo, generalmente con el objetivo no declarado de prolongar la espera y amedrentar a la parturienta o a su familia. En ocasiones incluso personas no involucradas denuncian lo que está ocurriendo y aparecen abogados católicos o evangélicos interponiendo medidas cautelares. Algunos jueces autorizan los abortos, como debe ser y a tiempo, mientras que muchos otros, cómplices, niegan la autorización o evitan darla hasta que es demasiado tarde.

La nueva versión de la Guía de Atención explicita la ley (que por otra parte está clarísima) y amplía la interpretación de los supuestos de no punibilidad, de manera que no existan ambigüedades, autorizando la interrupción del embarazo para todos los casos de violación, incluso sin una denuncia policial de por medio.

Como era de esperarse, el torrente de desinformación comenzó enseguida. El diario conservador La Nación tituló “Polémica ampliación del aborto legal”, con un copete que dice “Otra controversia / No hará falta una decisión judicial” y una bajada que rezaba “El Ministerio de Salud emitió un protocolo de interrupción de embarazos; incluye todos los casos de violaciones y no exige pruebas”. Cada frase contiene al menos una media verdad o una advertencia de mala fe. Lo de “otra controversia” alude al matrimonio homosexual, atribuido por ciertas mentes afiebradas a la voluntad del kirchnerismo de crear confrontaciones divisivas y poner a la sociedad progresista contra la Iglesia. La “polémica ampliación” es apenas una clarificación vigente desde hace tres años de algo que no es “aborto legal” sino apenas “aborto no punible”, es decir, algo que la ley considera ilegal pero, por ciertas razones, no castiga penalmente. La citada decisión judicial nunca fue necesaria. En cuanto a lo de no exigir pruebas, uno debe suponer que un profesional médico deberá constatar fehacientemente el hecho de la violación antes de proceder al aborto, ya que eso es precisamente lo que lo exime de cometer un delito; la denuncia policial que implícitamente se requería antes no es una prueba.

Extrañamente (quizá por falta de cronistas preparados) el popular diario Clarín, enemigo mediático de los Kirchner, tituló “Buscan evitar demoras en la práctica de abortos contemplados por la ley”, lo cual es sorprendente porque es correcto, aunque en la bajada diga luego “La decisión oficial apunta a que los médicos no deban recurrir a la Justicia”, lo cual implica que esa obligación existía. (Recurrir a la Justicia pidiendo autorización para hacer algo que no es ilegal es un sinsentido.)

En el diario mendocino mdzonline la nota de cobertura sorprende por su frontal deshonestidad: el título es “Sin tiempo para la polémica: ya se puede abortar legalmente”, y comienza diciendo: “El Gobierno no le dio respiro a los credos”.

La reacción de los creyentes antiabortistas no se hizo esperar: “Esto es legalizar el aborto de hecho y por una vía administrativa”, según Christian Hooft, abogado y vicepresidente de ACIERA (la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina). “La normativa parece más tendiente a facilitar los abortos en circunstancias que el Código no los hubiera permitido”, y es criticable que “en la normativa no se recuerde que lo que se está haciendo es eliminar, matar a una vida inocente en estado de embrión o feto”, según Alberto Bochatey, sacerdote y director del Instituto de Bioética de la Universidad Católica Argentina (UCA).

La cosa empieza a ponerse ridícula cuando, horas después de ser difundida la noticia de la supuesta resolución ministerial que causó este revuelo, la agencia oficial Télam publicó:
El ministerio de Salud desmintió que se haya firmado una resolución vinculada a los abortos no punibles. A través de un comunicado que lleva el título "Aclaración a los medios de comunicación", señala que "el ministerio de Salud de la Nación aclara que su titular, el Dr. Juan Luis Manzur, no ha firmado resolución alguna respecto de la Guía Técnica para la Atención Integral de los Abortos No Punibles"
Infobae amplió la noticia. Según esto, lo único que hizo el ministerio de Salud fue modificar levemente (aunque en puntos clave) la Guía y publicar una versión nueva en su sitio web.

El único detalle problemático de esta historia es que la Guía decía en su texto: “Los procedimientos previstos por esta Guía son de aplicación establecida por Resolución Ministerial Nro. 1184 del 12 de julio del 2010. Ministerio de Salud de la Nación”. Esta aclaración desapareció, entre ayer y hoy, de la Guía publicada en el sitio web del ministerio, pero la noticia de la firma de la resolución fue anunciada por una delegación de altas autoridades del Gobierno ante la ONU, en New York, el día 13 (y está en los archivos de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos).


En las próximas horas veremos qué se hace de esto. Lo que quedó claro es que la cuestión del aborto está instalada y que el más mínimo avance es capaz de detonar represalias de los representantes autonombrados de Dios en la Tierra, ya furiosos por la derrota cultural y legislativa que representó el reconocimiento del derecho al matrimonio para las parejas del mismo sexo. Recordemos que no se trata de aborto libre y legal, ni siquiera de una ampliación del aborto no punible, sino de una reinterpretación de una ley ambigua que, en virtud del riesgo para la salud psíquica de la madre, autoriza a interrumpir el embarazo cuando la mujer fue violada, aunque esto no fue entendido así unánimamente hasta ahora. Es apenas una pequeñísima ventana de libertad y de solidaridad con las mujeres que sufren de un embarazo no deseado que les fue impuesto de la peor manera.

3 comentarios:

  1. Excelente explicación. Abunda tanta desinformación en los medios y uno escucha la verdad a medias en distintos canales que no dejan otra opción que buscar la información por uno mismo o bien, tener la suerte de estar suscrito a este blog.

    A mi no me sorprende que ningún medio convencional sea capaz de dar una explicación clara y concisa como esta.

    Pasado a mis contactos, saludos Pablo.

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  2. "... Y la guía sigue publicada" acaba de poner TN entre los títulos a tratar durante el día...

    Por otra parte, sin ningún tipo de concepciones religiosas, me opongo al aborto, pero estoy a favor de su legalización total... ya que por más que no queramos, los abortos existen, y son ilegales, y ponen en riesgo la salud de las mujeres. Me parece que si esto queda así y se le pone un punto final al tema de las dobles interpretaciones de la ley es un avance importante para, por lo menos lograr que las mujeres que sufrieron una violación sean libres de no tener un hijo no solo no esperado, si no que el necimiento de ese hijo puede llegar a ser mucho más traumatico para la madre que la propia violación. Las religiones todavía no se dieron cuenta que los problemas sociales superaron ampliamente a los del siglo XV.

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  3. Y como no podía ser de otra forma, la "santísima" institución ya anda quejandosé.

    http://www.ellitoral.com/index.php/id_um/73557-arancedo-se-reunio-con-lorenzetti-por-el-fallo-sobre-aborto

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