martes, 12 de abril de 2011

Envidia de la fatwa

La envidia de la fatwa es el fenómeno, que se encuentra frecuentemente en la web, de creyentes cristianos que reaccionan a las críticas o “insultos” hacia su religión  con expresiones del tipo “esto nos lo hacen a nosotros los cristianos, pero no se animarían a hacérselo a los musulmanes”. Hay una infinidad de variantes:
  • “Qué valientes estos ateos, que atacan al cristianismo. Seguro que se atreverían a burlarse así del islam.”
  • “La prensa le da voz a la cristianofobia y nadie hace nada. Si se lo hicieran a los musulmanes les pondrían una bomba.”
  • “¿Tanto odian a la Iglesia que tienen que atacarla así? ¿Por qué no van a molestar a los fundamentalistas islámicos, a ver cómo les va?”
  • “Váyanse a insultar a los creyentes en Arabia Saudita, si son tan valientes.”
En los lugares del mundo con gran presencia musulmana o donde el influjo del islam se considera un peligro, como Estados Unidos y algunos países de Europa, el fenómeno de la envidia de la fatwa parece estar reemplazando a la comparación, más benigna pero igualmente resentida, con el comportamiento de la sociedad hacia los judíos (“Si esto que dijiste sobre el obispo X lo dijeras de un rabino, te acusarían de antisemitismo”).

Una fatwa o fetua es un edicto o pronunciamiento de una autoridad religiosa islámica. Gracias a la notoria costumbre de algunos clérigos musulmanes de utilizar fatwas para enunciar leyes morales disparatadas u ordenar a los fieles el asesinato de apóstatas o blasfemos (como Salman Rushdie o Ayaan Hirsi Ali), el término se ha transformado en sinónimo de acción violenta.

La expresión fatwa envy (“envidia de la fatwa”) fue acuñada por el biólogo y conocido blogger ateo PZ Myers, en respuesta a las amenazas que recibió luego de profanar una hostia supuestamente consagrada. Es una analogía del concepto freudiano (pseudocientífico) de envidia del pene. Desde Alerta Religión lo hemos comentado en el contexto de una reflexión de Christopher Hitchens sobre la distinción entre creyentes fanáticos y moderados. La envidia de la fatwa deja entrever que algunos creyentes que se autocalifican de moderados, que generalmente son rápidos en desasociarse de los fanáticos violentos, en realidad disfrutan imaginando una situación en la que podrían ejercer esa violencia, o peor, esperan secretamente que alguien la ejerza por ellos.

Algunos ejemplos sueltos.
  • Hablando de la “procesión atea” de Madrid en Semana Santa de 2011, calificada por el gobierno de un acto festivo y no ofensivo: “Y si decidieran hacer otra manifestación festiva contra los musulmanes y su ramadán ¿que diría la insensata de la Delegada del Gobierno?, ¿No es una provocación y un atentado contra el respeto a las creencias religiosas de los ciudadanos?¿Va a ser un acto tan festivo como el de ayer en Madrid por Atocha?”.
  • Sobre lo mismo: “q les dejen sin vacas de Sem Snta y s piren de procesión antireligión a Irán a ver si siguen tan burlones”.
  • Sobre un anuncio “blasfemo” de Hyundai: “Si hubiera sido de burla de la fe musulmana, ya hubieran habido muertos.”
  • Sobre lo mismo: “El caso es que jamás se les pasaría por la cabeza hacer lo mismo pariodando la oración del viernes en una mezquita ni la del sábado en una sinagoga.”
  • De las amenazas contra PZ Myers: “Hey, Sr. Crítico, te desafío a hacer algo para profanar el islam. Ah claro, ellos no son pasivos como los cristianos y a un bocón idiota como tú le caería encima una jihad.”
  • De la rana crucificada que ilustra esta nota: “Si el escarnio se hubiese perpetrado sobre la figura de Mahoma, hoy los periódicos y las televisiones de todo el mundo habrían abierto las noticias con la reacción desaforada de sus seguidores.”
En general hay dos razones por las cuales la envidia de la fatwa es una tontería:
  1. No es cierto que los ateos, agnósticos, laicistas, etc. no critiquen al islam o se la tomen con el cristianismo por alguna razón especial. Ocurre que el islam es una religión minoritaria en la parte del planeta de donde generalmente provienen los comentarios (América o Europa), por lo cual su influencia no es comparable con el inmenso poder con que cuentan las iglesias cristianas allí.
  2. Es cierto que no se critica al islam (globalmente) tanto como debería hacerse, pero eso es porque los críticos públicos y notorios del islam (e incluso muchos que ofenden a los creyentes musulmanes sin intención) corren peligro de muerte. No es racional ni se le puede pedir a nadie que ponga en peligro su vida y la de su familia y allegados por emitir críticas, más allá de que algunos den ese paso por sus propias razones.   
Invito a los lectores a enviar más ejemplos de envidia de la fatwa en los comentarios, proporcionando siempre que sea posible un contexto y un link al lugar donde se encontraron.

(Ésta es la primera de una serie de entradas de tipo diccionario-enciclopédicas sobre términos y temas comunes. Debe entenderse como una página de referencia, para ser usada cuando convenga desde otros posts.)