viernes, 10 de febrero de 2012

Hand of Hope

Un ateo y escéptico amigo me manda un texto sobre una foto famosa, titulada Hand of Hope (“La mano de la esperanza”) que muestra la mano de un feto saliendo del útero y rodeando con sus deditos el dedo del médico que lo está operando. Quiero compartirlo con ustedes porque, a pesar de que no es mi texto (y Alerta Religión nunca ha tenido autores invitados), expresa casi exactamente lo que yo diría sobre el asunto.

Hand of Hope, por Michael Clancy

Hace poco volví a cruzarme con esta foto que ya había visto varias veces, ya sea en cadenas de mails o en posteos en redes sociales, casi siempre como parte de campañas pro-vida o antiabortistas. Se da a entender que el bebé está tomando la mano del médico para agradecerle que lo haya salvado (no se dice de qué) o para pedirle que no lo mate.

La foto en sí es obviamente impresionante, ha dado la vuelta al mundo y ha sido referenciada en series como House, MD o Scrubs, pero su verdadera historia poco tiene que ver con esas campañas y el mensaje que se pretende dar es engañoso.

El feto de la foto es Samuel Armas, que estaba siendo operado in utero para corregir una lesión de espina bífida. El fotógrafo, Michael Clancy, cuenta que aprovechó y sacó la foto en el momento justo cuando el feto sacó la mano por sí mismo y, al sentir que el doctor se la tomaba, le respondió sujetándola con más fuerza. El médico negó que hubiera sucedido así. Asegura que él mismo extrajo la mano del feto y que durante la operación, por supuesto, tanto él como su madre estaban anestesiados y no podían moverse. Por otro lado, de más está decir, ningún bebé, por precoz que sea, ni mucho menos un feto, puede darse cuenta de que lo están operando para corregirle una malformación, ni puede saber lo que es un médico, ni tampoco decidir agradecerle dándole la mano, gestos que corresponden a personas adultas.

La imagen también es engañosa porque al momento de la cirugía Samuel llevaba 21 semanas (unos 5 meses) de gestación, mientras que los debates sobre el aborto toman la semana 10 o 12 como límite. Pero estas publicidades nos llevan a pensar en abortos realizados en esa etapa tan avanzada del embarazo, como mostrando a un bebé casi listo para nacer diciendo “por favor, no me mates”.

Estas publicidades engañosas también ayudan a que se siga incumpliendo la ley en los casos de violaciones, mujeres discapacitadas mentales, niñas menores de 13 años o riesgo de vida para la madre. Estos casos son no punibles por ley en Argentina, o sea que los médicos tienen la obligación de realizarlos a pedido de la mujer sin necesidad de solicitar ninguna orden judicial, es decir, son legales. Sin embargo, la mayoría de los médicos de los hospitales públicos no los hacen por presiones de grupos antiabortistas o por miedo a demandas judiciales, con lo que se pierde tiempo muy valioso.

Como resultado, ni siquiera en los casos previstos por la ley se puede abortar —no legalmente, al menos. Las mujeres violadas, adultas, jóvenes o incluso niñas de 11 años, son forzadas a pasar no sólo por el trauma de una violación, sino además el de un embarazo y un parto no deseados. Para colmo, la misma gente que la obligó a tener a ese bebé, le dice, “Si no lo querés, regalalo”, sometiéndola además al trauma de tener que dar en adopción a su hijo. Todo esto, a una niña de tan sólo 11 años, que ni terminó la escuela primaria. A esos antiabortistas fanáticos no les interesan ni la mujer (o niña) ni el bebé. Pretenden decirles a las personas lo que deben hacer con sus cuerpos y con la misma soltura sugieren a las mujeres regalar a los bebés no deseados. Sólo les interesa que los bebés nazcan, a cualquier precio. Después se desligan por completo. No ayudan a pagar las vacunas, los medicamentos, la ropa, la comida, la escuela, nada.
Según su artículo en Wikipedia, el fotógrafo Michael Clancy se había convertido al cristianismo unos meses antes de tomar la foto; su sitio web michaelclancy.com está dedicado específicamente a defender la autenticidad de la historia de Hand of Hope y su mensaje “pro-vida”. El médico que operó a Samuel Armas, además de negar que el feto se hubiera movido, se dio plenamente cuenta de que Clancy trataba de transformar el asunto en propaganda antiabortista:
“Dependiendo del punto de vista político que usted adopte, o bien esto es Samuel Armas estirando su mano fuera del útero y tocando el dedo de otro ser humano, o bien soy yo tomando su mano para sacarla del útero… que es lo que hice.”
Del tema de las mentiras sobre el aborto ya he escrito mucho y no vale la pena repetirlo aquí. Sólo diré que es un error suponer que los “defensores de la vida”, dejando aparte la ideología que profesan (en teoría) sinceramente, están más allá del engaño y la distorsión deliberada. Algunos bloggers ateos anglosajones ya tienen una expresión corta y punzante para nombrar a estos y otros desinformadores cristianos: liars for Jesus (“mentirosos por Jesús”). Quienes se han tomado como tarea personal ejecutar la voluntad del creador y señor del universo tienen derecho a lo que sea: el fin justifica los medios.