lunes, 13 de febrero de 2012

A los tibios los vomita Dios

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, había dispuesto establecer nuevas reglas para el sistema sanitario. Una de ellas consistía en la obligación de parte de los hospitales de ofrecer a sus empleadas un plan de seguro de salud que incluyera anticonceptivos, esterilización y aborto.

Los jerarcas católicos pusieron el grito en el cielo y demandaron que esa medida fuera anulada, ya que obligarles a los hospitales católicos (curiosa expresión, si se la piensa bien) a ofrecer servicios de esa clase significaría interferir con su “libertad religiosa”, es decir, con su libertad de violar —en nombre de su ideología preferida— las reglas que rigen para todas las demás instituciones. La Casa Blanca cedió.
… la Casa Blanca ha anunciado su intención de no imponer a los hospitales y organismos vinculados a la Iglesia Católica la difusión del control de natalidad. (…)

Para la mayoría de los observadores (…) el presidente trata tan sólo de no perder el voto católico en las elecciones presidenciales de noviembre, en las que se juega la reelección. Tradicionalmente, la mayoría del voto católico vota demócrata.
Mero cálculo político, entonces. Simple pragmatismo, tibieza, o mejor dicho cobardía, de parte de un presidente que se presentó como una esperanza progresista, casi revolucionaria, y que no ha hecho sino decepcionar a la mayoría de los que lo votaron. Pero ni esta capitulación bastó. Los líderes católicos no están conformes.
Una serie de líderes pro-vida en Estados Unidos han criticado duramente al presidente Barack Obama por el anuncio que hizo de que ha modificado levemente la orden que obliga a los empleadores a pagar seguros que incluyen fármacos anticonceptivos y abortivos.

Obama dijo ayer que los empleadores religiosos ya no deberán pagar los seguros que incluyan anticonceptivos sino que deberán comprar planes que entreguen los anticonceptivos de manera gratuita. De esta forma, indicó, “se respeta la libertad religiosa”.
El cambio en la norma, si hemos de creerle a los integristas “pro-vida”, fue un mero truco: los hospitales podrán ofrecer planes de seguro de salud que no incluyan anticoncepción, esterilización o aborto, pero si el empleado requiere estos servicios, deberá recibirlos gratuitamente, a cargo del empleador.

Lo que esto significa, en primer lugar, es que —como ya sabemos— el asunto no tiene que ver con la libertad de los católicos, sino con privar a los demás de su libertad. No es que no desean pagar por un servicio que consideran inmoral; quieren forzar a la gente que trabaja para ellos a que no pueda usarlos.

En segundo lugar, muestra cómo las tácticas de conciliación no funcionan con personas como los obispos católicos. No se puede lidiar con partidarios de un totalitarismo a base de compromisos o medias tintas. El catolicismo no puede separar la vida y las leyes civiles de sus propias doctrinas; pueden darse compromisos motivados por el pragmatismo o la mera corrupción, como en todas las instituciones, pero finalmente no pueden perdurar, porque para el catolicismo hay una Ley superior a las leyes humanas y su objetivo es trabajar para imponerla sobre todos nosotros.

Y en tercer lugar, Obama comete un error de valoración política que es difícil de entender. Los jerarcas de la Iglesia son una camarilla autoelegida que representa a una fracción minúscula de los católicos. La inmensa mayoría de los católicos, en Estados Unidos y en todo el planeta, utilizan —cuando disponen de ellos y están educados para ello— anticonceptivos y preservativos. La mayoría no ve mal que una persona pueda elegir esterilizarse. Una fracción menor pero sustancial aprueba el aborto en ciertas circunstancias. Los líderes de la Iglesia saben perfectamente esto y lo toleran, como toleran que las parejas convivan sin casarse y que los homosexuales no sean encerrados, colgados o apedreados en las plazas; mientras la feligresía siga aportando fondos y los políticos sigan siendo más o menos complacientes, se puede hacer la vista gorda al pecado. Los políticos también saben esto. ¿Por qué siguen arrastrándose, por qué siguen haciendo genuflexiones, aunque sea a medias y con segundas intenciones?

Para enfrentarse al integrismo y al fanatismo las medias tintas no sirven. Que los príncipes de la Iglesia griten y pataleen; ya se verá cuántos de sus súbditos responden al llamado.

2 comentarios:

  1. Alejandro Paiz Meschler13 de febrero de 2012, 11:09

    El premio nobel de la paz 2009 (Mister Obama) me ha desilusionado una vez más. Quizás no debería importarme, vivo en Argentina, no en Estados Unidos. Pero me indigna ver cómo una institución religiosa, de forma prepotente, se entromete en temas que no le competen.

    "Freedom of religion my ass!" tendría que haberles respondido Obama. El sueño de los eclesiásticos sería saber cuándo tiene sexo cada uno de sus fieles, con quién, y de qué manera (existen países en los que prácticas como el sexo homosexual o el sexo anal hombre-mujer está penado por ley [1]; ¿acaso esta visión retrógrada no nace en la religión?). Evitar que los empleados de sus hospitales tengan acceso a métodos anticonceptivos, es una manera de intentar controlar su sexualidad (porque en pleno siglo XXI, ellos siguen afirmando que "el uso de anticonceptivos es pecado mortal" [2], porque toda relación sexual debe darse dentro del matrimonio y "dentro de éste, deberá estar abierta a la vida" [3]), y, en cierta manera, acercarse un poquito a ese sueño (¡que afortunadamente, desde hace mucho tiempo, se aleja cada vez más de sus manos!).

    [1] http://es.wikipedia.org/wiki/Sodom%C3%ADa_%28derecho%29#Pa.C3.ADses_con_legislaci.C3.B3n_contra_la_sodom.C3.ADa_vigente
    [2] http://es.catholic.net/sexualidadybioetica/285/1362/articulo.php?id=42558
    [3] http://es.catholic.net/escritoresactuales/921/1373/articulo.php?id=49211

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  2. luis manuel lopez rojas24 de octubre de 2012, 16:38

    el aborto y la esterilización son en realidad un genocidio silencioso una falta de respeto a la vida es mas yo tampoco estoy de acuerdo con las valores religiosos por sus privilegios. Sin Dios fue una banda española de hardcore punk cual usaba la música como un arma de difusión ideológica, más concretamente de difusión anarquista. que decia: Malthus proponía que para acabar con la pobreza hay que exterminar a los pobres.
    Hoy son el Banco Mundial, el FMI y el Consejo de Población de las Naciones Unidas.
    No al control de Población desde los países ricos.
    Abortar es matar, ni ellos ni aquellos. el problema actual no es un problema de falta de espacio o de falta de recursos sino de falta de valoración de la dignidad humana. la homofobia.y la falta de reconocimiento de las minorias sexuales

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