
No he encontrado los detalles, quizá pudorosamente callados por la fuente. Imagino que el órgano debe estar un poco seco, aunque existe una gran tradición en la que esta clase de cosas, conocidas como reliquias, suelen preservarse sobrenaturalmente para luego ser paseadas y exhibidas. Hay reliquias que son lenguas, dedos, manos, prepucios, hígados, cabezas y hasta cuerpos completos de santos, que se anuncian como prodigiosamente conservados, aunque el público nunca puede verificarlo.
Reliquias son también materiales más duraderos como el hueso y los cabellos o materiales como la madera, asociados a Jesús, a los apóstoles y a los santos. En tiempos antiguos, la compraventa de estos objetos era un gran comercio, así como su "descubrimiento" (fabricación), y la posesión de reliquias era motivo de prestigio y de popularidad para reyes y obispos.
Aunque este asunto de venerar pedazos de muertos (y pasearlos por ahí) parece algo macabro y sobre todo fuera de lugar en una religión que enseña que el cuerpo no es nada sin el alma, no debería sorprendernos demasiado. Evidentemente hay algo en la naturaleza humana más básica que nos impulsa a esta fascinación con lo muerto; obsérvese si no el triste espectáculo de miles de personas dispuestas a cualquier cosa para acercarse al cadáver que fue Michael Jackson. Pero al menos al Rey del Pop lo hemos visto vivo y lo enterraremos a los pocos días. No hay planes, creo y espero, para desenterrarlo y mirar si alguna de sus partes está todavía fresca, y en tal caso cortarla, ponerla en un frasco o una caja de madera, y hacerla desfilar solemnemente por estadios y salas de conciertos.