miércoles, 22 de julio de 2009

A122: Demonio motorizado

Este lunes aquí mismo en Rosario, Argentina, un hombre destrozó un automóvil estacionado porque "adentro estaba el demonio". Ocurrió el lunes pasado a la madrugada y, a decir del reporte del diario Rosario3, "no se determinó si estaba intoxicado con alguna sustancia o tenía problemas mentales".

Es curioso, ¿verdad?, que cuando un tipo rompe un objeto inanimado a golpes creyendo que está endemoniado se asume instantáneamente que está loco o que estaba borracho o drogado, mientras que cuando otro tipo manda matar a otro o hacerle la guerra a un pueblo entero por esta misma razón (en nombre de la lucha contra el Mal), se lo trata simplemente como un exceso de celo religioso.

Consideramos que un hombre que dice que el demonio habita un objeto está fuera de sus cabales, porque no puede demostrar que haya habido una razón válida, y porque nadie ha visto jamás, comprobablemente, al demonio ni a ningún otro ser sobrenatural. Lo mismo podría haber dicho que había un gremlin tras el volante. Pero si un líder religioso ve espíritus suprahumanos y conspiraciones malignas a su alrededor y alienta la locura de los fieles, enviándolos a castigar a los aliados del demonio, entonces es parte de su creencia y debemos respetarlo y tomarlo en serio.

Quizá sea tiempo de empezar a medir a todos los creyentes en ángeles y demonios, en santos y vírgenes, en dioses y espíritus, con la misma vara con la que medimos a los locos que destrozan automóviles en nombre de sus visiones.