martes, 2 de febrero de 2010

La vacuna contra el SIDA no vale la pena (A171)

Tengo aquí algo que me gustaría que me ayudaran a desentrañar, porque es difícil saber de qué va, pero es muy sospechoso.

Parto de un artículo publicado en la agencia de (des)información católica ACI, horrorosamente titulado Se malgasta dinero buscando vacuna para el SIDA, afirma experta, donde se citan palabras de la Dra. Bonnie Dunbar, fundadora del Centro Biomédico Africano a los efectos de que se debería gastar ese dinero más bien en curar otras enfermedades infecciosas y de transmisión sexual, y en terminar con la malnutrición, deshidratación y pésimas condiciones sanitarias que sufren tantos africanos.

El CBA es reconocido por su lucha contra el SIDA y la malaria, por lo cual no resulta inmediatamente sospechoso. Mi primera reacción, no obstante, fue relacionar el título con la doctrina católica (expresada con más o menos matices, pero bien conocida) de que las ETS como el SIDA son fruto de la inmoralidad sexual. Si bien no se lo dijo así, las ya infames afirmaciones de Benedicto XVI sobre los preservativos está en la misma línea: su subtexto es que el contagio no se evitará con medidas sanitarias sino con un cambio radical de conducta sexual, y no precisamente con lo que se llama “sexo seguro”.

Y si alguien piensa que estoy buscándole la quinta pata al gato, recordemos que la reacción de la mayoría de la dirigencia evangélica y católica a la pretendida imposición de la vacunación contra el virus del papiloma humano (HPV) en los Estados Unidos fue de mesurada duda a abierta oposición, superficialmente por cuestiones de principio sobre su obligatoriedad, sospechas de lobby de las empresas farmacéuticas o temores sobre los efectos secundarios no estudiados de la vacuna, pero en realidad motivada por la implicación de que la protección contra el HPV (que provoca cáncer de cérvix uterino) era un pase libre a la sexualidad sin control de las jóvenes vacunadas (la misma idea, demostradamente errada, se expresa sobre los preservativos). Las iglesias preferían promover la abstinencia en forma exclusiva (estrategia probadamente fallida) y arriesgar el contagio, antes que tomar medidas que le quitarían a las jóvenes el miedo al sexo.

La Dra. Dunbar (que, dicho sea de paso, tiene el mismo nombre y apellido que una astronauta, cosa que no debe llevar a confusiones) afirma que probablemente nunca se pueda desarrollar una vacuna contra el HIV que sirva en el caso de las transmisiones entre personas heterosexuales:
Esto se debe a que durante 10 días entre los cuales están los días fértiles del ciclo de la mujer, el sistema inmunológico del útero se "apaga" por completo para no destruir a los posibles espermatozoides que entren a fecundar un óvulo, así como para defender al posible embrión que se forme luego de la fertilización.

"Es como si el cuerpo dijera que necesitamos ese embrión para que fecunde, así que no hay que atacarlo. Nuevamente es la madre naturaleza ayudando a que la especie perdure mediante una efectiva biología reproductiva". Con esa reacción del cuerpo, una posible vacuna no tendría ningún efecto, explica la experta.
Esto me resulta extremadamente sospechoso. De por sí, cuando un científico se pone a hablar de la “madre naturaleza” sin que quede claro, clarísimo, que se trata de un recurso metafórico fabulesco, se me prenden las alarmas; lo mismo cuando se le adscriben intenciones y deseos al cuerpo humano. Lo de “ayudando a que la especie perdure” es casi una frase diagnóstica de la adhesión de la Dra. Dunbar a las ideas cristianas conservadoras sobre población. Pero además de eso, jamás he escuchado que las mujeres se contagien preferentemente de enfermedades infecciosas en sus períodos fértiles de la manera en que se sugiere. Es difícil que la evolución hubiera favorecido que las hembras de nuestra especie estuvieran literalmente inmunosuprimidas la tercera parte del tiempo.

Examinando la trayectoria de la Dra. Dunbar uno se encuentra enseguida con otros signos alarmantes. Resulta que Dunbar investigó durante 30 años la posibilidad de una “vacuna anticonceptiva”, usando un método por el cual el cuerpo de la mujer generaría inmunidad contra sus propias células sexuales. La investigación con animales, no obstante, mostró que lo que se generaba era una enfermedad autoinmune que no sólo eliminaba los óvulos, como se pretendía, sino que destruía los ovarios de las hembras. Dunbar aparentemente vio esto, en un flash se dio cuenta de que no debía proseguir la investigación, y en un giro profesional de 180º decidió hacer campaña contra el gasto en anticoncepción en África.

Esto está muy bien si la doctora cree que es lo correcto, pero como dije antes, hay abundantes señales de que otra cosa está ocurriendo. Por lo pronto, la noticia de la conversión de Dunbar ha encontrado eco inmediato en la blogosfera católica: un grupo “pro-vida” (es decir, pro-natalista y anti-feminista) titula amarillísticamente Vacunas anticonceptivas: funcionan pero supuestamente desechadas por destruir ovarios! y abre con lo siguiente:
La Dra. Bonnie Dunbar, una de las principales investigadoras en el campo de la anticoncepción, abandonó recientemente 30 años de trabajo en el desarrollo de una vacuna anticonceptiva, porque descubrió que el cuerpo femenino se rehúsa a ir en contra de su propia reproducción. La Ciencia, una vez más, confirma la fuerza inalterable del diseño físico femenino.
Por un lado el titular es falso porque no se trata de una vacuna anticonceptiva que funcionaba mal, sino de una línea de investigación en animales que no sirve como vacuna anticonceptiva porque tiene un efecto secundario indeseable e irreversible. La investigación no probó la imposibilidad de tal vacuna; sólo mostró que no se logrará por esa vía, a menos que se encuentre una manera menos agresiva de emplear el sistema inmune. Por el otro lado, la Dra. Dunbar puede pensar lo que quiera, pero resulta irónico que plantee que “el cuerpo femenino se rehúsa a ir en contra de su propia reproducción” cuando su trabajo partió precisamente de un estudio de casos de infertilidad causada por un trastorno autoinmune, es decir, precisamente un caso de cómo el cuerpo femenino va en contra de su reproducción. La Ciencia, con mayúscula, no ha confirmado nada sobre esa metafísica “fuerza inalterable del diseño físico femenino”; cuanto más, ha reafirmado el hecho conocido de que es difícil manipular cualquier parte de nuestra biología sin causar repercusiones en otra.

La misma noticia, el mismo texto desinformativo y plagado de mensajes contra el control de la natalidad, es reproducido por un blog que se autonombra Revista Fides et Ratio como Ovarios Destruidos: el Fracaso de las Vacunas Anticonceptivas, retomando la falsedad que notamos arriba y además pluralizando, como si una multitud de enfoques de la fría ciencia anti-vida del control demográfico hubieran chocado contra el muro infranqueable de la voluntad divina.

El texto original —despejemos el misterio— proviene del Population Research Council. Está escrito por una “investigadora” del PRC, Joan Robinson, y precedido por una gozosa nota de su presidente, Steve W. Mosher, que malinforma: “La larga e infructuosa búsqueda de una vacuna anticonceptiva, que haría que  el cuerpo de una mujer sea hostil a la recepción de espermatozoides, ya es un asunto cerrado.”

El Population Research Council es, según su pie de página, “una organización sin fines de lucro dedicada a desmontar la falacia de la sobrepoblación en el mundo… dedicado a terminar con los abusos contra los derechos humanos cometidos en nombre de la planificación familiar y acabar con los contraproducentes paradigmas sociales y económicos derivados de la falacia de la 'sobrepoblación'.” El sitio web internacional agrega que el PRC es “una red global y en crecimiento de grupos pro-vida” y entre sus objetivos figura la promoción de políticas pro-natalistas.

¿Y quién fundó esta maravillosa organización? Un sacerdote benedictino, Paul Marx, que también es fundador y Presidente del Consejo de Directores de Human Life International, “misioneros pro-vida para el mundo”. Vida Humana Internacional (tal es su versión en castellano) es una fuente inagotable de mentiras sobre los métodos anticonceptivos, el aborto, la eutanasia, etc. Existe una serie de organizaciones católicas que repiten los mismos argumentos y la misma desinformación, generalmente entre ellos.

¿Será, entonces, que el reporte del PRC no es más que una muestra de esta estrategia de falsedad dirigida a denostar el control de la natalidad, ya no desde la moral religiosa —a la que cada vez menos gente presta atención— sino desde una pretendida objetividad científica? No lo sé. Me gustaría saberlo. Está muy claro que la Dra. Dunbar ha cambiado de actitud de una manera bastante poco científica y más parecida a la conversión religiosa, pero no podemos juzgarla, sino apenas lamentarnos. Sería una lástima que lo de la vacuna contra el SIDA y la vacuna anticonceptiva fuera cierto, porque esas dos cosas, por sí solas, podrían reducir enormemente el sufrimiento humano (especialmente el de las mujeres), la pobreza, y el daño que nuestro número siempre creciente está haciendo al ecosistema global.

15 comentarios:

  1. La verdad que he estudiado este tema y jamás oí que el sistema inmune de la mujer se apagara durante el periodo de ovulación. No tendría sentido, porque el cigoto no entra verdaderamente en los tejidos femeninos hasta dos semanas después de la concepción, cuando se dice que "anida".

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  2. Acabo de encontrar un trabajo de la doctora Bonnie Dunbar. Resulta que ella dice que estas vacunas no funcionan porque interrumpen el embarazo en vez de prevenirlo.
    Si pensamos en lo que puse arriba nos podemos imaginar por qué.
    Estas vacunas lo que hacen es atacar estructuras específicas relacionadas con los gametos mediante antígenos específicos. Los antigenos provocan la producción de anticuerpos dentro del cuerpo, pero el espacio del útero y las trompas donde se encuentran los gametos es un espacio vacio. No hay flujo sanguineo donde las anticuerpos puedan producirse. Es como desarrollar una vacuna para matar a las bacterias que viven sobre nuestra piel.
    Sólo una vez que el embrión anida y entra en contacto con la sangre materna la reacción puede producirse.

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  3. Muchas gracias, Malena! Es muy curioso. Dunbar dice que las vacunas no funcionan porque atacan los ovarios, no porque sean abortivas. Uno esperaría que los católicos atacaran las vacunas por causar abortos, pero ese argumento no serviría para los que no tienen problema con un aborto temprano. Entonces utilizan el argumento de que destruyen los ovarios. Dónde estará la verdad, no sé. ¿Me dirías dónde está ese artículo?

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  4. http://digitalcommons.unl.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1007&context=nwrccontraception

    Tiene muchas más cosas. Quizás vos puedas hacerle un análisis más profundo.

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  5. Cuestión importante: "The hCG vaccine, which is most advanced in clinical studies for human contraception, is limited to efficacy in primates and is not applicable to the majority of wildlife species." En el artículo que yo citaba, Dunbar estaba investigando en conejos, si mal no recuerdo (no eran primates en todo caso), es decir que no estaba usando la vacuna hCG. O sea que los hallazgos en conejos no serían extrapolables a los humanos. Igualmente hay que notar que este estudio es de 1993. Sigo leyendo...

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  6. creo que es retrogrado pensar que hay que dejar de investigar algo, o pensar que algo no tiene solución posible, la historia nos demuestra que nunca debemos estar tan convencidos de algo, menos de algo no tiene cura.

    www.diadelavestia.com.ar

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  7. Algo que me llama la atención del texto es que la Dra habla del misterio que significa que el cuerpo no ataque a sus propios gametos dado que estos tienen otro genoma. Pero el genoma de los gametos es el mismo sólo que la mitad y tenemos muchísimas células con el núcleo modificado, desde los globulos rojos que no tienen ADN nuclear hasta los globulos blancos que tienen varios núcleos y por lo tanto un genoma multiplicado.
    El cuerpo no produce anticuerpos en base al genoma de la células sino en base a los marcadores de sus membranas. Los gametos no pueden producir marcadores que sus dueños no tengan, por lo tanto, ¿por qué debería haber una reacción?

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  8. The last time I checked, men were still 50% of the population. Even if an AIDs vaccine were only effective in men, it would still reduce transmission in both heterosexual and male homosexual sex. Thus AIDS vaccine research and development is still a very worthwhile undertaking.

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  9. Vamos por partes:
    La doctora dice: "Se malgasta dinero buscando vacuna para el SIDA".
    Por supuesto que es una burrada, entre otras cosas, por lo que bien comenta SFO.
    No es un "malgasto", pero sí comparto que con la misma plata se podrían evitar muchísimas más
    muertes debidas a otras patologías. Esto, demás está decirlo, no quiere decir que se debe dejar de buscar la vacuna, sino que es una simple observación.

    Otra de los dichos: "Esto se debe a que durante 10 días entre los cuales están los días
    fértiles del ciclo de la mujer, el sistema inmunológico del útero se "apaga" por completo para no destruir a los posibles espermatozoides que entren a fecundar un óvulo, así como para
    defender al posible embrión que se forme luego de la fertilización."


    Esto es una total falacia. El sistema inmunológico del útero no "se apaga" jamás. Sí, en cambio, ocurre un hecho interesantísimo y se lo conoce como inmunotolerancia, pero no dura los "10 días fértiles" del ciclo sino que acontece a partir de la implantación del embrión.
    En este fenómeno (no del todo estudiado, pero sí lo suficiente) parece ser que el para que no
    ocurra un rechazo del feto por parte de la embarazada (recordar que el material genético del feto es diferente y sería un caso de alloinjerto), el blastocisto (embrión implantado) en lugar de expresar en su superficie proteínas HLA (las antigénicas) expresa unas HLA-G que evitarían la respuesta de los linfocitos T citotóxicos y de los NK (Natural Killers) por lo que el embarazo sigue adelante sin ser rechazado. Éste y otros factores menores son los responsables de la inmunotolerancia.
    Lo que dice la doctora es simplemente mentira y es fácilmente comprobable: traten de implantar
    algún tejido extraño (de mono o de comadreja) durante esos "10 días" y verán que el sistema
    inmunológico del útero funciona a la perfección rechazándolo.

    Por último, algunas palabras sobre el último comentario de Malena:
    Dice: "Pero el genoma de los gametos es el mismo sólo que la mitad y tenemos muchísimas células con el núcleo modificado, desde los globulos rojos que no tienen ADN nuclear hasta los globulos blancos que tienen varios núcleos y por lo tanto un genoma multiplicado."

    Las "células con el núcleo modificado" no son las que nombrás sino más bien las neoplásicas y algunas cuyo ADN incorporó material genético vírico.
    El glóbulo rojo, como bien decís no tiene ADN (pierde el núcleo) y los glóbulos blancos son "polinucleares" pero mantienen la misma carga cromosómica que el resto de las células somáticas: 46. No multiplican su carga cromosómica sino que el mismo material se acomoda en varios "ovillos" (es una diferencia "estética") ;)
    Pero acá el problema es otro: no importa el material genético nuclear, sino las proteínas expresadas en la superficie de las células, por eso un glóbulo rojo sigue siendo antigénico por más que no tenga núcleo. Y por la misma razón, el embrión con material genético diferente a la madre (pero no expresando ciertos antígenos) puede ser tolerado por el sistema inmunológico materno.

    Dice: "Los gametos no pueden producir marcadores que sus dueños no tengan, por lo tanto, ¿por qué debería haber una reacción?
    El problema acá es que los "marcadores" (antígenos) que desencadenarían la reacción serían los paternos, reconocidos como extraños por el sistema inmune de la madre.

    Saludos,
    Lisandro

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  10. Lisandro: Gracias por la detallada explicación. Al menos me quedó claro el asunto de cómo funciona el rechazo, que no tenía visto antes. De esto se desprende que, o la Dra. Dunbar miente o se autoengaña por alguna razón (¡quizá se convirtió!) o bien nunca dijo eso o sus palabras fueron muy distorsionadas, lo cual es plausible, puesto que para los creyentes fanáticos la coherencia y la verdad son detalles de segundo orden. El hecho de que nadie haya reportado estas declaraciones salvo la gente del "pro-vida" PRC hace probable el fraude.

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  11. Bueno insisto. La agencia católica de noticias ACI usa un criterio deliberadamente peligroso, pues consideran que el SIDA Y el VIH son enfermedades "producto del pecado", por lo que no tienen en cuenta la realidad de aquel que enferma de SIDA y entran rápidamente en prejuicios erróneos. Este fundamentalismo catolico enseña que todo aquel que enferma es por que se lo buscó y las cosas no son así. Tengase en cuenta el caso de transfusiones, esposas fieles que tenían maridos promiscuos, niños que recibieron la enfermedad de sus padres. etc. Concuerdo con Arturo en que esta estupidez es peligrosa.

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  12. Lisandro, la doctora se pregunta por qué el cuerpo no reacciona contra sus propios gametos (no contra los ajenos). Por las mismas razones que vos decís, considero que esta pregunta es una burrada.

    No sabía que los globulos blancos sólo tuvieran la misma cantidad de cromosomas ¿pasa lo mismo con los miocitos o estas células son verdaderamente polinucleadas?

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  13. Malena:
    No leí el paper que citaste, pero si efectivamente la doctora pregunta por qué no reacciona contra sus propios gametos (óvulos) es una burrada. Casi como preguntar por qué no reacciona contra sus propios hepatocitos (o cualquier otra célula somática) :)
    (aclaro que sería una pregunta interesante... 100 años atrás :P )

    En cuanto a los miocitos, en realidad sí son células multinucleares, pero no debido a la multiplicación de su material genético, sino debido a que se fusionan varios mioblastos (precursores) cada uno con un núcleo normal.

    Saludos!
    Lisandro

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  14. Juan Manuel Rodriguez Porta3 de febrero de 2012, 14:51

    No hay mucho que decir de lo médico después de DrGen, pero si hay algo de cierto en el artículo (a medias) es que a nivel mundial la comunidad médica se está preguntando hace unos 5 años si realmente vale la pena seguir intentando desarrollar una vacuna contra el VIH. El principal argumento a favor de esta posición es que el dinero utilizado (1.165.000 millones de dólares anuales) debería asignarse a estrategias que ya se sabe que funcionan y han probado ser eficaces (ttos antirretrovirales y prevención) en vez de seguir persiguiendo algo que con cada trial fallado se parece más a una utopía.

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