"Muy pronto Roma, capital de los cruzados, será conquistada por el Islam." Así (palabras más o menos) lo dice Yunis Al-Astal, líder del movimiento radical musulmán Hamas. Sobre la profetizada conquista de Roma por el Islam habla también ACI Prensa, suponemos que con lógica preocupación por los bienes raíces del Vaticano, y por supuesto, la noticia de la caída de Roma en manos de los musulmanes ya fue ampliamente meneada.
Al-Astal explica que Roma es la "capital de los católicos", que ha declarado su hostilidad al Islam, y que caerá como cayó Constantinopla, para luego convertirse en "un puesto avanzado para las conquistas del Islam, que se extenderá en Europa por completo, y luego llegará a las Américas, e incluso a Europa del Este", y los jóvenes musulmanes de hoy comandarán la guerra con "la misión de salvar a la humanidad del fuego del infierno".
Lo de la caída de Roma no es tema nuevo; entre los dichos atribuidos al profeta Mahoma hay uno donde, a una pregunta, responde que Constantinopla será conquistada primero, dejando a su interlocutor entender que Roma vendrá después, y en 2002 un jeque sunnita, Yusef Al-Qaradhawi, dijo apoyándose en esto que "el Islam volverá a Europa como un conquistador y vencedor", aunque se mostró partidario de que dicha conquista fuera por la predicación y no por la espada. Otro jeque, un saudí llamado Muhammad bin Abd Al-Rahman Al-'Arifi, fue menos diplomático: "Nosotros controlaremos la tierra del Vaticano; nosotros controlaremos Roma e introduciremos el Islam en él." Antes de eso, en 2001, otro líder musulmán ya había invitado al Papa a abandonar la "idolatría" del catolicismo y convertirse, y advirtió que finalmente Italia será islamizada y la bandera del Islam flameará sobre Roma.
Todo esto se basa en parte en la supuesta profecía de Mahoma, en parte en cuestiones históricas (el Islam conquistó puntos claves de Europa en varias ocasiones), y por supuesto en la propia expectativa expansionista de estos líderes musulmanes, envalentonada, quién lo duda, por la creciente dificultad de los gobiernos europeos para oponerse al integrismo islámico sin mostrarse intolerantes o (¡Alá no lo permita!) políticamente incorrectos. Incluso Benedicto XVI tiene miedo de ofender a los musulmanes.
Llama la atención el momento de la difusión de la noticia, justo cuando Italia acaba de elegir como primer ministro a Silvio Berlusconi, un verdadero cruzado de la derecha, apoyado por xenófobos y enemigos de la inmigración, que en Europa generalmente significa inmigración musulmana desde el norte de África. El discurso del líder de Hamas, no obstante, fue hecho el viernes pasado, mientras que Berlusconi fue elegido este martes (no faltará quien diga que fue premonitorio).
No es noticia que un fanático islamista haga declaraciones inflamatorias como ésta, aunque esta contundencia es poco usual. Me dirán algunos que no tiene mucho que ver con este blog, ya que ni es noticia local en Argentina o Latinoamérica, ni afecta a ninguna religión mayoritaria en este rincón del mundo. Recordemos, no obstante, que hay incluso en Argentina defensores del terrorismo islámico, generalmente en esa izquierda pasada de moda que por oponerse al "imperialismo yanqui" y al "sionismo" termina dándole la mano a un bruto como Mahmud Ahmadinejad, y que el atentado más grave de nuestra historia, perpetrado en parte por extremistas musulmanes, sigue sin castigo.
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