
El Prefecto de la Congregación para la Educación Católica, Cardenal Zenon Grocholewski, advirtió que sustituir la enseñanza de religión católica por una enseñanza multiconfesional, de ética o de cultura religiosa, podría crear confusión o generar relativismo entre las personas.La advertencia del cardenal viene a cuento de que en varios países, antes o todavía oficialmente católicos, donde se está debatiendo la posibilidad de terminar con el indoctrinamiento explícito en una religión única. Esto amenaza gravemente el dominio futuro del catolicismo en esos lugares, ya que, como seguramente nadie ignora en la jerarquía eclesiástica, la mayoría de las personas jamás creerían en los extraños dogmas católicos si no se los implantaran a fuerza de repetición cuando son niños y sus mentes son vulnerables.
La situación no sería tan mala si se dieran clases de religión según pedido de los padres, pero una clase multiconfesional o de comprensión antropológica de las religiones del mundo expondría al alumno a la posibilidad de elegir cualquiera de ellas o —¡peor aún!— decidir que todas son igualmente fallidas. Y ni hablar de una clase de ética sin ingredientes confesionales, sin referencia a los dioses y a sus autonombrados intérpretes y ejecutores. Herejía (que quiere decir elección), sincretismo, relativismo, autonomía ética, ateísmo: cosas que horrorizan al Gran Maestro del Vaticano.
Si al Vaticano le interesara la moral y la ética, el bienestar humano, la felicidad de los pueblos y de las personas, alentaría que todos pudiéramos recibir una formación variada e inclusiva, una que nos permitiera entender el mundo actual y a los que viven en él. Lo que les interesa, claramente, es otra cosa...