miércoles, 27 de enero de 2010

Divinas delusiones, históricas histerias

El otro día me topé con un enlace a un muy interesante artículo del Comité para la Investigación Escéptica (Committee for Skeptical Inquiry, CSI) que hace un recuento de episodios de delusiones e histerias colectivas. Como es un poco largo no voy a traducirlo todo, sino que me restringiré a las explicaciones básicas y a los episodios que tienen que ver con la fe religiosa.

Primero, las definiciones. Las delusiones colectivas son “la expansión espontánea y rápida de creencias falsas o exageradas en la población en general”, dentro de “una región, cultura o país particular”. La histeria de masas, en cambio, típicamente afecta a “grupos pequeños y muy unidos en contextos cerrados tales como escuelas, fábricas, conventos y orfanatos”. La histeria de masas se caracteriza por un trastorno de conversión, en los que la persona se queja de dolores o problemas corporales para los que no hay base orgánica alguna. El estrés psicológico se canaliza hacia síntomas físicos de dos clases: histeria de ansiedad e histeria motora. El segundo tipo es el más frecuente “en situaciones sociales intolerables, tales como contextos escolares y religiosos estrictos donde la disciplina es excesiva.” Se suele hablar de histeria de masas erróneamente en casos de delusión colectiva.

Algunos casos donde la religión metió la cola:
Mackay (1852, 539-540) reporta que en 1639 en una escuela para niñas de Lille, Francia, cincuenta alumnas fueron persuadidas por una maestra demasiado estricta de que estaban bajo influencia satánica. Antoinette Bourgignon hizo que las niñas creyeran que "pequeños ángeles negros" volaban en torno a sus cabezas, y que los diablitos del Demonio estaban por todas partes. Pronto, cada una de las estudiantes confesaron dedicarse a la brujería, volar en escobas y hasta comer carne de bebés. Estuvieron cerca de ser quemadas en la hoguera, pero se salvaron cuando se atribuyó la culpa a la directora de la escuela, que escapó a último momento. El episodio ocurrió cerca del final de la manía de las brujas en Europa continental, que duró desde 1400 hasta 1650, tiempo en el que al menos 200.000 personas fueron ejecutadas por acusaciones de brujería.
En 1806 un terror pánico de que el fin del mundo estaba cerca se extendió por Leeds y las comunidades circundantes. El terror comenzó cuando se dijo que una gallina de un pueblo cercano había comenzado a poner huevos con la inscripción “Cristo está viniendo”. Grandes multitudes se congregaron en el lugar para examinar los huevos y ver el “milagro” por sí mismos. Muchos se convencieron de que el fin estaba próximo y súbitamente se volvieron devotamente religiosos. Mackay (1852, 261) afirma que toda esta excitación se volvió rápidamente desilusión cuando un hombre “encontró a la gallina en el momento de poner uno de sus huevos milagrosos” y prontamente estableció “que el huevo había sido escrito con alguna tinta corrosiva y cruelmente forzado de vuelta al interior del cuerpo del ave.”
A las 11 de la mañana del 25 de mayo de 1953, una multitud estimada en 150.000 personas convergieron en torno a un pozo de agua en Rincón, Puerto Rico, para aguardar la aparición de la Virgen María, que había sido predicha por siete niños del lugar. Durante las siguientes seis horas, un equipo de sociólogos comandados por Melvin Tumin y Arnold Feldman (1955) se mezcló con la multitud y entrevistó a la gente. Durante ese período, algunas personas reportaron haber visto anillos de colores alrededor del Sol y una silueta de la Virgen en las nubes, mientras otros experimentaron curaciones y una sensación general de bienestar. Otros no vieron ni experimentaron nada extraordinario. Un frenesí mediático precedió al evento, y un alcalde de la zona organizó entusiastamente a los visionarios para que incitaran a grandes cantidades de peregrinos a rezos colectivos y procesiones. Tumin y Feldman hallaron que la mayoría de los peregrinos creían en la autenticidad de las afirmaciones de los niños y buscaban curas para enfermedades que los médicos habían determinado incurables. Una variedad de objetos ambiguos en la vecindad inmediata (nubes, árboles, etc.) reflejaron el estado mental religioso esperanzado y expectante de muchos de los participantes.
Desde abril de 1968 hasta mayo de 1971, más de 100.000 personas reportaron haber observado apariciones de la Virgen María sobre una iglesia copta ortodoxa en Zeitoun, Egipto. Las descripciones de los testigos variaban entre dos tipos principales: luces pequeñas, brillantes y efímeras apodadas “palomas”, y parches difusos de luz resplandeciente, de mayor duración y menor intensidad (Johnston 1980). El neuropsicólogo canadiense Michael Persinger de la Laurentian University y su colega estadounidense John Derr (1989) analizaron la actividad sísmica en la región de 1958 a 1979, y encontraron un pico de terremotos nunca antes visto durante 1969. Según ellos, “La estrecha ventana de relación temporal significativa entre los fenómenos luminosos y los terremotos está dentro de los márgenes de los antecedentes más aceptables (por ejemplo, actividad microsísmica) de actividad inminente de terremotos.” Parece que los observadores marianos estaban predipuestos por su formación religiosa y por expectativa social a interpretar los espectáculos de luces como relacionados con la Virgen María.
Como puede verse, éste y otros casos tienen paralelos obvios y conocidos. Porque está ampliamente documentado en otras partes, he omitido el episodio de las brujas de Salem, que el artículo menciona, y que puede reconocerse como similar al primero de la lista (el de las escolares que se creían poseídas por el Demonio). La lista original no incluye al “Milagro del Sol” involucrado en una de las apariciones de la Virgen de Fátima, pero también aquí es fácil trazar un paralelo con el episodio de la aparición de la Virgen cerca de un pozo en Puerto Rico, y con elementos de las visiones de luces curiosas en una iglesia de Zeitoun.

El mito de la Virgen del Pozo sigue vivo, dicho sea de paso, aunque hay quienes lo denuncian, y la de la “Madre de la Luz” en Egipto tampoco ha perdido fuerza. Imaginemos, si éste es el destino de fenómenos observados por personas de la segunda mitad del siglo XX con acceso (en teoría) a amplias fuentes de información científica, cuántas otras creencias y tradiciones antiguas se basarán en eventos extraños (pero no sobrenaturales)  tomados sin dudar como “milagros” por las gentes menos educadas y más supersticiosas de otras épocas.

2 comentarios:

  1. El ateísmo militante debe buscar siempre destronar estas ideas ilusorias colectivas, simplemente por que son ideas infundadas y ofenden el sentido de racionalidad que es propio del individuo moderno. En este sentido creo que Richard Dawkins ha avanzado en la desmilotogización de Lourdes en uno de sus documentales. Tambíen tenemos que denunciar casos como los de el supuesto "senor de los milagros de Buga en Colombia" o la "Virgen de Guadalupe en Mexico" y muchas otras histerias colectivas.

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  2. El ateísmo militante debe buscar siempre destronar estas ideas ilusorias colectivas, simplemente por que son ideas infundadas y ofenden el sentido de racionalidad que es propio del individuo moderno. En este sentido creo que Richard Dawkins ha avanzado en la desmilotogización de Lourdes en uno de sus documentales. Tambíen tenemos que denunciar casos como los de el supuesto "senor de los milagros de Buga en Colombia" o la "Virgen de Guadalupe en Mexico" y muchas otras histerias colectivas.

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