Ante todo agradezco por este medio a Pedro y Ana María, fabulosos crotos libres que nos hospedaron, nos transportaron y nos alimentaron durante todo el fin de semana, además de brindarnos su calidez y su compañía, que fueron un plus inesperado. También agradezco a Fernando Lozada, el presidente de Ateos Mar del Plata y de la organización del Congreso, que fue quien nos puso en contacto con nuestros huéspedes, y que me permitió presentar este humilde blog al público del Congreso. Créanme que lo anterior no es una formalidad.
A modo de resumen, antes de pasar a la reseña de las ponencias, puedo comenzar diciendo que el Congreso sobrepasó mis expectativas, comenzando por la de variedad. No se trató, como pudiera pensarse, de un congreso de ateos dedicados a darse mutuamente la razón y a denostar a coro la religión (o a demostrarla falsa). Por lo pronto, el rechazo al pensamiento dogmático, que constaba en el lema, fue un hilo conductor a lo largo de casi todas las exposiciones. Es bastante fácil, para un ateo enfrentado a un mundo plagado de religiosidad insidiosa y dañina, volverse dogmático en su irreligión o transferir a su visión no-teísta del mundo dogmas o irracionalidades socioculturales heredadas. Es mucho más difícil construirse a uno mismo, como lo expresó Fernando Lozada, y ser auténticamente libre.
El nivel del Congreso fue bastante alto, aunque hubo una que otra expresión poco trabajada e incluso —digámoslo así— algunas ponencias interesantes pero aburridas. Algunos temas daban para mucho, pero los expositores no pudieron transmitirlo con dinamismo e incitar a los oyentes a preguntar y debatir; otras ponencias fueron más parecidas a manifiestos que a textos destinados a un público cercano y expectante. Y desde luego, a veces los miembros del público no acompañaron, o acompañaron como no debían, por ejemplo, lanzándose a “reflexiones” o pequeñas disertaciones propias cuando sólo estaban pautadas preguntas: gajes del oficio. Me alegra decir que todas estas cosas fueron cuestiones de detalle. No me perdí ni un minuto de todo los bloques del Congreso, y no lamento haber hecho ese esfuerzo.
En la próxima entrega,
Tal como alguna vez hablamos, cuando comenzó el Congreso tuve siempre presente lo del adogmatismo.
ResponderEliminarRecuerdo que una vez me comentaste tu preocupación al respecto de los dogmas ateos y concuerdo con respecto al hilo conductor del Congreso.
¡Un placer conocerte!
Hasta la próxima,
Valentín
Humilde blog? será para ti, pero para la comunidad, rico, gustoso e imperdible es lo que nos brinda con su contenido.
ResponderEliminarSaludos cordiales
Mar_o