Guillermo Cartasso |
Escuchando la parte relevante del video del discurso, no parece que Cartasso pueda honestamente decir que “la Presidenta de la Nación [extiende] la asignación universal por hijo a las embarazadas […] porque reconoce que la vida humana empieza desde la concepción”, ni mucho menos que con el anuncio “se da por tierra la pretensión de aprobar el aborto”. (De Cartasso, por otra parte, no vamos a esperar honestidad ni coherencia. Es el mismo que hace unos meses dijo que los católicos son una minoría discriminada… porque no les dejan negarse a reconocer el derecho legal de dos personas del mismo sexo a casarse.)
Cristina Fernández de Kirchner |
Cristina de Kirchner es bien conocida por citar cifras y estadísticas profusas y contundentes en sus discursos. Aquí sin embargo habla de las cifras de mortalidad materna en forma confusa y contradice las estimaciones que hablan de las complicaciones de abortos inseguros como la mayor causa de muerte materna. Estas estimaciones han sido utilizadas frecuentemente, no sólo por activistas en favor del derecho al aborto, sino por legisladores del mismo partido oficialista y por el mismo Ministerio de Salud, aunque no tanto desde que Cristina nombró ministro a Juan Luis Manzur, un médico conservador y según parece miembro del Opus Dei (el mismo que en julio de 2010 protagonizó el fiasco de la Guía de Abortos No Punibles).
Hay otro tramo del discurso que Cartasso no mencionó y que resulta (a mí y a otros) bastante significativo. La presidenta habla de la necesidad de una nueva ley de adopción:
[N]ecesitamos un instrumento que proteja el interés de los menores y que evite que las familias desesperadas por tener un hijo terminen cometiendo actos ilegales y beneficiando maniobras ilegales porque no pueden acceder al derecho de la maternidad o de la paternidad.Aquí el tema del aborto brilla, justamente, por su ausencia en un punto donde debería estar. Las compraventas de niños y las adopciones ilegales son un problema grave, pero si tenemos que pensar en mujeres o familias impulsadas a la ilegalidad por culpa de una ley restrictiva, el primerísimo tema es el del aborto, no el de la adopción ilegal. Por lo demás, el pedido de una ley de adopción más ágil fue una de las iniciativas con que la derecha intentó, durante el debate por el matrimonio igualitario, desviar la atención: se decía que, antes que las parejas homosexuales, había muchas parejas heterosexuales (normales) que podrían y querrían adoptar niños, si la ley no fuera tan burocrática, y que la ley actual daba privilegios a las parejas homosexuales porque no tenían que demostrar su infertilidad.
El asunto de facilitar la adopción también surge, aquí y en otras partes del mundo, cada vez que se intenta hablar de aborto: la idea es que el Estado debe fomentar que las mujeres embarazadas no aborten sino que lleven su embarazo a término (aunque eso les ocasione graves problemas físicos, psíquicos o económicos) y luego den su hijo en adopción. Y que la presidenta de un gobierno que ha hecho mucho para que se juzgue la apropiación y adopción ilegal de bebés durante la última dictadura ignore ligeramente todo esto es llamativo, más cuando pareciera que está justificando los “actos ilegales”. El tráfico de bebés (que, dicho sea de paso, sigue vivo y bien en las provincias más pobres de Argentina) no es causado ni puede ser justificado por una ley de adopción burocrática, sino que surge de personas inmorales sin escrúpulos, sean traficantes, políticos, policías y jueces corruptos, o personas “desesperadas” por ejercer su “derecho a la paternidad”.
Las distorsiones y exageraciones de parásitos clericales como Cartasso pueden existir debido a la ambigüedad sobre el tema del aborto de muchos políticos que están en el poder, de los cuales la presidenta es la más importante en este momento, aunque no la única. Está muy por debajo de la investidura presidencial molestarse en aclararle a un ciudadano que la presidenta no dijo lo que obviamente no dijo, y en todo caso no cabe esperar de ningún político, en un año electoral, definiciones tajantes sobre ningún tema controvertido que pueda quitarle votos. Pero en algún momento esas definiciones deben llegar. Seguimos a la espera.
P.D.: este artículo continúa en Qué hacer por las mujeres argentinas.
No veo que Cristina haya dicho que no al aborto, al momento de extender la Asignación Universal a partir del segundo trimestre. Al contrario: si normalmente las leyes de aborto imponen plazos para su realización que, coincidentemente, llegan al tercer mes, la Asignación la cobrarían las que no hubieran abortado (si es que se sanciona la hipotética ley).
ResponderEliminarEn cuanto al tema del aborto en sí, como no hay "derecho a la paternidad" tampoco hay "derecho al aborto". Me gustaría saber qué estatus tiene un humanito de 3 meses de gestación y por qué debería ser lícito matarlo.
Barullo: yo precisamente afirmo que Cristina no dijo lo que algunos quieren escuchar, en este discurso. Pero Cristina ha dicho un par de veces que está en contra del aborto y es probablemente por eso que no se ha avanzado jamás con el debate del tema. Como con el matrimonio igualitario, sospecho que el FPV está dividido. Yo quisiera leer, cuando se publique el decreto o lo que sea que reglamenta la AUH para embarazadas, cuáles son las fundamentaciones y considerandos de la ampliación de la misma, y ahí veremos de dónde salió esto. Me olvidé de decirlo, pero también hay otra cosa ausente en el discurso de Cristina, y algo que pondrá contenta a la Iglesia: no se habló de educación sexual, una deuda terrible y una de las cosas que más contribuiría de verdad a terminar con la desigualdad entre las mujeres. (Lo voy a escribir en un post anexo, con tiempo; si querés seguimos el tema ahí.)
ResponderEliminarEn cuanto al aborto: el "derecho al aborto" no existe porque no hay ley que lo reglamente en Argentina, salvo la ley penal que lo prohíbe (aunque no lo considera homicidio, punto importante). Un "humanito de 3 meses de gestación" mide unos 15 cm de largo, tiene un sistema nervioso rudimentario, aún no tiene desarrollados los sentidos, y no es muy diferente, en ningún sentido, de un feto de orangután en la misma etapa de desarrollo, por lo cual no considero que sea ilícito matarlo si existe un interés superior, como por ejemplo, el bienestar de la mujer.
Ok, no es diferente a un feto de orangután pero tampoco es muy diferente, casi diría que es idéntico (o sea, tiene la misma identidad) que el niño que va a nacer en unos pocos meses.
ResponderEliminarYo no tengo claro el tema, ojo. Pero el bienestar de la mujer que sí tengo claro que habría que proteger sería un caso de violación o de muerte si no se abortara. El resto, -p.e.: "uy, qué boludos, no nos cuidamos"-, como digo, no lo tengo claro.
Barullo escribió:
ResponderEliminar"Me gustaría saber qué estatus tiene un humanito de 3 meses de gestación y por qué debería ser lícito matarlo. "
Porque no existe ninguna duda sobre el carácter de persona de una mujer embarazada y en cambio existen toda clase de controversias acerca del carácter de persona de un feto de tres meses. Es más: existen fuertes argumentos *en contra* de ésto último, basados en el conocimiento científico, y los argumentos a favor son pura y exclusivamente dogmas religiosos.
Barullo: el asunto de la identidad, como el de la personalidad (es decir, cómo definimos persona), es un tema que los filósofos debaten hace añares. A mí no me convencen los que hablan en términos esencialistas, como si existiera algo concretamente en el feto de 3 meses que lo hiciera esencialmente persona. Yo miro al feto y digo: esto todavía no es una persona, tiene la potencialidad de serlo, pero todavía no ha tenido experiencias, pensamientos, sensaciones que pueda interpretar. La única forma en que podría estar equivocado es que existiera el alma y que estuviera allí desde el principio. Pero yo no creo en el alma, porque el concepto me parece absurdo.
ResponderEliminarPablo: yo tampoco creo en el alma. Y cuando el niño nace tampoco es persona (salvo para el derecho, pero no es eso de lo que hablo). Es un humano que está totalmente indefenso y que de no vivir en sociedad terminaría siendo prácticamente como el orangután que mentaste en tu anterior comentario.
ResponderEliminarErnesto: me gustaría ver dónde están esos argumentos. A mí tampoco me convencen los argumentos religiosos porque yo no lo soy. Incluso Chistopher Hitchens está en duda acerca del estatus de eso que está en la panza de la mamá, no es que sea un tema exclusivamente religioso.
Barullo: decís que "cuando el niño nace tampoco es persona (salvo para el derecho)", pero ¿de qué otra forma se puede ser persona si no es por definición de una ley externa, sea el derecho o una convención social tácita? Lo que hacemos es pensar qué características debe tener un ser vivo para ser considerado persona, y lo definimos así.
ResponderEliminarYo no dije que creyeras en el alma, sino que me parece que la única forma de argumentar contra la eliminación de un feto no consciente basándose en su identidad con una futura persona humana (lo que vos hiciste) es creer que hay una esencia fundamental de la humanidad y del individuo que está presente ahí desde la concepción, que es independiente del cuerpo y que no se puede ver ni medir de ninguna manera, o sea, algo muy similar a lo que en religión se llama el alma. Lo contrario es como decir que una semilla es la planta que va a crecer de ella, o que hacer pedacitos un montón de piedras es igual a demoler la Catedral de Notre Dame.
No soy trabajador social ni especialista en cuestiones de la mujer como para responder lo último, pero a priori me suena muy simplista (e insultante) que pongas como ejemplo típico de los embarazos no deseados no producto de violación a "uy, qué boludos, no nos cuidamos". Precisamente de esto pienso escribir por lo que decía más arriba: el gran problema de las mujeres argentinas es que no tienen educación para evitar embarazos no deseados, y eso no se limita a usar anticonceptivos sino a saber negarse (en una cultura donde se considera que la mujer "le debe" sexo al hombre) y saber que un hijo no es siempre lo mejor que le puede pasar.
Dos de los argumentos que yo considero más fuertes y convincentes se pueden
ResponderEliminarencontrar en:
1) El Capítulo 8 de “The God Delusion” de Richard Dawkins, basado en nuestra historia evolutiva.
2) El ensayo “Abortion: is it possible to be both "Pro-Life" and "Pro-Choice"?” escrito por Ann Druyan y Carl Sagan, y publicado en el libro de éste último “Billions and Billions” en 1997, se basa en el desarrollo del sistema nervioso.
Estos dos argumentos pretenden convencer (mediante el conocimiento científico), de que es absurdo asignar estatus de persona a un feto de pocos meses, y en mi opinión lo logran. Pero también hay argumentos que afirman que aún ASUMIENDO que un feto es una persona, es inmoral obligar a una mujer a llevar a término su embarazo contra su voluntad. Es lo que hizo la filósofa Judith Jarvis Thomson en su ensayo “A defense of abortion”. Es brillante, pero no sin algunas fallas. Recomiendo calurosamente su lectura, y la de los dos trabajos anteriores.
La posición de Hitchens sobre el aborto siempre me pareció bastante inconsistente. Por un lado defiende el uso del término “niño por nacer” pero por el otro está en contra de anular el fallo en el famoso juicio “Roe vs. Wade” (que es lo que hace posible el aborto legal en los EUA) y a favor del uso de medicación abortiva como la mifepristona. No es necesario ser teísta para caer en argumentaciones y esquemas de pensamiento de tipo religioso; a mi juicio esto es lo que le pasa a Hitchens y en general a todos los ateos “pro-vida”. Afirmaciones como “La vida humana siempre tiene valor intrínseco, no importa si no hay un dios que la de”, bastante comunes en estos casos, son tan absolutistas y dogmáticas como “La vida humana es sagrada ya que es un regalo de Dios”.
Escribí un mensaje largo, me dio un error y lo borró :(
ResponderEliminarPor qué te enojaste tanto? Tan mal no está.
ResponderEliminarCon esa plata te podés pagar un aborto, no?
;)