martes, 10 de marzo de 2009

Fan mail 1: Locura

Un lector anónimo deja el siguiente comentario en el post Hospitalidad y sodomía:
LA PALABRA DE DIOS ES LOCURA Y COSA ABSURDA PARA LOS NECIOS Y ORGULLOSOS
(Y podría agregar que, aparentemente, no respeta puntuación ni convenciones tipográficas.)

Hay unos cuantos comentarios antes que éste, pero en sí mismo el post no es más que un versículo del Génesis en el que Lot, el hombre más justo de la ciudad de Sodoma, ofrece a sus dos hijas vírgenes a una multitud para que las violen. Lo que este creyente responde parece provenir de la 1ª Carta a los Corintios, atribuida a San Pablo:
Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Pues está escrito: "Destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos." ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?

Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.
Si hacía falta un manifiesto anti-intelectualista válido para todos los tiempos, Pablo nos lo provee, y no cabe duda que su maestría retórica y su carisma eran impresionantes, ya que creyentes de todas las religiones y seguidores de todas las ideas sin fundamento racional que pululan en este mundo continúan usando variantes de esta defensa contra la realidad.

Se toma un texto de las Sagradas Escrituras, se lo reproduce sin alterarlo una coma, no se tergiversa el contexto; es un texto sencillo, sin términos que admitan ambigüedades o interpretaciones; un recuento fáctico, un episodio sin pormenores, un hecho sin atenuantes... y viene el creyente y, avergonzado pero furioso, protesta que el texto no quiere decir lo que claramente dice, o que hay que verlo en el contexto de toda la Biblia o de toda la Tradición o de toda la historia del mundo, y que los demás, los incrédulos (y los estudiosos, los académicos, los filósofos, los que no tienen su fe ciega) estamos equivocados; y más aún (condesciende), que es natural que estemos equivocados, porque lo que viene de Dios se ve intencionalmente absurdo y ridículo a los ojos de nosotros, pecadores mundanos que nos damos aires de sabiduría, con nuestros silogismos bien construidos, nuestro banal sentido común y nuestro impertinente y profano manoseo de la letra de la Escritura, ya que Dios nos confunde, porque Dios prefiere a "los pobres de espíritu" (lo que hoy se llama "fe popular" proviene del mismo pensamiento) y detesta a los cínicos que hacen demasiadas preguntas.

Parecerá que escribo mucho y con una vehemencia que una simple frase de un fanático sin seso no merece, pero ya ven ustedes que todo lo que estos tipos repiten como loros gritones tiene una historia. Pensar no les sale, de ahí que recurran a la Biblia, donde todo lo que les importa ya está escrito; así que no nos queda más remedio que ir a esa fuente. Espero que esta "expedición" les haya gustado.