- José Luis Mollaghan, arzobispo de Rosario, habló del deber de intolerancia (que él niega que lo sea) de la Iglesia en su crítica contra las “leyes que… alteran el sentido del matrimonio”. O sea, advierte que no puede dejar de protestar si la ley civil no se somete a la doctrina católica.
- José María Arancedo, arzobispo de Santa Fe, aludió oblicuamente al tema y sugirió que la falta de apoyo del estado y la sociedad a “la familia” —que es papá, mamá y todos los niñitos que le sea materialmente posible parir— es “criminal”.
- Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas, se escandalizó también por la falta de protección a “la familia” y a las “presiones graves de ciertos sectores minoritarios con mucho poder económico” que aparentemente quieren robarles a los creyentes su preciosa palabra “matrimonio”.
No se trata de que la Iglesia renuncie a su doctrina de que la homosexualidad es inmoral (es asunto suyo lo que eligen creer). Pero sí sería bueno que dejaran de emitir alarmas ridículas, como que la familia tradicional está quedando desprotegida y que la raza humana va a extinguirse si se permiten los matrimonios entre homosexuales. Y que no convirtieran este tema en una cause célèbre tras la cual puedan alinearse los más fanáticos contra los que no creemos como ellos. Lo que se dice tiene consecuencias. La discriminación de palabra rara vez se queda ahí. El odio encuentra vías.
Habria que anotar que muchos católicos y protestantes (no tan fanáticos como sus lideres) conviven hoy con la comunidad homosexual sin que esto parezca molestar a nadie. En muchas familias la homosexualidad de un hijo o una hija es finalmente aceptada sin que esto cause un trauma o daño alguno. Así que no se entiende por qué, según estos dizque líderes espirituales, la homosexualidad es una supuesta "amenaza" a la familia. Los homosexuales de hecho no atacan en ningún momento el ideal de pareja heterosexual, simplemente viven diferente. A estos obispos les es dificil entender que cada ser humano aspira a cosas distintas, creen que su iglesia debe imponer un solo modelo de vida, algo que en la practica deviene como ideologia totalitaria.
ResponderEliminar