domingo, 29 de marzo de 2009

Religulous: película recomendada

Lo que sigue es mi opinión sobre el documental-comedia de Bill Maher sobre la religión, Religulous, a pedido de un lector.


En primer lugar quiero decir que Religulous es, hasta donde yo sé, una película única en su tipo, y eso la hace valiosa (y valiente) más allá de sus otros méritos y de sus defectos. Documentales sobre religión y sobre las religiones hay muchos, pero todos han sido "verdaderos" documentales: serios y con pretensión de objetividad, y por lo tanto difíciles (mercadotécnicamente) de difundir. Incluso el reciente documental en dos partes de Richard Dawkins, Root of All Evil?, era bien serio y buscaba objetividad, aunque no se avergonzaba de impulsar una postura antirreligiosa.

Religulous está filmado y editado casi todo en tono de comedia, en variados tonos en realidad: desde los gags y la burla fácil hasta el medido sarcasmo y la ironía sutil. También hay unos pocos momentos de verdadera y de terrorífica (literalmente apocalíptica) seriedad. La mezcla de estilos es quizá una de las cosas que menos me gustó, y aunque pueda parecer mezquino protestar por un asunto técnico, la hago porque considero que la incoherencia de estilo narrativo le resta fuerza a la historia. En Religulous no hay un hilo argumental claro, de manera que el tema surge de a poco; eso es un error tanto para un documental como para una película que aboga por una postura moral y social determinada.

Lo bueno de Religulous es que, debido a esta desconexión narrativa, el punto principal se marca y remarca (de diferentes maneras) en cada segmento de la película. Eso la hace "recordable", en el sentido de que uno puede referirse claramente a las diferentes escenas, y también la transforma en una herramienta de difusión valiosa del mensaje antirreligioso en estos tiempos de lapsos de atención ultracortos y clips de video en YouTube.

El punto principal, el protagonista de la historia si se quiere, es la ridiculez de la religión, no a nivel de falsedad o de falta de lógica o de incoherencia metafísica, sino al más básico nivel de la práctica concreta y de las creencias reales de las personas. La ridiculez, que da título a la película (religulous es una mezcla de religious y ridiculous), se manifiesta en Jesús reducido a un actor alto con barba y cabello largo que acarrea una cruz de utilería por un parque temático, en un pastor evangélico que defiende su uso de un traje carísimo diciendo que Jesús vestía de seda y lino, en un instituto judío dedicado a fabricar complicados aparatos para esquivar las leyes sobre el sábado, o en un grupo de gente que cree que Dios es un tipo que vive en un planeta llamado Kolob.

La ridiculez se muestra también por comparación: la yuxtaposición de creyentes de una u otra religión o secta trata de hacer que los veamos como los vería un observador neutral (como ninguno de nosotros podemos): como ideas que gritan y compiten por ser aceptadas como verdad, a pesar de que todas son igualmente contrarias a la evidencia y la lógica. Una serpiente que habla, lugares y objetos "sagrados", dinosaurios que conviven con el hombre primitivo, implantes extraterrestres en nuestros cuerpos, ángeles que se aparecen y dictan libros, tipos que afirman tener contacto directo con Dios, o ser el Hijo de Dios hecho hombre, tanto ahora como hace dos mil años: todo igual, todo creído y aceptado sin comprobación.

La ridiculez se transforma en absurdo, y lo absurdo, como decía Voltaire, lleva a lo atroz: desde un camionero cristiano reaccionando con violenta agitación a la sola idea de que se pueda cuestionar a su dios, pasando por un grupo de manifestantes con pancartas que proclaman "DIOS ODIA A LOS HOMOSEXUALES", hasta un musulmán mostrando cómo una mujer reza en un rincón escondido de una mezquita, y un estudioso judío que menciona como si nada que atar o desatar un nudo en sábado se castiga (según la ley) con la muerte. Y a la atrocidad final, la de creer que los sucesos del Apocalipsis están por ocurrir, que las señales premonitorias del fin del mundo están de hecho ocurriendo, y trabajar políticamente, desde las más altas esferas del poder mundial, para apresurar ese fin.

Religulous, como dije, tiene fallas de edición y de tono, y es demasiado pretencioso llamarla un documental, pero es entretenida casi en su totalidad. En ciertos círculos se la criticó por caricaturizar a los creyentes y por buscar entre las prácticas y creencias religiosas las más extremas y marginales; esta crítica ha venido incluso de quienes no están atados a ninguna religión, sea porque son ateos o agnósticos o porque practican (pretenden practicar) una espiritualidad no apegada a los modelos tradicionales.

Se puede debatir que, efectivamente, Religulous no se enfocó en las vidas típicas de ciudadanos típicos; pero difícilmente se pueda hablar de falseamiento o caricaturización. Maher habla, pregunta, repregunta; su tono, cuando es irónico o sarcástico, lo es también para quien lo escucha, quien está al tanto (así se hacen las cosas, para evitar problemas legales) de la clase de película a la cual están prestando su voz y su cara. No hay respuestas arrancadas y sacadas de contexto. Maher se muestra curioso e impertinente, pero sobre todo abierto. (Por el contrario, en un par de ocasiones su presencia es rechazada por los creyentes, que prefieren no escucharlo ni contestarle.) Quien vea la película deberá decidir (honestamente) si tiene mejores respuestas que quienes fueron entrevistados.

No hay en Religulous, es verdad, discusiones con teólogos o con académicos de la religión. Un documental sobre creencias y prácticas religiosas donde se consultara a teólogos para la palabra final sobre el tema sería como un documental sobre costumbres de alimentación de un pueblo donde se consultara sólo a chefs y gourmets, o un documental sobre el uso de expresiones coloquiales latinoamericanas donde las preguntas fueran respondidas por un miembro de la Real Academia Española. No sería representativo, por la sencilla razón de que nadie practica la religión de los teólogos, y pocos la conocen siquiera.

Recomiendo Religulous a todos. Los ateos y agnósticos quizá sólo se diviertan; a los creyentes no les vendrá mal verse cuestionados; quienes practiquen una religión no convencional y quienes todavía valoren la religión aunque ya no la tengan, a mi entender, serán los destinatarios de esta película que más podrán aprovecharla, ya que les mostrará una vez más que nada bueno puede provenir de creer cosas sin pruebas.

Les dejo aquí abajo un trailer:


Espero sus opiniones.

4 comentarios:

  1. Tuve la oportunidad de ver esta película hace varios meses y concuerdo con tu opinión en casi todos los aspectos. Es una película bastante entretenida, pero carece de cohesión en su narrativa.

    Sin embargo, mi opinión es que su mercado meta es muy reducido para tener un impacto relevante. Es decir, creo que sólo creyentes dispuestos a estar equivocados y con alguna duda ya sembrada le darán la oportunidad de verla.

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  2. Saludos desde Córdoba.
    Te sigo desde hace tiempo. Vi "Religulous" hace unos meses y me gustó. Considerando lo poco que se ve sobre estos temas, es un esfuerzo para aplaudir. Nada comparable al gran Dawkins, pero igualmente válido.
    ¿Viste un documental que se llama "Aquí hay dragones" de Brian Dunning?. Es sobre pensamiento crítico. Aquí te dejo el enlace:
    http://sobrenatural.net/blog/2008/08/25/aqui-hay-dragones/
    Muy bueno. Un abrazo.

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  3. Laura - Gracias por el link. Hace un tiempo vi ese corto en inglés ("Here Be Dragons"); qué bueno que hay una versión traducida. Lo voy a ver de nuevo y eventualmente lo comentaré también aquí. Saludos!

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  4. Yo la veo buena por una de las cosas que mencionaste... muestra a los creyentes cómo se ve la religión desde el punto de vista del ateo (ya que todos los religiosos son ateos de todos los dioses menos del propio), así que quizás pueda abrir algunos ojos...

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