¿Sabía usted que el matrimonio es el mejor antídoto contra la violencia de pareja? Eso afirma, sin medias tintas, la agencia propagandística católica Zenit, reproduciendo un análisis del Instituto de Política Familiar (IPF) español, que muestra que los crímenes y agresiones entre miembros de parejas casadas son muchos menos, en números absolutos y relativos, que los que se verifican entre parejas “en relaciones sentimentales” (parejas de hecho).
No hace falta escarbar mucho porque la falacia está a la vista. El matrimonio y la baja criminalidad de pareja no tienen un vínculo causal demostrado, sino sólo una correlación. Si existe un vínculo causal, es muy posible que el orden sea al revés del (des)informado por el IPF y repetido ansiosamente por la propaganda católica: una pareja de novios donde existe un nivel de violencia verbal o física podría simplemente ser menos propensa a terminar en matrimonio. Esto suena lógico (aunque tampoco está probado).
Llamar al matrimonio “antídoto contra la violencia” no es sólo engañoso sino también sumamente irresponsable: sugiere que es verdad el mito en el que tantas mujeres ingenuas víctimas de agresión terminan creyendo, aquél del “cuando nos casemos él va a cambiar” (desde luego los hombres podemos ser y somos igualmente ingenuos en ocasiones; pero la mayoría de las agresiones de pareja son de hombres hacia mujeres, y no al revés). El matrimonio es un antiguo contrato que en sus diversas formas ha servido (entre otras cosas) para crear un ambiente estable para la crianza de los hijos; no es una receta mágica para esa estabilidad, ni para el bienestar de la pareja. Esta obviedad está en directa contradicción con la idea del matrimonio como forma automáticamente superior de convivencia. Una pareja donde existe violencia no va a ser “curada” por el matrimonio; al contrario, un matrimonio en esas condiciones hace más difícil para la víctima escapar de la agresión. Más todavía si hay hijos de por medio, dato que el análisis del IPF no aporta.
Existen formas científicamente probadas de tratar con hipótesis de causalidad, pero un estudio de esta clase no es una de ellas, y citarlo con ese titular es de una falta de ética abismal.
El IPF proclama ser independiente de religión alguna. Sin embargo, su contenido publicado podría obtener el imprimatur eclesiástico sin que el obispo tuviera que pararse a pensar. Todos los tópicos de la guerra cultural del integrismo contra el siglo están allí. La verdad es que tiene todo el aspecto de ser una organización de fachada de la Iglesia Católica, de las que se han puesto de moda para instalar en la sociedad ideas con visos de seriedad y objetividad científica, que en realidad no son más que propaganda.
Curiosamente si en el estudio hubiesen incluido los matrimonios homosexuales, que ellos han denostado con histérica fiereza (han llegado a calificarlo como "el fin de la civilización") pues si lo hubieran incluido en el estudio sus resultados habrían sido aun más contundentes, ya que en los matrimonios homosexuales prácticamente no se han registrado casos de violencia entre los conyugues.
ResponderEliminarEn general, razonando de la misma manera falaz se podría concluir que la heterosexualidad es un importante factor de riesgo de cara a la posibilidad de cometer violaciones y actos de violencia de pareja. Deberían sugerir que se prohibieran los comportamientos heterosexuales.
Otra hipótesis podría ser que las mujeres casadas tienen menor tendencia a denunciar a sus esposos.
ResponderEliminarEn cuanto a las parejas homosexuales, en un blog ultraderechoso decian que haymayor violencia entre las parejas homosexuales pero busqué en google y pubmed y no encontré nada que sugiriera eso.
Estoy deacuerdo. Pareceria que la mujer casada siente mas presion al estar casada y tiende a soportar en silencio, mas cosas que una mujer que no esta casada. Por lo general, las mujeres casadas tienden a idealizar el matrimonio y sienten culpa al romper con el mismo, sobre todo aquellas con algun apego a las costumbres y creencias religiosas.
ResponderEliminarSin contar las que soportan cualquier cosa porque "es su marido" y "asi debe ser", pensamiento netamente machista, con raices en quien sabe que religion, ¿no?.
Lamentable.
Bueno, ese es el objetivo en el fondo, esclava te doy. Las mujeres maltratadas que acudían al cura para contarle su caso lo único que recibían era llamadas a la resignación.
ResponderEliminarEs ridículo como gastan dinero en "estudios" para probar sus "hipótesis"- prejuicios... han hecho algo similar con las drogas y la religión en Chile, intentaré encontrar el estudio estos días... si alguien lo ha visto y puede citarlo se los agradecería.
ResponderEliminarNada de lo que dicen es verdad, mienten con el disfraz de la ciencia y el descaro de su prepotencia ¡hasta cuándo!
Fe de errata: en donde dice estudio, debiera decir "estudio".
ResponderEliminarHombre, hablar de falacia me parece bastante exagerado desde el momento en que todos usamos frecuentemente el lenguaje figurado. Por la misma regla, el título "matrimonios felices" también es falaz, lo correcto sería matrimonios vivos, ya que se están computando los homicidios; ni violaciones, ni agresiones, ni denuncias, ni rupturas…, sólo homicidios. De hecho la palabra antídoto no tendría ningún significado ya que el antídoto se aplica con posterioridad al “veneno”. Igualmente falso sería el dibujito adjunto que sugiere que todos los matrimonios que se producen son cristianos, cuando el dato que se maneja se extraerá del total de registros civiles de matrimonio.
ResponderEliminarEs un estudio estadístico sobre datos objetivos, difícilmente manipulables. Puedo coincidir en que sólo sea un correlación, y que las parejas violentas no acaben en matrimonio, pero esto también puede ser indicio de las expectativas o compromisos que tiene cada uno ante una relación de pareja.
No creo que el mensaje que se vaya a extraer sea que el matrimonio lo cura todo. Así creo que lo percibe la sociedad ya que el número de matrimonios es cada vez menor. Más bien es que el matrimonio significa otra cosa que una mera relación sentimental. El matrimonio es la manera de formalizar un compromiso, no es una póliza de seguro.
Respecto a los homosexuales, desde su aprobación en España se han celebrado menos de 10.000 uniones. El pasado abril se produjo el primer homicidio gay por violencia doméstica (desconozco si ha habido más). Estadísticamente estamos hablando de cifras despreciables pero la relación sería aún mayor que los 1 de cada 25.000 de las parejas no casadas.
Por último me extraña que no hayáis acusado al estudio de xenófobo o irresponsable cuando afirma que la proporción de muertes por violencia es mayor entre los extranjeros, porque claro los ingenuos españoles o extranjeros evitarán casarse en España con otro extranjero si quieren seguir con vida.
Yo no acuso al estudio de nada, sólo hablo de la interpretación del mismo. Es una correlación presentada como causalidad, y la falacia hasta tiene nombre: cum hoc ergo propter hoc. Si el estudio está bien hecho, no puedo cuestionar tampoco lo que dice de los matrimonios entre extranjeros, aunque habría que ver de qué extranjeros habla.
ResponderEliminarDices: "Respecto a los homosexuales, desde su aprobación en España se han celebrado menos de 10.000 uniones. El pasado abril se produjo el primer homicidio gay por violencia doméstica (desconozco si ha habido más). Estadísticamente estamos hablando de cifras despreciables pero la relación sería aún mayor que los 1 de cada 25.000 de las parejas no casadas." Esto no es estadísticamente despreciable; directamente no es estadísticamente nada. Dentro de veinte años, con una muestra grande de cifras, quizá se puedan sacar conclusiones serias sobre esto.
Respecto a la estadística de homosexuales tienes razón, y no fuiste tú, sino alien, quien cometió el error.
ResponderEliminarDesconozco cual es el título del estudio y cuando hablas de falta de ética supongo que te referirás a la periodística. Pero sobre ésta y la objetividad se podrían escribir... ni se sabe.
Sabrás que "un razonamiento falaz no necesariamente posee una conclusión falsa", así que esperaremos estudios más completos que lleguen a refutar estas conclusiones.
En cualquier caso tu último párrafo es de aupa (empezando por la ¿guerra cultural contra el siglo?) y más que discutible... en otro momento.