lunes, 7 de diciembre de 2009

Desobediencia civil (A157)

Con cierta frecuencia hemos hablado del respeto condicionado y parcial de las grandes religiones a la ley y el orden establecido. Cuando un gobierno o un sistema legal les es favorable a las cúpulas dirigentes, mandan a sus fieles a someterse; cuando les perjudica o contradice sus doctrinas, reclaman que éstas se deben situar en un estamento superior. Esto es justo lo que está haciendo Carmelo Giaquinta, obispo emérito de Resistencia, al llamar a “resistir a la autoridad civil cuando se extralimita en su misión”. En un comunicado publicado por AICA explica:
Ante su Segunda Venida Jesús nos exhorta a “vivir con sensatez”, pero “palpamos a diario expresiones preocupantes de insensatez, en especial en personas constituidas en autoridad, que deberían ser la expresión acabada de la sabiduría práctica que procura el bien común”, advirtió el prelado en alusión a “las actitudes frente al matrimonio gay que se ventila en estos días”, en especial, a la intervención de una jueza que declaró inconstitucional dos artículos del Código civil que prohíbían este tipo de uniones, y también al “laissez faire” del jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, que decide no apelar el fallo.
Vale decir, otra vez: si la ley está en línea con nuestros prejuicios, presunciones, fobias y dogmas, respetémosla (sí, aun cuando perjudique a otros), pero si nos molesta, por ejemplo, que le dé a todos los privilegios de que disfrutamos nosotros, entonces debemos desobedecerla.

Giaquinta no es nuevo en este asunto. En 2005, ante las iniciativas gubernamentales sobre educación sexual y reproductiva, declaró que estaba dispuesto a “animar a los cristianos a la desobediencia civil” si el Estado perdía “su razón de ser” en materia educativa y sanitaria. Y repitió los ya famosos dichos de Antonio Baseotto, el vicario castrense, sobre la conveniencia de tomar a aquellos que dañan a los niños (en este caso, en su formación moral) y hundirlos en el mar con una piedra de molino atada al cuello.

Ciertas formas de entender las creencias religiosas, ciertas formas de concebir la sociedad desde la religión, son simplemente antidemocráticas, cuando no totalitarias. Hoy en día parecen estar en retirada, o confinadas a una minoría, pero nunca debemos pensar que lo que ocurrió en el pasado ya no puede ocurrir ahora.

6 comentarios:

  1. La constante y pública exposición del absurdo de sus creencias, la arrogancia de los creyentes y la prepotencia e hipocresía de los prelados son la mejor arma en contra de la basura conservadora. La Iglesia se tambaleó com la imprenta, pero no sobrevivivirá a Internet.

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  2. Hola Pablo, acá nos acabamos de enterar que la derecha intenta cambiar la Constitución -hazme el enfermo favor- para introducir la 'objeción de conciencia' y de ese modo permitir a los 'creyentes' no obedecer la ley por las razones que tú expones, posibilitando que así no se cumpla la ley por razones de fe. Mi única idea es bastante draconiana, pues yo metería a la cárcel a todos los que no cumplieran la ley con ese pretexto, eso es como debe ser, pero si no se hace ya al rato van a estar asesinando 'paganos' y escudándose en su maldita objeción para no ir al bote, me lleva!!

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  3. Este es un mecanismo clásico del cristianismo, ya desde sus mismos comienzos: cuando ellos eran los perseguidos, el Imperio Romano y sus símbolos eran la encarnación del mal absoluto. Cuando el Imperio Romano adopta el cristianismo y persigue a los que mantenían la religión romana, hay que obedecer a la autoridad y perseguir a los herejes.

    Por supuesto, ejemplos de la hipocresía del cristianismo (en especial de la Iglesia Católica) en cuanto a obediencia y desobediencia hay muchos.

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  4. Bueno.. la única manera de que los católicos fundamentalistas hagan desobediencia civil...
    Es que los católicos gays sigan en el clóset y no se casen. Nadie obliga ni a gays ni straight casarse..

    (Aunque mis tías católicas estan que joden porque yo me case.. no importa con quien, y que me case.. jaja..!! Se supone que sea mujer, pero me da ganas de pintarle bigotes a mi novia para devolverles la broma.. JAJA.!! )

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  5. Este es un mecanismo clásico del cristianismo, ya desde sus mismos comienzos: cuando ellos eran los perseguidos, el Imperio Romano y sus símbolos eran la encarnación del mal absoluto. Cuando el Imperio Romano adopta el cristianismo y persigue a los que mantenían la religión romana, hay que obedecer a la autoridad y perseguir a los herejes.

    Por supuesto, ejemplos de la hipocresía del cristianismo (en especial de la Iglesia Católica) en cuanto a obediencia y desobediencia hay muchos.

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  6. La constante y pública exposición del absurdo de sus creencias, la arrogancia de los creyentes y la prepotencia e hipocresía de los prelados son la mejor arma en contra de la basura conservadora. La Iglesia se tambaleó com la imprenta, pero no sobrevivivirá a Internet.

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