Foto: La Nación
La clase de gente con la que estamos lidiando es de lo peorcito, como nos cuenta Bruno Bimbi:
- El Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, “[cuya] especialidad es defender a los militares acusados de violaciones a los derechos humanos.” No confundir con el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal.
- La Corporación de Abogados Católicos, de quienes he hablado en otras ocasiones, presidida por Eduardo Bieule, co-fundador de una entidad que hace apología de los militares detenidos por torturas, asesinatos y robo de bebés, a los que llama “presos políticos”, en consonancia con la prédica de Cecilia Pando.
- Pedro Andereggen, abogado de la agrupación Cristo Sacerdote, que en 2004 pidió la censura de una muestra de León Ferrari, junto con la Agrupación Custodia, que hace unos años enfrentó con armas una Marcha del Orgullo Gay. Los líderes de Custodia, los hermanos Gristelli, tienen una librería que ha editado obras de autores como el asesino múltiple Miguel Etchecolatz y el ex-militar golpista Mohamed Alí Seineldín.
- Cabildo, revista nacionalista, tradicionalista y católica, virulentamente antimarxista y antisemita, y hasta franquista (!), que dedicó su última tapa a los homosexuales.
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