viernes, 1 de noviembre de 2013

Las hermanas de la Magdalena

Quiero recomendarles ver The Magdalene Sisters (“Las hermanas de la Magdalena”), un film de 2002 del que escuché hablar hace poco. Se trata de un drama basado en hechos reales: un trozo de la infame historia de las “lavanderías” que las monjas de varias órdenes religiosas regentearon en las Islas Británicas y en Norteamérica durante siglos, contada a través de la vida de varias internas en uno de estos establecimientos, en la Irlanda de los años 1960.



Las monjas proveían, como ha hecho históricamente la Iglesia Católica, un servicio a la sociedad que la misma Iglesia había ayudado a crear: apartar y contener a las mujeres consideradas de mala vida o sexualmente problemáticas. Las lavanderías servían para mostrar a la sociedad una fachada que justificara lo que se hacía a las internas: allí las prostitutas, las chicas fáciles y otros peligros morales realizaban un trabajo duro pero digno, lavando sus pecados junto con las ropas de las monjas, de los sacerdotes que les daban misa y de las buenas gentes.

En la práctica, sin embargo, los “asilos” de las Magdalenas eran centros de trabajos forzados. Las lavanderías eran una fuente de ingresos segura para las monjas, tanto más cuanto las mujeres forzadas a trabajar en ellas no recibían sueldo, no podían irse ni tenían ningún tipo de seguridad social, ni licencias, ni nadie a quién reclamar si las condiciones eran inhumanas. Los castigos corporales y las medidas disciplinarias destinadas a la degradación de las internas eran comunes.

El prólogo del film consta de tres breves historias de mujeres jóvenes llevadas por la fuerza a una lavandería: la primera, por haber denunciado ante su familia, durante una fiesta de boda, que un primo suyo acababa de violarla; la segunda, una huérfana, por permitirse coquetear con los muchachos que la llaman desde el otro lado de las rejas del orfanato; la tercera, por haber tenido un hijo fuera del matrimonio. Los tres casos conforman una vista panorámica y desoladora a una cultura profundamente católica, tóxica, donde las mujeres, para ser consideradas morales, sólo pueden habitar tres ambientes bajo estricta supervisión, sometidas a una autoridad ajena y con su sexo anulado o severamente restringido: la casa paterna, la casa del esposo, y el convento.

En efecto, en las historias que The Magdalene Sisters cuenta, son las propias familias —o el estado encargado de suplir la custodia familiar– las que abandonan a sus hijas en los hogares de las monjas y les dan la espalda. La autoridad de las monjas se entiende simbólicamente como absoluta en función de la altura moral y el respeto social que automáticamente ganan aquéllos que se consagran a Dios, pero es de hecho una autoridad delegada: las familias de las internas pueden venir a sacarlas en cuanto lo deseen. Sin embargo, muchas de ellas permanecen en las lavanderías hasta morir. Las monjas contaron con la total colaboración del Estado para hacer la vista gorda y para enviarles mujeres sin recursos a través del sistema judicial.

Las víctimas de la esclavitud de las Magdalenas finalmente comenzaron a encontrarse y contar sus historias al final del siglo pasado, luego de que estallara un escándalo al descubrirse decenas de cadáveres de internas enterradas en tumbas anónimas en terrenos de un convento. Una investigación reveló el nivel de los abusos llevados a cabo en los asilos, que (sólo desde los años 1920 y sólo en Irlanda) afectaron a unas treinta mil mujeres.

Más recientemente el gobierno de Irlanda, después de dilatarlo todo lo posible, decidió reconocer su parte en el asunto y ofrecer atención y compensación monetaria a las sobrevivientes. El gobierno también solicitó a las cuatro órdenes religiosas responsables de las lavanderias que, pese a no haberse dado un proceso penal, hicieran el gesto de reconocer los abusos cometidos y aportaran fondos. Las monjas se negaron unánime y categóricamente. Así queda, sin castigo, uno de los grandes crímenes de la Iglesia Católica en el siglo XX.

(El film está subido a YouTube íntegro, en inglés original sin subtítulos.)

5 comentarios:

  1. Tampoco hacían tanto dinero y en muchos casos daban pérdidas. Lo que hace la cosa más siniestra aún.

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  2. Alejandro Paiz Meschler1 de noviembre de 2013, 14:10

    Gracias por la recomendación Pablo. Cuando disponga de algo de tiempo voy a mirar esta película.

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  3. AlvaroMurgaFernandez11 de noviembre de 2013, 4:33

    "Así queda, sin castigo, uno de los grandes crímenes de la Iglesia Católica en el siglo XX."

    Otro más, querrás decir.

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  4. Yo vi la pelicula hace un mes y a los 15 minutos ya estaba encabronado. Una historia muy triste. La iglesia católica es una organización terrorista.

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  5. La película de Peter Mullan Las hermanas de la Magdalena tiene poco parecido con la realidad. Los casos de maltrato fueron la excepción, no la regla en las lavanderías Magdalena, centros a medio camino entre asilos y reformatorios para mujeres jóvenes que trabajaban sin sueldo a cambio del alojamiento. Un informe oficial, publicado a principios de febrero, señala que la mayoría de las internas que han aportado su testimonio guardan buen recuerdo de las religiosas, y que la responsabilidad era más del Estado que de la Iglesia (ver abajo “Datos esenciales del informe”) http://www.aceprensa.com/articles/no-habia-tanto-trapo-sucio-en-las-lavanderias-magdalena/

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