Si todo sale bien, en el momento en que esta nota sea publicada automáticamente yo estaré de vacaciones, probablemente cruzando el Río de la Plata. Me voy por dos semanas al Uruguay, país que todavía no conozco (excepto por unas escasas horas en Paysandú hace años) y a cuyos habitantes envidio ligeramente por haberse salvado por los pelos de ser argentinos. El lunes 16 de febrero vuelvo al trabajo y a este blog.
Para que no me extrañen, les dejo programados varios posts, citas, cositas cortas para leer, no necesariamente de actualidad. Son libres de dejar comentarios, pero no aseguro que pueda o quiera responderlos hasta mi vuelta. Saludos, nos vemos pronto.
sábado, 31 de enero de 2009
Vacaciones
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viernes, 30 de enero de 2009
Reposteado: Los daños de la religiosidad New Age
Algo distinto a lo que usualmente pongo aquí, ya que me ocupo sobre todo de las grandes religiones organizadas y sus seguidores, es esto que encuentro en El retorno de los charlatanes, el blog de Mauricio-José Schwarz, que leo con menor constancia que la que se merece. Se trata del daño que causan esas creencias no tradicionales, no muy organizadas, que se engloban en lo que se conoce normalmente como New Age o Nueva Era. Si creían ustedes que sólo los seguidores furibundos e inmediatamente detestables de las religiones abrahámicas podían causar problemas, abran los ojos.
Para seguir leyendo: Destrucción sabia y tradicional de la cultura común milenaria.
Mucho se han enojado los hijos del new age cuando distintas voces han expresado preocupación por los destrozos y barbaridades que cometen estos fanáticos religiosos contra el patrimonio cultural común. Casos puntuales son Stonehenge, monumento al que ya no se deja acceder a los zombies religiosos (salvo en 21 de marzo, siempre con resultados lamentables), el complejo habitacional/ritual de Teotihuacán (…), la pirámide maya de Chichén Itzá y (…) otros muchos monumentos de las culturas que nos precedieron.A esto probablemente haya que sumarle Machu Picchu, donde la sola presencia de turistas en grandes cantidades (muchos atraídos por la supuesta "energía" que emana de este lugar "sagrado") causa daños que ya han sido advertidos, y que quizá signifiquen el cierre del lugar, o lo significarían si Perú no estuviera tan necesitado de ese turismo.
Para seguir leyendo: Destrucción sabia y tradicional de la cultura común milenaria.
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jueves, 29 de enero de 2009
Cómo llega la gente a este blog (revisitado)
Hace unos meses escribí sobre las curiosas vías por las cuales la gente encontraba este blog. Pasado el tiempo puedo encontrar algunos cambios. En mi anterior relevamiento (la palabra es excesiva) no tenía lectores regulares; ahora sí, lo cual se refleja en la cantidad de accesos que provienen de URLs directos o de lectores de noticias como Bloglines o Netvibes.
No obstante, casi la mitad de las visitas encuentran el blog a través de motores de búsqueda. Una muestra muy poco científica de 200 visitas tomadas en dos tandas de 100 (en dos días no consecutivos) mostró que 83 provinieron de búsquedas, 78 de ellas de Google, 75 de ellas de los dominios de España y de las Américas. La tercera parte vinieron de España, mientras que una quinta parte vinieron de Argentina. El resto se lo repartieron el dominio internacional google.com y otros de diversos países de Latinoamérica.
Y ahora lo que realmente importa: los términos de búsqueda. Aquí me llevé una sorpresa; pensé que los temas estarían distribuidos, pero entre la Madre Teresa de Calcuta y Alexia González-Barros se llevaron las palmas, con 11 y 5 búsquedas respectivamente. Detrás vinieron cuatro búsquedas sobre la relación entre Barack Obama y el catolicismo (el sesgo es inevitable: eran justo días en torno a la inauguración presidential), otras cuatro sobre la educación religiosa en la provincia de Salta, dos sobre las Torres Gemelas, el mismo número sobre el "bus ateo", un par sobre la infame Radio Cristiandad, y también dos sobre ateos en Rosario. Estas últimas me alegran mucho, ya que probablemente ayudaron a alguien a ubicar a otros ateos en mi ciudad natal... aunque también pueden ser de gente que nos busca para golpearnos.
De entre los que buscaban a la Madre Teresa, cuatro buscaban "críticas" y tres se referían explícitamente a las demoledoras críticas de Christopher Hitchens. Otro buscaba (pero sé que no encontró) a José Saramago en relación con la Madre Teresa (Saramago también hacía su aparición una vez más).
Por supuesto también había algunas búsquedas desencaminadas... Uno buscó "2 colombianas gemelas y lesvianas" [sic] y otro "ver desnudas mujeres de tribus africanas"; en el segundo caso se podría intuir un propósito educativo, cosa difícil en el primero. Al igual que la última vez, hubo dos búsquedas similares de tema llamativo: "porque la iglesia esta en contra de la marihuana" y "¿que tiene en contra la religion a la marihuana?". Uno vino buscando pelea, sin duda a causa de lo que se dijo en Bolivia sobre la nueva Constitución: "Pachamama vs dios".
Completan el desglose las usuales búsquedas mal formuladas o muy generales, una búsqueda de la "oración para el día del trabajo", otras sobre los "testigo geova" [sic!], una enigmática "REFLEXION SOBRE EL DOLOR Q ALGUIEN TE CAUSA", y algo que quizá sea una especie de confesión: "soy homofobico".
Es un ejercicio muy interesante y, creo yo, bastante útil, esto de mirar qué busca el lector que vagabundea por Internet. Con 50 visitas por día, sé que no voy a cambiar el mundo, pero al menos parece que alguien está escuchando lo que tengo para decir.
No obstante, casi la mitad de las visitas encuentran el blog a través de motores de búsqueda. Una muestra muy poco científica de 200 visitas tomadas en dos tandas de 100 (en dos días no consecutivos) mostró que 83 provinieron de búsquedas, 78 de ellas de Google, 75 de ellas de los dominios de España y de las Américas. La tercera parte vinieron de España, mientras que una quinta parte vinieron de Argentina. El resto se lo repartieron el dominio internacional google.com y otros de diversos países de Latinoamérica.
Y ahora lo que realmente importa: los términos de búsqueda. Aquí me llevé una sorpresa; pensé que los temas estarían distribuidos, pero entre la Madre Teresa de Calcuta y Alexia González-Barros se llevaron las palmas, con 11 y 5 búsquedas respectivamente. Detrás vinieron cuatro búsquedas sobre la relación entre Barack Obama y el catolicismo (el sesgo es inevitable: eran justo días en torno a la inauguración presidential), otras cuatro sobre la educación religiosa en la provincia de Salta, dos sobre las Torres Gemelas, el mismo número sobre el "bus ateo", un par sobre la infame Radio Cristiandad, y también dos sobre ateos en Rosario. Estas últimas me alegran mucho, ya que probablemente ayudaron a alguien a ubicar a otros ateos en mi ciudad natal... aunque también pueden ser de gente que nos busca para golpearnos.
De entre los que buscaban a la Madre Teresa, cuatro buscaban "críticas" y tres se referían explícitamente a las demoledoras críticas de Christopher Hitchens. Otro buscaba (pero sé que no encontró) a José Saramago en relación con la Madre Teresa (Saramago también hacía su aparición una vez más).
Por supuesto también había algunas búsquedas desencaminadas... Uno buscó "2 colombianas gemelas y lesvianas" [sic] y otro "ver desnudas mujeres de tribus africanas"; en el segundo caso se podría intuir un propósito educativo, cosa difícil en el primero. Al igual que la última vez, hubo dos búsquedas similares de tema llamativo: "porque la iglesia esta en contra de la marihuana" y "¿que tiene en contra la religion a la marihuana?". Uno vino buscando pelea, sin duda a causa de lo que se dijo en Bolivia sobre la nueva Constitución: "Pachamama vs dios".
Completan el desglose las usuales búsquedas mal formuladas o muy generales, una búsqueda de la "oración para el día del trabajo", otras sobre los "testigo geova" [sic!], una enigmática "REFLEXION SOBRE EL DOLOR Q ALGUIEN TE CAUSA", y algo que quizá sea una especie de confesión: "soy homofobico".
Es un ejercicio muy interesante y, creo yo, bastante útil, esto de mirar qué busca el lector que vagabundea por Internet. Con 50 visitas por día, sé que no voy a cambiar el mundo, pero al menos parece que alguien está escuchando lo que tengo para decir.
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miércoles, 28 de enero de 2009
Alerta 72: La apostasía de Alejandra Portatadino
Más noticias de la apostasía, y ésta una muy especial. Alejandra Portatadino, transexual, 50 años, activista y observadora de derechos humanos, acaba de presentar al Arzobispado de Buenos Aires su notificación de apostasía, solicitando se deje constancia de que ha abandonado la fe católica.
Portatadino (de quien escribí a poco de comenzar este blog, cuando recibió un premio otorgado a 20 mujeres luchadoras) fue bautizada, como casi todos, siendo un bebé, sin su consentimiento, y la iglesia a la que oficialmente perteneció desde entonces ha dado muestras sobradas de que no le da la bienvenida, a ella ni a nadie que no se someta al modelo rígido (e irreal) que desde el Vaticano y los púlpitos de todo el mundo se propone como único natural y verdadero. “No puedo pertenecer a una Iglesia que discrimina a las mujeres y a las minorías sexuales, que niega la palabra género, que dice que la homosexualidad es una enfermedad, y que promueve la segregación de las personas con una orientación sexual diferente a la heterosexual”, dice.
Aprovecho para recordar a quienes todavía no estén enterados que hay una campaña impulsando la apostasía colectiva a partir de marzo de este año. Gestos como el de Portatadino son importantes, por su visibilidad. Esperamos que muchos y muchas más se unan a la iniciativa. Sabemos que la mayoría de los católicos no lo son más que de nombre, y que muchos aborrecen en silencio las doctrinas represivas que emanan del Vaticano. Alejandra Portatadino, que tuvo que luchar para ser ella misma, da el ejemplo una vez más.
Portatadino (de quien escribí a poco de comenzar este blog, cuando recibió un premio otorgado a 20 mujeres luchadoras) fue bautizada, como casi todos, siendo un bebé, sin su consentimiento, y la iglesia a la que oficialmente perteneció desde entonces ha dado muestras sobradas de que no le da la bienvenida, a ella ni a nadie que no se someta al modelo rígido (e irreal) que desde el Vaticano y los púlpitos de todo el mundo se propone como único natural y verdadero. “No puedo pertenecer a una Iglesia que discrimina a las mujeres y a las minorías sexuales, que niega la palabra género, que dice que la homosexualidad es una enfermedad, y que promueve la segregación de las personas con una orientación sexual diferente a la heterosexual”, dice.
Aprovecho para recordar a quienes todavía no estén enterados que hay una campaña impulsando la apostasía colectiva a partir de marzo de este año. Gestos como el de Portatadino son importantes, por su visibilidad. Esperamos que muchos y muchas más se unan a la iniciativa. Sabemos que la mayoría de los católicos no lo son más que de nombre, y que muchos aborrecen en silencio las doctrinas represivas que emanan del Vaticano. Alejandra Portatadino, que tuvo que luchar para ser ella misma, da el ejemplo una vez más.
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martes, 27 de enero de 2009
Alerta 67b: Bolivia tiene nueva constitución
El referendum constitucional en Bolivia se realizó el domingo pasado. El Sí ganó con un 60% de los votos, aproximadamente. En Piensa... luego existe nos explican algunos detalles sobre la nueva constitución boliviana, de los cuales nos importa sobre todo la impactante declaración: "El Estado es independiente de la religión".
Bolivia, no nos engañemos, es un país muy religioso. La nueva Constitución Política del Estado (CPE) reconoce la diversidad del pueblo boliviano, incluidas las expresiones religiosas y espirituales, pero le quita a la Iglesia Católica los privilegios que había disfrutado desde siempre. Esto último fue lo que motivó que la jerarquía eclesiástica se asociara a los sectores conservadores de los departamentos más ricos del país para derrotar la iniciativa constitucional, lo cual ocurrió de hecho a nivel local.
La realidad es que el 95% de los bolivianos seguirán siendo católicos (sin perjuicio de que veneren a la Pachamama o sigan otros ritos indígenas ancestrales) y que sólo serán perjudicados los intereses de una minoría.
Saludo desde aquí a todos los bolivianos, que supieron atreverse a lo que nosotros los argentinos (que siempre nos hemos creído más progresistas y adelantados que el resto de Latinoamérica) todavía ni siquiera soñamos.
Bolivia, no nos engañemos, es un país muy religioso. La nueva Constitución Política del Estado (CPE) reconoce la diversidad del pueblo boliviano, incluidas las expresiones religiosas y espirituales, pero le quita a la Iglesia Católica los privilegios que había disfrutado desde siempre. Esto último fue lo que motivó que la jerarquía eclesiástica se asociara a los sectores conservadores de los departamentos más ricos del país para derrotar la iniciativa constitucional, lo cual ocurrió de hecho a nivel local.
La realidad es que el 95% de los bolivianos seguirán siendo católicos (sin perjuicio de que veneren a la Pachamama o sigan otros ritos indígenas ancestrales) y que sólo serán perjudicados los intereses de una minoría.
Saludo desde aquí a todos los bolivianos, que supieron atreverse a lo que nosotros los argentinos (que siempre nos hemos creído más progresistas y adelantados que el resto de Latinoamérica) todavía ni siquiera soñamos.
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lunes, 26 de enero de 2009
Alerta 71: Lefebvristas, bienvenidos a la Iglesia
Según lo anunciado desde el Vaticano, el Papa Benedicto XVI ha levantado la excomunión que pesaba sobre los cuatro obispos de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (el movimiento cismático conocido como lefebvristas). Los cruzados están emocionados, realmente emocionados. Y parece una ingenuidad preguntarse (como lo hacen algunos católicos progresistas) por qué el Papa se junta con ellos, cuando las implicaciones políticas son tan obvias.
La FSSPX fue fundada en 1970 por un arzobispo francés, Marcel Lefebvre, quien se resistía a los cambios introducidos en la Iglesia Católica por el Concilio Vaticano II. No fue muy diplomático: después de que le quitaran sus facultades como obispo por ordenar sacerdotes sin autorización, dijo que Roma ya no era católica y que los anticristos se habían apoderado de la Iglesia. Lefebvre fue finalmente excomulgado en 1988 junto con los cuatro obispos que había ordenado, y murió en 1991.
¿Qué creen los lefebvristas? Se oponen al ecumenismo, al diálogo interreligioso y a la libertad religiosa, aparte del liberalismo, el comunismo, el socialismo, el sionismo y el "modernismo". Lefebvre defendió a todas las dictaduras militares latinoamericanas, y consideraba que el franquismo era "el más acertado sistema político en lo referente a los valores católicos". Sus sacerdotes celebran la misa en latín, de espaldas y con mucho incienso. La orden cuenta con decenas de miles de seguidores y, sobre todo en Francia, controla escuelas, monasterios, muchos lugares de culto y hasta una universidad.
Hoy en día, lo más reaccionario de la Iglesia Católica lo consideran un salvador de la tradición y de la verdadera fe, sin el cual "todos seríamos herejes modernistas o condenados apóstatas", a decir de un apasionado comentarista de Radio Cristiandad, por lo cual el levantamiento de la excomunión sería signo de que "Benedicto sin duda está dispuesto a eliminar el progresismo que nos infecta y volver a antiguas tradiciones" (esto último encontrado en los tenebrosos foros de Catholic.net).
Lo interesante aquí para los que bostezamos de aburrimiento ante toda esta política disfrazada de teología, y más allá del asco visceral que nos provoquen las reacciones de alegría de los católicos integristas, es lo siguiente.
Uno de los cuatro lefebvristas que han sido bienvenidos de vuelta al redil católico, el británico Richard Williamson, es un negador del Holocausto, que defiende la existencia de los Protocolos de los Sabios de Sión, dice que no existieron las cámaras de gas, y afirma que sólo murieron unos 200 o 300 mil judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Desde el Vaticano dicen que el levantamiento de la excomunión no significa que compartan esas opiniones (que obviamente no son ideas propias de este hombre).
No me cabe duda que la gran mayoría de los lefebvristas albergan ideas similares a éstas. Esto lo digo consciente del riesgo de prejuzgar, por la simple razón de que los católicos integristas, cismáticos o no, por alguna razón suelen tener características comunes, entre ellas el antisemitismo, una salvaje paranoia ante lo moderno y la simpatía por los regímenes totalitarios (menos el comunismo, no porque sea ateo sino porque es un competidor, como bien señaló Bertrand Russell en su momento).
¿A qué viene esto? Al Vaticano no le importa si sus líderes y referentes sean mentirosos descarados, antijudíos, enemigos del diálogo y de la libertad, misóginos, fanáticos paranoicos, abusadores de niños... Lo que importa, lo único que importa, es la obediencia. Todo lo demás se puede perdonar. Pero si no hay obediencia, entonces no hay comunión con la Santa Iglesia, y si no hay comunión, el acceso a la salvación está cortado.
Por otra parte, ¿quiere el Vaticano, y va a exigir realmente, la obediencia de salvajes como éstos? Está clara la respuesta: hacia afuera, obediencia; hacia adentro, complacencia. El catolicismo globalizado se nutre de este doble discurso. Un corazón fundamentalista, fanático, oscuro, late en lo profundo del cuerpo eclesiástico, que se presenta a la opinión pública como una institución dedicada a la espiritualidad, a la paz, a la caridad.
Este post está dedicado y orientado más a los creyentes católicos que a los ateos o agnósticos, y especialmente a los católicos moderados y los "sólo de nombre" que por costumbre siguen buscando excusas para lo inexcusable. Aquellos que están dentro de la Iglesia deberían pensar con mucho cuidado a qué institución y a qué ideas les están concediendo su legitimación tácita. No se trata de un Papa con el cual uno está en desacuerdo por sus ideas sobre la familia o el sexo (que no son cuestiones menores); es un sistema y una estructura que, a cambio de obediencia, da la bienvenida a personajes de la peor calaña, a cualquiera, y lo celebra porque así gana fuerza entre los sectores más reaccionarios de la sociedad.
Poco nos debe importar un edicto papal más o menos a quienes no participamos en la Iglesia, excepto por la señal que envía a los creyentes y a quienes dialogan con ellos. La señal es: estamos con los lefebvristas, con quienes nos sumirían a todos, si pudieran, en una nueva Edad Media.
La FSSPX fue fundada en 1970 por un arzobispo francés, Marcel Lefebvre, quien se resistía a los cambios introducidos en la Iglesia Católica por el Concilio Vaticano II. No fue muy diplomático: después de que le quitaran sus facultades como obispo por ordenar sacerdotes sin autorización, dijo que Roma ya no era católica y que los anticristos se habían apoderado de la Iglesia. Lefebvre fue finalmente excomulgado en 1988 junto con los cuatro obispos que había ordenado, y murió en 1991.
¿Qué creen los lefebvristas? Se oponen al ecumenismo, al diálogo interreligioso y a la libertad religiosa, aparte del liberalismo, el comunismo, el socialismo, el sionismo y el "modernismo". Lefebvre defendió a todas las dictaduras militares latinoamericanas, y consideraba que el franquismo era "el más acertado sistema político en lo referente a los valores católicos". Sus sacerdotes celebran la misa en latín, de espaldas y con mucho incienso. La orden cuenta con decenas de miles de seguidores y, sobre todo en Francia, controla escuelas, monasterios, muchos lugares de culto y hasta una universidad.
Hoy en día, lo más reaccionario de la Iglesia Católica lo consideran un salvador de la tradición y de la verdadera fe, sin el cual "todos seríamos herejes modernistas o condenados apóstatas", a decir de un apasionado comentarista de Radio Cristiandad, por lo cual el levantamiento de la excomunión sería signo de que "Benedicto sin duda está dispuesto a eliminar el progresismo que nos infecta y volver a antiguas tradiciones" (esto último encontrado en los tenebrosos foros de Catholic.net).
Lo interesante aquí para los que bostezamos de aburrimiento ante toda esta política disfrazada de teología, y más allá del asco visceral que nos provoquen las reacciones de alegría de los católicos integristas, es lo siguiente.
Uno de los cuatro lefebvristas que han sido bienvenidos de vuelta al redil católico, el británico Richard Williamson, es un negador del Holocausto, que defiende la existencia de los Protocolos de los Sabios de Sión, dice que no existieron las cámaras de gas, y afirma que sólo murieron unos 200 o 300 mil judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Desde el Vaticano dicen que el levantamiento de la excomunión no significa que compartan esas opiniones (que obviamente no son ideas propias de este hombre).
No me cabe duda que la gran mayoría de los lefebvristas albergan ideas similares a éstas. Esto lo digo consciente del riesgo de prejuzgar, por la simple razón de que los católicos integristas, cismáticos o no, por alguna razón suelen tener características comunes, entre ellas el antisemitismo, una salvaje paranoia ante lo moderno y la simpatía por los regímenes totalitarios (menos el comunismo, no porque sea ateo sino porque es un competidor, como bien señaló Bertrand Russell en su momento).
¿A qué viene esto? Al Vaticano no le importa si sus líderes y referentes sean mentirosos descarados, antijudíos, enemigos del diálogo y de la libertad, misóginos, fanáticos paranoicos, abusadores de niños... Lo que importa, lo único que importa, es la obediencia. Todo lo demás se puede perdonar. Pero si no hay obediencia, entonces no hay comunión con la Santa Iglesia, y si no hay comunión, el acceso a la salvación está cortado.
Por otra parte, ¿quiere el Vaticano, y va a exigir realmente, la obediencia de salvajes como éstos? Está clara la respuesta: hacia afuera, obediencia; hacia adentro, complacencia. El catolicismo globalizado se nutre de este doble discurso. Un corazón fundamentalista, fanático, oscuro, late en lo profundo del cuerpo eclesiástico, que se presenta a la opinión pública como una institución dedicada a la espiritualidad, a la paz, a la caridad.
Este post está dedicado y orientado más a los creyentes católicos que a los ateos o agnósticos, y especialmente a los católicos moderados y los "sólo de nombre" que por costumbre siguen buscando excusas para lo inexcusable. Aquellos que están dentro de la Iglesia deberían pensar con mucho cuidado a qué institución y a qué ideas les están concediendo su legitimación tácita. No se trata de un Papa con el cual uno está en desacuerdo por sus ideas sobre la familia o el sexo (que no son cuestiones menores); es un sistema y una estructura que, a cambio de obediencia, da la bienvenida a personajes de la peor calaña, a cualquiera, y lo celebra porque así gana fuerza entre los sectores más reaccionarios de la sociedad.
Poco nos debe importar un edicto papal más o menos a quienes no participamos en la Iglesia, excepto por la señal que envía a los creyentes y a quienes dialogan con ellos. La señal es: estamos con los lefebvristas, con quienes nos sumirían a todos, si pudieran, en una nueva Edad Media.
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sábado, 24 de enero de 2009
Alerta 70: Italia no quiere al bus ateo
La campaña de la UAAR (Unión de Ateos y Agnósticos Racionalistas) de Italia para poner anuncios sobre la inexistencia de Dios en los buses, como se hizo en Gran Bretaña y España, había recaudado hasta hace poco unos 22.000 euros (el sitio de la UAAR dice que fueron €20.824,61 al 21 de enero), pero ha quedado en la nada porque la censura publicitaria decidió que "ciertas personas podrían encontrar el mensaje ofensivo a su cultura, moralidad o su religión".
El "ofensivo" mensaje era simplemente el siguiente:
Por supuesto, la censura ha hecho que se hablara más aun del tema y ha mostrado cómo las presiones de la Iglesia y de los creyentes intolerantes hacen mella en los organismos estatales, y cómo el miedo a ofender sensibilidades religiosas está estrangulando la libertad de expresión.
Cada discurso del Papa Benedicto XVI contiene descalificaciones gravísimas contra uno u otro sector de la humanidad o contra la cultura o las vivencias cotidianas de la gente que no piensa como el Vaticano manda. Desde mezquitas, proclamas de YouTube y canales de televisión islámicos se emiten al mundo continuos mensajes de odio y desprecio contra la cultura y los valores de Occidente. Durante la campaña electoral del país más poderoso del mundo, cristianos evangélicos fundamentalistas bombardearon a la opinión pública con mensajes discriminatorios y llenos de desprecio por los valores representados por el ahora presidente de ese país. Facciones extremas del judaísmo han impedido por décadas que Israel avance hacia la paz con los palestinos.
Las más grandes religiones del mundo emiten mensajes realmente ofensivos (a veces condescendientes, otras muy violentos) todo el tiempo, con impunidad, contra las mujeres, los homosexuales, los ateos, los que practican el sexo o el pensamiento libremente, los que "blasfeman", los comunistas, los socialistas, los miembros de toda religión que no sea la suya... El único control sobre estas cosas es la censura que una religión dominante invoca sobre una minoritaria (lo único que evita que el cristianismo fundamentalista prospere en Arabia Saudita es el islam fundamentalista).
Censurar un anuncio porque hiere sensibilidades es una excusa. Se censura para mostrar poder (o para mostrar sometimiento a un poder superior), no para proteger a nadie. Ningún creyente es tan "sensible" que pueda perturbarlo seriamente, o hacerlo sentir amenazado, un cartel publicitario que dice "Dios no existe", a menos que quieran hacernos creer que los creyentes tienen una mentalidad completamente infantil. El cartel no decía "Muerte a los que creen en Dios" ni tampoco "Los creyentes son idiotas" ni nada parecido. Como todo lo que aparece en una publicidad, "Dios no existe" es un mensaje que alguien quiere proclamar, y si a uno le molesta, sólo tiene que considerarlo como una opinión equivocada y proceder a ignorarlo.
El "ofensivo" mensaje era simplemente el siguiente:
La mala noticia es que Dios no existe.(En realidad, por supuesto, era «La cattiva notizia è che Dio non esiste. Quella buona, è che non ne hai bisogno».) Iba a ser colocada en buses urbanos de la ciudad de Génova.
La buena es que no lo necesitas.
Por supuesto, la censura ha hecho que se hablara más aun del tema y ha mostrado cómo las presiones de la Iglesia y de los creyentes intolerantes hacen mella en los organismos estatales, y cómo el miedo a ofender sensibilidades religiosas está estrangulando la libertad de expresión.
Cada discurso del Papa Benedicto XVI contiene descalificaciones gravísimas contra uno u otro sector de la humanidad o contra la cultura o las vivencias cotidianas de la gente que no piensa como el Vaticano manda. Desde mezquitas, proclamas de YouTube y canales de televisión islámicos se emiten al mundo continuos mensajes de odio y desprecio contra la cultura y los valores de Occidente. Durante la campaña electoral del país más poderoso del mundo, cristianos evangélicos fundamentalistas bombardearon a la opinión pública con mensajes discriminatorios y llenos de desprecio por los valores representados por el ahora presidente de ese país. Facciones extremas del judaísmo han impedido por décadas que Israel avance hacia la paz con los palestinos.
Las más grandes religiones del mundo emiten mensajes realmente ofensivos (a veces condescendientes, otras muy violentos) todo el tiempo, con impunidad, contra las mujeres, los homosexuales, los ateos, los que practican el sexo o el pensamiento libremente, los que "blasfeman", los comunistas, los socialistas, los miembros de toda religión que no sea la suya... El único control sobre estas cosas es la censura que una religión dominante invoca sobre una minoritaria (lo único que evita que el cristianismo fundamentalista prospere en Arabia Saudita es el islam fundamentalista).
Censurar un anuncio porque hiere sensibilidades es una excusa. Se censura para mostrar poder (o para mostrar sometimiento a un poder superior), no para proteger a nadie. Ningún creyente es tan "sensible" que pueda perturbarlo seriamente, o hacerlo sentir amenazado, un cartel publicitario que dice "Dios no existe", a menos que quieran hacernos creer que los creyentes tienen una mentalidad completamente infantil. El cartel no decía "Muerte a los que creen en Dios" ni tampoco "Los creyentes son idiotas" ni nada parecido. Como todo lo que aparece en una publicidad, "Dios no existe" es un mensaje que alguien quiere proclamar, y si a uno le molesta, sólo tiene que considerarlo como una opinión equivocada y proceder a ignorarlo.
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jueves, 22 de enero de 2009
Alerta 69: El aborto no mata suficientes mujeres
El portal católico ACI afirma que el aborto es socialmente innecesario en Argentina "según datos oficiales" y que la despenalización o legalización del aborto es una cuestión ideológica, que utiliza las muertes maternas por aborto como "pretexto". Que esta mentira sea obvia no los detiene.
Lo que los datos oficiales muestran es que las muertes maternas por complicaciones de un aborto denunciadas en el año 2007 disminuyeron un 20% en relación a 2006... de 93 muertes se pasó a 74, pocas comparadas con las decenas de miles que las "organizaciones abortistas" dicen que ocurren. Y además, fueron muchas más (miles) las muertes infantiles. De esto deduce el cronista que no hay "necesidad" de legalizar el aborto.
El argumento, una vez despojado del envase retórico "pro-vida", se puede resumir en los siguientes puntos:
Las muertes maternas por aborto recogidas por las estadísticas oficiales son sólo la punta del iceberg. Y no es que haga falta más. Decir que "no hace falta el aborto legal y seguro en ningún caso porque no son tantas las mujeres que mueren" suena muy similar a lo que dicen algunos defensores de la última dictadura militar argentina cuando denuncian que la cifra de 30.000 desaparecidos es una exageración de las organizaciones de derechos humanos. Es como proponer que no se busque la cura para una enfermedad porque a fin de cuentas sólo afecta al 0,001% de la población. Sea que una causa mate decenas de miles de víctimas o "sólo" decenas, sigue siendo una causa de muerte y no puede ser ignorada.
Todo esto no les importa a los "pro-vida", porque en realidad no le dan valor a los datos oficiales, a la ley, a la ciencia, la medicina o las estadísticas, ni siquiera a los más básicos valores humanos de empatía y compasión... Lo único que vale es lo que su fe ciega les dice.
Lo que los datos oficiales muestran es que las muertes maternas por complicaciones de un aborto denunciadas en el año 2007 disminuyeron un 20% en relación a 2006... de 93 muertes se pasó a 74, pocas comparadas con las decenas de miles que las "organizaciones abortistas" dicen que ocurren. Y además, fueron muchas más (miles) las muertes infantiles. De esto deduce el cronista que no hay "necesidad" de legalizar el aborto.
El argumento, una vez despojado del envase retórico "pro-vida", se puede resumir en los siguientes puntos:
- Los abortos ilegales no matan a muchas mujeres.
- Nosotros preferimos que mueran algunas mujeres antes que legalizar el aborto.
- Los únicos que quieren el aborto legal son los militantes abortistas anti-vida.
- Independientemente de lo anterior, la vida de un embrión microscópico vale más que la de una mujer.
Las muertes maternas por aborto recogidas por las estadísticas oficiales son sólo la punta del iceberg. Y no es que haga falta más. Decir que "no hace falta el aborto legal y seguro en ningún caso porque no son tantas las mujeres que mueren" suena muy similar a lo que dicen algunos defensores de la última dictadura militar argentina cuando denuncian que la cifra de 30.000 desaparecidos es una exageración de las organizaciones de derechos humanos. Es como proponer que no se busque la cura para una enfermedad porque a fin de cuentas sólo afecta al 0,001% de la población. Sea que una causa mate decenas de miles de víctimas o "sólo" decenas, sigue siendo una causa de muerte y no puede ser ignorada.
Todo esto no les importa a los "pro-vida", porque en realidad no le dan valor a los datos oficiales, a la ley, a la ciencia, la medicina o las estadísticas, ni siquiera a los más básicos valores humanos de empatía y compasión... Lo único que vale es lo que su fe ciega les dice.
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martes, 20 de enero de 2009
El fenómeno del bus ateo
He escrito algo sobre el fenómeno del bus ateo, que seguramente estará desactualizado muy pronto ya que el asunto está literalmente yendo sobre ruedas y por variadísimos caminos... Lo posteo en mi sitio web porque no es una alerta sino una reflexión algo divagante.
Buses urbanos con la leyenda "Probablemente Dios no existe — Deja de preocuparte y disfruta la vida" han comenzado a circular por varias ciudades de España. La campaña del "bus ateo" es transposición y traducción casi literal de la que se inició en Londres (y que adquirió alto perfil al ser apadrinada por Richard Dawkins).Pasen, vean, opinen y comenten (aquí en el blog, mejor que allá).
Como era de esperarse, las críticas llovieron... y no sólo de parte de los creyentes. [seguir leyendo]
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lunes, 19 de enero de 2009
Alerta 68: Culpa de las mujeres
En el marco del 6º Encuentro Mundial de las Familias, celebrado recientemente en México, se han oído las siguientes perlas de sabiduría con respecto a las causas y la responsabilidad de los feminicidios y ataques sexuales a las mujeres, problema gravísimo en toda Latinoamérica:
El diario mexicano La Jornada, que se me hace que no es muy católico, llamó al Encuentro "monotemático y sin autocrítica" y coincide con las visiones de varias organizaciones asistentes no alineadas con el ala conservadora del alto clero en que, más que un lugar de diálogo, fue un monólogo de la jerarquía eclesiástica, donde se repitieron las posturas de siempre. Esto viene siendo así hace un buen tiempo y Benedicto XVI lo ha agudizado. Se ha ido centralizando y las opiniones disidentes no son toleradas.
Desde ya, todos los católicos de bien deberían repudiar estas manifestaciones; debería haber una ola gigantesca de NO EN NUESTRO NOMBRE. La mayoría de los creyentes son gente decente con algún prejuicio, como todos nosotros. Pero no tengo mucha esperanza. Los católicos practicantes están acostumbrados a obedecer o a guardarse sus dudas, por no faltar el respeto a la autoridad, y los moderados terminan apoyando por omisión a los fanáticos.
Confieso que escribir sobre esta clase de temas es física y mentalmente agotador por lo repugnante. Hablamos de personas que han perdido el sentido de la empatía, que no tienen compasión, cuya declamada "moral" es una estructura fría, rígida e inhumana. Dice un dicho que cuando uno pelea contra la basura, aunque gane termina sucio...
"Con escotes pronunciados y minifaldas las mujeres están provocando al hombre." (Nicolás de Jesús López Rodríguez, Arzobispo de Santo Domingo)
"Debido a la ropa provocativa que usan las mujeres se exponen a violaciones, a que las usen, que las traten como un trapo viejo, porque desvaloran su persona y su dignidad." (Darwin Rudy Andino, obispo auxiliar de Tegucigalpa)
"La mujer no sólo debe cambiar su forma de vestir sino sus actitudes." (Renato Ascencio, Obispo de Ciudad Juárez.)
"La mujer es la responsable de sufrir ataques tanto físicos como verbales, pues deben ser recatadas en su forma de vestir y no despertar morbo en las demás personas." (Antonieta Lujambio)
"Las mujeres tienen la culpa de que las ataquen." (Alexandra Marcillo, religiosa ecuatoriana)Quizá luego un vocero de Joseph Ratzinger dirá que la postura oficial es otra y que de ninguna manera la Iglesia Católica justifica las violaciones a mujeres, aunque eso es precisamente lo que han hecho. Las palabras fueron dichas con claridad, en un foro público, por personas de autoridad, y no se prestan a interpretaciones alternativas.
El diario mexicano La Jornada, que se me hace que no es muy católico, llamó al Encuentro "monotemático y sin autocrítica" y coincide con las visiones de varias organizaciones asistentes no alineadas con el ala conservadora del alto clero en que, más que un lugar de diálogo, fue un monólogo de la jerarquía eclesiástica, donde se repitieron las posturas de siempre. Esto viene siendo así hace un buen tiempo y Benedicto XVI lo ha agudizado. Se ha ido centralizando y las opiniones disidentes no son toleradas.
Desde ya, todos los católicos de bien deberían repudiar estas manifestaciones; debería haber una ola gigantesca de NO EN NUESTRO NOMBRE. La mayoría de los creyentes son gente decente con algún prejuicio, como todos nosotros. Pero no tengo mucha esperanza. Los católicos practicantes están acostumbrados a obedecer o a guardarse sus dudas, por no faltar el respeto a la autoridad, y los moderados terminan apoyando por omisión a los fanáticos.
Confieso que escribir sobre esta clase de temas es física y mentalmente agotador por lo repugnante. Hablamos de personas que han perdido el sentido de la empatía, que no tienen compasión, cuya declamada "moral" es una estructura fría, rígida e inhumana. Dice un dicho que cuando uno pelea contra la basura, aunque gane termina sucio...
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sábado, 17 de enero de 2009
Alerta 63b: Católicos contra la diversidad sexual, otra vez
Los integristas simplemente no soportan ver cómo la sociedad los ignora. Al igual que el grupo de abogados católicos del que hablé hace pocos días, la muy católica Fundación Argentina del Mañana* quiere que el Jefe de Gobierno de Buenos Aires, Mauricio Macri, vete la ley 2957, que establece el "Plan de Derechos y Diversidad Sexual".
Con una desfachatez que uno no sabe si achacar a la ceguera fanática o a la mera costumbre de situarse por encima de la ley civil, los "expertos" de la FAdM plantean que si no se anula la aplicación de esta ley el gobierno "entrará forzosamente en choque con principios innegociables" para los católicos. Es decir, ellos no se consideran una parte más de la sociedad, sino un grupo aparte y privilegiado con el cual hay que negociar su aceptación de las leyes. Y el criterio que determina la negociabilidad es el texto del Catecismo de la Iglesia Católica.
El texto reportado del comunicado reportado por ACI raya en lo cómico grotesco: dictaminar que no se puede discriminar a las minorías sexuales es
* Por si no le suena a nadie, esta fundación de mierda fue la que hizo que sacaran del aire Cha Cha Cha por el sketch final, donde Fabio Alberti hacía de un cura que predicaba sobre el mártir Peperino Pómoro. Esto lo menciono para que vean que aunque sean cuatro gatos y estén pirados, hay que tomarlos en serio porque pueden hacer daño real. No voltearán gobiernos ni leyes importantes, quizá, pero pueden voltear cualquier cosa que dependa de la publicidad.
Con una desfachatez que uno no sabe si achacar a la ceguera fanática o a la mera costumbre de situarse por encima de la ley civil, los "expertos" de la FAdM plantean que si no se anula la aplicación de esta ley el gobierno "entrará forzosamente en choque con principios innegociables" para los católicos. Es decir, ellos no se consideran una parte más de la sociedad, sino un grupo aparte y privilegiado con el cual hay que negociar su aceptación de las leyes. Y el criterio que determina la negociabilidad es el texto del Catecismo de la Iglesia Católica.
El texto reportado del comunicado reportado por ACI raya en lo cómico grotesco: dictaminar que no se puede discriminar a las minorías sexuales es
imponer a la sociedad una moral estatal más acorde con la corrupción que destruyó la Roma pagana que con la Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa María del Buen Ayre…… lo cual confirma que cuando uno acusa a esta clase de fanáticos de ser dinosaurios medievales o de que viven en el siglo XVII, apenas se puede decir que es figurativo. ¿Por qué se llamarán "Fundación Argentina del Mañana", si quieren volver a la época de la Colonia?
* Por si no le suena a nadie, esta fundación de mierda fue la que hizo que sacaran del aire Cha Cha Cha por el sketch final, donde Fabio Alberti hacía de un cura que predicaba sobre el mártir Peperino Pómoro. Esto lo menciono para que vean que aunque sean cuatro gatos y estén pirados, hay que tomarlos en serio porque pueden hacer daño real. No voltearán gobiernos ni leyes importantes, quizá, pero pueden voltear cualquier cosa que dependa de la publicidad.
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viernes, 16 de enero de 2009
Ayudá a promocionar este blog
A partir de ayer, cada post de este blog aparece con una serie de pequeños iconos al pie, correspondientes a varias de las redes sociales y otros sitios donde se comparten y valoran noticias, como el español Menéame, el similar argentino Chiflame, el internacional Digg, etc. (cada cual reconocerá los suyos). Si un post te interesa y tenés tiempo para escribir un par de líneas sobre él, haciendo click sobre un icono podés enviarlo a la red social correspondiente. Eso generará más visitas, más comentarios y más debate.
No gano plata con esto, así que tu colaboración será simplemente para ayudar a la difusión y discusión de las ideas que aquí se presentan. ¡Gracias!
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jueves, 15 de enero de 2009
Alerta 67: Bolivia vs. la Iglesia
El 25 de enero habrá un referendum en Bolivia para que el pueblo decida si acepta o rechaza el proyecto de Constitución Nacional que fue aprobado hace poco con mayoría del oficialismo. Los medios masivos han ignorado la noticia casi por completo, a pesar de su importancia: la nueva constitución boliviana, entre muchas otras cosas, le quita el carácter de religión oficial al catolicismo y reconoce (en igualdad con todos los otros) los cultos indígenas, como la veneración a la Pachamama, y sus lugares sagrados.
La reacción de los poderes religiosos no se hizo esperar. La Iglesia Católica se indignó al saber que iba a ser bajada de su pedestal estatal. Los evangélicos se pusieron contentos cuando supieron esto último, pero les dio un sofocón al enterarse de lo de la Pachamama. Y tanto ellos como los católicos pusieron el grito en el cielo cuando descubrieron que la nueva constitución no prohíbe expresamente (aunque tampoco menciona) el aborto. (Ni la anticoncepción, ni el matrimonio homosexual, ni ninguna de las otras cosas que a ellos les gusta prohibir.)
La Iglesia Católica, que siempre dice que sólo quiere diálogo y que no hace política, se puso enseguida a hacer política. En singular alianza se trabaron con los evangélicos recalcitrantes y con la derecha de la parte más rica de Bolivia, a quienes todavía no les pasó del todo por la garganta el hecho de que el pueblo eligió a un indio izquierdista como presidente, y salieron a las calles. En la capital, Sucre, el arzobispo Jesús Pérez y un pastor condujeron un meeting político opositor al que se hizo pasar como "jornada de oración" y convocaron a votar no a la Constitución con tanta vehemencia como si el gobierno hubiera propuesto usar Mein Kampf como libro de texto.
Las mentiras habituales salieron a relucir también: que se van a abolir los tradicionales feriados religiosos católicos y se impondrán otros de origen indígena, que el culto oficial será el de la Pachamama, que el gobierno es "de ateos" y que están contra la fe del pueblo boliviano... Se pagaron anuncios donde se da a elegir al votante entre Jesús y Evo Morales, y la Constitución aparece como un libro entre llamas. La situación es de una desagradable colusión entre integristas cristianos, líderes religiosos ansiosos de poder y publicidad, y una oposición absolutamente destructiva y bastante racista.
Se percibe, y afirman los que saben, que el pueblo boliviano es mayoritariamente católico (aunque sincrético), que muchos creyentes no están muy de acuerdo con esta burda utilización de Jesús, Dios, la fe y todo lo demás en una campaña netamente política, y que esto parte desde arriba, desde el cardenal Julio Terrazas y desde allí (en forma mediata y extraoficial) al Vaticano, desde donde Joseph Ratzinger exhorta incesantemente a los católicos a recuperar los espacios de poder y control perdidos. Las quejas de los que están abajo y en el medio, no obstante, no se escuchan, o no se escuchan con suficiente fuerza.
La reacción de los poderes religiosos no se hizo esperar. La Iglesia Católica se indignó al saber que iba a ser bajada de su pedestal estatal. Los evangélicos se pusieron contentos cuando supieron esto último, pero les dio un sofocón al enterarse de lo de la Pachamama. Y tanto ellos como los católicos pusieron el grito en el cielo cuando descubrieron que la nueva constitución no prohíbe expresamente (aunque tampoco menciona) el aborto. (Ni la anticoncepción, ni el matrimonio homosexual, ni ninguna de las otras cosas que a ellos les gusta prohibir.)
La Iglesia Católica, que siempre dice que sólo quiere diálogo y que no hace política, se puso enseguida a hacer política. En singular alianza se trabaron con los evangélicos recalcitrantes y con la derecha de la parte más rica de Bolivia, a quienes todavía no les pasó del todo por la garganta el hecho de que el pueblo eligió a un indio izquierdista como presidente, y salieron a las calles. En la capital, Sucre, el arzobispo Jesús Pérez y un pastor condujeron un meeting político opositor al que se hizo pasar como "jornada de oración" y convocaron a votar no a la Constitución con tanta vehemencia como si el gobierno hubiera propuesto usar Mein Kampf como libro de texto.
Las mentiras habituales salieron a relucir también: que se van a abolir los tradicionales feriados religiosos católicos y se impondrán otros de origen indígena, que el culto oficial será el de la Pachamama, que el gobierno es "de ateos" y que están contra la fe del pueblo boliviano... Se pagaron anuncios donde se da a elegir al votante entre Jesús y Evo Morales, y la Constitución aparece como un libro entre llamas. La situación es de una desagradable colusión entre integristas cristianos, líderes religiosos ansiosos de poder y publicidad, y una oposición absolutamente destructiva y bastante racista.
Se percibe, y afirman los que saben, que el pueblo boliviano es mayoritariamente católico (aunque sincrético), que muchos creyentes no están muy de acuerdo con esta burda utilización de Jesús, Dios, la fe y todo lo demás en una campaña netamente política, y que esto parte desde arriba, desde el cardenal Julio Terrazas y desde allí (en forma mediata y extraoficial) al Vaticano, desde donde Joseph Ratzinger exhorta incesantemente a los católicos a recuperar los espacios de poder y control perdidos. Las quejas de los que están abajo y en el medio, no obstante, no se escuchan, o no se escuchan con suficiente fuerza.
martes, 13 de enero de 2009
Alerta 66: Apostasía en femenino
Página/12 publica este domingo una nota en su suplemento las12 con el título Levántate y firma, sobre la apostasía desde el punto de vista de las mujeres. La iniciativa de apostasía colectiva que se viene gestando en Argentina (aquella que llevó a una nota en Rosario con nos los miembros de ArgAtea a nivel local) tiene un apoyo considerable de grupos feministas, coordinados a través de la Red Informativa de Mujeres Argentinas (RIMA), que están luchando por el fin de la influencia de la Iglesia Católica en las tentativas para despenalizar el aborto.
En atención a esta participación de las mujeres, se plantea realizar la apostasía colectiva el 8 de marzo, Día de la Mujer, aunque posiblemente pueda hacerse el día 24, aniversario del último golpe de estado en Argentina, que la Iglesia Católica apoyó pública y unánimemente, o el 25, Día del Niño por Nacer, pseudo-festividad creada ad hoc para sellar la alianza del hipercorrupto Carlos Menem con el Vaticano y alinear a Argentina en forma automática con las posturas más reaccionarias en materia de derechos sexuales.
Por si no se enteraron, el sitio www.apostasiacolectiva.com.ar ya está activo, reuniendo material y adhesiones, y hay también un grupo de Google donde uno puede anotarse para colaborar si lo desea.
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lunes, 12 de enero de 2009
Alerta 65: Las profecías científicas del Vaticano
Las agencias de propaganda noticias católicas y la blogosfera papista se hacen eco: las afirmaciones de la encíclica Humanae Vitae de Pablo VI sobre la sexualidad y la fertilidad humana son ciertas, no porque el Papa lo haya dicho, sino porque una gran asociación médica internacional lo ha confirmado. Para que la fe no parezca (ante nosotros incrédulos) relegada por debajo de la investigación racional, el médico que difunde el documento dice que la Humanae Vitae fue una profecía científica. La inmensa mayoría de los medios lo reporta sin comentarios.
¿Sorprendidos? Bien, podría ser que Pablo VI le hubiera acertado por casualidad. En su tiempo el Papa a quien le tocó clausurar el Concilio Vaticano II congregó a una comisión para estudiar si había motivos teológico-doctrinales para condenar el uso de anticonceptivos (era 1968, la píldora estaba haciéndose popular, las mujeres comenzaban a disfrutar libremente del sexo, así que deben haber pensado: "¡Qué bueno, algo contra lo cual podemos ponernos!") y la comisión dijo... que no. Que estaba bien, que la regulación de la fertilidad era derecho de los cónyuges, y que la postura tradicional de la Iglesia (que ni siquiera incluía la posibilidad actual, hipócrita a mi modo de ver, de recurrir a "métodos naturales") debía ser revisada. A Pablo VI no le gustó este resultado y decidió ignorar la recomendación de la comisión. Una de las ventajas de ser representante de Dios es que uno no tiene que responder a nadie por sus caprichos, ¿no?
El nuevo documento, publicado por L’Osservatore Romano (que viene a ser el Pravda del Vaticano) afirma que la Humanae Vitae fue "profética" porque predijo las consecuencias que tendría permitir el uso de anticonceptivos, tanto a nivel médico como ambiental y social. Entre otras cosas dice que las píldoras anticonceptivas son abortivas; que las hormonas que contienen, al ser eliminadas en la orina, llegan a las aguas y hacen infértiles a los hombres; que el estrógeno de las píldora es cancerígeno; y que (ya que estamos) el tabaco también es abortivo. También afirma que la promoción de la anticoncepción hormonal viola la igualdad de derechos entre los sexos (!!) porque el peso del control de la natalidad recae casi todo sobre la mujer.
Recordemos, antes de proseguir, que esto no es una publicación de prensa del Vaticano o una encíclica papal ni nada emanado de la jerarquía eclesiástica. Es un documento científico. ¿Será verdad? ¿Cómo pudimos pasar tanto tiempo ignorando esto? ¿Habrá habido una gran conspiración para ocultarlo?
El misterio se aclara de pronto cuando preguntamos quién publica esto. Se trata de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC). ¿Hay medicina católica y medicina de la otra? ¿Qué significa el calificativo sectario final? Como veremos, mucho.
Lo de la infertilidad masculina (según un poco diplomático médico argentino consultado) "es una estupidez". La causa de la creciente infertilidad masculina en Occidente es, según parece, la presencia de hormonas en los fertilizantes, que llegan a los granos y verduras y a la carne de los animales que comemos, además de niveles altísimos de compuestos tóxicos en el ambiente de nuestras ciudades, y por supuesto el estrés. Para cuando las bajísimas dosis de estrógenos que incluye una píldora anticonceptiva llegan a los riñones de la mujer, han sido metabolizadas y ya no tienen efecto alguno.
Si vamos al tema de los estrógenos en general, un farmacólogo aclara que una simple botella de plástico dejada al sol en un charco de agua libera esas sustancias. También hay estrógenos en los desinfectantes y hasta en champúes.
Los estudios actuales sugieren que no hay mucha correlación entre el uso de la píldora y el cáncer de mama, y se ha observado que la píldora (en su forma habitual, que combina estrógeno y progestina) disminuye considerablemente el riesgo de contraer cáncer de endometrio y de ovario.
En cuanto a lo del efecto abortivo, el presidente de la Asociación Italiana de Anticoncepción dice que el reporte de la FIAMC es "ciencia ficción". La píldora bloquea la ovulación; por lo tanto no hay óvulo que pueda ser fertilizado y no se produce un embrión. Esto es una mentira descarada y la Iglesia la usa rutinariamente con la píldora del día después.
Que una asociación católica se preocupe porque la píldora "viola el derecho a la igualdad de los sexos" parece una broma. La Iglesia Católica considera radicalmente distinta a la mujer del hombre, y en la práctica "distinta" siempre significa "inferior" (¿cuántos países del mundo consideran que por orden divina inapelable ninguno de sus dignatarios puede ser mujer?). Por otro lado, la Iglesia está en contra de los preservativos o condones, con lo cual los hombres que quieran seguir su doctrina no tienen ni siquiera esa posibilidad de acercarse al involucramiento en el control de la natalidad en pareja. Y los "métodos naturales" que la Iglesia promociona (y que tienen tasas de fallo altísimas en la vida real) dependen enteramente de la mujer, que no sólo tiene que vigilar atentamente sus signos de fertilidad para no quedarse embarazada sin desearlo sino (suponemos) contener los avances de su marido.
Pero volvamos al documento publicado. Según su autor (un tal Pedro José María Simón Castellví), es un resumen de un reporte de cien páginas escrito por un gineco-obstetra, Rudolf Ehmann, para la FIAMC. El reporte de Ehmann está originalmente en alemán y supuestamente tiene abundantes y reputadas referencias científicas, aunque por supuesto (esto lo saben quienes siguen la controversia evolución-creacionismo) sólo un experto puede determinar cuáles de esas referencias son relevantes y cuáles están sacadas de contexto o simplemente mal citadas, prácticas comunes a los fanáticos religiosos. Ambos hacen frecuentes llamamientos a la fe y apelaciones a la doctrina católica.
Dado el historial de mentiras y oscurantismo de la Iglesia, además de la actitud religiosa que implica poner el dogma antes que la verdad científica, creo que es natural que dudemos, ya no del reporte (que ya sabemos inexacto y sesgado) sino de su intención. El Vaticano no necesita que sus afirmaciones tengan base científica, y sabe que ésta no favorece a aquéllas. El documento no fue emitido por el Vaticano, y fue criticado al menos por un miembro de la Iglesia, el antiguo presidente de la Academia Pontificia de la Vida. ¿Habrá sido un caso de papismo superior al papal, o bien (como teoriza alguien en la blogosfera) alguien en las alturas le dio vía libre a este mamotreto a modo de globo de ensayo? Quién sabe.
Lo verdaderamente preocupante es la casi nula cobertura crítica que recibió este cúmulo de falsedades y medias verdades. Si el periodismo nos falla y la opinión pública no se hace oír, ¿qué nos queda?
¿Sorprendidos? Bien, podría ser que Pablo VI le hubiera acertado por casualidad. En su tiempo el Papa a quien le tocó clausurar el Concilio Vaticano II congregó a una comisión para estudiar si había motivos teológico-doctrinales para condenar el uso de anticonceptivos (era 1968, la píldora estaba haciéndose popular, las mujeres comenzaban a disfrutar libremente del sexo, así que deben haber pensado: "¡Qué bueno, algo contra lo cual podemos ponernos!") y la comisión dijo... que no. Que estaba bien, que la regulación de la fertilidad era derecho de los cónyuges, y que la postura tradicional de la Iglesia (que ni siquiera incluía la posibilidad actual, hipócrita a mi modo de ver, de recurrir a "métodos naturales") debía ser revisada. A Pablo VI no le gustó este resultado y decidió ignorar la recomendación de la comisión. Una de las ventajas de ser representante de Dios es que uno no tiene que responder a nadie por sus caprichos, ¿no?
El nuevo documento, publicado por L’Osservatore Romano (que viene a ser el Pravda del Vaticano) afirma que la Humanae Vitae fue "profética" porque predijo las consecuencias que tendría permitir el uso de anticonceptivos, tanto a nivel médico como ambiental y social. Entre otras cosas dice que las píldoras anticonceptivas son abortivas; que las hormonas que contienen, al ser eliminadas en la orina, llegan a las aguas y hacen infértiles a los hombres; que el estrógeno de las píldora es cancerígeno; y que (ya que estamos) el tabaco también es abortivo. También afirma que la promoción de la anticoncepción hormonal viola la igualdad de derechos entre los sexos (!!) porque el peso del control de la natalidad recae casi todo sobre la mujer.
Recordemos, antes de proseguir, que esto no es una publicación de prensa del Vaticano o una encíclica papal ni nada emanado de la jerarquía eclesiástica. Es un documento científico. ¿Será verdad? ¿Cómo pudimos pasar tanto tiempo ignorando esto? ¿Habrá habido una gran conspiración para ocultarlo?
El misterio se aclara de pronto cuando preguntamos quién publica esto. Se trata de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC). ¿Hay medicina católica y medicina de la otra? ¿Qué significa el calificativo sectario final? Como veremos, mucho.
Lo de la infertilidad masculina (según un poco diplomático médico argentino consultado) "es una estupidez". La causa de la creciente infertilidad masculina en Occidente es, según parece, la presencia de hormonas en los fertilizantes, que llegan a los granos y verduras y a la carne de los animales que comemos, además de niveles altísimos de compuestos tóxicos en el ambiente de nuestras ciudades, y por supuesto el estrés. Para cuando las bajísimas dosis de estrógenos que incluye una píldora anticonceptiva llegan a los riñones de la mujer, han sido metabolizadas y ya no tienen efecto alguno.
Si vamos al tema de los estrógenos en general, un farmacólogo aclara que una simple botella de plástico dejada al sol en un charco de agua libera esas sustancias. También hay estrógenos en los desinfectantes y hasta en champúes.
Los estudios actuales sugieren que no hay mucha correlación entre el uso de la píldora y el cáncer de mama, y se ha observado que la píldora (en su forma habitual, que combina estrógeno y progestina) disminuye considerablemente el riesgo de contraer cáncer de endometrio y de ovario.
En cuanto a lo del efecto abortivo, el presidente de la Asociación Italiana de Anticoncepción dice que el reporte de la FIAMC es "ciencia ficción". La píldora bloquea la ovulación; por lo tanto no hay óvulo que pueda ser fertilizado y no se produce un embrión. Esto es una mentira descarada y la Iglesia la usa rutinariamente con la píldora del día después.
Que una asociación católica se preocupe porque la píldora "viola el derecho a la igualdad de los sexos" parece una broma. La Iglesia Católica considera radicalmente distinta a la mujer del hombre, y en la práctica "distinta" siempre significa "inferior" (¿cuántos países del mundo consideran que por orden divina inapelable ninguno de sus dignatarios puede ser mujer?). Por otro lado, la Iglesia está en contra de los preservativos o condones, con lo cual los hombres que quieran seguir su doctrina no tienen ni siquiera esa posibilidad de acercarse al involucramiento en el control de la natalidad en pareja. Y los "métodos naturales" que la Iglesia promociona (y que tienen tasas de fallo altísimas en la vida real) dependen enteramente de la mujer, que no sólo tiene que vigilar atentamente sus signos de fertilidad para no quedarse embarazada sin desearlo sino (suponemos) contener los avances de su marido.
Pero volvamos al documento publicado. Según su autor (un tal Pedro José María Simón Castellví), es un resumen de un reporte de cien páginas escrito por un gineco-obstetra, Rudolf Ehmann, para la FIAMC. El reporte de Ehmann está originalmente en alemán y supuestamente tiene abundantes y reputadas referencias científicas, aunque por supuesto (esto lo saben quienes siguen la controversia evolución-creacionismo) sólo un experto puede determinar cuáles de esas referencias son relevantes y cuáles están sacadas de contexto o simplemente mal citadas, prácticas comunes a los fanáticos religiosos. Ambos hacen frecuentes llamamientos a la fe y apelaciones a la doctrina católica.
Dado el historial de mentiras y oscurantismo de la Iglesia, además de la actitud religiosa que implica poner el dogma antes que la verdad científica, creo que es natural que dudemos, ya no del reporte (que ya sabemos inexacto y sesgado) sino de su intención. El Vaticano no necesita que sus afirmaciones tengan base científica, y sabe que ésta no favorece a aquéllas. El documento no fue emitido por el Vaticano, y fue criticado al menos por un miembro de la Iglesia, el antiguo presidente de la Academia Pontificia de la Vida. ¿Habrá sido un caso de papismo superior al papal, o bien (como teoriza alguien en la blogosfera) alguien en las alturas le dio vía libre a este mamotreto a modo de globo de ensayo? Quién sabe.
Lo verdaderamente preocupante es la casi nula cobertura crítica que recibió este cúmulo de falsedades y medias verdades. Si el periodismo nos falla y la opinión pública no se hace oír, ¿qué nos queda?
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viernes, 9 de enero de 2009
Alerta 64: El valor de la familia
Denuncian nueva ley contra la familia en capital argentina, alerta ACI Prensa, en referencia a una iniciativa aprobada por la Legislatura de la Ciudad de Buenos que dictamina "la distribución gratuita de profilácticos en lugares de esparcimiento nocturno". A mí me parece que estará bien que a los católicos no les gusten los preservativos (es tonto; allá ellos), pero que llamar a una repartida de forros gratis "ley contra la familia" es una burrada.
Como esto ya es noticia repetida no voy a hacer más observaciones, excepto una: cuando uno se vuelve ciego de fe, dogmático hasta la insanía, como estos católicos fanáticos, se pierden de vista los objetivos y los verdaderos valores.
Yo estoy completamente a favor de lo que se suele llamar "familias bien constituidas". Uno reconoce que existen familias monoparentales, familias ensambladas, familias donde las parejas de papá o mamá cambian como el clima, y sabe que muchas familias "tradicionales" tienen problemas tanto o más que ellas, pero hay una razón por la cual la familia tradicional ha existido y sigue siendo mayoría: en general es más estable y más segura. Estar solo o criar solo a un hijo o no tener compañero estable es difícil. Por eso el casamiento es un trámite complicado y el divorcio aún más. La sociedad le da un valor a la estabilidad familiar.
¿Qué tiene que ver esto con el aliento del uso de preservativos en los jóvenes? Nada. Los jóvenes van a buscar sexo y lo van a tener, como les parezca, con quien sea y donde se les cruce, porque eso es lo que el instinto les dice. Se los puede educar en forma realista sobre el sexo, las relaciones humanas y los métodos que la ciencia ofrece. Se los puede enseñar ciertos valores en casa, por ejemplo: "si no querés que tu pareja sexual te trate como un objeto, respetála" o más concreto: "si te acostás con alguien, que sea de mutuo acuerdo, y cuidáte como corresponde". Todo esto tiene que ver con su formación para la vida en familia, a futuro, en cierta medida, pero la conexión es compleja y no se puede reducir a la cadena anticoncepción —> sexo sin amor —> destrucción de la familia y la sociedad, como pretenderían hacernos ver.
Estos católicos reducen todo a tópicos sensacionalistas y catastróficos, y de esa manera devalúan sus propias ideas. ¿Tiene algo valioso que decir la Iglesia sobre la familia? Sí, supongo, aunque no estemos de acuerdo con ella. Pero si para crear escándalo contra el sexo libre, responsable y seguro que los jóvenes deberían poder tener apelan a la supuesta "defensa de la familia", y la sacan a relucir para todo (cuando se habla de homosexuales que quisieran casarse, cuando hablan de la inseguridad y el crimen entre los menores, etc.) entonces sus valores quedan desdibujados. Uno escucha a un obispo decir que está a favor de la familia y ya sabe que lo que sigue es propaganda, es griterío clerical contra algo que no tiene nada que ver con lo que nos importa a los ciudadanos.
Para nuestra sociedad secularizada y creyente de poca convicción, lo que dice la Iglesia sobre casi todo es irrelevante. Desde el Papa para abajo ya no hablan realmente de la vida o de la familia: "vida" y "familia" son sólo lindos envoltorios verbales para sus prejuicios.
Como esto ya es noticia repetida no voy a hacer más observaciones, excepto una: cuando uno se vuelve ciego de fe, dogmático hasta la insanía, como estos católicos fanáticos, se pierden de vista los objetivos y los verdaderos valores.
Yo estoy completamente a favor de lo que se suele llamar "familias bien constituidas". Uno reconoce que existen familias monoparentales, familias ensambladas, familias donde las parejas de papá o mamá cambian como el clima, y sabe que muchas familias "tradicionales" tienen problemas tanto o más que ellas, pero hay una razón por la cual la familia tradicional ha existido y sigue siendo mayoría: en general es más estable y más segura. Estar solo o criar solo a un hijo o no tener compañero estable es difícil. Por eso el casamiento es un trámite complicado y el divorcio aún más. La sociedad le da un valor a la estabilidad familiar.
¿Qué tiene que ver esto con el aliento del uso de preservativos en los jóvenes? Nada. Los jóvenes van a buscar sexo y lo van a tener, como les parezca, con quien sea y donde se les cruce, porque eso es lo que el instinto les dice. Se los puede educar en forma realista sobre el sexo, las relaciones humanas y los métodos que la ciencia ofrece. Se los puede enseñar ciertos valores en casa, por ejemplo: "si no querés que tu pareja sexual te trate como un objeto, respetála" o más concreto: "si te acostás con alguien, que sea de mutuo acuerdo, y cuidáte como corresponde". Todo esto tiene que ver con su formación para la vida en familia, a futuro, en cierta medida, pero la conexión es compleja y no se puede reducir a la cadena anticoncepción —> sexo sin amor —> destrucción de la familia y la sociedad, como pretenderían hacernos ver.
Estos católicos reducen todo a tópicos sensacionalistas y catastróficos, y de esa manera devalúan sus propias ideas. ¿Tiene algo valioso que decir la Iglesia sobre la familia? Sí, supongo, aunque no estemos de acuerdo con ella. Pero si para crear escándalo contra el sexo libre, responsable y seguro que los jóvenes deberían poder tener apelan a la supuesta "defensa de la familia", y la sacan a relucir para todo (cuando se habla de homosexuales que quisieran casarse, cuando hablan de la inseguridad y el crimen entre los menores, etc.) entonces sus valores quedan desdibujados. Uno escucha a un obispo decir que está a favor de la familia y ya sabe que lo que sigue es propaganda, es griterío clerical contra algo que no tiene nada que ver con lo que nos importa a los ciudadanos.
Para nuestra sociedad secularizada y creyente de poca convicción, lo que dice la Iglesia sobre casi todo es irrelevante. Desde el Papa para abajo ya no hablan realmente de la vida o de la familia: "vida" y "familia" son sólo lindos envoltorios verbales para sus prejuicios.
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Pablo
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miércoles, 7 de enero de 2009
Comentarios sobre la apostasía (cont.)
Resulta sorprendente pero retorcidamente alentador que nuestra pequeña idea de transformarnos en apóstatas de la fe católica, publicada en un diario local, tuviera repercusión. Los comentarios inmediatos fueron negativos en su mayor parte, pero a esas críticas breves, desordenadas y con mala ortografía les faltaba la coherencia en el fanatismo y la amplia difusión de la propia idiotez que sólo da una carta de lector pensada y escrita a conciencia.
Quien se identifica con el documento L.E. 6.347.664 en su carta titulada "Te juro por Dios que soy ateo", publicada en la sección relevante del diario La Capital el día 5 de enero pasado, es un hombre que afirma tener "una larga trayectoria" (más de cincuenta años) en esto de tratar con ateos, o con creyentes que simulan ser o volverse ateos; esta expresión, que me intrigó por su petulancia al principio, quedó resuelta cuando averigüé (por medios no muy difíciles de imaginar) que se trata de un miembro laico de alto perfil del movimiento local de los Salesianos de Don Bosco. Los salesianos ponen un gran énfasis en la formación de los alumnos de sus colegios y de los miembros de sus movimientos juveniles. Por otras referencias incluso sé que este señor se dedicó a la docencia. Es decir que probablemente ha visto pasar por delante de él a muchos jóvenes con dudas de fe o listos para abandonar su religión; quizá haya convencido a alguno de no hacerlo, mientras que otros se le habrán escapado (cosa nada extraña si sus argumentos fueron de la clase que se leen en la carta). De ahí su virulencia y cerrazón contra el ateísmo.
Este señor da el primer paso, lamentablemente, mostrando su falta de integridad al referirse a "un grupo de jóvenes informando que se han recibido de ateos" a través de un artículo del diario, a lo que llama una "parodia mediática". Quitando el mal elaborado sarcasmo, parece creer que de pronto montamos una rebelión juvenil contra Dios y corrimos a contarlo a una periodista amiga, cuando una simple mirada a la foto revela que algunos ya no somos tan jóvenes como para esa clase de comportamiento, y la lectura del artículo (más un mínimo de reflexión y de beneficio de la duda) revela que nuestros caminos en torno a la fe, como los de todos, fueron variados. Este buen hombre falta a la caridad, virtud tan pregonada y tan poco practicada, al asumir automáticamente lo peor de todos nosotros.
Después, sin salir del mismo párrafo, dice que "cuando analiza nuestros motivos los ve tan inconsistentes y burdos que es difícil tomarlos en serio", a pesar de que los motivos de nuestro ateísmo no están explicitados. La nota es sobre la apostasía vista como una manera de quitar apoyo a una institución religiosa, no sobre el ateísmo, y explica con toda claridad: "Sólo queremos que se respete nuestro derecho a no sostener un culto que no profesamos". Por qué este señor quiere ignorar este sencillo propósito, lo ignoro.
Sigue la carta con la burrada mayor, una que con cierta frecuencia encontramos: "el ateo, en realidad, no existe como tal", dice este hombre, ya que "el ateísmo es tan sólo un deseo ferviente de negar y/o rechazar y/o desconocer la existencia de un ser superior", es decir, mentimos cuando decimos que no creemos en Dios, porque en realidad sabemos que existe y queremos vivir como si no, para que nuestras acciones queden "exentas de potenciales juicios posteriores". En primer lugar, por supuesto, es de una arrogancia mayúscula presumir que uno sabe qué piensa y siente otra persona, y negar que piense o sienta lo que afirma en voz alta. En el diván del psicoanalista o de boca de un amigo íntimo, quizá, uno puede tolerar esta clase de cosa, pero no de un desconocido con aires de superioridad.
Hago el experimento. Supongamos la siguiente proposición: "Los cristianos no existen como tales. El cristianismo es tan sólo un deseo ferviente de negarse a asumir que no existe vida más allá de la muerte, para sofocar el miedo a la disolución final." Desagradable forma de decirlo, ¿no? Yo no lo creo así; yo creo que los cristianos en general realmente creen lo que dicen creer, y sería bueno que los creyentes se dieran cuenta de que los ateos realmente no creemos en el dios en que ellos creen. No se gana nada suponiendo cosas erradas del otro.
Después viene la frase magistral, tan teatral como poco sofisticada: "En otras palabras, como no creo en Dios puedo hacer cualquier cosa." Ésta es una favorita de los creyentes, desde Dostoievski. Es tan redonda que para algunos ateos novatos parecerá cierta y existencialmente preocupante, aunque es increíblemente tonta. Si uno no cree en Dios puede hacer cualquier cosa, claro está, aunque hay muchas cosas que uno no va a querer hacer nunca, porque acarrearían sufrimiento o muerte a uno mismo o a quienes uno ama, y eso es así con dios o sin él. Y aun si uno cree en Dios (y a veces precisamente porque uno cree) uno puede hacer cosas espantosas, espeluznantes, cosas que ninguna moral razonable aprobaría. Cosas como quemar gente viva, o comandar una marcha a lo largo de toda Europa matando judíos a su paso, o apoyar dictadores de la peor calaña, o preferir que millones se contagien de SIDA antes que enseñarles a protegerse con preservativos.
Sigue la carta (y es jugosa, créanme). Dice el señor que ha visto muchos ateos "que dejaron de serlo cuando le[s] aparece un grave problema o una desgracia… o en el ocaso de su vida". Imagino (y observo por los comentarios) que muchos creyentes aprueban con una sonrisa sardónica esta expresión cabal de la bajeza humana. Si una persona deja de ser atea en esas circunstancias, ¿no era atea antes? Y si no ¿en qué ha cambiado? Este supuesto triunfo de la fe, ¿no es una demostración de que creer es un signo de debilidad, no implica que los creyentes son cobardes, que sólo creen por temor, que sólo buscan a Dios cuando les conviene? Claro que puede tener razón... Yo mismo no sé si, llegado un momento crítico de desesperación e inestabilidad emocional, no regresaré a la fe en la que fui (sin mi consentimiento) indoctrinado en la infancia. Quizá lo que no pudieron los sermones lo haga el miedo o la senilidad. ¿Tiene algo que ver esto con la verdad o falsedad de mi fe o la falta de ella? ¿Prueba algo, aparte de mi fragilidad humana?
La carta termina con un supuesto ejemplo de conversión de un ateo temeroso. No sabremos jamás la verdad con seguridad, pero se considera casi seguro que Voltaire (que no fue ateo ni "padre del ateísmo" sino apenas deísta y notorio anticatólico) no pidió un sacerdote en su lecho de muerte, ni profesó arrepentimiento ni se convirtió. Los creyentes sin integridad podrán seguir transmitiendo su versión impunemente, pero aquellos que tengan al menos un poco de educación saben que es falso, como tantas otras cosas que proclaman.
Parece terrible que con más de cinco décadas de ver pasar ateos y creyentes por delante, este buen hombre que escribe al diario no haya pensado en lo que decía, y en cuán injusto e ignorante lo muestra esta carta a quienes no lo conocemos en persona ni tenemos oportunidad de charlar con él para explicarnos (si es que quiere oírnos). Ojalá alguien le señale esta modesta comunicación y lo haga pensar.
PD: Acabo de enviar una carta de lectores a La Capital, siguiendo el ejemplo de DrGEN que mandó la suya. Fue difícil decir lo que quería decir en menos de 200 palabras pero lo logré...
Quien se identifica con el documento L.E. 6.347.664 en su carta titulada "Te juro por Dios que soy ateo", publicada en la sección relevante del diario La Capital el día 5 de enero pasado, es un hombre que afirma tener "una larga trayectoria" (más de cincuenta años) en esto de tratar con ateos, o con creyentes que simulan ser o volverse ateos; esta expresión, que me intrigó por su petulancia al principio, quedó resuelta cuando averigüé (por medios no muy difíciles de imaginar) que se trata de un miembro laico de alto perfil del movimiento local de los Salesianos de Don Bosco. Los salesianos ponen un gran énfasis en la formación de los alumnos de sus colegios y de los miembros de sus movimientos juveniles. Por otras referencias incluso sé que este señor se dedicó a la docencia. Es decir que probablemente ha visto pasar por delante de él a muchos jóvenes con dudas de fe o listos para abandonar su religión; quizá haya convencido a alguno de no hacerlo, mientras que otros se le habrán escapado (cosa nada extraña si sus argumentos fueron de la clase que se leen en la carta). De ahí su virulencia y cerrazón contra el ateísmo.
Este señor da el primer paso, lamentablemente, mostrando su falta de integridad al referirse a "un grupo de jóvenes informando que se han recibido de ateos" a través de un artículo del diario, a lo que llama una "parodia mediática". Quitando el mal elaborado sarcasmo, parece creer que de pronto montamos una rebelión juvenil contra Dios y corrimos a contarlo a una periodista amiga, cuando una simple mirada a la foto revela que algunos ya no somos tan jóvenes como para esa clase de comportamiento, y la lectura del artículo (más un mínimo de reflexión y de beneficio de la duda) revela que nuestros caminos en torno a la fe, como los de todos, fueron variados. Este buen hombre falta a la caridad, virtud tan pregonada y tan poco practicada, al asumir automáticamente lo peor de todos nosotros.
Después, sin salir del mismo párrafo, dice que "cuando analiza nuestros motivos los ve tan inconsistentes y burdos que es difícil tomarlos en serio", a pesar de que los motivos de nuestro ateísmo no están explicitados. La nota es sobre la apostasía vista como una manera de quitar apoyo a una institución religiosa, no sobre el ateísmo, y explica con toda claridad: "Sólo queremos que se respete nuestro derecho a no sostener un culto que no profesamos". Por qué este señor quiere ignorar este sencillo propósito, lo ignoro.
Sigue la carta con la burrada mayor, una que con cierta frecuencia encontramos: "el ateo, en realidad, no existe como tal", dice este hombre, ya que "el ateísmo es tan sólo un deseo ferviente de negar y/o rechazar y/o desconocer la existencia de un ser superior", es decir, mentimos cuando decimos que no creemos en Dios, porque en realidad sabemos que existe y queremos vivir como si no, para que nuestras acciones queden "exentas de potenciales juicios posteriores". En primer lugar, por supuesto, es de una arrogancia mayúscula presumir que uno sabe qué piensa y siente otra persona, y negar que piense o sienta lo que afirma en voz alta. En el diván del psicoanalista o de boca de un amigo íntimo, quizá, uno puede tolerar esta clase de cosa, pero no de un desconocido con aires de superioridad.
Hago el experimento. Supongamos la siguiente proposición: "Los cristianos no existen como tales. El cristianismo es tan sólo un deseo ferviente de negarse a asumir que no existe vida más allá de la muerte, para sofocar el miedo a la disolución final." Desagradable forma de decirlo, ¿no? Yo no lo creo así; yo creo que los cristianos en general realmente creen lo que dicen creer, y sería bueno que los creyentes se dieran cuenta de que los ateos realmente no creemos en el dios en que ellos creen. No se gana nada suponiendo cosas erradas del otro.
Después viene la frase magistral, tan teatral como poco sofisticada: "En otras palabras, como no creo en Dios puedo hacer cualquier cosa." Ésta es una favorita de los creyentes, desde Dostoievski. Es tan redonda que para algunos ateos novatos parecerá cierta y existencialmente preocupante, aunque es increíblemente tonta. Si uno no cree en Dios puede hacer cualquier cosa, claro está, aunque hay muchas cosas que uno no va a querer hacer nunca, porque acarrearían sufrimiento o muerte a uno mismo o a quienes uno ama, y eso es así con dios o sin él. Y aun si uno cree en Dios (y a veces precisamente porque uno cree) uno puede hacer cosas espantosas, espeluznantes, cosas que ninguna moral razonable aprobaría. Cosas como quemar gente viva, o comandar una marcha a lo largo de toda Europa matando judíos a su paso, o apoyar dictadores de la peor calaña, o preferir que millones se contagien de SIDA antes que enseñarles a protegerse con preservativos.
Sigue la carta (y es jugosa, créanme). Dice el señor que ha visto muchos ateos "que dejaron de serlo cuando le[s] aparece un grave problema o una desgracia… o en el ocaso de su vida". Imagino (y observo por los comentarios) que muchos creyentes aprueban con una sonrisa sardónica esta expresión cabal de la bajeza humana. Si una persona deja de ser atea en esas circunstancias, ¿no era atea antes? Y si no ¿en qué ha cambiado? Este supuesto triunfo de la fe, ¿no es una demostración de que creer es un signo de debilidad, no implica que los creyentes son cobardes, que sólo creen por temor, que sólo buscan a Dios cuando les conviene? Claro que puede tener razón... Yo mismo no sé si, llegado un momento crítico de desesperación e inestabilidad emocional, no regresaré a la fe en la que fui (sin mi consentimiento) indoctrinado en la infancia. Quizá lo que no pudieron los sermones lo haga el miedo o la senilidad. ¿Tiene algo que ver esto con la verdad o falsedad de mi fe o la falta de ella? ¿Prueba algo, aparte de mi fragilidad humana?
La carta termina con un supuesto ejemplo de conversión de un ateo temeroso. No sabremos jamás la verdad con seguridad, pero se considera casi seguro que Voltaire (que no fue ateo ni "padre del ateísmo" sino apenas deísta y notorio anticatólico) no pidió un sacerdote en su lecho de muerte, ni profesó arrepentimiento ni se convirtió. Los creyentes sin integridad podrán seguir transmitiendo su versión impunemente, pero aquellos que tengan al menos un poco de educación saben que es falso, como tantas otras cosas que proclaman.
Parece terrible que con más de cinco décadas de ver pasar ateos y creyentes por delante, este buen hombre que escribe al diario no haya pensado en lo que decía, y en cuán injusto e ignorante lo muestra esta carta a quienes no lo conocemos en persona ni tenemos oportunidad de charlar con él para explicarnos (si es que quiere oírnos). Ojalá alguien le señale esta modesta comunicación y lo haga pensar.
PD: Acabo de enviar una carta de lectores a La Capital, siguiendo el ejemplo de DrGEN que mandó la suya. Fue difícil decir lo que quería decir en menos de 200 palabras pero lo logré...
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martes, 6 de enero de 2009
Por una escuela pública laica
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domingo, 4 de enero de 2009
Alerta 63: Católicos contra la diversidad sexual
La Corporación de Abogados Católicos solicita al Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que vete la ley que crea el "Plan de Derechos y Diversidad Sexual", aprobada en diciembre pasado.
Oficialmente, la razón es que esta ley intenta "barrer con el orden natural, sustento de una sociedad sana y armónica, alterando con ello el estilo tradicional de la población argentina". Por supuesto, la población argentina puede elegir su estilo de vida sin ayuda de estos fanáticos; como de costumbre, la verdadera razón es la mera homofobia y el odio a la sexualidad "diferente" de los católicos.
Esta Corporación de Abogados Católicos (la llamaremos CACa para abreviar) es la misma que hace unos meses protestaba contra las pensiones por viudez para las parejas de homosexuales, y que solicitó anteriormente a Mauricio Macri que vetara la institución del Día de la Lucha contra la Discriminación por Orientación Sexual. También fue un abogado católico (aunque no miembro de la CACa, que sepamos) quien se pidió que se retirara el cuadro de Superman besando a Cristo de un museo en Rosario. ¿Será que la homosexualidad es una obsesión para los abogados católicos?
Volviendo a lo nuestro... El argumento del "orden natural" ya me tiene, con perdón, las bolas llenas. Los integristas se la pasan repitiendo esas palabritas que no significan nada, y pretenden que aceptemos que hay una ley inalterable que (oh casualidad) coincide exactamente con lo que el Papa de turno dice, y que todos debemos obedecer. Alguien dijo alguna vez que es fácil darse cuenta de que Dios es una invención propia cuando resulta que Él odia a las mismas personas que uno.
En cuanto a la tradición, ¿qué se puede decir? La tradición en la que fue educado Jesús imponía que hombres mayores se casaran con niñas apenas salidas de la pubertad, prácticamente compradas a sus padres, a las que tratarían como recipientes de su apetito sexual y como sirvientas sin paga por toda su vida, y que podrían ser repudiadas por cualquier motivo, golpeadas a placer, o apedreadas ante la mera sospecha de adulterio. Esto no mejoró sustancialmente durante siglos. Hasta no hace mucho la mayor parte de la sociedad occidental "tradicionalmente" trataba como inferiores o débiles mentales a las mujeres, consideraba poco más que animales a otras razas, y castigaba como crímenes la homosexualidad y la blasfemia.
La tradición en la que se formó la sociedad argentina nos dio un catolicismo cerrado y oscurantista, el genocidio de los nativos de la Patagonia, golpes militares en nombre de Dios y Patria, antisemitismo y racismo endémicos, una sociedad clasista y estratificada llena de odios y envidias, y todo lo demás que sabemos. Si algo se puede decir en forma general de esa amada "tradición" a la que apelan los abogados católicos, es que es un destilado de lo peor de nuestro pasado... y la mejor prueba de esto son ellos mismos.
Oficialmente, la razón es que esta ley intenta "barrer con el orden natural, sustento de una sociedad sana y armónica, alterando con ello el estilo tradicional de la población argentina". Por supuesto, la población argentina puede elegir su estilo de vida sin ayuda de estos fanáticos; como de costumbre, la verdadera razón es la mera homofobia y el odio a la sexualidad "diferente" de los católicos.
Esta Corporación de Abogados Católicos (la llamaremos CACa para abreviar) es la misma que hace unos meses protestaba contra las pensiones por viudez para las parejas de homosexuales, y que solicitó anteriormente a Mauricio Macri que vetara la institución del Día de la Lucha contra la Discriminación por Orientación Sexual. También fue un abogado católico (aunque no miembro de la CACa, que sepamos) quien se pidió que se retirara el cuadro de Superman besando a Cristo de un museo en Rosario. ¿Será que la homosexualidad es una obsesión para los abogados católicos?
Volviendo a lo nuestro... El argumento del "orden natural" ya me tiene, con perdón, las bolas llenas. Los integristas se la pasan repitiendo esas palabritas que no significan nada, y pretenden que aceptemos que hay una ley inalterable que (oh casualidad) coincide exactamente con lo que el Papa de turno dice, y que todos debemos obedecer. Alguien dijo alguna vez que es fácil darse cuenta de que Dios es una invención propia cuando resulta que Él odia a las mismas personas que uno.
En cuanto a la tradición, ¿qué se puede decir? La tradición en la que fue educado Jesús imponía que hombres mayores se casaran con niñas apenas salidas de la pubertad, prácticamente compradas a sus padres, a las que tratarían como recipientes de su apetito sexual y como sirvientas sin paga por toda su vida, y que podrían ser repudiadas por cualquier motivo, golpeadas a placer, o apedreadas ante la mera sospecha de adulterio. Esto no mejoró sustancialmente durante siglos. Hasta no hace mucho la mayor parte de la sociedad occidental "tradicionalmente" trataba como inferiores o débiles mentales a las mujeres, consideraba poco más que animales a otras razas, y castigaba como crímenes la homosexualidad y la blasfemia.
La tradición en la que se formó la sociedad argentina nos dio un catolicismo cerrado y oscurantista, el genocidio de los nativos de la Patagonia, golpes militares en nombre de Dios y Patria, antisemitismo y racismo endémicos, una sociedad clasista y estratificada llena de odios y envidias, y todo lo demás que sabemos. Si algo se puede decir en forma general de esa amada "tradición" a la que apelan los abogados católicos, es que es un destilado de lo peor de nuestro pasado... y la mejor prueba de esto son ellos mismos.
viernes, 2 de enero de 2009
Dios como problema, por José Saramago
Como éstos son slow news days, quiero dejarles algo para leer, que he estado guardando en mis enlaces por un cierto tiempo. Se trata de un texto titulado Dios como problema, del escritor portugués José Saramago. Para quienes no lo conozcan, se trata de uno de los pocos intelectuales ateos iberoamericanos que es conocido mundialmente por este hecho, además, por supuesto, de su inmenso talento literario. En 1991 publicó El Evangelio según Jesucristo y en 1998 ganó el Premio Nobel de Literatura.
El texto que sigue apareció en el diario El País el 1º de agosto de 2005, poco menos de un mes después de los atentados terroristas suicidas de Londres.
El texto que sigue apareció en el diario El País el 1º de agosto de 2005, poco menos de un mes después de los atentados terroristas suicidas de Londres.
No tengo ninguna duda de que este artículo, empezando por el título, obrará el prodigio de poner de acuerdo, al menos por una vez, a los dos irreductibles hermanos enemigos que se llaman Islamismo y Cristianismo, sobre todo en la vertiente universal (es decir, católica) a la que el primero aspira y en la que el segundo, ilusoriamente, todavía sigue imaginándose. En la más benévola de las reacciones posibles, clamarán los biempensantes que se trata de una provocación inadmisible, de una indisculpable ofensa al sentimiento religioso de los creyentes de ambos partidos, y, en la reacción peor (suponiendo que no haya peor), me acusarán de impiedad, de sacrilegio, de blasfemia, de profanación, de desacato, de tantos cuantos delitos más, de calibre idéntico, sean capaces de descubrir, y, por tanto, quién sabe, merecedor de una punición que me sirviera de escarmiento para el resto de mi vida…Seguir leyendo: Dios como problema, en El País. Comentarios, aquí mismo.
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Pablo
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