El Instituto Nacional Contra la Discriminación (INADI) le pedirá a la Iglesia que aclare las acusaciones del arzobispo Héctor Aguer contra el manual de lineamientos para la educación sexual, ya que a juicio de su titular, María José Lubertino, sus comentarios en materia de género y en relación con temas de diversidad sexual son "violatorias de los marcos jurídicos universales" y desconocen el "claro consenso democrático" que se logró para aprobar la ley correspondiente.
Aguer había dicho que el texto del Material de Formación de Formadores en Educación Sexual y Prevención del VIH/Sida (destinado a los docentes, no a los alumnos) reivindicaba el "derecho a fornicar" y que forma parte de una visión que impone una "religión secular" y una "dogmática atea", además de ser "constructivista, neomarxista y reduccionista" y constituir un "avance totalitario". El latiguillo habitual (el supuesto atropello a la libertad de conciencia de los padres y maestros) también hizo su aparición.
Aguer, que encabeza la Comisión de Educación de la Conferencia Episcopal Argentina, tiene una larga y consistente trayectoria de oposición a la laicidad estatal y a la educación sexual moderna, así como también una especie de alergia al marxismo (o lo que él ve como marxismo) y a otras misteriosas ideologías que él ve detrás de propuestas como la campaña de apostasía colectiva. Si no lo hicieron, no dejen de leer las postdatas de la nota anterior, donde se documentan las repercusiones inmediatas. Y no dejen de votar en la encuesta de opinión sobre el tema en La Nación (donde, previsiblemente, la Iglesia gana).
viernes, 31 de julio de 2009
jueves, 30 de julio de 2009
Las obsesiones de Héctor Aguer (A126)
El arzobispo de La Plata, Héctor Aguer, es ya un habitué en este blog, debido a su constante prédica en contra de la laicidad y a favor de una educación confesional, católica y tradicional. Con su último pronunciamiento, en el que acusa al Ministerio de Educación de la Nación de "imponer una dogmática constructivista y atea que resulta una especie de religión secular, ajena a la tradición nacional y a los sentimientos cristianos de la mayoría de nuestro pueblo", se ha ganado el privilegio de tener una etiqueta, algo así como una categoría, dedicada a su nombre.
No voy a emitir más comentarios sobre este tema en particular, dado que el prelado ya se ha encargado de clarificar su postura ad nauseam, y yo he hecho lo mismo. Lo que sí me gustaría es que los funcionarios del Ministerio de Educación tuvieran a bien contestarle a Aguer, con los textos en la mano, exigiéndole que muestre dónde ve "dogmatismo ateo" o "neomarxismo" en ellos.
Esta clase de personas cree sinceramente que tiene a Dios y a la verdad absoluta de su lado; para sacarlo del engaño, no estaría mal que alguien bajara bruscamente a Aguer del pedestal donde se ha subido y le recordara que él no es más que un ciudadano argentino común al cual un monarca extranjero ha designado discrecionalmente con un cargo en su organización religiosa multinacional, y que por razones históricas nunca revisadas cobra del Estado al que critica un sueldo varias veces superior al promedio de los trabajadores. Un parásito al servicio de un teócrata extranjero no debería creer que tiene atribuciones especiales más allá de la libertad de expresión, derecho que es severamente reprimido en tierras vaticanas pero que aquí no tiene empacho en utilizar.
P.D.: Ateo Militante escribe algo más largo sobre este tema ("Aguer, Iglesia y educación"), haciendo notar (entre otras cosas) que los tan mentados "valores cristianos" son los valores de una minoría pequeñísima de los argentinos. En el órgano confesional de Clarín, Valores Religiosos, está el texto completo de la denuncia de la Iglesia (aunque por alguna razón el link no funciona en este momento, se puede acceder también desde la portada del sitio). Página/12 hace su cobertura con un artículo titulado "Hablar de sexo espanta a monseñor", y reporta la respuesta (que esperábamos) del ministro de Educación, Alberto Sileoni: "El que critica Aguer es un documento que se desprende de una ley, la 26.150, de Salud Sexual Integral. Y para este ministerio la ley no es una opinión, sino una disposición normativa que da la sociedad y hay que cumplir". La Nación, previsiblemente, colocó las desagradables declaraciones de Aguer en una nota más pequeña, y consultó a la Iglesia institucional sobre su opinión ("La voz del episcopado"), para que nos quede claro que estas acusaciones "reflejan el sentir de la Iglesia y no una posición aislada".
P.P.D.: Más repercusiones. Crítica resumió el contrapunto entre Aguer y el ministro Sileoni ("Polémica por la educación sexual") y Mario Oporto, Director General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires, llamó a las opiniones de Aguer "procesistas". La Nación anota que "Sileoni defendió la utilidad del manual sobre educación sexual", y añade una encuesta de opinión (¡voten!). En Clarín hay una breve nota sobre lo mucho que tomó consensuar una ley de educación sexual, en gran parte por culpa de la Iglesia (y también ha tomado años implementarla). Los arzobispados de Córdoba y Mendoza expresaron sus opiniones también, uno en La Voz ("Los colegios católicos hace tiempo que trabajan en el tema") y el otro en DiarioUno ("No son buenas las imposiciones"), destacando la necesidad de consenso y diálogo (poniendo a la Iglesia como interlocutor al mismo nivel que el Estado). El texto completo de las críticas de Aguer es reproducido en el boletín Nº 607 de Notivida, autoproclamados "defensores de la vida humana y la familia" (i.e. católicos fanáticos), y en el portal derechista Periodismo de Verdad ("Deformación de formadores").
No voy a emitir más comentarios sobre este tema en particular, dado que el prelado ya se ha encargado de clarificar su postura ad nauseam, y yo he hecho lo mismo. Lo que sí me gustaría es que los funcionarios del Ministerio de Educación tuvieran a bien contestarle a Aguer, con los textos en la mano, exigiéndole que muestre dónde ve "dogmatismo ateo" o "neomarxismo" en ellos.
Esta clase de personas cree sinceramente que tiene a Dios y a la verdad absoluta de su lado; para sacarlo del engaño, no estaría mal que alguien bajara bruscamente a Aguer del pedestal donde se ha subido y le recordara que él no es más que un ciudadano argentino común al cual un monarca extranjero ha designado discrecionalmente con un cargo en su organización religiosa multinacional, y que por razones históricas nunca revisadas cobra del Estado al que critica un sueldo varias veces superior al promedio de los trabajadores. Un parásito al servicio de un teócrata extranjero no debería creer que tiene atribuciones especiales más allá de la libertad de expresión, derecho que es severamente reprimido en tierras vaticanas pero que aquí no tiene empacho en utilizar.
P.D.: Ateo Militante escribe algo más largo sobre este tema ("Aguer, Iglesia y educación"), haciendo notar (entre otras cosas) que los tan mentados "valores cristianos" son los valores de una minoría pequeñísima de los argentinos. En el órgano confesional de Clarín, Valores Religiosos, está el texto completo de la denuncia de la Iglesia (aunque por alguna razón el link no funciona en este momento, se puede acceder también desde la portada del sitio). Página/12 hace su cobertura con un artículo titulado "Hablar de sexo espanta a monseñor", y reporta la respuesta (que esperábamos) del ministro de Educación, Alberto Sileoni: "El que critica Aguer es un documento que se desprende de una ley, la 26.150, de Salud Sexual Integral. Y para este ministerio la ley no es una opinión, sino una disposición normativa que da la sociedad y hay que cumplir". La Nación, previsiblemente, colocó las desagradables declaraciones de Aguer en una nota más pequeña, y consultó a la Iglesia institucional sobre su opinión ("La voz del episcopado"), para que nos quede claro que estas acusaciones "reflejan el sentir de la Iglesia y no una posición aislada".
P.P.D.: Más repercusiones. Crítica resumió el contrapunto entre Aguer y el ministro Sileoni ("Polémica por la educación sexual") y Mario Oporto, Director General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires, llamó a las opiniones de Aguer "procesistas". La Nación anota que "Sileoni defendió la utilidad del manual sobre educación sexual", y añade una encuesta de opinión (¡voten!). En Clarín hay una breve nota sobre lo mucho que tomó consensuar una ley de educación sexual, en gran parte por culpa de la Iglesia (y también ha tomado años implementarla). Los arzobispados de Córdoba y Mendoza expresaron sus opiniones también, uno en La Voz ("Los colegios católicos hace tiempo que trabajan en el tema") y el otro en DiarioUno ("No son buenas las imposiciones"), destacando la necesidad de consenso y diálogo (poniendo a la Iglesia como interlocutor al mismo nivel que el Estado). El texto completo de las críticas de Aguer es reproducido en el boletín Nº 607 de Notivida, autoproclamados "defensores de la vida humana y la familia" (i.e. católicos fanáticos), y en el portal derechista Periodismo de Verdad ("Deformación de formadores").
miércoles, 29 de julio de 2009
Ramiro Sáenz, Torquemada mendocino: algo más sobre el cura de Malargüe (A116 cont.)
Tengo aquí algo más sobre Ramiro Sáenz, el cura párroco de la ciudad de Malargüe, al que conocimos recientemente por su censura a la película Ángeles y Demonios. Es un artículo titulado El cura inquisidor, publicado en ElArgentino.com, donde se cuenta de la terrorífica influencia de este sacerdote en esta pequeña localidad del sur de Mendoza, al borde de la Patagonia.
En una entrevista asociada a la nota principal, Sáenz dice que la prensa lo manipula "como hizo con [el sacerdote abusador de niños] Julio César Grassi". En los comentarios a la nota se observa claramente la polarización social que causan estas revelaciones, que va mucho más allá del tema puntual y que se enlaza con la asociación entre la iglesia tradicional y sus valores morales represivos, el patriotismo que busca una inexistente Edad de Oro en el pasado cristiano y conservador de Argentina, la negación de los crímenes de la dictadura (junto con una defensa apenas velada de la misma), y el odio visceral a "la izquierda", orientado hacia el gobierno kirchnerista, que cuenta entre sus funcionarios y allegados a ex miembros del grupo guerrillero Montoneros.
Según nos informa en otra nota adjunta el sacerdote Luis Farinello (quien tampoco está libre de asociaciones desagradables), Sáenz, que se formó en Paraná bajo la égida del arzobispo Adolfo Tortolo (vicario castrense en épocas de dictadura) y estudió luego teología en Roma, pertenece al Instituto del Verbo Encarnado, una de las más reconocidas agrupaciones católicas integristas, de las cuales, según parece, la provincia de Mendoza tiene de sobra y hasta para exportar.
“El cura digita qué se puede hacer y qué no. Tiene autoridades y vecinos que le responden. Las cosas están complicadas, cualquiera es despedido o repudiado por pensar distinto o ser ‘zurdito’.”Sáenz cuenta con el apoyo del intendente municipal, Juan Antonio Agulles, y el del obispo de la Diócesis de San Rafael, Eduardo María Taussig (a quien escuchamos recientemente hablar contra el laicismo y a favor de las "raíces cristianas" de Argentina). Vale la pena leer la nota para ver hasta qué punto la ideología que emana de la parroquia encuentra eco en ciertos sectores de la comunidad y legitima la censura y la discriminación de los que no se conforman a ella.
En una entrevista asociada a la nota principal, Sáenz dice que la prensa lo manipula "como hizo con [el sacerdote abusador de niños] Julio César Grassi". En los comentarios a la nota se observa claramente la polarización social que causan estas revelaciones, que va mucho más allá del tema puntual y que se enlaza con la asociación entre la iglesia tradicional y sus valores morales represivos, el patriotismo que busca una inexistente Edad de Oro en el pasado cristiano y conservador de Argentina, la negación de los crímenes de la dictadura (junto con una defensa apenas velada de la misma), y el odio visceral a "la izquierda", orientado hacia el gobierno kirchnerista, que cuenta entre sus funcionarios y allegados a ex miembros del grupo guerrillero Montoneros.
Según nos informa en otra nota adjunta el sacerdote Luis Farinello (quien tampoco está libre de asociaciones desagradables), Sáenz, que se formó en Paraná bajo la égida del arzobispo Adolfo Tortolo (vicario castrense en épocas de dictadura) y estudió luego teología en Roma, pertenece al Instituto del Verbo Encarnado, una de las más reconocidas agrupaciones católicas integristas, de las cuales, según parece, la provincia de Mendoza tiene de sobra y hasta para exportar.
martes, 28 de julio de 2009
¿Dios existe? Ratzinger vs. Flores d’Arcais
Acabo de terminar de leer ¿Dios existe?, un librito (133 páginas) que en realidad trata periféricamente de este tema, y se adentra en otros más, digamos, prácticos. Publicado en 2008, su contenido recopilado data no obstante del año 2000. Tiene una estructura especial: comienza con un escrito de Joseph Ratzinger, entonces cardenal de la Iglesia Católica; continúa con un diálogo público entre Ratzinger y el filósofo ateo Paolo Flores d’Arcais, y cierra con un texto de Flores d’Arcais.
La apertura de Ratzinger se titula "La pretensión de la verdad puesta en duda", y lleva el subtítulo "La crisis del cristianismo en los comienzos del tercer milenio". Trata del relativismo con respecto al conocimiento, del agnosticismo total, del "fin de la metafísica", y de la imposibilidad social de que una religión hoy en día se proclame verdadera. Una vez constatado este hecho innegable, procede a defender la idea de que el cristianismo es de raíz racionalista y que constituyó un triunfo de la desmitologización sobre las religiones antiguas, invenciones ad hoc para explicar aspectos parciales del mundo. Termina, después de grandes devaneos, con una descalificación de la evolución vista como filosofía universal.
El centro del libro es un diálogo/debate moderado por el periodista italiano Gad Lerner, en el teatro Quirino de Roma, ante una audiencia multitudinaria. Allí Ratzinger y Flores d’Arcais se cruzan, a veces algo desordenadamente, pero con amabilidad, en muchos temas. Personalmente me interesó el ida y vuelta de cuestionamientos sobre los derechos humanos y la ley natural. Ratzinger reclama que debe aceptarse una "ley natural" para garantizar la inviolabilidad de ciertos derechos que ninguna consideración humana, incluso si es por mayoría democrática, puede decidir anular, y justifica esto apelando a la supuesta racionalidad inscripta en el ser y en la naturaleza. Flores d’Arcais mantiene que los derechos humanos deberían llamarse "derechos cívicos", puesto que la raza humana sólo los ha considerado suyos, y luego de una larga lucha que todavía no termina, a partir del progreso de la civilización, por lo cual pensar que tales derechos están inscriptos en el cosmos es "des-responsabilizante": nos corresponde a nosotros ser intransigentes para mantenerlos.
Flores d’Arcais cierra el libro con un texto de unas 40 páginas titulado "Ateísmo y verdad", dividido en pequeñas secciones donde va desmenuzando el abandono de la pretensión de verdad de la Iglesia Católica en favor de un rol de la fe como consuelo y de la creencia como reguladora de la sociedad. Los viejos argumentos escépticos y ateos contra la existencia de Dios nunca han sido respondidos, dice, y la Iglesia ya no se ocupa de ellos: ha caído en la trampa de buscar el poder mundano, que se alcanza no por medio de la verdad (que la religión evidentemente no puede demostrar) sino por involucramiento en la política y dándole a la sociedad un refugio ante la obvia injusticia de la vida terrenal. Flores d’Arcais llama a la generación actual, que ha perdido la fe, "la sociedad del desencanto". Hemos constatado, dice, que el cosmos no tiene orden moral, que la naturaleza no nos da ningún mensaje, que los responsables de las normas que consideramos sagradas somos nosotros y no Dios. El filósofo exhorta a los creyentes a abandonar la pretensión de verdad, a asumir, como lo llamaba el apóstol Pablo, la "locura" de la fe, rechazar la tentación de imponer esa fe a los demás como si fuera fruto de la razón, y desde allí buscar un terreno común con los ateos, que también debemos aceptar nuestra "locura", la locura de decidir como decisión pura, sin buscar una razón en la naturaleza, en favor de la caridad y del otro.
De cómo llegó a mis manos este libro puedo decir que la historia es curiosa. Los escritos de filósofos no me atraen, menos aún los de teólogos, y confieso que me apunté a Flores d’Arcais por curiosidad debida a la trivialidad de que su nombre es casi idéntico al mío (quitándole el segundo apellido francés). Conseguí el libro prestado sólo por un fin de semana, y estoy escribiendo sobre él una mañana de domingo sólo porque ayer, sábado, estuve en casa convaleciente de una enfermedad, y lo leí completo casi de un tirón durante el día. Hubiera querido tener más tiempo para tomar notas y más paciencia para reseñarlo. Desde luego, me he quedado con mucho para decir y quizá haya entendido o resumido incorrectamente lo que leí.
En todo caso, recomiendo ampliamente este libro, y si alguien más lo ha leído, los aliento a comentar.
De la contratapa de ¿Dios existe?:
Temas tan controvertidos como el conflicto entre fe y razón, los valores comunes entre cristianos y ateos, el aborto, el papado de Juan Pablo II, la caída del comunismo, los derechos humanos, la naturaleza, la solidaridad o la autocrítica de la Iglesia fueron motivo del debate que en 2000 mantuvieron en Roma el entonces cardenal Joseph Ratzinger, hoy Benedicto XVI, y el filósofo ateo Paolo Flores d'Arcais desde posiciones claramente contrapuestas. El núcleo central de este libro -vivo, intenso, vibrante, en el que se habla con claridad y de manera directa de cuestiones de actualidad- es ese diálogo, al que acompaña un texto de cada participante. El de Joseph Ratzinger se centra en la crisis del cristianismo; el de Paolo Flores rebate sus tesis, sostiene la idea de que la Iglesia rechaza el diálogo y destaca las contradicciones en que incurre esta institución.La apertura de Ratzinger se titula "La pretensión de la verdad puesta en duda", y lleva el subtítulo "La crisis del cristianismo en los comienzos del tercer milenio". Trata del relativismo con respecto al conocimiento, del agnosticismo total, del "fin de la metafísica", y de la imposibilidad social de que una religión hoy en día se proclame verdadera. Una vez constatado este hecho innegable, procede a defender la idea de que el cristianismo es de raíz racionalista y que constituyó un triunfo de la desmitologización sobre las religiones antiguas, invenciones ad hoc para explicar aspectos parciales del mundo. Termina, después de grandes devaneos, con una descalificación de la evolución vista como filosofía universal.
El centro del libro es un diálogo/debate moderado por el periodista italiano Gad Lerner, en el teatro Quirino de Roma, ante una audiencia multitudinaria. Allí Ratzinger y Flores d’Arcais se cruzan, a veces algo desordenadamente, pero con amabilidad, en muchos temas. Personalmente me interesó el ida y vuelta de cuestionamientos sobre los derechos humanos y la ley natural. Ratzinger reclama que debe aceptarse una "ley natural" para garantizar la inviolabilidad de ciertos derechos que ninguna consideración humana, incluso si es por mayoría democrática, puede decidir anular, y justifica esto apelando a la supuesta racionalidad inscripta en el ser y en la naturaleza. Flores d’Arcais mantiene que los derechos humanos deberían llamarse "derechos cívicos", puesto que la raza humana sólo los ha considerado suyos, y luego de una larga lucha que todavía no termina, a partir del progreso de la civilización, por lo cual pensar que tales derechos están inscriptos en el cosmos es "des-responsabilizante": nos corresponde a nosotros ser intransigentes para mantenerlos.
Flores d’Arcais cierra el libro con un texto de unas 40 páginas titulado "Ateísmo y verdad", dividido en pequeñas secciones donde va desmenuzando el abandono de la pretensión de verdad de la Iglesia Católica en favor de un rol de la fe como consuelo y de la creencia como reguladora de la sociedad. Los viejos argumentos escépticos y ateos contra la existencia de Dios nunca han sido respondidos, dice, y la Iglesia ya no se ocupa de ellos: ha caído en la trampa de buscar el poder mundano, que se alcanza no por medio de la verdad (que la religión evidentemente no puede demostrar) sino por involucramiento en la política y dándole a la sociedad un refugio ante la obvia injusticia de la vida terrenal. Flores d’Arcais llama a la generación actual, que ha perdido la fe, "la sociedad del desencanto". Hemos constatado, dice, que el cosmos no tiene orden moral, que la naturaleza no nos da ningún mensaje, que los responsables de las normas que consideramos sagradas somos nosotros y no Dios. El filósofo exhorta a los creyentes a abandonar la pretensión de verdad, a asumir, como lo llamaba el apóstol Pablo, la "locura" de la fe, rechazar la tentación de imponer esa fe a los demás como si fuera fruto de la razón, y desde allí buscar un terreno común con los ateos, que también debemos aceptar nuestra "locura", la locura de decidir como decisión pura, sin buscar una razón en la naturaleza, en favor de la caridad y del otro.
De cómo llegó a mis manos este libro puedo decir que la historia es curiosa. Los escritos de filósofos no me atraen, menos aún los de teólogos, y confieso que me apunté a Flores d’Arcais por curiosidad debida a la trivialidad de que su nombre es casi idéntico al mío (quitándole el segundo apellido francés). Conseguí el libro prestado sólo por un fin de semana, y estoy escribiendo sobre él una mañana de domingo sólo porque ayer, sábado, estuve en casa convaleciente de una enfermedad, y lo leí completo casi de un tirón durante el día. Hubiera querido tener más tiempo para tomar notas y más paciencia para reseñarlo. Desde luego, me he quedado con mucho para decir y quizá haya entendido o resumido incorrectamente lo que leí.
En todo caso, recomiendo ampliamente este libro, y si alguien más lo ha leído, los aliento a comentar.
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lunes, 27 de julio de 2009
A125: Criaturitas de Dios
La familia Jeub, miembro de Quiverfull.
Foto: Rick Wilking. Copyright ©2009 Reuters
En el mejor espíritu del capitalismo protestante, los Jeub aprovechan su sitio web para vender su sabiduría acumulada, en forma de varios libros, la estrella de los cuales es Love in the House, donde explican "los placeres de la vida en una gran familia". Salen a cazar alces con otros fanáticos cristianos, una de las hijas escribe en un blog lleno de referencias a su amor por Jesús, los chicos "son buenos comunicadores" cuando llega la TV para hacer notas, los padres dan charlas sobre cómo educar en casa a los hijos (fuera de esas odiosas escuelas públicas que indoctrinan a los chicos en tolerancia y ateo-liberalismo), aprovechan el sitio web para criticar a Barack Obama por gastar mucho, y por lo visto la familia funciona como una gran empresa..., basada en el trabajo infantil, empleado para promover/justificar el estilo de vida que la propia familia ejemplifica. Una estructura donde nadie puede aventurarse lejos de la presión de la tradición familiar, porque nunca está solo o sin vigilancia, y menos que nadie la madre, perpetuamente con un bebé en brazos o en el útero.
El nombre del movimiento Quiverfull proviene de quiver, que significa carcaj o aljaba (el recipiente que se usa para guardar las flechas), y full, que significa "lleno". Proviene del Salmo 127, que habla de los niños como flechas que llenan un carcaj. Sus miembros dicen que hay que dejar en manos de Dios el tamaño de la familia. Como al hacer esto, previsiblemente, la mayoría de las familias crecen de manera acelerada, suponen que Dios desea esto (si no lo deseara, no sucedería, ¿verdad?) y por lo tanto, cada hijo adicional es como un premio.
Un extenso artículo en The Nation examina los movimientos "natalistas" de la derecha cristiana estadounidense. Un principio básico de las familias Quiverfull, que son algunas decenas de miles según se calcula, es que la mujer es sierva del varón, y que el cuerpo de la mujer no es suyo, sino un vehículo para la reproducción. No se permite ningún tipo de control de la natalidad, ni siquiera los "métodos naturales". La elección del salmo 127, con su paralelo entre hijos y flechas, no es casual; el movimiento ve a las familias, formadas en casa y en congregaciones fundamentalistas, como a un futuro Ejército del Señor, y a la procreación ilimitada como una forma de ganar la batalla demográfica. Aunque no explícitamente, esta estrategia se enlaza con el temor al "suicidio racial" que los conservadores americanos observan, por ejemplo, en Europa, donde la población blanca y de raíz cultural cristiana, con tasas de natalidad cada vez menores debido al uso de anticonceptivos y la postergación de la reproducción, está siendo "invadida" por la cultura de los inmigrantes africanos y árabes, generalmente musulmanes.
El tema del pro-natalismo entre los cristianos conservadores, incluyendo tanto a los protestantes (como en este caso) como a los católicos (más cercanos a nuestra experiencia latinoamericana) es sumamente interesante y espero poder seguir tratándolo aquí pronto. Entretanto, miren ustedes otra vez esa foto de esa gran, sonriente familia, y pregúntense si les parecen tan inocentes como antes...
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sábado, 25 de julio de 2009
A124: Células madre embrionarias en Uruguay: ciencia vs. religión
Un proyecto de ley para regular la donación, preservación y utilización de tejidos humanos, incluyendo células madre, fue aprobado por unanimidad por el Senado de Uruguay, y debe pasar por el mismo trámite en la Cámara de Diputados. Como era de esperarse, la Iglesia Católica se opone, llamando al uso de células madre embrionarias "un atentado a la vida". En esto la postura de la institución contra el avance científico ha sido coherente a lo largo de los años: incluso antes de conocerse los "riesgos morales" de este campo relativamente nuevo de la ciencia con precisión, ya estaban condenando esta técnica, que podría llevar alivio y curación a millones de personas si se le permitiera desarrollarse.
Según el Instituto Arquidiocesano de Bioética "Juan Pablo II", que responde a la Arquidiócesis de Montevideo, el proyecto de ley es "un nuevo y grave atentado a la dignidad humana". La frasecita sobre la dignidad se les cae de la boca con gran facilidad a los activistas católicos, lo cual hace sospechar que no es mucho más que un slogan. Ocurre que los "nuevos" supuestos atentados contra la dignidad humana les preocupan mucho más que los viejos (y mucho más terribles) conocidos: la pobreza con la que conviven felizmente los sacerdotes mantenidos por su comunidad, la marginalidad y la desigualdad social que dejan ignorar a sus feligreses de clase media a cambio de limosnas y rosarios, la corrupción de los políticos que comparten mesas y podios con los obispos...
Embrión humano concebido in vitro, 3 días después de la concepción, momento usual para la transferencia al útero.De nada sirve argumentar que un embrión no es un ser humano sino sólo una masa de células indiferenciadas con ADN humano, ya que cuando uno tiene la Verdad de su lado, ninguna argumentación (biológica, filosófica, ética o moral) tiene sentido. Según estos iluminados creyentes, en algún momento de la fusión entre óvulo y espermatozoide, una entidad sobrenatural invisible crea e inserta un espíritu (también invisible e indetectable) en la nueva célula, y eso basta para que tenga tanta humanidad como el lector, como yo o como Benedicto XVI, hasta el punto en que sacrificar esa entidad microscópica para salvar a un ser humano adulto o a un niño de la diabetes o de un cáncer es asesinato y un "atentado a la dignidad humana". Es duro, pero cuando uno sabe que tiene la Verdad Absoluta y al mismísimo Creador del Universo de su lado, no puede transigir, sin importar cuántos tengan que morir, ¿no?
Espero que Uruguay, que en otros aspectos ha sido y sigue siendo el país más laico y progresista de este pobre subcontinente nuestro, le muestre a la Iglesia que sus leyes van a discutirse y definirse en términos objetivos, y no en base a mitologías y caprichos.
(Invito a los lectores a leer sobre células madre en Internet. La Wikipedia es un buen comienzo, no porque sea siempre factualmente correcta, sino porque suele serlo en un panorama general, y contiene enlaces a documentos donde se pueden ahondar detalles. La investigación con células madre es un campo relativamente nuevo en la ciencia, y ahora mismo se están produciendo progresos. Este blog no adopta la posición de que la destrucción de embriones humanos sea deseable o la mejor forma de obtener células madre. Quizá dentro de una década veamos esta técnica como burda y problemática, y tendremos a nuestra disposición una mejor, que no ocasione debates dilatorios con los fanáticos religiosos. Lo último que queremos es perder el tiempo mientras muere gente.)
Según el Instituto Arquidiocesano de Bioética "Juan Pablo II", que responde a la Arquidiócesis de Montevideo, el proyecto de ley es "un nuevo y grave atentado a la dignidad humana". La frasecita sobre la dignidad se les cae de la boca con gran facilidad a los activistas católicos, lo cual hace sospechar que no es mucho más que un slogan. Ocurre que los "nuevos" supuestos atentados contra la dignidad humana les preocupan mucho más que los viejos (y mucho más terribles) conocidos: la pobreza con la que conviven felizmente los sacerdotes mantenidos por su comunidad, la marginalidad y la desigualdad social que dejan ignorar a sus feligreses de clase media a cambio de limosnas y rosarios, la corrupción de los políticos que comparten mesas y podios con los obispos...
Embrión humano concebido in vitro, 3 días después de la concepción, momento usual para la transferencia al útero.
Espero que Uruguay, que en otros aspectos ha sido y sigue siendo el país más laico y progresista de este pobre subcontinente nuestro, le muestre a la Iglesia que sus leyes van a discutirse y definirse en términos objetivos, y no en base a mitologías y caprichos.
(Invito a los lectores a leer sobre células madre en Internet. La Wikipedia es un buen comienzo, no porque sea siempre factualmente correcta, sino porque suele serlo en un panorama general, y contiene enlaces a documentos donde se pueden ahondar detalles. La investigación con células madre es un campo relativamente nuevo en la ciencia, y ahora mismo se están produciendo progresos. Este blog no adopta la posición de que la destrucción de embriones humanos sea deseable o la mejor forma de obtener células madre. Quizá dentro de una década veamos esta técnica como burda y problemática, y tendremos a nuestra disposición una mejor, que no ocasione debates dilatorios con los fanáticos religiosos. Lo último que queremos es perder el tiempo mientras muere gente.)
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jueves, 23 de julio de 2009
A123: Alberto Solanet, un luchador
Hojeando Valores Religiosos (el suplemento de propaganda confesional de Clarín) me encontré sorpresivamente con un artículo (mal) titulado "Pacificación", firmado por un tal Alberto Solanet, cuyo nombre me sonaba de alguna parte. Recurrí al oráculo de la web y supe que Solanet es el presidente de la Corporación de Abogados Católicos, y que su repelente defensa de los terroristas de estado argentinos había sido publicada hace tres meses en La Nación, con el título completo de "El Bicentenario y la pacificación nacional". Su pedido de indulto y liberación de los asesinos y torturadores de la última dictadura, en nombre de la paz y la concordia, fue repetido en una carta de lectores al mismo diario inmediatamente luego de la derrota del gobierno kirchnerista en las elecciones legislativas del 28 de junio. El susodicho escrito sobre la "pacificación" también fue copy-pasteado en el portal derechista tucumano Periodismo de Verdad. Y sigue.
Solanet es un habitué en las cartas de lectores de La Nación, periódico tradicionalmente conservador aunque, por razones de respetabilidad adquirida, poco proclive a los excesos editoriales. Cuando muestra la hilacha (como decimos aquí en Argentina) lo hace con cierta discreción, como en este caso, donde una nota controvertida va firmada y en la sección de Opinión, y está escrita por un abogado y usando los términos legales propios de su oficio. Quien lo lea sin conocimiento histórico podría creer que Solanet defiende el orden jurídico ante su violación por parte de un gobierno arbitrario.
Lo que es menos entendible y justificable es que un suplemento dedicado a la religión lleve esta nota en su página de inicio. Valores Religiosos surge de una asociación civil sin fines de lucro; su editor es Sergio Rubin, periodista de temas religiosos de Clarín (y anti-ateo en sus ratos libres), y el asesor editorial es el sacerdote Guillermo Marcó, ex vocero del arzobispo de Buenos Aires y recientemente orador en una "marcha contra la inseguridad" donde habló elípticamente a favor de la pena de muerte. El suplemento trata "[d]el quehacer religioso, los hechos y opiniones del vasto campo de la Iglesia católica y las demás confesiones, [y] las problemáticas espirituales de nuestro tiempo". Es dudoso que Rubin y Marcó hayan publicado la nota sin mirarla y sin estar de acuerdo con ella.
En Argentina toda persona con algunos años encima y con un poco de conciencia política sabe que "pacificación nacional" es código para "amnistía a los criminales de la dictadura", y que para gente como Solanet reabrir juicios que nunca debieron haberse cerrado es "revancha" y juzgar a los terroristas de estado es "persecución facciosa". Podemos concederle a Solanet que hay algunas personas encarceladas desde hace tiempo sin condena porque el sistema judicial es lento, aunque en realidad la cantidad de militares y policías sospechosos de crímenes de lesa humanidad que están en prisión es muy pequeña, y que la mayoría de éstos la pasan mucho mejor que los delincuentes comunes, ésos sí hacinados en condiciones infrahumanas y sin influyentes abogados católicos preocupados por ellos.
No podemos concederle a Solanet que llame "guerra" a la lucha brutalmente asimétrica entre el aparato estatal y los grupos guerrilleros, o que omita toda mención del terrorismo ejercido por el estado contra los ciudadanos en general.
Quizá sea porque Solanet llama al asunto "de naturaleza moral" que Valores Religiosos decide publicar su alegato en favor de los "presos políticos" (otra frase en código de los defensores de la dictadura). Las formas elegidas para lidiar con el asunto "alientan el odio y la desintegración social, al empujar a los más extremados a reacciones graves e imprevisibles", según Solanet. No se ofrecen ejemplos, seguramente porque no los hay. Con excepciones menores, ningún militar, policía o funcionario civil acusado de crímenes cometidos en los años de plomo ha sido físicamente agredido por grupos extremistas. A ninguno de los muchos, muchísimos de estos criminales lo han secuestrado en medio de la noche, ni lo han torturado, ni lo han fusilado sumariamente en un descampado o arrojado al mar desde un avión para morir ahogado. La desintegración social que Solanet teme se produjo hace décadas, y el odio es lo único que le quedó a los sobrevivientes, que en su mayoría lo han superado, transformándolo en un pedido de justicia a veces rabioso pero nunca violento.
Solanet es un habitué en las cartas de lectores de La Nación, periódico tradicionalmente conservador aunque, por razones de respetabilidad adquirida, poco proclive a los excesos editoriales. Cuando muestra la hilacha (como decimos aquí en Argentina) lo hace con cierta discreción, como en este caso, donde una nota controvertida va firmada y en la sección de Opinión, y está escrita por un abogado y usando los términos legales propios de su oficio. Quien lo lea sin conocimiento histórico podría creer que Solanet defiende el orden jurídico ante su violación por parte de un gobierno arbitrario.
Lo que es menos entendible y justificable es que un suplemento dedicado a la religión lleve esta nota en su página de inicio. Valores Religiosos surge de una asociación civil sin fines de lucro; su editor es Sergio Rubin, periodista de temas religiosos de Clarín (y anti-ateo en sus ratos libres), y el asesor editorial es el sacerdote Guillermo Marcó, ex vocero del arzobispo de Buenos Aires y recientemente orador en una "marcha contra la inseguridad" donde habló elípticamente a favor de la pena de muerte. El suplemento trata "[d]el quehacer religioso, los hechos y opiniones del vasto campo de la Iglesia católica y las demás confesiones, [y] las problemáticas espirituales de nuestro tiempo". Es dudoso que Rubin y Marcó hayan publicado la nota sin mirarla y sin estar de acuerdo con ella.
En Argentina toda persona con algunos años encima y con un poco de conciencia política sabe que "pacificación nacional" es código para "amnistía a los criminales de la dictadura", y que para gente como Solanet reabrir juicios que nunca debieron haberse cerrado es "revancha" y juzgar a los terroristas de estado es "persecución facciosa". Podemos concederle a Solanet que hay algunas personas encarceladas desde hace tiempo sin condena porque el sistema judicial es lento, aunque en realidad la cantidad de militares y policías sospechosos de crímenes de lesa humanidad que están en prisión es muy pequeña, y que la mayoría de éstos la pasan mucho mejor que los delincuentes comunes, ésos sí hacinados en condiciones infrahumanas y sin influyentes abogados católicos preocupados por ellos.
No podemos concederle a Solanet que llame "guerra" a la lucha brutalmente asimétrica entre el aparato estatal y los grupos guerrilleros, o que omita toda mención del terrorismo ejercido por el estado contra los ciudadanos en general.
Quizá sea porque Solanet llama al asunto "de naturaleza moral" que Valores Religiosos decide publicar su alegato en favor de los "presos políticos" (otra frase en código de los defensores de la dictadura). Las formas elegidas para lidiar con el asunto "alientan el odio y la desintegración social, al empujar a los más extremados a reacciones graves e imprevisibles", según Solanet. No se ofrecen ejemplos, seguramente porque no los hay. Con excepciones menores, ningún militar, policía o funcionario civil acusado de crímenes cometidos en los años de plomo ha sido físicamente agredido por grupos extremistas. A ninguno de los muchos, muchísimos de estos criminales lo han secuestrado en medio de la noche, ni lo han torturado, ni lo han fusilado sumariamente en un descampado o arrojado al mar desde un avión para morir ahogado. La desintegración social que Solanet teme se produjo hace décadas, y el odio es lo único que le quedó a los sobrevivientes, que en su mayoría lo han superado, transformándolo en un pedido de justicia a veces rabioso pero nunca violento.
Debo aclarar que no suelo escribir sobre este tema porque no es un asunto relacionado con la religión per se, que es de lo que trata este blog. Lo hago ahora porque, a pesar de muchos católicos que no piensan de esa manera, en Argentina hay una clara correlación entre la pertenencia a la Iglesia Católica y la aprobación o justificación coherente del terrorismo de estado. Esta correlación se ha dado históricamente en casi todas las dictaduras y despotismos que ha visto Occidente; sólo faltó en el caso de los estados totalitarios donde se planteó una doctrina nacional explícitamente opuesta al sometimiento eclesiástico. Aquí en Argentina, de hecho, los grupos e individuos defensores de los militares y policías condenados y de sus horribles acciones son casi invariablemente católicos. Gente como Alberto Solanet y como Guillermo Marcó, que pasan por moderados y hablan con fingida preocupación por la paz y la armonía nacional, les brindan a sus hermanos extremistas un puente hacia la opinión pública y una respetabilidad que no merecen.
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miércoles, 22 de julio de 2009
A122: Demonio motorizado
Este lunes aquí mismo en Rosario, Argentina, un hombre destrozó un automóvil estacionado porque "adentro estaba el demonio". Ocurrió el lunes pasado a la madrugada y, a decir del reporte del diario Rosario3, "no se determinó si estaba intoxicado con alguna sustancia o tenía problemas mentales".
Es curioso, ¿verdad?, que cuando un tipo rompe un objeto inanimado a golpes creyendo que está endemoniado se asume instantáneamente que está loco o que estaba borracho o drogado, mientras que cuando otro tipo manda matar a otro o hacerle la guerra a un pueblo entero por esta misma razón (en nombre de la lucha contra el Mal), se lo trata simplemente como un exceso de celo religioso.
Consideramos que un hombre que dice que el demonio habita un objeto está fuera de sus cabales, porque no puede demostrar que haya habido una razón válida, y porque nadie ha visto jamás, comprobablemente, al demonio ni a ningún otro ser sobrenatural. Lo mismo podría haber dicho que había un gremlin tras el volante. Pero si un líder religioso ve espíritus suprahumanos y conspiraciones malignas a su alrededor y alienta la locura de los fieles, enviándolos a castigar a los aliados del demonio, entonces es parte de su creencia y debemos respetarlo y tomarlo en serio.
Quizá sea tiempo de empezar a medir a todos los creyentes en ángeles y demonios, en santos y vírgenes, en dioses y espíritus, con la misma vara con la que medimos a los locos que destrozan automóviles en nombre de sus visiones.
Es curioso, ¿verdad?, que cuando un tipo rompe un objeto inanimado a golpes creyendo que está endemoniado se asume instantáneamente que está loco o que estaba borracho o drogado, mientras que cuando otro tipo manda matar a otro o hacerle la guerra a un pueblo entero por esta misma razón (en nombre de la lucha contra el Mal), se lo trata simplemente como un exceso de celo religioso.
Consideramos que un hombre que dice que el demonio habita un objeto está fuera de sus cabales, porque no puede demostrar que haya habido una razón válida, y porque nadie ha visto jamás, comprobablemente, al demonio ni a ningún otro ser sobrenatural. Lo mismo podría haber dicho que había un gremlin tras el volante. Pero si un líder religioso ve espíritus suprahumanos y conspiraciones malignas a su alrededor y alienta la locura de los fieles, enviándolos a castigar a los aliados del demonio, entonces es parte de su creencia y debemos respetarlo y tomarlo en serio.
Quizá sea tiempo de empezar a medir a todos los creyentes en ángeles y demonios, en santos y vírgenes, en dioses y espíritus, con la misma vara con la que medimos a los locos que destrozan automóviles en nombre de sus visiones.
martes, 21 de julio de 2009
El bondi ateo
¿Tendremos pronto un bus ateo en Argentina? En bondiateo.org están haciendo planes...
Todo es preliminar por el momento (todavía no hay manera de donar fondos) pero se puede difundir la idea por medio de logos de distintos tamaños y formatos.
Para los no-argentinos que se estén preguntando, aquí a los autobuses urbanos se les llama coloquialmente bondis, además de la palabra informal pero más correcta colectivos, que es etimológicamente equivalente a la más formal ómnibus. El término bondi, según parece, proviene del portugués brasileño bonde, a su vez del inglés bond, "bono", todo esto porque el sistema de tranvías de Rio de Janeiro fue construido por una empresa inglesa y financiado con bonos del Estado. La palabra viajó hasta aquí y se quedó. No es un término muy fino que digamos, pero no importa.
El slogan de la campaña no es bueno por varias razones (esto ya se ha discutido interminablemente en otros foros) pero, si se logra ponerlo a circular, cumplirá al menos con la función básica de volver visibles a los no creyentes en un país donde todo el mundo asume que el interlocutor es, si no católico o evangélico o judío, al menos una versión tibia y diluida de alguno de ellos. El problema de la religión en Argentina no es que Dios nos impida disfrutar, sino que muchos creyentes disfrutan tranquilamente de sus vidas sin ver cómo los vicarios de Dios se las joden a los demás.
Necesitamos una campaña de shock, una que haga que se discuta en las paradas de ómnibus, en las esquinas, en los bares, en las casas. Espero que la gente del Bondi Ateo lo logre.
[Gracias a DrGEN por avisarme de esta novedad.]
Todo es preliminar por el momento (todavía no hay manera de donar fondos) pero se puede difundir la idea por medio de logos de distintos tamaños y formatos.
“Abrimos este espacio con el objetivo de promover el librepensamiento, tener un lugar para la reflexión sobre las religiones y poder manejar la campaña con la mayor transparencia posible. Y porque los Ateos, Agnósticos y Librepensadores somos muchos ¡y no estamos solos!”Hace meses yo me preguntaba si podría haber un autobús ateo en Argentina y reflexionaba sobre la intolerancia de mis conciudadanos hacia los que "mueven el bote" con temas tan aparentemente abstractos. ¿Podremos hacer la prueba?
Para los no-argentinos que se estén preguntando, aquí a los autobuses urbanos se les llama coloquialmente bondis, además de la palabra informal pero más correcta colectivos, que es etimológicamente equivalente a la más formal ómnibus. El término bondi, según parece, proviene del portugués brasileño bonde, a su vez del inglés bond, "bono", todo esto porque el sistema de tranvías de Rio de Janeiro fue construido por una empresa inglesa y financiado con bonos del Estado. La palabra viajó hasta aquí y se quedó. No es un término muy fino que digamos, pero no importa.
El slogan de la campaña no es bueno por varias razones (esto ya se ha discutido interminablemente en otros foros) pero, si se logra ponerlo a circular, cumplirá al menos con la función básica de volver visibles a los no creyentes en un país donde todo el mundo asume que el interlocutor es, si no católico o evangélico o judío, al menos una versión tibia y diluida de alguno de ellos. El problema de la religión en Argentina no es que Dios nos impida disfrutar, sino que muchos creyentes disfrutan tranquilamente de sus vidas sin ver cómo los vicarios de Dios se las joden a los demás.
Necesitamos una campaña de shock, una que haga que se discuta en las paradas de ómnibus, en las esquinas, en los bares, en las casas. Espero que la gente del Bondi Ateo lo logre.
[Gracias a DrGEN por avisarme de esta novedad.]
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lunes, 20 de julio de 2009
A121: La Biblia antes que la ley
No sé qué le está pasando a Brasil: primero aprueban un concordato inconstitucional con la Santa Sede, y luego ¡se ponen a leer la Biblia en la legislatura!
Lo que yo quisiera saber es cómo se seleccionarán los textos a leer. En la Biblia hay unos cuantos pasajes dedicados a la paz y la concordia, pero ninguno (que yo sepa) que proponga la discusión razonada y el debate calmo de ideas distintas, que es lo que se esperaría inspirar a una legislatura. Y claro, hay muchísimos más pasajes bíblicos que hablan de cómo se debe apedrear a quien piensa distinto, que narran espantosos genocidios y cosas así.
En fin, la eficacia de esta medida dependerá de la destreza del pastor... digo, del presidente de la asamblea, que deberá seleccionar de las Escrituras, como se acostumbra, los versículos que suenan bellos e inofensivos, y pasar por alto los que hoy consideramos grotescos y de mal gusto. Todo sea por lograr que los muy cristianos legisladores no se insulten ni se vayan a las manos, cosa que aparentemente no pueden contenerse de hacer si no escuchan la Palabra de Dios unos minutos antes.
Los parlamentarios de la Asamblea Legislativa del estado de Paraíba, nordeste de Brasil, aprobaron un proyecto que obligará a los legisladores a reflexionar sobre la Biblia cinco minutos antes de las sesiones, para intentar evitar agresiones durante los debates.La racionalización de esta clase de práctica bizarra debe seguir la línea general de aquellos que dicen que la paz, el orden, la armonía y el amor al prójimo provienen de la fe en Dios y por lo tanto hay que mencionar a Dios frecuentemente e involucrarlo en todos los aspectos de la sociedad para que la misma no se desintegre (esto incluye rezar en las escuelas, que los militares reciban instrucción religiosa, que los políticos juren sobre los evangelios, que los billetes digan "In God We Trust", etc., lo cual, como bien sabemos, ha hecho de los países que practican estas devociones los más felices y seguros del planeta).
Lo que yo quisiera saber es cómo se seleccionarán los textos a leer. En la Biblia hay unos cuantos pasajes dedicados a la paz y la concordia, pero ninguno (que yo sepa) que proponga la discusión razonada y el debate calmo de ideas distintas, que es lo que se esperaría inspirar a una legislatura. Y claro, hay muchísimos más pasajes bíblicos que hablan de cómo se debe apedrear a quien piensa distinto, que narran espantosos genocidios y cosas así.
En fin, la eficacia de esta medida dependerá de la destreza del pastor... digo, del presidente de la asamblea, que deberá seleccionar de las Escrituras, como se acostumbra, los versículos que suenan bellos e inofensivos, y pasar por alto los que hoy consideramos grotescos y de mal gusto. Todo sea por lograr que los muy cristianos legisladores no se insulten ni se vayan a las manos, cosa que aparentemente no pueden contenerse de hacer si no escuchan la Palabra de Dios unos minutos antes.
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sábado, 18 de julio de 2009
A120: Las raíces cristianas de Argentina
Eduardo Taussig, obispo de San Rafael (Mendoza), está preocupado por el peligro que representa el laicismo para "las raíces cristianas que han forjado la identidad argentina". La "pequeña minoría" de los argentinos que impulsa el laicismo es "muy dañina". La Ley 1420 de Educación Común, Laica y Obligatoria también le mereció críticas: la calificó de "tiranía de las conciencias indiferentes o disidentes sobre la mayoría de la niñez argentina".
Con sus declaraciones, este obispo del sur mendocino se une al coro de los católicos integristas como Héctor Aguer, que también se ha pronunciado repetidamente contra la educación laica ("educación sin moral") y la separación entre la Iglesia y el Estado, y en especial sobre el tema de esas misteriosas "raíces cristianas".
Fue precisamente Taussig quien celebró el Te Deum del 25 de mayo de 2007 en Mendoza y le recordó al entonces presidente Néstor Kirchner, luego de que éste tuviera duros cruces con el arzobispo de Buenos Aires, que "una democracia sin valores se convierte con facilidad en un totalitarismo visible o encubierto". En esa ocasión Taussig valoró la "fidelidad a la democracia", fórmula vacía que era casi obligatoria a meses de las elecciones presidenciales, aparentemente sin recordar que la Iglesia Católica ha apoyado todos los golpes de estado que interrumpieron el proceso democrático en nuestra historia. En Argentina no hemos sufrido verdaderos totalitarismos, pero sí hemos tenido una gran abundancia de dictadores que se profesaban bien católicos y que afirmaban seguir los valores cristianos, sin que a la Iglesia, como institución, se le ocurriera contradecir tal cosa.
Dado que el laicismo militante ha dado muy pocos y pequeños pasos en Argentina, y que nuestro gobierno, en otros tiempos reputado de izquierda y saludablemente confrontativo, no ha dado señales de querer expulsar a la Iglesia de la cama que comparte con el Estado desde la época colonial, las ominosas advertencias de los obispos parecen exageradas. Aquí no hay buses ateos, ni un gran movimiento para prohibir los símbolos religiosos en lugares públicos, ni un lobby interreligioso contra los privilegios del catolicismo, ni nada que amenace seriamente el status de nuestra religión oficial. El catolicismo tácito de la mayoría no está en peligro, incluso aunque casi nadie vaya seguido a misa.
A los misioneros católicos rara vez les han importado las raíces religiosas de los pueblos adonde son enviados, excepto como objeto de estudio para lograr una mayor penetración de la predicación. Por otro lado, ninguna cultura permanece inmutable, anclada en el pasado. En el caso argentino, podríamos decir que cuando más nos alejemos de nuestras raíces, mejor estaremos. Argentina fue colonia española y colonia de facto británica, fue un puerto hipertrofiado unido a un hinterland inmenso y abandonado a caudillos, fue el escenario del exterminio de docenas de pueblos indígenas en nombre de la civilización europea y cristiana; su población empezó a salir de su brutalidad cuando la educación (no la instrucción religiosa) se convirtió en derecho de todos sus habitantes; su gente ganó su derecho a elegir sus representantes bajo gobiernos liberales y laicos, y los perdió cada vez que los militares, invariablemente bendecidos por la Iglesia, decidieron tomar el control.
Con sus declaraciones, este obispo del sur mendocino se une al coro de los católicos integristas como Héctor Aguer, que también se ha pronunciado repetidamente contra la educación laica ("educación sin moral") y la separación entre la Iglesia y el Estado, y en especial sobre el tema de esas misteriosas "raíces cristianas".
Fue precisamente Taussig quien celebró el Te Deum del 25 de mayo de 2007 en Mendoza y le recordó al entonces presidente Néstor Kirchner, luego de que éste tuviera duros cruces con el arzobispo de Buenos Aires, que "una democracia sin valores se convierte con facilidad en un totalitarismo visible o encubierto". En esa ocasión Taussig valoró la "fidelidad a la democracia", fórmula vacía que era casi obligatoria a meses de las elecciones presidenciales, aparentemente sin recordar que la Iglesia Católica ha apoyado todos los golpes de estado que interrumpieron el proceso democrático en nuestra historia. En Argentina no hemos sufrido verdaderos totalitarismos, pero sí hemos tenido una gran abundancia de dictadores que se profesaban bien católicos y que afirmaban seguir los valores cristianos, sin que a la Iglesia, como institución, se le ocurriera contradecir tal cosa.
Dado que el laicismo militante ha dado muy pocos y pequeños pasos en Argentina, y que nuestro gobierno, en otros tiempos reputado de izquierda y saludablemente confrontativo, no ha dado señales de querer expulsar a la Iglesia de la cama que comparte con el Estado desde la época colonial, las ominosas advertencias de los obispos parecen exageradas. Aquí no hay buses ateos, ni un gran movimiento para prohibir los símbolos religiosos en lugares públicos, ni un lobby interreligioso contra los privilegios del catolicismo, ni nada que amenace seriamente el status de nuestra religión oficial. El catolicismo tácito de la mayoría no está en peligro, incluso aunque casi nadie vaya seguido a misa.
A los misioneros católicos rara vez les han importado las raíces religiosas de los pueblos adonde son enviados, excepto como objeto de estudio para lograr una mayor penetración de la predicación. Por otro lado, ninguna cultura permanece inmutable, anclada en el pasado. En el caso argentino, podríamos decir que cuando más nos alejemos de nuestras raíces, mejor estaremos. Argentina fue colonia española y colonia de facto británica, fue un puerto hipertrofiado unido a un hinterland inmenso y abandonado a caudillos, fue el escenario del exterminio de docenas de pueblos indígenas en nombre de la civilización europea y cristiana; su población empezó a salir de su brutalidad cuando la educación (no la instrucción religiosa) se convirtió en derecho de todos sus habitantes; su gente ganó su derecho a elegir sus representantes bajo gobiernos liberales y laicos, y los perdió cada vez que los militares, invariablemente bendecidos por la Iglesia, decidieron tomar el control.
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viernes, 17 de julio de 2009
A119: Cienciología en Argentina
La Iglesia de la Cienciología ha llegado a la Argentina, según advierte en su blog el investigador de sectas Alfredo Silletta haciéndose eco del reporte aparecido en el diario La Voz, de la ciudad de Córdoba.
Una delegación local de este culto armó una carpa ("La Gran Tienda Amarilla de los Ministros Voluntarios de Scientology") en la Plaza de la Intendencia, frente a la municipalidad, y ofrece sus servicios a través de ministros, mayormente mexicanos.
Poco puedo agregar al notorio curriculum de esta religión, inventada a partir de un sistema de autoayuda pseudocientífico por un escritor de ciencia-ficción clase B, que no esté disponible en internet y documentado ampliamente. Como detalle curioso, las doctrinas más extrañas de la Cienciología son probablemente las que no conocemos, ya que los costosos materiales necesarios para el "avance espiritual" de los iniciados tienen copyright y la secta tiene un ejército de abogados listos para litigar contra cualquiera que intente divulgarlas.
Como se dice por aquí, éramos pocos y parió Ron Hubbard...
Una delegación local de este culto armó una carpa ("La Gran Tienda Amarilla de los Ministros Voluntarios de Scientology") en la Plaza de la Intendencia, frente a la municipalidad, y ofrece sus servicios a través de ministros, mayormente mexicanos.
Poco puedo agregar al notorio curriculum de esta religión, inventada a partir de un sistema de autoayuda pseudocientífico por un escritor de ciencia-ficción clase B, que no esté disponible en internet y documentado ampliamente. Como detalle curioso, las doctrinas más extrañas de la Cienciología son probablemente las que no conocemos, ya que los costosos materiales necesarios para el "avance espiritual" de los iniciados tienen copyright y la secta tiene un ejército de abogados listos para litigar contra cualquiera que intente divulgarlas.
Como se dice por aquí, éramos pocos y parió Ron Hubbard...
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miércoles, 15 de julio de 2009
A118: Vacunados contra la prudencia
Algo equívocamente, el diario Crítica titula La fe puede más que la gripe A un artículo contando como unas 2.500 personas insistieron en peregrinar hacia el santuario mariano de Itatí, provincia de Corrientes, a pesar de que la peregrinación fue oficialmente suspendida a causa del peligro de contagio de la influenza A(H1N1). Es que "las religiones no saben de razones".
Según reportan los diarios, Andrés Stanovnik, arzobispo de Corrientes, llamó a "actuar razonablemente, como lo hizo la Virgen María", ante la epidemia de gripe. Ignoro qué quiso decir; si algo no le atribuye la mitología católica a la Virgen María es razonabilidad o racionalidad, sino más bien todo lo contrario, una sumisión total y sin argumentos ante el anuncio (que uno creería impactante) de que iba a ser madre sin tener relaciones sexuales.
En todo caso, hay que decir que institucionalmente la Iglesia se ha comportado como debiera: sólo se harán misas al aire libre, evitando la aglomeración de personas; la comunión se dará en la mano y no en la boca. Los feligreses, aunque en número mucho menor que de costumbre, son los que han desoído la advertencia y han marchado a Itatí, ciudad pequeña de un provincia pobre cuyo único edificio importante es una basílica obscenamente grande y cara construida para festejar a un ser imaginario.
La gripe A ha obligado a muchos cambios de conducta y ha sacado a relucir buenos y malos aspectos de nuestra idiosincrasia. Uno de ellos es la irresponsabilidad de los que ponen su salud en riesgo. Lejos de mí estaría prohibirle a un tonto que se contagiara de una enfermedad; el problema está en que esta enfermedad es sumamente contagiosa y sus víctimas mortales suelen ser niños, embarazadas, y otras personas con las defensas bajas o con patologías anteriores, es decir, los más débiles.
No es cierto, como dice un sacerdote consultado, que no puedan impedirle a la gente que se junte a celebrar; si de algo vale la autoridad eclesiástica, el arzobispo debería haber prohibido, en nombre de la caridad cristiana y en los términos más firmes, que se realizara la peregrinación, que es apenas una tradición y completamente innecesaria. Sospecho que tampoco harán mucho para impedir que la gente se aglomere en Itatí en diciembre, cuando se celebre la postergada fiesta de la advocación de la Virgen, en plena temporada de dengue.
Según reportan los diarios, Andrés Stanovnik, arzobispo de Corrientes, llamó a "actuar razonablemente, como lo hizo la Virgen María", ante la epidemia de gripe. Ignoro qué quiso decir; si algo no le atribuye la mitología católica a la Virgen María es razonabilidad o racionalidad, sino más bien todo lo contrario, una sumisión total y sin argumentos ante el anuncio (que uno creería impactante) de que iba a ser madre sin tener relaciones sexuales.
En todo caso, hay que decir que institucionalmente la Iglesia se ha comportado como debiera: sólo se harán misas al aire libre, evitando la aglomeración de personas; la comunión se dará en la mano y no en la boca. Los feligreses, aunque en número mucho menor que de costumbre, son los que han desoído la advertencia y han marchado a Itatí, ciudad pequeña de un provincia pobre cuyo único edificio importante es una basílica obscenamente grande y cara construida para festejar a un ser imaginario.
La gripe A ha obligado a muchos cambios de conducta y ha sacado a relucir buenos y malos aspectos de nuestra idiosincrasia. Uno de ellos es la irresponsabilidad de los que ponen su salud en riesgo. Lejos de mí estaría prohibirle a un tonto que se contagiara de una enfermedad; el problema está en que esta enfermedad es sumamente contagiosa y sus víctimas mortales suelen ser niños, embarazadas, y otras personas con las defensas bajas o con patologías anteriores, es decir, los más débiles.
No es cierto, como dice un sacerdote consultado, que no puedan impedirle a la gente que se junte a celebrar; si de algo vale la autoridad eclesiástica, el arzobispo debería haber prohibido, en nombre de la caridad cristiana y en los términos más firmes, que se realizara la peregrinación, que es apenas una tradición y completamente innecesaria. Sospecho que tampoco harán mucho para impedir que la gente se aglomere en Itatí en diciembre, cuando se celebre la postergada fiesta de la advocación de la Virgen, en plena temporada de dengue.
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martes, 14 de julio de 2009
A117: Puritanos contra la lascivia
Llevado una vez más por mi inexplicable tendencia al masoquismo, me dirigí al sitio web de la Fundación Argentina del Mañana, el grupo de puritanos guardianes de la moral católica que se dedica a pedir que se prohíba lo que no les gusta ver en televisión. El último brote de indignación se dirige al desagradable programa Showmatch, que dirige y conduce en persona el multimillonario gritón Marcelo Tinelli, y en el cual se dedicó durante un tiempo un segmento a un concurso de baile para niños.
Los seres humanos, ¿no somos animales? ¿Cómo se aparean los humanos, sino con contacto genital? (De acuerdo, hay preámbulos y complicaciones y componentes emocionales de los que ningún otro animal disfruta, pero el apareamiento no es sustancialmente distinto.) Los muy viriles señores de la Fundación Argentina del Mañana, ¿cómo se aparean con sus muy remilgadas señoras? ¿Se envían tarjetas perfumadas, se besan sin lengua, lo hacen vestidos, a oscuras y a través de una sábana?
Paradójicamente, es la Iglesia Católica la que más insiste en que el sexo entre humanos debe ser como entre animales: sin restricción una vez constituida la pareja, sin previsión racional, sin protección contra la concepción accidental, y sólo para reproducir la especie...
No existen muchas actitudes más denigrantes que una “danza” lasciva al punto de que en ella, intencionalmente, se procure contacto genital semejante al apareo de animales. Entre las pocas conductas aún más atentatorias a la dignidad humana, está hacerlo con niños.Aún estando del todo de acuerdo con que Bailando Kids era denigrante y constituía abuso infantil (por el cual los padres deberían ser penalmente responsables), tuve que sonreírme ante otra exhibición de la represión sexual de estos puritanos. ¿Lo lascivo es denigrante? ¿Una danza no es tal sino una "danza", entre despectivas comillas, si su objeto es la excitación sexual? Pero sobre todo, ¿qué tiene de malo el "contacto genital semejante al apareo de animales"?
Los seres humanos, ¿no somos animales? ¿Cómo se aparean los humanos, sino con contacto genital? (De acuerdo, hay preámbulos y complicaciones y componentes emocionales de los que ningún otro animal disfruta, pero el apareamiento no es sustancialmente distinto.) Los muy viriles señores de la Fundación Argentina del Mañana, ¿cómo se aparean con sus muy remilgadas señoras? ¿Se envían tarjetas perfumadas, se besan sin lengua, lo hacen vestidos, a oscuras y a través de una sábana?
Paradójicamente, es la Iglesia Católica la que más insiste en que el sexo entre humanos debe ser como entre animales: sin restricción una vez constituida la pareja, sin previsión racional, sin protección contra la concepción accidental, y sólo para reproducir la especie...
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lunes, 13 de julio de 2009
A108.3: Concordato Brasil-Vaticano es inconstitucional
El acuerdo entre Brasil y la Santa Sede que está siendo debatido en el Congreso es inconstitucional, según un grupo de legisladores brasileños y expertos que lo analizaron, reporta el suplemento católico de Clarín, Valores Religiosos. "Adolece de múltiples inconstitucionalidades", "hiere el carácter laico del estado brasileño" y "permitiría que Brasil pueda llegar al extremo de reconocer el derecho canónico".
¿Para qué se hizo entonces? Sus defensores dicen que daría "seguridad jurídica" a la Iglesia Católica en Brasil. Como ya vimos antes, tal cosa no sólo es innecesaria, sino que además el proyecto de ley contiene ingredientes mucho menos benignos.
(Posteo esto para mantener viva la noticia. Con frecuencia prestamos atención a estas cosas sólo en el momento y luego nos enteramos de los problemas ante el hecho consumado.)
¿Para qué se hizo entonces? Sus defensores dicen que daría "seguridad jurídica" a la Iglesia Católica en Brasil. Como ya vimos antes, tal cosa no sólo es innecesaria, sino que además el proyecto de ley contiene ingredientes mucho menos benignos.
(Posteo esto para mantener viva la noticia. Con frecuencia prestamos atención a estas cosas sólo en el momento y luego nos enteramos de los problemas ante el hecho consumado.)
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domingo, 12 de julio de 2009
Ateísmo en EWTN
Estuve viendo un programa sobre ateísmo del canal católico EWTN, posteado en YouTube por psicodani76 y del cual me enteré vía Ateo Militante. Está en cinco partes, totalizando unos 45 minutos, y enfrenta al presentador, un tal Padre Alberto, junto con un historiador creyente y otro sacerdote, con un ateo (aparentemente el programa se graba en Honduras). [Hacer click en el primer link para reproducir los cinco videos en secuencia.]
El lector tendrá que juzgar por sí mismo la calidad del programa y de sus argumentos. El objetivo parecía ser un examen del ateísmo que pasara por serio y objetivo a los ojos de católicos moderados y del televidente en general. Lamentablemente, el asunto se desbarranca muy pronto, en parte por incapacidad del ateo invitado para responder a los cuestionamientos de los católicos, para lo cual (hay que decirlo en su defensa) no cuenta con ayuda alguna del conductor del programa, que quiere mostrarse como, pero manifiestamente no es, un moderador imparcial.
Entre los errores, desaciertos y distorsiones que vi están los siguientes:
La presentación del ateísmo como una antítesis estructurada a la tesis del teísmo y como movimiento militante, que no deja lugar al hecho (clarísimo) de que nadie nace con una creencia religiosa y de que hay muchos ateos que no son militantes ni se consideran unidos a los demás ateos del mundo por nada. Aunque luego se habla de "ateísmo práctico" o indiferentismo, la primera impresión que se lleva el creyente sin exposición al tema es que los ateos son una organización nacida al calor del anticlericalismo de la Ilustración.
La trilladísima argumentación de que, si bien la existencia de Dios no es comprobable, tampoco lo es su inexistencia, a la cual el ateo invitado no sabe o no puede responder adecuadamente, mientras que hay al menos tres objeciones muy serias para hacerle: 1) ¿de qué Dios hablamos?, ya que el concepto de Dios convenientemente se deja indefinido para que los creyentes hagan con él lo que deseen, y hay dioses mucho más probables que otros; 2) que la indecidibilidad de un enunciado no implica que su probabilidad sea del 50%: quizá la probabilidad de que Dios (el dios cristiano) exista sea tan infinitesimalmente pequeña que no valga la pena considerarla, que es lo que de hecho afirman muchos ateos; 3) que los creyentes demandan tener conocimiento de Dios a un nivel tal que, obviamente, a nivel práctico, ellos no toman en serio esta tesis sino que creen tener la verdad comprobada.
La postura de que el hombre siempre debe estar "en la búsqueda de la verdad", y que si no ha encontrado a Dios es porque ha abandonado esa búsqueda muy pronto, porque se ha autoconvencido de que Dios no existe, etc., insistiendo con una tesis implícita de que no existen verdaderos ateos sino sólo gente ignorante o que rechaza a Dios.
El cuestionamiento y la descalificación al ateo a causa de que llegó a su conclusión "muy pronto". Se llega a requerir del ateo que haya leído, estudiado y "buscado" por años a Dios para poder justificar (a regañadientes) su postura, mientras que no se le pide nada similar al creyente, al cual le basta con ser adoctrinado de pequeño y aceptar sin chistar lo que le dicen sus mayores. Se le plantea al ateo que lo correcto es estar siempre abierto a convertirse y creer, mientras que a los creyentes no se les pide la misma apertura para considerar que pueden haber estado creyendo en una tesis falsa. El ateo debe ser tolerante y abierto; los creyentes deben, a lo más, tener paciencia con el pobre hermano ateo perdido en su materialismo.
Las referencias equívocas a los crímenes pasados de la Iglesia. El ateo invitado comete el error de traer a colación la Inquisición sin motivo argumental aparente; sigue la excusa habitual de parte de los católicos de los horrores de la Inquisición como "errores humanos" y la acusación de que todo es una leyenda negra inventada a posteriori, y al ateo no se le da ni un resquicio para cuestionar o repreguntar, con lo cual queda como un intolerante sin respuestas.
La apelación a la autoridad al traer a colación que la mayoría de los grandes científicos y pensadores son y han sido creyentes, la cual requiere una discusión detallada que no se da. Por un lado ocurre que la tendencia al ateísmo es cada vez mayor entre los científicos; por otro, es claro que el ateísmo no podía hacerse visible en otros tiempos y ahora sí; muchos de los "grandes creyentes" no creían en el Dios cristiano sino en una elaboración mental propia, siendo deístas o panteístas; y finalmente, aunque todos los grandes científicos fueran fervientes creyentes, eso no haría más o menos cierta su creencia.
Hay más en esta vena, pero ya ven cómo viene la cosa. El programa deja una cierta frustración: los creyentes, en terreno amigo y con un discurso prearmado, no logran ganar el debate, pero tampoco dejan que progrese mucho en ningún sentido; el ateo invitado es tan amable, tan tolerante (tan como la mayoría de los ateos) que queda indefenso contra los apologetas profesionales que se sientan frente a él y que no temen lanzar firmes opiniones como si fueran hechos. Quizá éste sea el drama del ateísmo y de los librepensadores contemporáneos: tanto hemos asimilado la idea de tolerancia religiosa, tanto hemos llegado a aborrecer la cerrazón mental y la censura social que se usó en nuestra contra durante siglos, que frente a personas entrenadas para ser suave pero inflexiblemente ortodoxas, no logramos elevar la voz.
El lector tendrá que juzgar por sí mismo la calidad del programa y de sus argumentos. El objetivo parecía ser un examen del ateísmo que pasara por serio y objetivo a los ojos de católicos moderados y del televidente en general. Lamentablemente, el asunto se desbarranca muy pronto, en parte por incapacidad del ateo invitado para responder a los cuestionamientos de los católicos, para lo cual (hay que decirlo en su defensa) no cuenta con ayuda alguna del conductor del programa, que quiere mostrarse como, pero manifiestamente no es, un moderador imparcial.
Entre los errores, desaciertos y distorsiones que vi están los siguientes:
La presentación del ateísmo como una antítesis estructurada a la tesis del teísmo y como movimiento militante, que no deja lugar al hecho (clarísimo) de que nadie nace con una creencia religiosa y de que hay muchos ateos que no son militantes ni se consideran unidos a los demás ateos del mundo por nada. Aunque luego se habla de "ateísmo práctico" o indiferentismo, la primera impresión que se lleva el creyente sin exposición al tema es que los ateos son una organización nacida al calor del anticlericalismo de la Ilustración.
La trilladísima argumentación de que, si bien la existencia de Dios no es comprobable, tampoco lo es su inexistencia, a la cual el ateo invitado no sabe o no puede responder adecuadamente, mientras que hay al menos tres objeciones muy serias para hacerle: 1) ¿de qué Dios hablamos?, ya que el concepto de Dios convenientemente se deja indefinido para que los creyentes hagan con él lo que deseen, y hay dioses mucho más probables que otros; 2) que la indecidibilidad de un enunciado no implica que su probabilidad sea del 50%: quizá la probabilidad de que Dios (el dios cristiano) exista sea tan infinitesimalmente pequeña que no valga la pena considerarla, que es lo que de hecho afirman muchos ateos; 3) que los creyentes demandan tener conocimiento de Dios a un nivel tal que, obviamente, a nivel práctico, ellos no toman en serio esta tesis sino que creen tener la verdad comprobada.
La postura de que el hombre siempre debe estar "en la búsqueda de la verdad", y que si no ha encontrado a Dios es porque ha abandonado esa búsqueda muy pronto, porque se ha autoconvencido de que Dios no existe, etc., insistiendo con una tesis implícita de que no existen verdaderos ateos sino sólo gente ignorante o que rechaza a Dios.
El cuestionamiento y la descalificación al ateo a causa de que llegó a su conclusión "muy pronto". Se llega a requerir del ateo que haya leído, estudiado y "buscado" por años a Dios para poder justificar (a regañadientes) su postura, mientras que no se le pide nada similar al creyente, al cual le basta con ser adoctrinado de pequeño y aceptar sin chistar lo que le dicen sus mayores. Se le plantea al ateo que lo correcto es estar siempre abierto a convertirse y creer, mientras que a los creyentes no se les pide la misma apertura para considerar que pueden haber estado creyendo en una tesis falsa. El ateo debe ser tolerante y abierto; los creyentes deben, a lo más, tener paciencia con el pobre hermano ateo perdido en su materialismo.
Las referencias equívocas a los crímenes pasados de la Iglesia. El ateo invitado comete el error de traer a colación la Inquisición sin motivo argumental aparente; sigue la excusa habitual de parte de los católicos de los horrores de la Inquisición como "errores humanos" y la acusación de que todo es una leyenda negra inventada a posteriori, y al ateo no se le da ni un resquicio para cuestionar o repreguntar, con lo cual queda como un intolerante sin respuestas.
La apelación a la autoridad al traer a colación que la mayoría de los grandes científicos y pensadores son y han sido creyentes, la cual requiere una discusión detallada que no se da. Por un lado ocurre que la tendencia al ateísmo es cada vez mayor entre los científicos; por otro, es claro que el ateísmo no podía hacerse visible en otros tiempos y ahora sí; muchos de los "grandes creyentes" no creían en el Dios cristiano sino en una elaboración mental propia, siendo deístas o panteístas; y finalmente, aunque todos los grandes científicos fueran fervientes creyentes, eso no haría más o menos cierta su creencia.
Hay más en esta vena, pero ya ven cómo viene la cosa. El programa deja una cierta frustración: los creyentes, en terreno amigo y con un discurso prearmado, no logran ganar el debate, pero tampoco dejan que progrese mucho en ningún sentido; el ateo invitado es tan amable, tan tolerante (tan como la mayoría de los ateos) que queda indefenso contra los apologetas profesionales que se sientan frente a él y que no temen lanzar firmes opiniones como si fueran hechos. Quizá éste sea el drama del ateísmo y de los librepensadores contemporáneos: tanto hemos asimilado la idea de tolerancia religiosa, tanto hemos llegado a aborrecer la cerrazón mental y la censura social que se usó en nuestra contra durante siglos, que frente a personas entrenadas para ser suave pero inflexiblemente ortodoxas, no logramos elevar la voz.
sábado, 11 de julio de 2009
El papel de la religión
“Bueno, bueno, ya puedo oír a los defensores de la religión empezando a gruñir, hay más en la vida que productos meramente materiales como los hornos a microondas: hay satisfacción y contemplación y una especie de psicología subjetiva de ritos y sentido de comunidad y toda esa clase de cosas. Seguro. Bien. Entonces apéguense a eso, y dejen de asumir que la religión debería determinar políticas públicas, que puede informarnos sobre la naturaleza de nuestra existencia o que es una buena guía para la moral pública. Sáquenla de nuestras escuelas y juzgados y lugares de trabajo y gobiernos, llévensela a sus hogares e iglesias, y úsenla como les parezca apropiado como su juego mental personal para autoconsolarse. Y dejen de pretender que es universal y necesaria, porque hay mil religiones distintas, todas proclamando tener estas mismas propiedades con detalles absolutamente diferentes, y hay millones de nosotros que no tenemos religión y que vivimos perfectamente bien sin esas locuras sacramentadas de ustedes.”
— PZ Myers, Unscientific America and those awful atheists, Pharyngula
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viernes, 10 de julio de 2009
A116: Ángeles y Demonios, ¿censurada?
El otro día la curiosidad me venció y me senté a ver Ángeles y Demonios, película que ya había dicho que no me molestaría en ver porque sabía que iba a ser un bodrio. No fui defraudado en mis expectativas... Pero creo que todos tienen derecho a verla y criticarla. Lo cual nos lleva al tema de esta alerta, que es que aparentemente la proyección de Ángeles y Demonios fue cancelada por orden de un sacerdote católico en la ciudad de Malargüe (provincia de Mendoza).
Valores religiosos, el suplemento religioso (de facto católico) del diario Clarín dice que fue "por razones que se desconocen", curiosamente (o no) dejando afuera los fuertes rumores que mencionaban con nombre y apellido al cura párroco Ramiro Sáenz, el "Torquemada sureño", conocido por haber escrito un libro contra El Código Da Vinci y por sus polémicas intervenciones políticas.
Está claro que un mero rumor no es noticia, aunque también es cierto que los medios se dejan llevar todos los días por rumores menos fundados. Sea como fuere, la sala donde debía proyectarse la película fue objeto de sabotaje, por lo cual se canceló su exhibición, y las sospechas apuntan a Sáenz, que tiene buenos contactos con el poder local y una gran afición por la censura.
Como guardián de la moral y las buenas costumbres, Sáenz se opone a todo lo que su iglesia manda oponerse, y un poco más también. No ha dudado en levantar el teléfono para presionar a las autoridades cuando lo consideró necesario, por ejemplo, para condenar la presencia de bandas de rock como Bersuit Vergarabat, y para pedir que no se invitara oficialmente a Víctor Heredia y otros artistas a la ciudad por ser "de ideología marxista", además de polemizar sobre la cantidad de desaparecidos en la última dictadura militar (que según él "no fueron más de cinco mil").
A esta altura del siglo XXI estas tonterías todavía tienen cabida, quizá debido a una clase política atrasada y de escaso compromiso con los valores republicanos, pero sobre todo debido al respeto (incluso al miedo) que despiertan indebidamente los líderes religiosos. Lo que afortunadamente ya no ocurre es el silencio. Para bien o para mal, los rumores que antaño no salían de un lugar como Malargüe (una ciudad de diez mil habitantes en el desierto patagónico, a tres horas de cualquier lado) ahora encuentran su camino hasta nosotros vía internet. Esta clase de difusión puede ser letal para el oscurantismo que propugnan personajes como Ramiro Sáenz. Cuando sus propios feligreses entiendan que la palabra del cura no vale más que la de ellos, estaremos en el buen camino.
Valores religiosos, el suplemento religioso (de facto católico) del diario Clarín dice que fue "por razones que se desconocen", curiosamente (o no) dejando afuera los fuertes rumores que mencionaban con nombre y apellido al cura párroco Ramiro Sáenz, el "Torquemada sureño", conocido por haber escrito un libro contra El Código Da Vinci y por sus polémicas intervenciones políticas.
Está claro que un mero rumor no es noticia, aunque también es cierto que los medios se dejan llevar todos los días por rumores menos fundados. Sea como fuere, la sala donde debía proyectarse la película fue objeto de sabotaje, por lo cual se canceló su exhibición, y las sospechas apuntan a Sáenz, que tiene buenos contactos con el poder local y una gran afición por la censura.
Como guardián de la moral y las buenas costumbres, Sáenz se opone a todo lo que su iglesia manda oponerse, y un poco más también. No ha dudado en levantar el teléfono para presionar a las autoridades cuando lo consideró necesario, por ejemplo, para condenar la presencia de bandas de rock como Bersuit Vergarabat, y para pedir que no se invitara oficialmente a Víctor Heredia y otros artistas a la ciudad por ser "de ideología marxista", además de polemizar sobre la cantidad de desaparecidos en la última dictadura militar (que según él "no fueron más de cinco mil").
A esta altura del siglo XXI estas tonterías todavía tienen cabida, quizá debido a una clase política atrasada y de escaso compromiso con los valores republicanos, pero sobre todo debido al respeto (incluso al miedo) que despiertan indebidamente los líderes religiosos. Lo que afortunadamente ya no ocurre es el silencio. Para bien o para mal, los rumores que antaño no salían de un lugar como Malargüe (una ciudad de diez mil habitantes en el desierto patagónico, a tres horas de cualquier lado) ahora encuentran su camino hasta nosotros vía internet. Esta clase de difusión puede ser letal para el oscurantismo que propugnan personajes como Ramiro Sáenz. Cuando sus propios feligreses entiendan que la palabra del cura no vale más que la de ellos, estaremos en el buen camino.
jueves, 9 de julio de 2009
Jesus and Mo: Teología apofática
Jesus and Mo es un webcomic que se publica varias veces por semana, protagonizado por ciertos personajes, digamos, famosamente recurrentes en la historia de nuestro planeta. Se encuentra bajo una licencia Creative Commons BY-NC-SA, es decir, que permite su copia, modificación y distribución en tanto se cite la fuente y se comparta de la misma manera (o sea que esta traducción puede ser redistribuida libremente), y todo esto no sea para fines comerciales.
La elección de este comic no es casual. Justamente está un poco de moda en estos tiempos posmodernos hablar de Dios como inefable, como más de lo que podemos conocer, como misterio insondable que no podemos afirmar con seguridad pero que debemos respetar. La verdad es que si todos los creyentes del mundo se convirtieran a esta religión del silencio, nadie salvo los más puntillosos intelectuales ateos tendrían nada que decir en contra, pero en el mundo real, si bien esta teología apofática funciona para justificar a los teólogos sofisticados, entre los creyentes "de a pie" es inaplicable, y más aún, es completamente incompatible con los constantes pronunciamientos políticos de los líderes religiosos. Y, sospecho yo, los mismos teólogos que profesan esta inefabilidad no sienten empacho en ir a misa y recitar allí el Credo de todo corazón.
Los creyentes no dejan de decirnos qué es lo que Dios quiere o no quiere, como si Dios fuera un amigo íntimo que los llama al celular cada vez que se le ocurre algo importante, pero cuando se les muestra la total ausencia de evidencia comprobable de tales comunicaciones con la divinidad, suelen retirarse al refugio de la teología negativa y proclaman que Dios es demasiado grande para ser aprehendido por nuestro pobre intelecto.
La elección de este comic no es casual. Justamente está un poco de moda en estos tiempos posmodernos hablar de Dios como inefable, como más de lo que podemos conocer, como misterio insondable que no podemos afirmar con seguridad pero que debemos respetar. La verdad es que si todos los creyentes del mundo se convirtieran a esta religión del silencio, nadie salvo los más puntillosos intelectuales ateos tendrían nada que decir en contra, pero en el mundo real, si bien esta teología apofática funciona para justificar a los teólogos sofisticados, entre los creyentes "de a pie" es inaplicable, y más aún, es completamente incompatible con los constantes pronunciamientos políticos de los líderes religiosos. Y, sospecho yo, los mismos teólogos que profesan esta inefabilidad no sienten empacho en ir a misa y recitar allí el Credo de todo corazón.
Los creyentes no dejan de decirnos qué es lo que Dios quiere o no quiere, como si Dios fuera un amigo íntimo que los llama al celular cada vez que se le ocurre algo importante, pero cuando se les muestra la total ausencia de evidencia comprobable de tales comunicaciones con la divinidad, suelen retirarse al refugio de la teología negativa y proclaman que Dios es demasiado grande para ser aprehendido por nuestro pobre intelecto.
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miércoles, 8 de julio de 2009
Laicidad a la católica
Ésta no es una alerta sino algo para tener en cuenta. Resulta que, dejados atrás (afortunadamente) los tiempos en que la imposición de la religión a través del matrimonio de Iglesia y Estado era la regla antes que la excepción, el catolicismo busca intervenir de maneras más insidiosas, reinventando sutilmente las definiciones de laicidad y de libertad religiosa.
Siguiendo esta premisa se crea el portal e-LibertadReligiosa.net, que bajo el feliz título presenta una serie de artículos bastante inocuos y objetivos sobre las persecuciones que experimentan los creyentes en el mundo, especialmente en los estados islámicos y bajo otros regímenes políticamente opresivos, pero adicionando otros, como el que motiva este post, con la intención de legitimar ideas como la "laicidad positiva" y el supuesto valor intrínseco de la fe religiosa para la sociedad.
La ficción de que la política y la religión puede ser independientes y a la vez "abiertas una a la otra" también es un tópico que se ha vuelto común desde que la Iglesia Católica dejó de ser la religión de jure y de facto de los imperios y de los estados modernos occidentales. Antes de eso, y hasta no hace mucho, tal afirmación de independencia era cierta sólo cuando la jerarquía eclesiástica deseaba librarse de responsabilidades como (por ejemplo) la de encarcelar a los inmorales y la de ejecutar a los herejes.
La última frase es un paradigma de lo tramposo que puede ser el lenguaje del lobby religioso. ¿Qué son esas famosas "verdades morales naturales"? Nada más y nada menos que las doctrinas de la Iglesia Católica, ¿qué más si no? Por su propia definición, la Iglesia es la depositaria única de la verdad, que los que estamos fuera de ella sólo podemos ver imperfectamente, y eso sólo porque Dios las ha hecho "naturales". Bajo esta concepción, el Estado no puede sino dictar leyes que coincidan con la doctrina católica; de lo contrario, le falla a los ciudadanos y va literalmente contra natura. El Estado, dice esta idea, no puede decidir que los homosexuales son ciudadanos normales o que los comunistas tienen derecho a ser un partido en las elecciones: no puede decidirlo porque Dios ya ha decretado que la homosexualidad es abominable y que la doctrina comunista sobre la propiedad privada es contraria a Su orden. El Estado, en fin, tiene que respetar formulaicamente a todas las religiones pero obedecer a la Iglesia Católica.
De hecho, la "laicidad positiva" equivale a mantener intocados los privilegios de las religiones por sobre otras asociaciones de personas (y de la religión históricamente dominante sobre las otras), y la "libertad religiosa" equivale a una dispensa legal para propagar doctrinas discriminatorias de todo tipo. "Dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios" es una petición de principio: si Dios existe y su religión no puede ser relegada a la esfera privada sino que tiene que involucrarse en la vida pública, entonces todo es patrimonio de Dios; y si el César (el Estado) está por fuerza sujeto a las "verdades morales naturales", entonces al César no le corresponde nada más que un respeto subsidiario. Cuando San Pablo alentaba a los ciudadanos a no rebelarse contra la autoridad y a los esclavos a permanecer obedientes a sus amos, no quiso decir otra cosa que esto. El orden establecido proviene de Dios (el César es de Dios)... o bien los autonombrados representantes de Dios en la Tierra ya nos avisarán.
Siguiendo esta premisa se crea el portal e-LibertadReligiosa.net, que bajo el feliz título presenta una serie de artículos bastante inocuos y objetivos sobre las persecuciones que experimentan los creyentes en el mundo, especialmente en los estados islámicos y bajo otros regímenes políticamente opresivos, pero adicionando otros, como el que motiva este post, con la intención de legitimar ideas como la "laicidad positiva" y el supuesto valor intrínseco de la fe religiosa para la sociedad.
La política tiene que velar por la promoción del bien común de la comunidad. A su vez, la religión encauza la profunda inclinación que el hombre experimenta hacia Dios, para conocerle, adorarlo y vivir conforme a sus designios. Cada una en su ámbito, sin mezclas ni indebidas interferencias, aunque abierta una a la otra, pueden contribuir a la plena realización personal y social.La tesis de que el hombre "experimenta una profunda inclinación hacia Dios" es, por supuesto, falsa, aunque desde el punto de vista de los teólogos recalcitrantes se puede ver por qué se mantiene esta idea. Para el creyente, el deseo de comprender el mundo, el ansia de trascender lo cotidiano y mundano, la búsqueda (ésa sí natural y universal) de verdades-guía, es señal de una búsqueda que termina en Dios o bien fracasa. ¿Cuántos ateos nos hemos visto enfrentados a esta distorsión de nuestro propio pensamiento? Para muchos creyentes, los ateos somos almas que se han perdido en el camino hacia Dios, o que hemos resuelto (contra nuestros propios intereses) ir hacia otro lado.
La ficción de que la política y la religión puede ser independientes y a la vez "abiertas una a la otra" también es un tópico que se ha vuelto común desde que la Iglesia Católica dejó de ser la religión de jure y de facto de los imperios y de los estados modernos occidentales. Antes de eso, y hasta no hace mucho, tal afirmación de independencia era cierta sólo cuando la jerarquía eclesiástica deseaba librarse de responsabilidades como (por ejemplo) la de encarcelar a los inmorales y la de ejecutar a los herejes.
Laicidad significa, por un lado, una consideración positiva del fenómeno religioso, y por otro, cierta neutralidad e incompetencia del Estado en materia específicamente religiosa. Haciendo una comparación, podemos decir que el Estado puede y debe promover y alentar la práctica deportiva, pero no le corresponde ser aficionado de ningún equipo en concreto. Laicidad significa también que el Estado protege ampliamente la libertad religiosa tanto en su dimensión personal como social, pero no impone coactivamente, a través del derecho, ninguna verdad específicamente religiosa, sino que funda el orden jurídico en las verdades morales naturales.¡Poca cosa! Los dirigentes de los clubes de fútbol no tienen prerrogativas especiales. Los equipos de fútbol y los estadios deportivos pagan impuestos. Los sueldos de los jugadores se pagan con lo que se recauda por la asistencia a las canchas, por los derechos de televisación, y por las cuotas sociales. La práctica deportiva es considerada en general como un bien social, pero hay deportes y deportes: el Estado no suele fomentar la práctica de deportes de riesgo, y no debería, en principio, fomentar la práctica de deportes que excluyan arbitrariamente a ciertos grupos de la población.
La última frase es un paradigma de lo tramposo que puede ser el lenguaje del lobby religioso. ¿Qué son esas famosas "verdades morales naturales"? Nada más y nada menos que las doctrinas de la Iglesia Católica, ¿qué más si no? Por su propia definición, la Iglesia es la depositaria única de la verdad, que los que estamos fuera de ella sólo podemos ver imperfectamente, y eso sólo porque Dios las ha hecho "naturales". Bajo esta concepción, el Estado no puede sino dictar leyes que coincidan con la doctrina católica; de lo contrario, le falla a los ciudadanos y va literalmente contra natura. El Estado, dice esta idea, no puede decidir que los homosexuales son ciudadanos normales o que los comunistas tienen derecho a ser un partido en las elecciones: no puede decidirlo porque Dios ya ha decretado que la homosexualidad es abominable y que la doctrina comunista sobre la propiedad privada es contraria a Su orden. El Estado, en fin, tiene que respetar formulaicamente a todas las religiones pero obedecer a la Iglesia Católica.
De hecho, la "laicidad positiva" equivale a mantener intocados los privilegios de las religiones por sobre otras asociaciones de personas (y de la religión históricamente dominante sobre las otras), y la "libertad religiosa" equivale a una dispensa legal para propagar doctrinas discriminatorias de todo tipo. "Dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios" es una petición de principio: si Dios existe y su religión no puede ser relegada a la esfera privada sino que tiene que involucrarse en la vida pública, entonces todo es patrimonio de Dios; y si el César (el Estado) está por fuerza sujeto a las "verdades morales naturales", entonces al César no le corresponde nada más que un respeto subsidiario. Cuando San Pablo alentaba a los ciudadanos a no rebelarse contra la autoridad y a los esclavos a permanecer obedientes a sus amos, no quiso decir otra cosa que esto. El orden establecido proviene de Dios (el César es de Dios)... o bien los autonombrados representantes de Dios en la Tierra ya nos avisarán.
martes, 7 de julio de 2009
Monseñor mira jugar a las tenistas
El obispo Richard Williamson, famoso defensor de la libertad religiosa y conocido por haber sido rehabilitado por el Papa Benedicto XVI a pesar de negar el Holocausto, ha estado ocupando su tiempo mirando a los y las tenistas en Wimbledon Park, cerca de su morada actual (recordemos que tuvo que salir de Argentina a las apuradas). Quizá culposamente atraído por la visión de las mujeres vestidas "sólo hasta la mitad del muslo" corriendo, saltando y gritando con exuberancia en cada saque, ha querido entregarnos una perla de sabiduría mesozoica en su blog Dinoscopus:
“El tenis es un deporte de gladiadores, en el que un impetuoso servicio, poderosos golpes a la línea de base y enérgicos remates, encaminan al triunfo, haciendo de la energía psíquica, la resistencia física, el espíritu de lucha y la voluntad de dominar, lo más importante. Éstas son prerrogativas masculinas; las mujeres, naturalmente, hacen todo lo posible por imitar a los hombres, lo que puede halagar el orgullo machista, pero ¿nos detenemos los varones a pensar cómo vamos desnaturalizando nuestra admiración por las mujeres, alentándolas a esta clase de lucha?”El texto original completo (Wimbledon Gladiatrixes) está en Dinoscopus (que dicho sea de paso requerirá suscripción a partir de agosto). El fragmento anterior proviene de una traducción realizada por nuestros tenebrosos amigos de Radio Cristiandad, que concuerdan, quién lo duda, con el señor obispo, ante el espectáculo de estas mujeres modernas que "prefieren llevar en la mano y en la frente la señal de la Bestia".
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lunes, 6 de julio de 2009
A115: Vísceras itinerantes
El corazón de un sacerdote que murió hace 150 años viene viajando por el mundo y llegará a la Argentina en noviembre. La víscera en cuestión perteneció a Jean-Baptiste-Marie Vianney, conocido en su forma castellanizada como Juan María Vianney o "el Santo Cura de Ars".
No he encontrado los detalles, quizá pudorosamente callados por la fuente. Imagino que el órgano debe estar un poco seco, aunque existe una gran tradición en la que esta clase de cosas, conocidas como reliquias, suelen preservarse sobrenaturalmente para luego ser paseadas y exhibidas. Hay reliquias que son lenguas, dedos, manos, prepucios, hígados, cabezas y hasta cuerpos completos de santos, que se anuncian como prodigiosamente conservados, aunque el público nunca puede verificarlo.
Reliquias son también materiales más duraderos como el hueso y los cabellos o materiales como la madera, asociados a Jesús, a los apóstoles y a los santos. En tiempos antiguos, la compraventa de estos objetos era un gran comercio, así como su "descubrimiento" (fabricación), y la posesión de reliquias era motivo de prestigio y de popularidad para reyes y obispos.
Aunque este asunto de venerar pedazos de muertos (y pasearlos por ahí) parece algo macabro y sobre todo fuera de lugar en una religión que enseña que el cuerpo no es nada sin el alma, no debería sorprendernos demasiado. Evidentemente hay algo en la naturaleza humana más básica que nos impulsa a esta fascinación con lo muerto; obsérvese si no el triste espectáculo de miles de personas dispuestas a cualquier cosa para acercarse al cadáver que fue Michael Jackson. Pero al menos al Rey del Pop lo hemos visto vivo y lo enterraremos a los pocos días. No hay planes, creo y espero, para desenterrarlo y mirar si alguna de sus partes está todavía fresca, y en tal caso cortarla, ponerla en un frasco o una caja de madera, y hacerla desfilar solemnemente por estadios y salas de conciertos.
No he encontrado los detalles, quizá pudorosamente callados por la fuente. Imagino que el órgano debe estar un poco seco, aunque existe una gran tradición en la que esta clase de cosas, conocidas como reliquias, suelen preservarse sobrenaturalmente para luego ser paseadas y exhibidas. Hay reliquias que son lenguas, dedos, manos, prepucios, hígados, cabezas y hasta cuerpos completos de santos, que se anuncian como prodigiosamente conservados, aunque el público nunca puede verificarlo.
Reliquias son también materiales más duraderos como el hueso y los cabellos o materiales como la madera, asociados a Jesús, a los apóstoles y a los santos. En tiempos antiguos, la compraventa de estos objetos era un gran comercio, así como su "descubrimiento" (fabricación), y la posesión de reliquias era motivo de prestigio y de popularidad para reyes y obispos.
Aunque este asunto de venerar pedazos de muertos (y pasearlos por ahí) parece algo macabro y sobre todo fuera de lugar en una religión que enseña que el cuerpo no es nada sin el alma, no debería sorprendernos demasiado. Evidentemente hay algo en la naturaleza humana más básica que nos impulsa a esta fascinación con lo muerto; obsérvese si no el triste espectáculo de miles de personas dispuestas a cualquier cosa para acercarse al cadáver que fue Michael Jackson. Pero al menos al Rey del Pop lo hemos visto vivo y lo enterraremos a los pocos días. No hay planes, creo y espero, para desenterrarlo y mirar si alguna de sus partes está todavía fresca, y en tal caso cortarla, ponerla en un frasco o una caja de madera, y hacerla desfilar solemnemente por estadios y salas de conciertos.
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viernes, 3 de julio de 2009
A114: Virgen de gripe
Como no tengo tiempo para más, los dejo con una de esas noticias que causan un poquito de gracia: José Luis Mollaghan, arzobispo de Rosario, pide rezar a la Virgen del Rosario para frenar la epidemia de gripe A, recordando que esta Virgen (las otras no, aparentemente) nos ha librado de sequías y pestes (¿cuáles?) en otros momentos de la historia. Pese a lo cual, de todas formas, "sugirió no realizar el saludo de la paz, recibir la comunión en la mano, y ubicarse a una distancia prudencial unos de otros durante las misas", con lo cual no queda claro si le falta confianza en la Virgen o bien no está seguro de la forma en que la misma ayudará a parar la epidemia, o a partir de cuándo.
La Virgen del Rosario evidentemente no está atenta a lo que le ocurre a sus fieles, porque si no hubiera actuado antes (en la ciudad que la tiene por patrona ya fallecieron 6 personas a causa de la influenza). A un ser con poder de hacer milagros y con llegada directa a Dios no debería costarle exterminar a un virus silvestre, o al menos esterilizar mágicamente las hostias consagradas (¿el cuerpo de Cristo puede contagiarse de gripe? ¿por qué no?). Personalmente sospecho que, si todos rezamos con fervor, la epidemia desaparecerá apenas terminen los días fríos...
La Virgen del Rosario evidentemente no está atenta a lo que le ocurre a sus fieles, porque si no hubiera actuado antes (en la ciudad que la tiene por patrona ya fallecieron 6 personas a causa de la influenza). A un ser con poder de hacer milagros y con llegada directa a Dios no debería costarle exterminar a un virus silvestre, o al menos esterilizar mágicamente las hostias consagradas (¿el cuerpo de Cristo puede contagiarse de gripe? ¿por qué no?). Personalmente sospecho que, si todos rezamos con fervor, la epidemia desaparecerá apenas terminen los días fríos...
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Pablo
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jueves, 2 de julio de 2009
Si Dios existe, todo está permitido
“Si la existencia de Dios, más allá de su forma judía, cristiana o musulmana, impidiera, por poco que fuera, el odio, la mentira, la violación, el saqueo, la inmoralidad, la malversación, el perjurio, la violencia, el desprecio, la maldad, el crimen, la corrupción, la pillería, el falso testimonio, la depravación, la pedofilia, el infanticidio, la canallada, la perversión, habríamos visto […] a los rabinos, curas, papas, obispos, pastores, imanes, y con ellos a sus fieles […] practicar el bien, sobresalir en la virtud, predicar con el ejemplo y demostrarle al perverso sin Dios que la moralidad se encuentra de su lado: que respetan punto por punto los Diez Mandamientos y obedecen los mandatos de los suras elegidos, y por lo tanto no mienten ni saquean, no roban ni violan, no levantan falsos testimonios ni matan — mucho menos fomentan atentados terroristas contra Manhattan o expediciones punitivas en la franja de Gaza y no ocultan las prácticas de sus curas pedófilos.”— Michel Onfray, Tratado de ateología
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Pablo
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