jueves, 30 de abril de 2009

Alerta 93: Luis Farinello

Todas las mañanas me levanto temprano y, mientras desayuno, hago zapping. En Canal 7, el canal oficial (el canal del gobierno nacional), justo antes de que den las 6 está siempre hablando, con voz baja y acaramelada, tan pausada como insufrible, un sacerdote católico calvo y con barba cana, que se llama Luis Farinello. Nunca lo he escuchado decir nada que no fuera una obviedad ni contar ninguna historia mínimamente interesante. Entiendo que, o tiene muchos fans en ese canal poco visto y a esa hora inverosímil, o tiene un lugar reservado por contactos políticos.

No entiendo por qué un sacerdote, de cualquier religión, debe tener un programa, aunque sea un micro de 5 minutos, en un canal público estatal. Tampoco entiendo por qué, prescindiendo de esta falta de neutralidad religiosa (no pidamos laicismo en Argentina), merece Farinello un espacio en Canal 7. Como dije, ni la forma ni el contenido de su prédica sobrepasan lo mediocre.

Y me molesta que un sacerdote que se dedicó a la política partidaria, que primero creó un movimiento social y luego apoyó a la maquinaria clientelista del kirchnerismo junto a sus exponentes más intolerantes, tenga lugar en un canal estatal que debería ser escrupulosamente neutro.

Y por sobre todo me desagrada profundamente que a un tipo como Farinello le den tiempo de aire para divagar con esa vocecita almibarada y ese look de tipo bonachón y "curita de los pobres", cuando apenas un par de años atrás lo vimos junto al violento piquetero Luis D'Elía defendiendo al gobierno de Mahmoud Ahmadinejad contra las acusaciones de que Irán participó en el atentado contra la mutual judía AMIA, y diciendo que el negacionismo del Holocausto de Ahmadinejad fue un invento de las agencias de noticias internacionales.

Me dirán que Farinello fue siempre un luchador por los pobres, que dirige una fundación que da de comer a muchos niños, que se la jugó como cura tercermundista en la época de la dictadura. Todo eso, que es verdad y muy meritorio, no exime a Farinello de culpa. Quien hace política desde una posición tan influyente (en este país) como la del sacerdote tiene que ser cuidadoso... y Farinello compró la historia de la conspiración sionista internacional y defendió al gobierno de un país que complotó para hacer volar por el aire a 85 ciudadanos argentinos.

miércoles, 29 de abril de 2009

Alerta 92: A Dios rogando para no dársela


Car crash, por magnusfranklin (Varsovia)
Encontré la noticia de que en Polonia las autoridades policiales van a rezar a Dios para evitar los accidentes automovilísticos en la sección de noticias extrañas de Rosario3.com y tuve que darle un lugar aquí, aunque no concierna (como es costumbre) a Argentina o Latinoamérica o al mundo en su conjunto, porque en realidad sí tiene que ver con nosotros en un sentido amplio.

Recordarán quizá ustedes cuando el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, le rezó a la Virgen de Luján pidiendo lluvia (el día estaba nublado y la lluvia estaba pronosticada), y que cerca del último Halloween en Colombia la policía repartió consejos para que los niños no caigan en el satanismo (que incluían, por ejemplo, no usar remeras con motivos bélicos). Lo primero fue un episodio aislado de demagogia política pero preocupante viniendo de una figura tan importante; lo segundo, algo más grave por ser una medida institucional, pero también más disculpable por su ridiculez y su previsiblemente nulo efecto. Ahora, poner a los agentes de la ley a rezar para que no se produzcan tantos accidentes de tránsito...

Es de hacer notar que en Argentina tenemos una horrorosamente alta tasa de "accidentes" en las calles y rutas, y que a nadie en el gobierno todavía se le ha ocurrido recurrir a Dios o a la virgen de turno para, si no pedirle que los evite o que salve a los afectados, siquiera solicitar una explicación por la cual la infinita benevolencia divina hace la vista gorda ante tantas vidas cruelmente segadas. ¿Tendremos menos fe que los polacos?

martes, 28 de abril de 2009

Recomendaciones: Panorama Católico Internacional

Hace unos días un lector me recomendaba visitar panodigital.com, el sitio web de la agencia de "noticias" Panorama Católico Internacional, como aparentemente serio competidor de Radio Cristiandad en la categoría de fanáticos. Ambos sitios son pro-lefebvristas, "tradicionalistas", antimarxistas, etc., pero tengo que decir que no creo que el primero esté a la altura del segundo en cuanto al nivel de fervor (es decir odio) religioso. Quizá deba recorrerlo un poco más.

Lo que sí captó mi atención es que el sitio de Panorama… tiene, entre otras de contenido más previsible, una sección dedicada al "Evolucionismo". Dentro de ella encontré un artículo titulado "El Evolucionismo ¿Hipótesis científica o dogma de Fe?", firmado por un tal Alberto G. del Castillo, a quien no conozco pero debe ser un verdadero idiota, a juzgar por el carácter completamente obtuso de lo escrito por él.

El texto es una celebración de la ignorancia autosatisfecha y de la distorsión falaz, y si lo señalo aquí es únicamente para mostrar que, pese a ciertos tibios acercamientos de la Iglesia Católica a la ciencia, la evolución (hecho incontestable y teoría base de toda la biología moderna) no es aceptada por muchos creyentes ignorantes, y hay multitud de lugares donde pueden ver confirmada y reafirmada su negación por otros como ellos.

Vale la pena leer los comentarios, que, a diferencia de los que se suelen ver en Radio Cristiandad, son largos y suelen estar bien escritos desde lo gramatical, aunque su contenido sea aún más escandalosamente desinformado, hostil a la ciencia, plagado de errores de concepto y de tendencias conspirativas. No me han alcanzado las fuerzas para leerlos con detalle a todos, ni mucho menos para responderlos, porque tanta cerrazón lo hace imposible.

lunes, 27 de abril de 2009

Alerta Religión en Facebook

Hace momentos he creado una página de Alerta Religión en Facebook. Obviamente uno tiene que tener una cuenta en Facebook para interactuar con ella. Quienes cumplan ese requisito y lo deseen pueden hacerse fans de la página. No les voy a dar ningún premio por eso, salvo la satisfacción de contribuir a la difusión de las ideas en las que coincidimos.


Mi idea no es publicar contenido en Facebook que pueda publicar aquí en el blog, ya que eso derivaría tráfico hacia allá en vez de traerlo para acá... pero lo importante no es el medio sino el mensaje. Se me ocurre que quizá podría utilizar las facilidades para publicación de enlaces multimedia que ofrece Facebook, y quizá derivar algo de la discusión más jugosa que no resulte visible en los comentarios. El tiempo lo dirá.

Alerta 91: Dime con quién andas...

El representante de la monarquía vaticana ante la ONU, Silvano Tomasi, declaró que debe existir una "educación integral para eliminar todo tipo de discriminación e intolerancia", y "estrategias más eficaces para combatir el racismo y la xenofobia", además de un "pleno ejercicio de la libertad religiosa". Curiosamente Tomasi no incluye la homofobia ni el sexismo, aunque en otra parte de su exposición habló de que se debe proteger a "niñas y mujeres que siguen siendo consideradas inferiores en algunas sociedades donde un temor irracional de las diferencias impide la plena participación en la vida social".

Que no se hable de homofobia es natural porque, aunque para la Iglesia está oficialmente mal que se maltrate a un homosexual por serlo, sus jerarcas quieren reservarse el derecho de predicar que los gays son inmorales o enfermos, y prefieren que los homosexuales sean perseguidos antes que reivindicados.

Tampoco se habla realmente de sexismo porque, a pesar de lamentarse por esas pobres niñas y mujeres consideradas inferiores, el sexo femenino ha sido siempre considerado inferior y subordinado en el cristianismo. Para la Iglesia no puede haber sexismo porque los roles sexuales estereotípicos son naturales, ordenados por Dios e inmutables.

Si se eliminaran todos los aspectos discriminatorios de la enseñanza (palabras de Tomasi), habría que mostrar en los libros de texto a felices matrimonios homosexuales, a madres solteras sin remordimientos, a parejas sin hijos donde la madre toma anticonceptivos y es el sustento del hogar y el padre usa preservativo y hace las tareas domésticas..., todo lo cual es muy poco probable ver aparecer en los libros de texto de las escuelas del Opus Dei. Como tampoco esperaríamos que el respeto a la "libertad religiosa" terminara con el anti-ateísmo de ciertos líderes católicos.

Pero lo más irónico de estas declaraciones del representante vaticano es que mientras se habla de educación para la tolerancia, la Santa Sede y la Liga Árabe firman un acuerdo de colaboración. La Liga Árabe, fundada en 1945 entre otras cosas para luchar contra la creación de un estado de Israel en Palestina, cuenta actualmente entre sus miembros a países como Arabia Saudita, gobernada por un régimen de terror cuasi-teocrático y decadente, donde las violaciones a los derechos humanos son constantes y a veces mortales. En la mayoría de los países de la Liga las mujeres son consideradas inferiores, las minorías sexuales son perseguidas, y abandonar la religión islámica puede llevar al ostracismo o a la muerte.

A pesar de esto el Vaticano quiere hablar de "diálogo interreligioso" con los países árabes. Recordemos que hace poco concluyó un foro interreligioso católico-musulmán donde representantes de ambas religiones se pusieron de acuerdo en que ambas son buenísimas; recordemos que la Iglesia se la pasa quejándose de que es perseguida y que las críticas que se le hacen son intolerantes, mientras que los lobbistas musulmanes lograron satisfactoriamente que la ONU declarara que criticar al Islam es un ataque inadmisible contra los creyentes. La "plena libertad religiosa" que dice desear el estado vaticano está prohibida bajo pena de muerte en varios de sus aliados árabes.

A todas luces pareciera que el Vaticano está buscando que le cuenten el secreto para volver a la sociedad religiosa totalitaria de la Edad Media de la cual Arabia Saudita y Afganistán nunca salieron y a la cual Irán e Iraq están regresando...

sábado, 25 de abril de 2009

Creer por creer


Daniel Dennett
Es el colmo: ahora posteo cosas que yo mismo escribí en otro lado... El texto de donde proviene este fragmento se llama Creer por creer, y es una reelaboración de las ideas que el filósofo Daniel Dennett llamó belief in belief, la creencia de que tener una creencia es bueno (aunque de hecho no se tenga fe o esa fe no se refiera a nada comprensible).
Creemos porque nuestros padres, maestros y amigos nos transmiten sus creencias. Creemos porque, si no lo hiciéramos, haríamos de esta gente que conocemos y amamos unos mentirosos o unos tontos. Con el tiempo, creemos por simple costumbre, de la misma manera en que por costumbre hacemos, de adultos, muchas cosas como nos las enseñaron nuestros padres.
El original está en mi sitio web, que en este momento me sirve sólo de repositorio de textos. Dejen sus comentarios aquí.

viernes, 24 de abril de 2009

Anti-ateísmo

El Ateo Militante escribe, bajo el título Ateísmo, Antiteísmo y A. Busso, sobre una manifestación (una más) de la incomprensión o distorsión deliberada del concepto de ateísmo y de los ateos por parte de un representante de la Iglesia Católica, el sacerdote Ariel Busso.
La única forma de ser un ateo consecuente parece ser para Busso, practicar el perfil bajo y dejar el terreno libre para que la Iglesia haga su negocio sin obstáculos.

Durante la campaña de apostasía colectiva unos cuantos creyentes opuestos a la Iglesia e incluso algunos no creyentes planteaban que uno puede ser ateo sin hacer "escándalo", sin faltar el respeto a las creencias de los demás, sin protestar, supuestamente para no reforzar la imagen del ateo como un tipo amargado y resentido. Este sacerdote ahonda esa idea utilizando una división entre los ateos y los "antiteístas": unos simplemente están perdidos; los otros están furiosos por la pérdida. Entre ambos prefiere, obviamente, a los primeros, porque se quedan callados.

Lean la nota completa y lo que la motivó, y dejen sus comentarios allá (y aquí, si les parece).

jueves, 23 de abril de 2009

Alerta 90: Homofobia en El Salvador

La Iglesia Católica de El Salvador ha recolectado y va a entregar a la Asamblea Legislativa 300.000 firmas para prohibir los matrimonios entre personas del mismo sexo, ratificando una reforma constitucional que define el matrimonio estrictamente como una unión de un hombre y una mujer. (La perseguida minoría heterosexual salvadoreña, personas que seguramente estaban preocupadísimas por este tema, deben estar bailando en las calles de alegría por esta trascendental resolución.)

El arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, fue a hacer lobby de su doctrina ante  los diputados, y luego dijo que esto "no es una discriminación para las personas que tienen una orientación sexual diferente", sino que su objetivo es "salvaguardar el bien de la familia, el bien del matrimonio, el bien de la sociedad".

Hasta donde sé, en El Salvador existe la institución del matrimonio civil, distinta de la del sacramento del mismo nombre. ¿Qué es lo que hay que salvaguardar? Los sacerdotes católicos tienen derecho a no casar por iglesia a los homosexuales. Es su coto privado, sus reglas: dentro del templo, su derecho a discriminar está a salvo. Pero fuera de este exclusivo (excluyente) club, ¿qué tiene que decir un obispo o quien sea sobre un contrato civil celebrado de mutuo consentimiento entre dos individuos adultos y responsables?

En resumen: ¿Qué tienen los católicos contra los homosexuales? (Nada, dirán, no somos homofóbicos, sólo creemos que es inmoral.) No les he visto este enfático ensañamiento contra nada comparable: ni contra los adúlteros, ni contra los abusadores de niños, ni contra los que explotan a los trabajadores, ni siquiera contra los dictadores. Y eso que, a diferencia de todas esas personas, los homosexuales no hacen daño a nadie por su condición. La homosexualidad no es contagiosa, tampoco.

La Biblia condena la homosexualidad (mal que les pese a ciertos homosexuales cristianos, que por alguna razón inexplicable quieren seguir viviendo dentro de una institución que los aborrece), pero la Biblia se puede "reinterpretar"; al fin y al cabo hay en ella todo tipo de cosas tan espantosas como ridículas que nadie cumple. No es ésa la razón.

La única conclusión a la que puedo llegar es que simplemente odian y temen lo que es diferente, rasgo muy común y hasta sensato desde el punto de vista evolutivo, pero peligroso y antisocial en este punto de la historia, además de objetivamente sin sentido. La homofobia tiene estos mismos puntos en común con la xenofobia y el racismo: se basa en el rechazo visceral o asco irracional hacia quien parece ser de alguna manera distinto de "nosotros", aun cuando no nos afecte en nada.

Lo que ocurre es que esta sensación subjetiva se ve justificada y apoyada por la mismísima "Palabra de Dios": aunque claramente no me hace ningún daño que dos hombres o dos mujeres se unan en matrimonio (o como se llame), si Dios dice que está mal, entonces está axiomáticamente mal, y si yo no estoy en contra, entonces estoy contra Dios. Es uno de esos casos en que la moral religiosa contradice los instintos morales superiores de la raza humana.

La elección debería ser clara, como es claro que está mal apedrear gente por adúltera o por blasfema (ambas cosas prescriptas por la Biblia, casualmente muy cerca de donde se condena a la misma pena a los sodomitas): cuando la religión manda rechazar a quienes no nos han hecho nada, hay que dejar de obedecer a la religión y abrazar una ética verdadera humana.

miércoles, 22 de abril de 2009

Ciencia y religión, verdad y símbolo

Sobre la idea de que la religión y la ciencia buscan ambas la verdad, pero pertenecen a diferentes dominios (o alternativamente, que la fe y la razón son compatibles y complementarias), dice AC Grayling:
Para que esto funcione uno tiene que seleccionar ad hoc qué partes de las escrituras y del dogma deben tomarse como simbólicas y cuáles como literalmente ciertas; así pues: el Génesis es simbólico, la resurrección de Jesús literalmente cierta. El criterio principal es la conveniencia, siendo la resurrección un dogma necesario ante cuya violación de las leyes de la biología uno tiene que encogerse de hombros. Pero esta selección y reinterpretación sólo se hace con las fuentes religiosas; la ciencia no es tan sencilla de tratar de esta manera. La regla parece ser que, donde la ciencia y la religión estén en conflicto (digamos, por ejemplo, sobre el origen del universo), la historia religiosa (el Génesis) se transforma en un símbolo, evitando así la posibilidad de una confrontación directa y testeable.
La cita es de una crítica del libro Questions of Truth, de John Polkinghorne y Nicholas Beale. Me pareció pertinente luego de lo de Galileo. ¿Cuántas doctrinas tomadas literalmente de la Biblia han pasado a ser simbólicas o alegóricas? ¿Cuántas han sido reinterpretadas o adecuadas a los tiempos modernos para no chocar contra la ciencia y el conocimiento común en alza?

Y sin embargo se mueve

Un nuevo libro, Galileo y El Vaticano, derriba la "leyenda negra" surgida sobre el científico italiano y la Iglesia Católica, según la agencia noticiosa ACI. (En el léxico católico, "leyenda negra" es toda visión del pasado reciente o lejano que deje mal parada a la Iglesia, sea históricamente cierta, dudosa o falsa.)

Quizá sorprenda a algunos que yo no considero el caso Galileo como un escándalo que merece ser repetido y exagerado hasta convertirlo en una horrible mancha en la historia de la Iglesia. El desarrollo del caso fue complicado y en él se mezclan la política, cuestiones de rivalidad personal y profesional, y la buena o mala disposición de los participantes, además de la teología. Pero no fue distinto de infinidad de otros casos en los que la interpretación literal de las Escrituras o el simple miedo al saber científico de teólogos, filósofos y clérigos enrolados en una u otra rama del cristianismo fueron la clave de la supresión del conocimiento, a veces de manera violenta.

Galileo Galilei fue condenado (repasemos) por defender el heliocentrismo, es decir, la idea de que el Sol es el centro del Sistema Solar y que la Tierra gira en torno a él. La idea contraria, prevalente en su época y apoyada por la interpretación literal de las Escrituras, era el geocentrismo, en el cual la Tierra era el centro.

En 1992, apenas tres siglos y medio después del episodio, el Papa Juan Pablo II pidió perdón por los errores que cometieron los que juzgaron a Galileo (la Iglesia no cometió ningún error!). El revisionismo quiso que hace poco se propusiera que Galileo fuera una especie de "patrono" del diálogo ciencia-fe. Y este libro viene a completar esa reescritura del pasado.

Galileo trabajaba contra la intuición (¿no vemos toda la bóveda celeste girar en nuestro torno?) y no tenía una teoría que explicara el movimiento de los planetas, ni certeza total de lo que estaba diciendo. Pero había una teoría (la de Copérnico), y además Galileo tenía un telescopio y la capacidad de observar, calcular y trazar hipótesis. La ciencia de Galileo, no obstante, no podía darle a los inquisidores la certeza que ellos demandaban.

A Galileo se le ordenó, primero, no discutir sus hipótesis en público, ya que contradecían la letra de la Biblia y la tradición teológica. Podía hablar de ellas con otros científicos, en privado, pero no debía debilitar la fe de los simples en la verdad escritural. Luego se le dijo que, no teniendo pruebas definitivas, debía abstenerse de hablar del heliocentrismo como un hecho; Galileo, rebelde, escribió un libro donde se trataban ambas hipótesis rivales, pero favoreciendo de tal manera al heliocentrismo (¿cómo iba a ser de otra manera?) que constituía una burla a los censores.

Lo llevaron ante la Inquisición. No lo torturaron, pero le mostraron los instrumentos con que lo harían. No lo encarcelaron, pero lo obligaron a permanecer bajo arresto domiciliario y (más importante, probablemente, para él) le prohibieron difundir sus ideas, tanto pasadas y presentes como las que pudiera tener en el futuro. La leyenda negra habló de tortura, prisión, sometimiento feroz y humillación. Esta historia, la verdadera, muestra a Galileo no como víctima o mártir, lo que la Iglesia nunca deseó, porque para la Iglesia el martirio es glorioso, sino, paradójicamente, como un rebelde, vehemente y sarcástico, que no consintió en callar y burlarse de la ignorancia y el oscurantismo de sus detractores, hasta que vio amenazada su vida.

lunes, 20 de abril de 2009

La moral parasítica de la religión, por Peter Ellerton

Luego del comentario suscitado por el post "Moral en la religión" me pareció oportuno traducir y publicar todo el artículo que motivó esa reflexión. Se llama "Religion's parasitic morality" ("La moral parasítica de la religión") y es un ensayo de Peter Ellerton, publicado originalmente en pactiss.org (y reposteado en el de Richard Dawkins).


Rafflesia (foto de Steve Cornish), género de plantas parásitas de Asia sudoriental, conocidas por sus flores gigantescas y su olor a carne podrida, que atrae a ciertos insectos.
Aunque no debería hacer falta aclararlo, en este caso, como en cualquiera en que publique una cita o texto de alguien más, no suscribo necesariamente a todas las opiniones del autor. Este ensayo en particular me parece que tiene una tesis interesante y un desarrollo bastante burdo y parcial (en el sentido de incompleto, no de sesgado), pero es lo que hay. En cuanto tenga tiempo me gustaría desarrollar por escrito mis propias ideas sobre este tema. Lamentablemente, hacerlo en pocas palabras presupone una cierta familiaridad del lector con las teorías evolutivas sobre la moral, en particular el tema del altruismo, que Dawkins cita de otros y también elabora en varios libros.

Las citas bíblicas son de la Reina-Valera edición 1995. El resto de la traducción es lo más literal posible, con las ocasionales libertades.

¿Son los ateos parásitos de la moral divina, o es al revés?

Creo que el argumento más común en favor de la existencia de dios, fuera del aparente "diseño" del universo, debe ser que sin dios no puede haber moral. Ahora bien, no intento seguir las huellas de mis superiores explicando por qué es perfectamente razonable pensar que la moralidad tiene orígenes naturalistas; más bien me gustaría dirigir atención hacia una subclase de este argumento, que se orienta de la siguiente manera:
Dios es la fuente de toda moral; por lo tanto sin dios no podemos ser morales (es decir, dios es una condición necesaria de la moral). Los ateos, humanistas seculares y demás son parasitarios de los cimientos morales de dios al vivir su naturaleza moral sin aceptar su origen divino.
Interesantemente, ésta es una de las pocas variaciones de los argumentos del tipo "dios = moral" que no condena a los ateos como bestias sin sentido moral. Muchos de estas variaciones apuntan, por supuesto, a los grandes malvados "ateos" del siglo XX como Hitler, Stalin, Mao, Pol Pot y otros de su calaña, llegando a la conclusión de que, al no tener raíz religiosa y no estar sujetos a las restricciones de la benigna guía divina, estos monstruos demuestran las consecuencias del vacío ético que es el ateísmo (dejaré para otro momento el tema de la verdadera naturaleza de estos regímenes). Al menos en la versión de más arriba se les permite a los no creyentes un carácter moral.

Entonces ¿qué problema tengo con este argumento pacificador, de otra manera inofensivo? ¿Por qué no aceptarlo como evidencia adicional de la disolución de los sesgos doctrinarios y abrazarlo como la concesión de terreno que aparentemente es? Bien, para comenzar y principalmente, porque nos brinda una vía excepcionalmente elegante para demostrar que lo opuesto es de hecho cierto, y que es la religión la que parasita sobre nuestra moralidad evolutiva.

Este punto de vista poco podrá sorprender a aquellos que ya hayan sido convencidos por los esfuerzos de Dawkins, Dennett y sus contemporáneos para proveer una descripción basada en la teoría evolutiva de la tendencia humana a comportarse, en general, de manera ética; quiero decir, ¿qué otra manera hay de explicar lo que la religión reclama como suyo? Cierto, pero me gustaría mostrar sin vueltas por qué este reclamo se derrumba como consecuencia directa de la lectura de la biblia. Y sí, es el buen viejo libro del Levítico...

Supongo que la mayoría de nosotros ha leído, en un momento u otro, el intrigante pasaje:
"No te acostarás con varón como con mujer; es abominación." (Levítico 18:22)
o quizá
"Si alguien se acuesta con otro hombre como se hace con una mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos: sobre ellos caerá su sangre." (Levítico 20:13)
Bien, supongo que es bien claro: a los gays hay que apedrearlos hasta matarlos. Por supuesto, lo que es realmente interesante sobre la moral bíblica es que no tiene absolutamente ninguna base ética. La mayoría de nosotros trataría de crear un marco moral basándonos en ciertas proposiciones axiomáticas como "el mayor bien para el mayor número de personas" o "nuestro fin último es una sociedad con las propiedades X, Y y Z", y razonaríamos desde allí: esto es lo que significa una teoría ética. Los éticos bíblicos están exentos de esta molestia. Los actos buenos son aquellos que dios dice que debemos hacer. No matar, no tener ídolos falsos, matar a los niños: todos ellos son acciones sancionadas [por dios] y buenas para un tiempo y lugar particulares. De hecho, si uno se rehúsa a matar niños cuando dios dice que hay que hacerlo, tengo la impresión de que esto haría de uno una mala persona, pero dejaré que los teólogos me aclaren ese punto.

En este contexto, contemplemos algunas otras gemas del Levítico.
"Todo hombre que maldiga a su padre o a su madre, de cierto morirá, pues a su padre o a su madre maldijo: su sangre caerá sobre él." (Levítico 20:9)

"Cualquiera que duerma con una mujer durante su menstruación y descubra su desnudez, su fuente descubrió, y ella descubrió la fuente de su sangre; ambos serán eliminados de su pueblo." (Levítico 20:18)

"Los esclavos y las esclavas que tengas serán de las gentes que están a vuestro alrededor; de ellos podréis comprar esclavos y esclavas. También podréis comprar esclavos de entre los hijos y familiares de los forasteros que han nacido en vuestra tierra y viven en medio de vosotros, los cuales podrán ser de vuestra propiedad." (Levítico 25:44-45)

"También el cerdo, porque tiene pezuñas, y es de pezuñas hendidas pero no rumia, lo tendréis por inmundo." (Levítico 11:7)

"Pero tendréis como cosa abominable todos los que no tienen aletas ni escamas, ya sean de mar o de río, entre todo lo que se mueve y entre toda cosa viviente que está en las aguas." (Levítico 11:10)
Es difícil elegir, pero realmente me gusta el último, aunque sea por su toque absurdista. Supongo que cuando dios vio todo lo que había hecho debe haber sido algo como "Y vio Dios todo cuanto había hecho, y era bueno en gran manera (salvo esos malditos camarones, ¿cómo demonios se metieron aquí? Bueno, me aseguraré que nadie se les acerque y todo estará bien").

Dada esta abundancia de pasatiempos punibles, y respetando la definición bíblica de buena acción como "acción que dios dice que deberíamos hacer", es fácil imaginarse una vida entera de caminar como sobre cáscaras de huevo [con infinito cuidado], esperando no transgredir de ninguna manera totalmente trivial alguna de estas reglas definitivamente escritas para evitar así condenarse a la perdición. En particular, cuando nuestro sentido propio de la moral ofrece una guía tan pobre (¿reconoceríamos el comer mariscos como acto moralmente incorrecto si nunca hubiéramos oído del mandato bíblico?). Ciertamente vastos números de personas han vivido así en el pasado, y otros tantos han estado igual de listos para castigar a aquellos que no se alinearan con esta moral.

Hoy en día la mayoría de los creyentes, exceptuando a los fundamentalistas de todos los bandos, no viven así. Pero ¿por qué no? No podemos decir que Jesús vino y dijo "¡Oh, no, Él nunca quiso decir eso". De hecho Jesús dijo claramente que no se cambiaría ni una coma de la ley:
"No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolir, sino a cumplir, porque de cierto os digo que antes que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la Ley, hasta que todo se haya cumplido." (Mateo 5:17-18)
¿Dónde nos deja esto? Tenemos una moral no-ética que depende para su basamento sólo en la palabra de dios, y que claramente contradice nuestros instintos morales. No sirve decir que las diferencias entre lo que sentimos naturalmente como correcto y la ley bíblica son resultado de estar perdidos o desorientados, ya que si eso fuera cierto los cristianos, por ejemplo, estarían siguiendo al pie de la letra esos pasajes, apedreando niños y adúlteros cada domingo en los parques (o quizá el lunes, ya que el domingo es el día de descanso). No, la única conclusión, y el tema de este ensayo, es que usamos nuestra moral preexistente para determinar qué partes de los textos religiosos son las que debemos seguir y qué otras partes debemos ignorar. La religión utiliza la moral que ya tenemos para tratar de servir de apoyo a su reclamo de posesión de verdades profundas. La incongruencia entre la moral natural y la moral bíblica es una consecuencia del intento de amoldar nuestros sentimientos existentes sobre lo que es bueno y malo a una estructura de poder que quiere secuestrar nuestra propia naturaleza y reclamarla para sí misma: es parasítica sobre nuestro sentido de la moral evolucionado naturalmente.

sábado, 18 de abril de 2009

Alerta 89: ¿La mano de Dios?

En mi blog (más) personal escribí sobre la ridícula difusión del descubrimiento de una "mano de Dios" en el espacio; en el blog de Radio Cristiandad, donde evidentemente cualquiera escribe, titularon con más corrección "una nebulosa con forma de mano gigante", aunque la sensatez no pasó de ahí; lo primero que dice la nota es que "HACE UN TIEMPO QUE VIENEN SUCEDIENDO EXTRAÑOS FENOMENOS CELESTES" y luego habla de "signos". Recordemos que los visitantes más frecuentes de RC son apocalípticos-conspiranoicos (de hecho el post está archivado bajo la categoría "signos de los tiempos").

Después de eso viene una explicación cortada-y-pegada de lo que muestra la foto, y después vuelve la locura, con unas fotos de "fenómenos celestes" tan poco extraños como conjunciones entre la Luna y Venus o Júpiter, incluyendo una sobre la Gran Pirámide (quizá) y, a pedido del público, una de la nebulosa apodada "Ojo de Dios".

Nombrar a objetos naturales maravillosos como tal o cual parte del cuerpo de Dios (que si existiera no tendría cuerpo, ¿no?) me parece una falta de imaginación. Nadie cree realmente que una nube de gas en una foto coloreada artificialmente sea una marca de la divinidad. Conocemos los mecanismos físicos por los cuales se formó esa nube, y hasta las fórmulas matemáticas que determinan la forma, el tamaño y la densidad de la estrella de neutrones que está en su centro. Por lo demás, tanta belleza para los ojos no nos está destinada; está a 17.000 años luz de la Tierra, y si luego de miles de años de viaje en una nave espacial superrápida llegáramos a distancia suficiente para verla a ojo desnudo, la radiación que emite nos destruiría cual huevo en microondas.

viernes, 17 de abril de 2009

Fan mail 5: Negacionismo teresiano

La Madre Teresa de Calcuta tenía muchas cosas cuestionables y a a sus devotos no les gusta que se hable mal de ella. Obsérvese si no esta gema del negacionismo:
Mirá. De la misma manera que alguien decide creer todo lo que vos enumeras para mostrar lo malo de la Madre Teresa yo decido creer otras cosas. Te cito: "Olvidadas fueron las reglas elementales de la lógica, que afirmaciones extraordinarias requiren evidencias extraordinarias" eso mismo te puedo decir a vos ya que ninguna de las cosas que enumeras me consta. Ademas si alguna de ellas fuera cierta pondría en evidencia que la santidad para la iglesia Católica no significa no tener ningún defecto sino arrepentirse del egoísmo y volver a empezar. Ella misma afirmaba necesitar confezarse una vez por semana porque se creía pecadora!. Detrás de la iglesia (santa y pecadora), hay un Dios que nos busca!!
Que no me digan después que la fe del creyente no es dañina para sus procesos mentales. Este buen comentarista decide creer que la Madre Teresa es una santa (en el sentido popular), y reivindica su postura (que es la del avestruz) sin que se le mueva un pelo. "No me consta", dice, a pesar de que se le ha puesto enfrente una entrevista con un periodista que escribió un libro entero e hizo un documental sobre los hechos comprobados de la Madre Teresa (cómo aceptó dinero de un estafador y no lo devolvió, cómo empleó el dinero en propagar su orden religiosa en vez de atender realmente a los enfermos, cómo en sus hospicios no había personal preparado ni antibióticos, se reutilizaban jeringas y se dejaba morir a personas que podrían haber tenido chance de vivir, cómo apoyó al dictador de Haití, cómo homenajeó al fallecido dictador de Albania, cómo militó contra el divorcio y luego celebró el divorcio de su amiga la Princesa Diana de Gales, cómo dijo que el SIDA era la recompensa de Dios por una conducta sexual impropia...).

Evidencias extraordinarias son lo que sobra — la Madre Teresa era una mujer que gozaba de la publicidad, y sus actos y palabras están ampliamente documentados. Se puede debatir si sus ideas y doctrinas eran buenas o malas (si merecía ser canonizada no es asunto mío; para mí lo que diga la Iglesia sobre uno de los suyos no tiene relevancia), pero los hechos objetivos no se pueden negar sólo porque no concuerden con la imagen deseada.

Qué buena salida es ésa, por lo demás: "santa y pecadora", igual que la Iglesia. Santa para ser venerada y para ser usada para la propaganda; pecadora para justificar sus ideas más reaccionarias y sus terribles errores...

jueves, 16 de abril de 2009

Moral en la religión

Buscar lecciones morales en la religión es como buscar comida en la basura. Seguramente encontrarás algo comestible, y quizás incluso sabroso, pero estará contaminado con el horrible olor de la porquería restante. Mejor ir a buscar comida fresca en la naturaleza, de donde vino originalmente.

miércoles, 15 de abril de 2009

Alerta 88: Semana Santa en Bolivia

Bolivia se puso hace poco al frente de los países latinoamericanos al separar constitucionalmente al estado de la religión, que en su forma católica había gozado de importantes privilegios desde la época en que los conquistadores españoles vinieron, evangelio en mano, a saquear el oro y la plata de América. A la Iglesia no le gustó nada, como es obvio.

En esta Semana Santa (la Semana del Huevo de Chocolate o Semana del Pescado, como la han bautizado variadamente por ahí) que acaba de pasar, la herida infligida al ego eclesiástico se reflejó en el mensaje pascual del Cardenal Julio Terrazas, Arzobispo de Santa Cruz. "A este Dios nadie lo arranca de nuestro corazón, ni de nuestra vida, ni de nuestra Iglesia ni de nuestro pueblo", dijo, y uno creería que este hombre, cuyos mediadores y seguidores hicieron una campaña muy sucia contra la reforma constitucional, piensa que Evo Morales es ateo o que los miembros del gabinete van a salir a quemar iglesias.

Los temores son falsos (lo que teme Terrazas es la pérdida de su manutención estatal, de su tribuna pública, de su influencia política) además de infundados, ya que, como era de esperarse, el presidente Morales no es inmune a la religiosidad que permea la cultura de Bolivia, y ya lo están criticando (con razón) por su participación en rituales de adoración a la Pachamama, con una fe que por muy popular y originaria que sea, no deja de ser parte de una tradición arcaica y oscurantista. Que el pueblo la siga es inevitable (¿qué más puede hacer un pueblo mayormente de campesinos pobres sin educación, sujetos a una geografía y un clima impiadosos, sino tratar de complacer a la Madre Tierra?), pero si Bolivia debe ser laica, debe serlo con respecto a todas las religiones.

martes, 14 de abril de 2009

Alerta 87b: ¿El ateísmo es para los privilegiados?

Como añadidura a su reciente defensa de la Apuesta de Pascal, el predicador oficial vaticano Raniero Cantalamessa emitió el siguiente dictamen:
El ateísmo es un lujo que se pueden permitir sólo los privilegiados de la vida, los que han tenido todo, incluida la posibilidad de dedicarse a los estudios y a la investigación.”
Creo que incluso un sacerdote, un empleado del estado vaticano, un intolerante e idiota profesional como Cantalamessa tendría la sensatez y la valentía de retractarse ante esta especie de insulto generalizante si se le señalaran sus errores. Aunque no creo que se dé en este caso, ¿alguien quiere intentarlo? ¿Somos los ateos privilegiados, niños mimados de la vida, acostumbrados a no necesitar de Dios por nuestra existencia sin sufrimientos, o simplemente elitistas?

lunes, 13 de abril de 2009

Alerta 87: Apuesta de Pascal forever

Si Dios existe, el no creyente lo ha perdido todo, dijo Raniero Cantalamessa, monje capuchino y predicador oficial vaticano, el viernes pasado, día en que centenares de millones de católicos en todo el mundo conmemoraron la tortura y muerte de Jesús comiendo pescado o yéndose de vacaciones. Cantalamessa divagó en particular sobre la importancia del sufrimiento y sobre el mensaje de los autobuses ateos (aquellos del "Probablemente Dios no existe…").


El susodicho mensaje implicaba, no que "la fe es enemiga de la alegría", como Cantalamessa interpreta, sino que no debemos preocuparnos tomar en serio las amenazas de condenación infernal y eterna tortura que subyacen a las exhortaciones cristianas. El sistema moral cristiano se puede resumir en:
  1. Dios manda hacer ciertas cosas y no hacer otras.
  2. Dios castiga la desobediencia con la condenación.
  3. Por lo tanto, si uno no quiere sufrir por toda la eternidad, debe obedecer a Dios.
Visto así, es natural que ciertas personas vivan muy preocupadas por hacer lo que Dios manda. Esto suele ser bastante difícil de determinar, ya que cada secta y facción del cristianismo tiene opiniones distintas, las Escrituras son ambiguas, cuando no contradictorias, y los intermediarios nombrados por Dios no suelen predicar ni elocuentemente con las palabras ni convincentemente con el ejemplo. En ese sentido, advertir al creyente preocupado que Dios probablemente no existe y que no debe preocuparse tanto es una buena acción.

El predicador vaticano continúa divagando sobre el sentido del sufrimiento, diciendo una serie de cosas que en realidad no tienen sentido alguno y recurriendo al ejemplo de quienes han sufrido una desgracia o viven bajo una terrible injusticia: sin fe en Dios, ¿de qué manera van a "disfrutar de la vida" esas personas? "El ateísmo es un lujo que se pueden permitir sólo los privilegiados de la vida", declara. Y luego ataca la palabra "probablemente", buscando en ella una concesión que no es tal (la palabra fue colocada allí no por tibieza o para conformar a los agnósticos, sino para evitar la censura del organismo regulador de la publicidad).

Del fondo de toda esta perorata en la que el sacerdote se dirige a los "hermanos no creyentes" emerge la Apuesta de Pascal, uno de los argumentos apologéticos menos sofisticados y más trillados de la historia, que reduce a la fe a un simple "seguro de eternidad" y pretende confinar la variedad de la experiencia religiosa a una pregunta de sí/no. Tan tonta es esta "apuesta" que hasta Homero Simpson la refutó sin pensarlo mucho durante su breve roce con la herejía; para el creyente es una falta de respeto, sugiriendo que su fe está motivada por un análisis costo-beneficio, y para el no creyente es lisa y llanamente un insulto a la inteligencia. (Para completar, en cierto blog acabo de leer una breve explicación sobre por qué el que cree en un Dios inexistente sí pierde y mucho, al contrario de lo que pretende Pascal.)

Hay muchísimas personas que no requieren de la fe religiosa excepto como escape en situaciones límite, donde se busca significado y justificación a lo que no lo tiene. La mayoría de los creyentes, por otro lado, maneja diestramente la hipocresía y la compartimentalización para preservar y profesar su fe por un lado, y actuar el 90% del tiempo como si Dios no existiera; para subrayar y leer repetidamente las partes bellas de la Biblia y pasar por alto las desagradables y confusas; para ver la paja en el ojo ajeno y olvidar la viga en el suyo propio. El anuncio de los autobuses ateos no refleja la "pobreza de ideas" de los no creyentes, sino que es un ataque, y no el mejor, a uno solo de los muchos aspectos dañinos de una religión como el cristianismo, cuyo leitmotiv es un ciclo eterno de culpa, sufrimiento y sacrificio.

domingo, 12 de abril de 2009

Felices Pascuas


Así fue como pasó:

Hace unos diecinueve siglos y medio, un judío fariseo, de oficio constructor de tiendas, se convirtió en misionero y salió por el mundo conocido a predicar una nueva religión, cuyo protagonista era un profeta también judío, que se había supuestamente titulado el Mesías y muerto por toda la humanidad para expiar nuestros pecados ante Dios, tras lo cual volvió a la vida de alguna forma. No sabemos de dónde exactamente sacó lo que escribió; según él, el Mesías en forma de luz brillante lo había tumbado de su caballo, lo había cegado y le había ordenado comenzar a predicar, pero ninguna fuente independiente confirmó jamás esa historia, que se parece más a un ataque de epilepsia.

El judío en cuestión quedó tan impresionado que cambió su nombre hebreo, Sha'ul (Saúl o Saulo), por el latino Paulus, y pasó de ser perseguidor a ser predicador de esta fe, hasta entonces una creencia popular sobre un profeta que hacía milagros y que había sido tratado (al parecer) como los hebreos solían tratar a los profetas en la antigüedad, es decir, bastante mal. Anduvo por muchos lugares, fue rechazado y perseguido, y tuvo incluso conflictos con los seguidores originales de este profeta (que lo habían conocido en persona).

Unos veinte años después de esto, Paulus, o Pablo, como lo conocemos hoy, se puso a escribir cartas a distintas iglesias, o comunidades de fe, urgiéndolas a hacer o dejar de hacer determinadas cosas en nombre de la doctrina que él había supuestamente recibido en su visión; en el proceso definió gran parte de esta misma doctrina para la posteridad. Además de algunos principios teológicos básicos, dictó unas cuantas reglas sobre el silencio y la sumisión que deben guardar las mujeres e instó a los hombres a permanecer solteros y abstenerse del sexo, como él, aunque ninguna de estas dos cosas tienen mucha conexión con el resto de su doctrina.

Aproximadamente en esa misma época, autores varios comenzaron a su vez a poner por escrito las historias tradicionales que circulaban sobre este profeta (que había muerto hacía dos o tres décadas). Aunque Pablo había dado unos pocos detalles, estos otros autores los aumentaron considerablemente.

El primero de los que conocemos se llamaba Marcos, y escribió una historia bastante corta con grandes lagunas (pasa por alto toda la adolescencia y juventud del profeta hasta los 30 años). Allí no se hablaba de la vuelta a la vida del profeta; más tarde alguien le agregó un par de líneas a la copia del manuscrito, y así quedó. Después vino un tal Mateo, cuyo target eran los judíos, por lo cual agregó unos cuantos detalles que no conocía pero que suponía que habían sucedido así y que le daban a la historia un cierto color local palestino; además, como a los judíos les apasionaban las profecías, intercaló copias de versículos del Antiguo Testamento aquí y allá, declarando que eran antiguas profecías que se habían cumplido en la vida de este santo hombre. Se equivocó un par de veces, citando una cosa por otra, y no se privó de hacer conexiones proféticas que no tenían sentido; declaró, por ejemplo, que el profeta había nacido de una virgen en cumplimiento de una profecía de Isaías, aunque el texto de Isaías no dice "virgen" sino "joven".

Hubo también un tal Lucas, que ya escribía mirando a los no judíos; de hecho, cuando habla del profeta le quita mucho del aire judío que le había puesto Mateo, con el cual difiere en cuanto al linaje del profeta y varias otras cosas, aunque copia partes del mismo sin problema. Lucas añadió más detalles hasta entonces no revelados del susodicho profeta, incluyendo algunas escenas muy conmovedoras de su nacimiento (que siguen vendiendo merchandising hasta hoy), y cosas importantísimas que extrañamente ninguno de los otros narradores había considerado mencionar; además le dio más protagonismo a las mujeres. A esta altura ya habían pasado más de cincuenta años desde la muerte del profeta. Parece que Lucas conoció y viajó con Pablo, aunque no siempre estuvieron de acuerdo (su versión de ciertos asuntos es de compromiso, mientras que la de Pablo es intransigente).

Finalmente, cerca de un siglo después del nacimiento del famoso profeta, un tal Juan, que vivía en una isla griega, prologó lo anterior con un trozo de disquisición metafísica típicamente helénica y después relató básicamente la misma historia, sin referencia a profecías del Antiguo Testamento. Como los judíos ya no existían como nación unificada (los romanos, cansados de su intolerancia monoteísta y de su tendencia a rebelarse, se habían encargado de dispersarlos), Juan no tuvo empacho en transformar al profeta judío en un enviado de Dios (de hecho, Dios mismo hecho hombre, consciente de su rol superior desde el principio) nacido entre judíos, pero rechazado por ellos, quienes terminan haciéndolo matar y piden colectivamente ser considerados, ellos y sus descendientes, responsables por su sangre.

De manera nada sorprendente, los escritos anteriores suelen más cortos y menos detallados que los posteriores, y estos últimos no sólo copian de los primeros y los "embellecen", sino que a veces los contradicen.

En todo este tiempo, y hasta que la nueva religión no prendió en amplias masas del mundo mediterráneo del comienzo del primer milenio, ni una sola fuente independiente habló de este profeta, ni dio detalles de su vida o su doctrina. Hubo, sí, comentarios preocupados de oficiales gubernamentales sobre la profileración de creyentes de esta nueva y extraña secta. Más tarde, cuando la nueva religión tomó el control del poder político y de la cultura, se volvió costumbre de los copistas piadosos insertar referencias a su profeta en escritos antiguos, como por ejemplo en los de Flavio Josefo, historiador judío romano, aunque estas vulgares falsificaciones no nos engañan hoy en día.

Además de los enumerados arriba, otras personas escribieron sus propias historias, refundiendo, distorsionando, "cortando y pegando" como hoy diríamos, y a veces simplemente inventando episodios o dichos del profeta y sus allegados y discípulos. Este proceso continuó durante mucho tiempo, hasta que esta religión, que para entonces había adquirido ya una estructura jerárquica, comenzó a apartar oficialmente a un lado lo que consideraba ortodoxo (o conveniente, o menos incoherente) y al otro lo que no podía ver la luz; esto último se quemaba, a veces en compañía de su autor, mientras que lo primero era proclamado verdad absoluta e incambiable, o "dogma", con horribles penas para quienes no pudieran o quisieran creerlo.

Entretanto muchos celebraban la supuesta resurrección del profeta en una fecha cercana a la de la festividad judía de Pésaj. Aunque los discípulos del profeta y sus seguidores inmediatamente posteriores no lo habían hecho nunca, se consideraba que esta celebración era tradicional, y se produjeron grandes controversias sobre la fecha correcta, que debía ser calculada en base al equinoccio de primavera y a la fase lunar. Como a los seguidores del profeta, llamados cristianos, cada vez les gustaba menos consultar a sus vecinos judíos, y estos mismos a veces no se ponían de acuerdo, finalmente (siglos después de la muerte del profeta, y tras muchas amargas discusiones) se eligió un método bastante complicado para hacer el cálculo.

Había ciertos problemas con el calendario, y encima la religión ahora llamada "cristianismo" mostraba fisuras; hace poco más de mil años se dividió en dos grandes ramas, y cuando el calendario se modificó, una de ellas no quiso adoptarlo, por lo cual la Pascua se celebra casi todos los años en dos fechas distintas.

Y por todo eso es que este domingo es Pascua de Resurrección, para los cristianos occidentales incluyendo la Iglesia Católica Romana, y el domingo que viene lo será para los de las iglesias orientales (las católicas ortodoxas y las antiguas ortodoxas no calcedónicas).

Los huevos y los conejitos de chocolate son una historia aparte.

viernes, 10 de abril de 2009

Aquí hay dragones


“En tiempos antiguos, a las regiones inexploradas en los mapas frecuentemente se les etiquetaban inscripciones temibles como «Aquí Hay Dragones». Lo desconocido causaba temor y daba un poco de alivio poder al menos etiquetar lo desconocido. Estos hipotéticos dragones parecían una explicación suficientemente buena para lo que de otro modo habría sido incomprensible. Con un concepto inventado y unas cuantas palabras, lo desconocido se vuelve simple y satisfactorio.
Así comienza Here Be Dragons ("Aquí hay dragones"), un cortometraje de poco más de 40 minutos, escrito y presentado por el escéptico profesional Brian Dunning. Este prólogo y el subtítulo, "Una introducción al pensamiento crítico", nos dan la primera idea de lo que trata esta verdadera herramienta audiovisual contra la pseudociencia y la credulidad.

En la primera parte del video, Dunning explica brevemente qué es una pseudociencia, y luego retoma la idea popularizada por Carl Sagan con su Baloney Detection Kit o "kit de detección de fraudes", mostrando didácticamente, para empezar, dos tipos de indicios que nos permiten determinar que estamos probablemente ante un fraude pseudocientífico: tipos con diplomas, certificados y batas blancas de laboratorio, y productos basados en una supuesta "sabiduría antigua" y valorados por su larga tradición.

Luego nos habla conceptos lógicos y estadísticos: el sesgo de confirmación, es decir, recordar o tener en cuenta sólo lo que favorece a nuestra creencia y pasar por alto el resto, y la confusión entre correlación y causalidad (cum hoc ergo propter hoc). En lo que se refiere a las discusiones, menciona los red herrings ("arenques rojos"), elementos distractivos e irrelevantes para desviar la conversación, y el uso de avalanchas de datos, imposibles de rebatir todos juntos, que simulan una investigación rigurosa.

Continúa hablando del concepto pseudocientífico de la "energía": energía psíquica, chi, fuerza vital, campos energéticos..., todo lo cual no significa absolutamente nada, porque ninguna de esas cosas existe comprobablemente, y porque "energía" es un concepto físico bien definido que no tiene nada que ver con estas ideas.

Las teorías de conspiración no podían dejar de tener su lugar, en particular, las que proclaman que grandes intereses económicos o ideológicos se la pasan suprimiendo u ocultando descubrimientos "científicos" (medicamentos milagrosos, motores super-eficientes...) para su beneficio. Después menciona brevemente la adoración por lo "natural" como equivalente a "sano", y pasa al tema de las creencias no probadas y de quienes quieren imponerlas por medio de presión legal o popular, como si la verdad científica pudiera establecerse por votación o decreto.

La segunda mitad del video pone en acción las herramientas críticas repasadas antes sobre algunos ejemplos de pseudociencia y credulidad de los muchos que pululan en nuestro medio: la precognición, las conexiones psíquicas y los sueños premonitorios, desbancadas por la ley de los grandes números, y las decenas de técnicas de "medicina alternativa" como la homeopatía o la reflexología, sin la menor evidencia científica que las respalde (Dunning se toma unos minutos para demoler la homeopatía en particular).

¿Por qué gente educada y inteligente cree en estas cosas? Dunning explora algunas razones: la atracción por lo nuevo, por el misterio y lo desconocido; la seducción de las respuestas fáciles y de las cosas que deseamos oír; la tendencia humana a explorar todas las alternativas, incluso cuando ya hay teorías establecidas; y finalmente, la falta de herramientas críticas y conocimientos científicos básicos en la mayoría de la población, que toma sus ideas de la cultura popular.

El cierre es un llamado de Dunning al activismo y al involucramiento ciudadano contra la moda de conceder "igual tiempo" (de clase, de difusión pública) a las teorías pseudocientíficas, y contra la idea de "libertad académica" aplicada a las ciencias duras. Estos temas nos son ajenos a los iberoamericanos, pero tienen cierto correlato en nuestra cultura, que nos demanda "tener la mente abierta" y ser respetuosos de la diversidad de creencias (¡aunque sean completamente ridículas!), y que ve el escepticismo como sinónimo de frialdad y de falta de imaginación.

jueves, 9 de abril de 2009

Alerta 86b: "Laica o libre"

Como suplemento a las cuestiones planteadas en los comentarios a la última alerta (referida al despido de la Lic. Paola Raffetta de la Universidad del Salvador por sus opiniones contra la Iglesia Católica, y a la legalidad del estatuto que avala la censura de dichas opiniones), añado algunos datos sobre la reforma del régimen universitario argentino del año 1958.

El debate sobre el rol de la iniciativa privada y confesional en la educación universitaria se planteó luego del derrocamiento del gobierno de Juan Domingo Perón en 1955, bajo el slogan "universidad laica o libre" (obsérvese la elección de las palabras, imagínese qué bando aprovechó más el slogan). La universidad laica era la surgida de la Reforma Universitaria de 1918, que creó el autogobierno colegiado de las universidades y respondía a las ideas plasmadas en la famosa ley de educación Nº 1420.

Lo "libre" de la concepción rival se refería, en principio, a la libertad académica, pero englobaba también la idea de una educación cuyos contenidos fueran decididos por la institución misma y ofrecidos a un mercado de potenciales estudiantes sin interferencia del estado. La "libertad" consistía en permitir que organizaciones no estatales (en los hechos, la Iglesia Católica) definieran planes de estudios y expidieran títulos profesionales: reconocimiento estatal y legitimidad social sin injerencia estatal o del resto de la sociedad.

La "ley Domingorena" que autorizó la privatización de universidades fue aprobada durante el gobierno de Arturo Frondizi, en septiembre de 1958, luego de una multitudinaria manifestación opositora frente al Congreso y de una sesión maratónica, por un margen de cinco diputados.

Les dejo las fuentes de lo anterior y algo más:
  • Laica o libre, en Necochea24 (en el 50º aniversario de la sanción de la ley) [el link original murió, pero había copia en la Wayback Machine].
  • Laica o libre, en Río Negro Online.
  • Especial Laica o libre, ciclo Efemérides, Canal Encuentro. Desde aquí se puede ver online o descargar un documental sobre el debate de la universidad laica o libre, para lo cual hay que registrarse antes gratuitamente.

miércoles, 8 de abril de 2009

Alerta 86: Censura en la universidad

Paola Raffetta es Licenciada en Estudios Orientales y, hasta marzo de este año, enseñaba en la Escuela de Estudios Orientales "Rev. Padre Ismael Quiles S.J." de la Universidad del Salvador (de ideario católico jesuítico). La licenciada no es católica; de hecho, participó en la campaña de apostasía colectiva llevada a cabo en nuestro país, y apareció citada en una nota periodística explicando sus razones para apostatar, fundamentadas en sus muchos desacuerdos con la Iglesia Católica.

El primer día de abril la Lic. Raffetta recibió de su escuela una notificación de despido, o más bien, una notificación de que "no está propuesta como docente para el año académico 2009", basada en el Estatuto Académico de la USAL, que en su artículo 39 explicita que los docentes tendrán como deber "No difundir ni adherir a concepciones que se opongan a la doctrina católica".

Raffetta adhirió a un estatuto que explícitamente le prohibía emitir ciertas opiniones, y luego violó ese estatuto de forma flagrante: eso es indiscutible. Lo que sí es discutible, y merece un debate, es por qué existen (por qué permitimos que existan) instituciones educativas que por un lado reivindican la libertad académica y por el otro incluyen en sus estatutos cláusulas explícitas de censura.

Es cierto que la USAL es privada, es decir, que los alumnos pagan por recibir clases en ella, y que presumiblemente conocen y adhieren al ideario de la universidad. Es decir, pagan por que les enseñen de cierta manera y no de otra. Que en condiciones normales uno tiene derecho a recibir aquello por lo que pagó es indiscutible. Debatamos, entonces, si esta idea de impartir conocimiento como un simple "servicio" (que se puede comprar y vender) debe ser aceptada como tal y tener la legitimación que significa la venerable institución occidental de la universidad.

No hablo de la diferencia entre quien tiene dinero para pagar y quien no, que es un tema aparte, sino de la ética y la conveniencia social de tener instituciones aceptadas como fuentes de saber que tengan un perfil confesional o ideológico cerrado hasta este punto. En otras palabras, ¿está bien que como sociedad nos parezca bien pagar para no oír críticas a nuestras creencias? A muy pocos les gustaría, seguramente, ir a una clase de historia donde se negase el Holocausto o a una de biología donde se enseñase el Génesis como origen de los seres vivos, pero exceptuando tales extremos, ¿pagaríamos para tener profesores que piensen igual que nosotros, que no desafíen nuestras concepciones infundadas, que se abstengan cautelosamente de ponernos la realidad frente a los ojos?

Consideremos, también, el alcance del estatuto universitario. Que yo sepa, la Lic. Raffetta no emitió mensajes anticatólicos en sus clases. El estatuto ¿se debe interpretar como válido en todo lugar y circunstancia, o solamente dentro de la universidad? La primera posibilidad no puede estar muy lejos de lo ilegal. La prohibición de oponerse a la doctrina católica, ¿vale también para conversaciones privadas? No sabemos, pero podemos imaginar lo que hubiera ocurrido si la Lic. Raffetta hubiese comentado sus ideas ante alumnos o profesores intolerantes de su escuela. ¿Vale el estatuto para opiniones emitidas en un blog o en la radio, aunque no se asocie de ninguna manera a la persona que las emite con la universidad en la que trabaja? Aparentemente, para la USAL, sí.

La supresión de las ideas contrarias sin tener en cuenta la diferencia entre el ámbito privado y el público, el personal y el institucional, es un ingrediente clave del totalitarismo. No sé si Paola Raffetta estaba consciente de eso cuando decidió trabajar para la USAL; quiza pensó que una opinión como la suya, expresada en un diario, podía volverla muy impopular, pero no sería causal de despido.

Permitir que un empleador prohíba a un empleado que emita opiniones contrarias a suyas, en su tiempo libre y a título personal, no es ético y no debería ser legal. Permitir que se llame "universidades" a instituciones donde una parte de la realidad es suprimida y las opiniones impopulares son censuradas es un error para una sociedad democrática. A ver si esto nos despierta: aquí nomás hay muchos lugares donde, en lugar de abrirles la mente a las personas que buscan educación, se las encierra en una burbuja y se les tapan los oídos.

(Gracias a Ateo Militante por alertarme sobre esta noticia.)

martes, 7 de abril de 2009

Alerta 85: Críticas que duelen

Uno de esos vicios míos, como sabrán, es el de recorrer secciones de cartas de lectores, foros de discusión abiertos y otros repositorios de lo más variado (por no decir vulgar, por no decir bizarro) de la opinión pública. En el diario La Capital de Rosario hace tiempo que Cristián Hernández Larguía, eximio músico y director de orquesta, muy conocido aquí, viene dirigiendo al editor filosas cartas relacionadas con la discriminación e intolerancia de la Iglesia Católica hacia homosexuales y ateos, con el encubrimiento corporativo de los criminales abusadores de niños entre las filas del clero, con el colaboracionismo eclesiástico durante la dictadura militar, y muchos otros temas, generalmente con tono anticlerical.

Como era de esperarse, un par de devotos católicos le han contestado por la misma vía, y un grupúsculo de comentaristas frecuentes le han infligido sus patéticos odios a través de los comentarios, acusando a H. L. de ser homosexual y de promover la homosexualidad (lo primero es posible, aunque personalmente me importa un comino; lo segundo es falso). La calidad humana de estos seres es despreciable y no merece más comentario.

Pero también hay quienes sinceramente lamentan que H. L. diga lo que dice. "Me duelen sus cartas", le dice una catequista católica llamada N. J. Herrera en una carta publicada el día 3 de abril. ¿Por qué?  Porque "no le hacen bien a nadie sus críticas, [y] en cambio puede debilitar la fe de los tibios."

¿No es dulce y tristemente patética esta admisión? Por favor, dice la Sra. Herrera, no señale usted los muchos defectos de esta construcción que se hace llamar la única santa y verdadera iglesia; no llame la atención hacia sus miembros intolerantes, corruptos, ricos entre los pobres, desalmados, oscurantistas, colaboradores de dictadores y asesinos, protectores de violadores de niños, antijudíos, antimusulmanes, antiateos, antihomosexuales, antimasones, anti-ciencia, anti-placer, misóginos, machistas, hipócritas; no mancille con la verdad ese mito que forma en nuestros corazones el cimiento de esta Iglesia Católica. Sabemos, sí, sabemos que son falibles; íntimamente no podemos menos que sospechar que esta vid está muerta y que sus sarmientos están casi todos secos y retorcidos, y que sus aspiraciones a la trascendencia no logran esconder, en esta edad impía, su origen humano, demasiado humano; pero no nos lo diga, o mejor, díganoslo en privado, sólo a nosotros, los muy fieles, que por el poder de nuestra fe podemos cerrar ojos y oídos a la evidencia de los sentidos y de la historia; no lo proclame, no vaya a ser que aquellos que no tienen nuestra amor por la Iglesia abran los ojos y vean.

¿Fue demasiado todo eso? Es posible. Ocurre que uno se cansa, con el tiempo, de escuchar siempre las mismas excusas no sólo sobre esta iglesia en particular, sino sobre todas las religiones. Pero es la primera vez que leo que un creyente sinceramente dice lo que piensa a este respecto: que es más importante la fe que la verdad; que hay proteger a la fe contra la duda. Y ese veneno que la religión provee incluso a personas como la Sra. Herrera, catequista, mujer de fe sencilla, brota de esta corta carta con más fuerza, por contraste, que de cualquier gran pronunciamiento. "Querido señor Hernández Larguía, deje que lo admire y lo ame por su aporte a la belleza, ¡qué bien hace su música!" — deje, en otras palabras, que siga viéndolo como quien no es, que siga creyendo que para ser una persona admirable hay que tener fe y creer en la misma religión que yo; no me obligue a rechazarlo por ser distinto a lo que me enseñaron que es bueno; no permita que mi raciocinio entre en conflicto con mi fe; no me haga mal, cállese.

¿Será ésta la forma más insidiosa de chantaje religioso? ¿Cómo contestamos a ella?

lunes, 6 de abril de 2009

Falacias y errores de lógica

Falacias y errores de lógica: "Un breve compendio de argumentos tan comunes como inservibles, para los que aún desean pelear contra los molinos de viento de la ignorancia y la cerrazón mental" [PDF]. Tosco pero útil, esto lo escribí allá por el cambio de milenio, cuando la Internet todavía no era rápida y el material ateísta/escéptico en la web estaba casi todo en inglés y desparramado. Todavía está por ahí, y me lo han plagiado sin asco en varios lugares, pero no importa. Si alguien tiene sugerencias para una segunda edición, déjelas aquí (en particular los ejemplos necesitan reelaboración).

P.D.: El URL del documento ha sido actualizado. El mismo se encuentra alojado en el servidor de Scribd, donde puede leerse en línea o bajarse como PDF.

viernes, 3 de abril de 2009

Alerta 84: Qué preocupa a Héctor Aguer

El arzobispo de La Plata, Héctor Aguer, rechazó la "campaña de apostasía colectiva" lanzada en Argentina, según informa ACI. Lo hizo en declaraciones televisivas, en su segmento del programa Claves para un Mundo Mejor, en las que se preguntó:
"¿Quiénes son los que promueven esto? ¿Y qué es lo que les molesta especialmente?... ¿Qué tipo de ideología hay detrás de esta campaña?"
Si las preguntas son de tendencia paranoide, sus respuestas muestran que Aguer, hombre educado, no es sin embargo más que un sofista:
"Aquí lo que molesta específicamente es que la fe se haya hecho cultura y lo que se intenta es desarraigar la fe de la cultura vivida de la gente."
No se necesita más que un rato para leer los considerandos de la propuesta de apostasía, y sólo la deshonestidad típica de quienes venden buzones en el cielo puede hacer querer ver en ellas lo que el arzobispo dice. La apostasía no sirve para desarraigar la fe de ningún creyente; es para que se reconozca el desarraigo de quienes ya no son creyentes, para que no asuma que todos tenemos esa fe que Aguer tanto valora.

La cultura argentina y latinoamericana está impregnada de catolicismo. Una campaña de apostasía no puede cambiar eso; lo que sí puede hacer (y esto sí que es molesto, visiblemente molesto para Héctor Aguer) es mostrar al público en general que existen muchos ciudadanos comunes y corrientes que no adhieren a la moral católica, y que son argentinos decentes y de pleno derecho. Eso es todo. ¿Tan difícil es aceptarlo? ¿O bien está proponiendo el arzobispo que quienes se oponen a la cultura dominante sólo pueden tener intereses mezquinos o ideologías oscuras y amenazantes?

El Arzobispado de La Plata tiene un e-mail, arzobispadodelaplata@speedy.com.ar, por si acaso alguien desea hacerle llegar, como ciudadano, estas inquietudes al arzobispo Aguer. También se pueden dejar comentarios en el artículo en ACI, aunque como suele ocurrir con los sitios católicos, éstos son moderados (luego de esperar un par de días he comprobado que los míos, escritos en disidencia pero con toda educación, no pasan el filtro).

PD: Corrijo lo anterior. Nobleza obliga, después de un intercambio de mails con quien modera los comentarios, un tercer intento de disidencia resultó publicado. Resulta que la ironía es considerada un insulto por el censor de ACI. Desafortunadamente no guardé esos primeros comentarios para evaluarlos bajo esa luz; estoy bastante seguro de que no fui desagradablemente irónico, pero quizá, a base de escribir y leer tantos blogs ateos y escépticos donde la censura no es la regla, yo me haya vuelto menos sensible a esa delicadeza exquisita que se requiere para no ofender a la Iglesia. En todo caso, no soy tonto ni malhablado cuando se trata de comunicar una idea incómoda a quien no quiere oírla y tiene poder para censurarme.

Aprovecho para alentar a mis lectores a expresarse, con educación y consideración de lugar y contexto, en casos similares.

jueves, 2 de abril de 2009

Papado e Iglesia


Garry Wills
A riesgo de cansar hablando del Papa, pongo a consideración una observación de Garry Wills, un historiador y escritor católico formado en la tradición jesuita. Es de una entrevista hecha en 2005. El énfasis es mío.
El papado no captó demasiada atención antes del Concilio Vaticano II, la reacción ante ese Concilio, ante los papas viajeros (Paulo VI y Juan Pablo II) y el ingreso del papado en la polémica de la vida católica intelectual. Hasta entonces todos éramos muy dóciles. Y entonces el papado se convirtió más bien en una prueba. La Iglesia que yo viví, en el centro de estudios, en la universidad, realmente no se interesaba en el tema: sólo públicamente había que manifestar ese interés, en el sentido de que el papado ataca la Iglesia en que yo vivo. Y, como la ataca, le impide florecer, en el sentido de que nos niega tener mujeres ministros, o de que está haciendo que ciertos sacerdotes admirables cuelguen los hábitos porque no pueden casarse; está volviendo deshonestos a los sacerdotes porque tienen que repetir como loros la línea del Vaticano sobre temas en los que ya no creen tanto, y está provocando que las escuelas católicas tengan miedo de sus obispos, porque los obispos temen al Papa. Así que creo que, en bien de su salud, es necesario que la Iglesia se separe del papado.
La entrevista completa: "Por una Iglesia lejos del Papado" (Letras Libres, junio de 2005). Me da la impresión, como persona que vive fuera de la Iglesia pero atento a lo que ocurre en ella, que estas apreciaciones son aún más relevantes hoy en día.

¿Que qué nos importa a los ateos, agnósticos y no católicos en general lo que ocurra dentro de las estructuras jerárquicas del catolicismo? Bien, yo creo que debe importarnos, porque mal que nos pese, la mayoría de nosotros vivimos en países donde la Iglesia Católica tiene una desproporcionada voz y un indebido voto en decisiones que afectan a la sociedad.

miércoles, 1 de abril de 2009

Fan mail 4: Que no se hable de la Madre Teresa

Un comentarista anónimo se indigna ante el ataque a su vaca sagrada, la Madre Teresa de Calcuta:
Callate infeliz! investiga y despues comenta...la madre teresa fue y sera un simbolo de humildad y paz...encambio gente como vos no tendria que haber nacido...preocupate por tu vida y no por arruinar la de los demas
No me queda claro si responde al artículo de Christopher Hitchens sobre la Madre Teresa, o al comentario anterior, pero en todo caso... ¿qué nos dice el tono y el vocabulario de esta persona? Estoy seguro de que todos nos hemos topado con esta clase de personas, que primero hablan de humildad y paz (o de moral, valores, sacrificio, compromiso, caridad, etc.) y luego te dicen, para empezar, que te calles, y a renglón seguido que no tendrías que haber nacido. A mí me parece que es hipócrita. Y para nada atípico.

Por lo demás, lo que más llama la atención (y es una constante) es que no hay reflexión alguna, no hay admisión de posibilidad de error: el comentarista repite un par de tópicos comunes sobre la Madre Teresa y niega que exista algo que los contradiga (a pesar de que se le está mostrando justamente eso, ahí frente a su nariz); y como en el fondo su seguridad ha quedado perturbada, se despacha proclamando que las desagradables revelaciones que ha leído "arruinan la vida de los demás". La investigación periodística ampliamente documentada no tiene importancia; hay que mantener el ídolo sobre su pedestal a toda costa.

Una verdad puede arruinarle la vida a alguien, quizá, pero una verdad que casi todo el mundo se rehúsa a creer, y que se refiere a una persona sin relación con quien habla, muerta hace años, difícilmente tenga importancia para nadie, excepto para mentes débiles que hayan construido una leyenda sobre ella y no soporten verla destruida.

La Madre Teresa de Calcuta era una persona, no un ángel ni una diosa; que haya sido una desgraciada no daña a nadie... salvo a ciertos pseudobiógrafos interesados, y a gente que busca ídolos para adorar.