Continúo y termino con la respuesta a las críticas que recibí.
Dice Ernesto: "No decís nada nuevo, sólo te dejás llevar por la corriente." Y también: "Vos metés todo en la misma bolsa. No te parece que te ha llegado el momento de pensar?" Empiezo por el final, reconociendo que a veces generalizo o exagero la simplificación, por estilo retórico o porque así me pareció permisible al momento de escribir. Trato de no equivocarme, de no escribir falsedades por error, de permitir al lector que se exceptúe de mis generalizaciones si cree que no corresponden con su pensamiento. Por lo demás, el comentario es tan general que no sé cómo interpretarlo. Otro de mis lectores me ha dicho que no distingo moderados de fanáticos; intento explicar que la distinción existe pero (en mi opinión) es de grado, no de calidad. Y así. Una crítica constructiva me sirve; una acusación al aire no.
En cuanto a que me dejo "llevar por la corriente" y (según dice Ernesto) este blog es "intrascendente" porque repite lo que dicen las noticias, está equivocado: agregadores de noticias ya son la mayoría de los medios online, pero en este blog comento, anoto, divago si se quiere; no me limito a postear vínculos sin contexto.
Quizá ocurre (esto también me lo han dicho) que repito argumentos contra la religión o contra la Iglesia Católica que no son nuevos. La causa es clara: la religión de hoy y la de ayer son básicamente lo mismo. Lo que ha cambiado es el resto de la sociedad, las leyes, la cosmovisión de la mayoría de la gente, que no tolera cosas que antes eran comunes, desde la esclavitud hasta la tortura, desde la supresión de las opiniones hasta el sometimiento de las mujeres.
Me pregunta también mi inquieto lector: "¿A vos te hace feliz tratar de que los demás no crean?". No, pero es algo que me gusta hacer, siempre que no me quite mucho tiempo. Una persona escéptica es una persona más equilibrada, menos susceptible al engaño, menos tentada por las falsedades con buen aspecto que ofrecen la religión, el nacionalismo, las ideologías extremas de toda clase, y por lo tanto un ciudadano mejor para un mundo que ya tiene muchos problemas causados por la irracionalidad. Si mañana los judíos israelíes dejaran de creer que tienen derecho divino a ocupar Palestina y los musulmanes palestinos dejaran de creer que el martirio conduce al Paraíso, ¿no estaría más cerca la paz en Medio Oriente?
"¿No te gustaría hacer un blog a favor de algo y no en contra?". Me gustaría, sí que me gustaría. Pero como bien dice el predicador, hay un tiempo para demoler y un tiempo para edificar. Ahora estoy (en mi ínfima medida) ayudando a demoler, para que otros puedan construir luego, por su cuenta. Reconozco que (frase hecha pero cierta) destruir es más fácil que construir, y soy un holgazán; prefiero comenzar por lo más fácil y que otros más capaces que yo se ocupen de edificar. Mi demolición privada la hice hace rato; la construcción sigue, aunque no soy arquitecto ni maestro de obras para darla a los demás como modelo.
Pregunta que ya debería estar respondida: "¿Por qué tenés moderados los comentarios? ¿No es una forma de la intolerancia?". No, no lo es. Intolerancia sería filtrar los comentarios para que sólo aparecieran los asentimientos, las felicitaciones, los acuerdos sin matices y sin debate (recuerdo un foro católico donde hace mucho intenté postear y que hacía exactamente eso).
Que yo recuerde no he filtrado ningún comentario todavía. Sólo bloquearía un comentario si contuviera únicamente insultos, amenazas graves a mí o a otra persona, cosas de ese tipo. O bien si sólo fuera spam, propaganda. No bloquearía una pregunta honesta o una crítica, cosa que puede comprobarse con facilidad.
Y creo que con esto termino.
lunes, 28 de julio de 2008
domingo, 27 de julio de 2008
Críticas de las otras (II)
Continuación del post anterior, sobre las críticas recibidas...
Decía Ernesto: "Tu blog prueba justamente lo que negás: la persecución a la Iglesia católica." Ahora resulta que opinar distinto de alguien y/o ridiculizarlo es "persecución".
Vamos a ver: en Argentina, la Iglesia Católica recibe dinero del Estado (dinero que pagamos con los impuestos) para pagar sueldos y jubilaciones a los obispos. La Iglesia tiene derecho a nombrar capellanes dentro del Ejército, derecho que no le asiste a ninguna otra religión, y estos capellanes no pueden ser destituidos por el Estado aunque su prédica sea racista, antidemocrática, antisemita o llanamente fascista. La Iglesia es la única que figura (para favorecerla) en la Constitución Nacional. Sus representantes, elegidos por la cabeza de un gobierno teocrático unipersonal extranjero, tienen lugar de privilegio junto a las más altas autoridades estatales (democráticamente elegidas) en los actos patrióticos y ceremonias civiles de toda clase. Muchos canales de TV abierta ceden espacios a sacerdotes católicos para difundir sus doctrinas en los segmentos de cierre de la programación diurna. La Iglesia reclama constantemente, y generalmente le es concedida, una voz en la mesa de negociaciones de todas las cuestiones sociales importantes del país. Y Argentina es, dentro de Latinoamérica, uno de los países más seculares (imagínense el resto). ¿Persecución? No me hagan reír.
Lo que ocurre es que la Iglesia ha disfrutado tanto tiempo de tanto poder que, ahora que se la empieza a tratar como una corporación de intereses equivalente a cualquier otra, se escandalizan y protestan. La crítica no es intolerancia y la intolerancia no es persecución. La crítica puede ser intolerante, y la crítica intolerante puede llevar a la persecución, sí; pero este blog jamás ha dicho que hay que discriminar a los católicos, jamás ha pedido que se marque a los católicos con una cruz amarilla cosida a la ropa, jamás ha llamado a un pogrom, jamás ha invocado las creencias de su público para impulsar una cruzada contra nadie.
Este blog, lo dije claramente, sirve para denunciar casos donde las ideas de la religión o la fe ciega han sido culpables de sucesos lamentables o ridículos; por eso se llama Alerta Religión y no Guerra contra los creyentes o algo similar. Si alguna vez deriva hacia la crítica abstracta, es porque no todo es noticia y a veces requiere una explicación detallada que se aparta del tema concreto. No me interesa discutir los pormenores de las creencias de los demás salvo como medio para desacreditar sus justificaciones de actos atroces. Por eso no hay aquí argumentos en contra de la existencia de Dios, críticas punto por punto de la teología de tal o cual, nada de apologética. Ya pasé por esa etapa, hace rato, y no me interesa. Creo que es lamentable que una mente humana quede atrapada por una creencia ridícula, pero en tanto esa creencia no perjudique al prójimo, ¿qué se le va a hacer?
Esto no terminó todavía. Continuará...
Decía Ernesto: "Tu blog prueba justamente lo que negás: la persecución a la Iglesia católica." Ahora resulta que opinar distinto de alguien y/o ridiculizarlo es "persecución".
Vamos a ver: en Argentina, la Iglesia Católica recibe dinero del Estado (dinero que pagamos con los impuestos) para pagar sueldos y jubilaciones a los obispos. La Iglesia tiene derecho a nombrar capellanes dentro del Ejército, derecho que no le asiste a ninguna otra religión, y estos capellanes no pueden ser destituidos por el Estado aunque su prédica sea racista, antidemocrática, antisemita o llanamente fascista. La Iglesia es la única que figura (para favorecerla) en la Constitución Nacional. Sus representantes, elegidos por la cabeza de un gobierno teocrático unipersonal extranjero, tienen lugar de privilegio junto a las más altas autoridades estatales (democráticamente elegidas) en los actos patrióticos y ceremonias civiles de toda clase. Muchos canales de TV abierta ceden espacios a sacerdotes católicos para difundir sus doctrinas en los segmentos de cierre de la programación diurna. La Iglesia reclama constantemente, y generalmente le es concedida, una voz en la mesa de negociaciones de todas las cuestiones sociales importantes del país. Y Argentina es, dentro de Latinoamérica, uno de los países más seculares (imagínense el resto). ¿Persecución? No me hagan reír.
Lo que ocurre es que la Iglesia ha disfrutado tanto tiempo de tanto poder que, ahora que se la empieza a tratar como una corporación de intereses equivalente a cualquier otra, se escandalizan y protestan. La crítica no es intolerancia y la intolerancia no es persecución. La crítica puede ser intolerante, y la crítica intolerante puede llevar a la persecución, sí; pero este blog jamás ha dicho que hay que discriminar a los católicos, jamás ha pedido que se marque a los católicos con una cruz amarilla cosida a la ropa, jamás ha llamado a un pogrom, jamás ha invocado las creencias de su público para impulsar una cruzada contra nadie.
Este blog, lo dije claramente, sirve para denunciar casos donde las ideas de la religión o la fe ciega han sido culpables de sucesos lamentables o ridículos; por eso se llama Alerta Religión y no Guerra contra los creyentes o algo similar. Si alguna vez deriva hacia la crítica abstracta, es porque no todo es noticia y a veces requiere una explicación detallada que se aparta del tema concreto. No me interesa discutir los pormenores de las creencias de los demás salvo como medio para desacreditar sus justificaciones de actos atroces. Por eso no hay aquí argumentos en contra de la existencia de Dios, críticas punto por punto de la teología de tal o cual, nada de apologética. Ya pasé por esa etapa, hace rato, y no me interesa. Creo que es lamentable que una mente humana quede atrapada por una creencia ridícula, pero en tanto esa creencia no perjudique al prójimo, ¿qué se le va a hacer?
Esto no terminó todavía. Continuará...
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sábado, 26 de julio de 2008
Críticas de las otras
Hay críticas constructivas, con las que puedo estar de acuerdo (y aprovecharlas) o no (pero que las aprecio). Y hay de las otras, como las que acabo de recibir, especialmente en referencia al asunto de la galletita mágica. Como Ernesto, que las escribió, dejó dicho que no iba a leer más este blog, esto no debe entenderse como una réplica a él, aunque desde luego, como dice el dicho, el que se va sin que lo echen etc. Por propósitos retóricos voy a dirigirme a Ernesto, aunque esto vale para todos lo que coincidan con sus ideas.
Dice Ernesto: "No entendés nada de religión y se te da por opinar de lo que no entendés." En un nivel muy superior al mío, esta crítica la he visto dirigida a los líderes del "Nuevo Ateísmo" anglosajón, especialmente Richard Dawkins, a quien le han reprochado que habla en contra de Dios sin molestarse en leer con detenimiento los sesudos "estudios" de los teólogos. Dawkins, dicen, ataca lo más pedestre de la religión, selecciona lo ridículo, se ríe de los inevitables fanáticos pero no trata con la verdadera religión ni con los sofisticados argumentos de los académicos, "expertos en Dios".
Primer punto: algo entiendo de religión, quizá no tanto como un teólogo o un antropólogo especializado en religiones, pero seguramente y sin falsa modestia, mucho, muchísimo más que el tipo promedio de la calle e incluso que el feligrés católico promedio. Estuve expuesto a la religión y fui indoctrinado en ella; tuve que pensar y meditar para reconocerme y justificarme como ateo; no se me ocurrió un día porque sí. Leo. Me informo. Estoy bastante seguro que la mayoría de los catequistas y muchos de los curas católicos no sabrían decirme, por ejemplo, qué es la cláusula del Filioque o en qué consistió la herejía de Pelagio. Yo lo sé porque me leí un ladrillo de libro sobre la historia del cristianismo. Y siempre estoy dispuesto a aprender.
Segundo punto: infinidad de veces he oído que la fe supera al entendimiento, que los sencillos de corazón están más cerca de Dios, etc. etc. y toda esa mierda oscurantista y anti-intelectual que viene desde las mismísimas epístolas de Pablo. "No me hace falta prueba científica, no tengo la obligación de argumentar ni entender para afirmar que Dios existe y me ama, demandar pruebas es soberbio." ¿Los creyentes tienen, entonces, derecho a pretender hacernos creer cualquier estupidez, pero los ateos tenemos que dominar toda su voluble "teología" para dudar de sus creencias? Es una tontería, un insulto a la inteligencia. Un tipo que amenaza a otro de muerte porque el otro le secuestró a un hijo es comprensible. Un tipo que amenaza de muerte y le desea tortura eterna a otro por causa de un pedazo de pan (cualquiera sea su valor simbólico) es un fanático, un salvaje ignorante, y en cierta forma un loco. Ni toda la teología del mundo, por más que me la creyera, debería convencer a un ser humano decente de lo contrario.
El tema de la intolerancia y la ofensa a las creencias: dice Ernesto que al llamar "galletita" a lo que los católicos creen que es realmente el Cuerpo de Cristo, ofendo a quienes nada me hicieron. Bien. ¿Y? El Papa aprovecha cada ocasión posible para predicar que los ateos somos una plaga y que todos los que no estamos de acuerdo con las políticas de la Iglesia Católica queremos destruir la familia y todos los valores morales humanos. Me ofende. No me daña. Me lo tengo que aguantar. Eso es tolerancia. Si estuviera en su mano, ¿alguien duda que el Papa no haría exterminar a todos los que no quisieran convertirse al catolicismo? ¿Alguien puede dudar de que esto ya sucedió repetidas veces? Tolerancia y respeto es lo que toda religión demanda cuando está en minoría o cuando no domina el poder temporal.
Ni siquiera debería dignarme a hablar del "fanatismo de la razón", pero lo voy a plantear así: a mi madre, mi padre, mi hermano, mi novia, mis amigos más cercanos, les puedo creer 99% de lo que me dicen sin que me den argumentos racionales. A otra gente en la que confío, hasta cierto punto, podría darles un cierto espacio, pero no tanto. Al resto del mundo, si el asunto es importante, le pediré razones, las voy a exigir, porque para eso tengo sesos.
Pregunta Ernesto de dónde saco que el 85% de la población mundial no cree en la transubstanciación. Es fácil. Más de tres cuartas partes de la población mundial no es católica. Y de los que se dicen católicos muchos no creen en la transubstanciación, por la simple razón de que ningún catequista o sacerdote les ha dicho que deben creer en ella. Vagamente saben que la hostia es el "Cuerpo de Cristo", pero nunca se han planteado si esa frase es metafórica o simbólica, o cómo podría ser de otra manera. Dije un número que me pareció sensato. Creo que fui generoso.
Bien está hacer notar, como hace Ernesto, que las mayorías no definen la verdad. Eso no fue lo quise decir. Lo que quise decir es que para la mayoría de los seres humanos, la transubstanciación es una extraña superstición, una falsedad obvia, o una ridiculez. Igual que considerar sagradas a las vacas, o que la prohibición de comer cerdo, o que la inmensa mayoría de los ritos, tabúes y dogmas de todas las religiones que no son la propia. Los que siguen una religión particular no parecen darse cuenta de esto, es como si nunca intentaran cambiar de punto de vista.
Tengo muchísimo más para añadir. Continuará...
Dice Ernesto: "No entendés nada de religión y se te da por opinar de lo que no entendés." En un nivel muy superior al mío, esta crítica la he visto dirigida a los líderes del "Nuevo Ateísmo" anglosajón, especialmente Richard Dawkins, a quien le han reprochado que habla en contra de Dios sin molestarse en leer con detenimiento los sesudos "estudios" de los teólogos. Dawkins, dicen, ataca lo más pedestre de la religión, selecciona lo ridículo, se ríe de los inevitables fanáticos pero no trata con la verdadera religión ni con los sofisticados argumentos de los académicos, "expertos en Dios".
Primer punto: algo entiendo de religión, quizá no tanto como un teólogo o un antropólogo especializado en religiones, pero seguramente y sin falsa modestia, mucho, muchísimo más que el tipo promedio de la calle e incluso que el feligrés católico promedio. Estuve expuesto a la religión y fui indoctrinado en ella; tuve que pensar y meditar para reconocerme y justificarme como ateo; no se me ocurrió un día porque sí. Leo. Me informo. Estoy bastante seguro que la mayoría de los catequistas y muchos de los curas católicos no sabrían decirme, por ejemplo, qué es la cláusula del Filioque o en qué consistió la herejía de Pelagio. Yo lo sé porque me leí un ladrillo de libro sobre la historia del cristianismo. Y siempre estoy dispuesto a aprender.
Segundo punto: infinidad de veces he oído que la fe supera al entendimiento, que los sencillos de corazón están más cerca de Dios, etc. etc. y toda esa mierda oscurantista y anti-intelectual que viene desde las mismísimas epístolas de Pablo. "No me hace falta prueba científica, no tengo la obligación de argumentar ni entender para afirmar que Dios existe y me ama, demandar pruebas es soberbio." ¿Los creyentes tienen, entonces, derecho a pretender hacernos creer cualquier estupidez, pero los ateos tenemos que dominar toda su voluble "teología" para dudar de sus creencias? Es una tontería, un insulto a la inteligencia. Un tipo que amenaza a otro de muerte porque el otro le secuestró a un hijo es comprensible. Un tipo que amenaza de muerte y le desea tortura eterna a otro por causa de un pedazo de pan (cualquiera sea su valor simbólico) es un fanático, un salvaje ignorante, y en cierta forma un loco. Ni toda la teología del mundo, por más que me la creyera, debería convencer a un ser humano decente de lo contrario.
El tema de la intolerancia y la ofensa a las creencias: dice Ernesto que al llamar "galletita" a lo que los católicos creen que es realmente el Cuerpo de Cristo, ofendo a quienes nada me hicieron. Bien. ¿Y? El Papa aprovecha cada ocasión posible para predicar que los ateos somos una plaga y que todos los que no estamos de acuerdo con las políticas de la Iglesia Católica queremos destruir la familia y todos los valores morales humanos. Me ofende. No me daña. Me lo tengo que aguantar. Eso es tolerancia. Si estuviera en su mano, ¿alguien duda que el Papa no haría exterminar a todos los que no quisieran convertirse al catolicismo? ¿Alguien puede dudar de que esto ya sucedió repetidas veces? Tolerancia y respeto es lo que toda religión demanda cuando está en minoría o cuando no domina el poder temporal.
Ni siquiera debería dignarme a hablar del "fanatismo de la razón", pero lo voy a plantear así: a mi madre, mi padre, mi hermano, mi novia, mis amigos más cercanos, les puedo creer 99% de lo que me dicen sin que me den argumentos racionales. A otra gente en la que confío, hasta cierto punto, podría darles un cierto espacio, pero no tanto. Al resto del mundo, si el asunto es importante, le pediré razones, las voy a exigir, porque para eso tengo sesos.
Pregunta Ernesto de dónde saco que el 85% de la población mundial no cree en la transubstanciación. Es fácil. Más de tres cuartas partes de la población mundial no es católica. Y de los que se dicen católicos muchos no creen en la transubstanciación, por la simple razón de que ningún catequista o sacerdote les ha dicho que deben creer en ella. Vagamente saben que la hostia es el "Cuerpo de Cristo", pero nunca se han planteado si esa frase es metafórica o simbólica, o cómo podría ser de otra manera. Dije un número que me pareció sensato. Creo que fui generoso.
Bien está hacer notar, como hace Ernesto, que las mayorías no definen la verdad. Eso no fue lo quise decir. Lo que quise decir es que para la mayoría de los seres humanos, la transubstanciación es una extraña superstición, una falsedad obvia, o una ridiculez. Igual que considerar sagradas a las vacas, o que la prohibición de comer cerdo, o que la inmensa mayoría de los ritos, tabúes y dogmas de todas las religiones que no son la propia. Los que siguen una religión particular no parecen darse cuenta de esto, es como si nunca intentaran cambiar de punto de vista.
Tengo muchísimo más para añadir. Continuará...
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domingo, 20 de julio de 2008
Especial: Los argumentos de la galletita
Los otros días publiqué un par de posts sobre la hostia consagrada que un estudiante se llevó secuestrada de la misa, y que le valió insultos y hasta amenazas de muerte de decenas o centenares de católicos indignados. El post donde explicaba el tema fue meneado, y recibió más de 4.000 visitas en menos de 48 horas, muchas más de las que este joven e ignoto blog había recibido en toda su existencia.
Aunque la mayoría de los comentarios fueron a parar a la noticia en meneame.net, unos cuantos llegaron aquí. La mayoría fueron anónimos y es muy posible que esas personas nunca vuelvan ni sigan el hilo de esto, pero quería agradecerles, pedirles que sigan leyendo, y aclarar algunos conceptos.
Primero, a uno de los comentarios que hablaba de "intolerancia" hacia los católicos. Llevarse una hostia consagrada de la misa no es "intolerancia", es una tontería de parte de quien lo hace, a menos que lo haga muy bien y nadie se dé cuenta. Estoy bastante seguro de que muchas hostias consagradas son "secuestradas" por curiosos en cada misa católica que se celebra en el mundo, y que yo sepa esto no hace daño a nadie. Y que no me digan que Jesús se enoja porque su supuesto cuerpo no es tragado y digerido como manda el canon.
Segundo, lo de las "misas satánicas" y ceremonias similares, donde supuestamente se llevan las hostias para cometer sacrilegio, es un 99% de leyenda, y además es de fabricación cristiana y no muy moderna. Hace siglos se acusaba a los judíos y a los herejes (es decir, a los que la autoridad eclesiástica quería señalar como herejes) de llevarse hostias para profanarlas, molerlas y mezclarlas con sangre de bebés, u ofrecerlas a Satanás. Puede ocurrir, seguro. ¿Y qué? ¿A Jesús le duele? Por favor, cristianos de todo el planeta, den un paso atrás, piensen con la cabeza despejada y traten de ponerse en nuestro lugar. Toda esta mitología de ustedes es irrelevante para todos los que no pertenecemos a su secta.
Tercero, si uno no cree en la transubstanciación (85% de la población mundial no cree en ella), la hostia es una galleta, y por lo tanto llevársela no es "una falta de respeto" para el que lo hace. Es de gente sensata no hacer enojar a otros innecesariamente, y por lo tanto no es sensato hacer alarde de que uno se lleva una hostia o que uno planea profanar hostias. Pero el "respeto" es algo que se le debe a las personas, no a las cosas inanimadas. Muéstrennos que Cristo está en la hostia consagrada, y después hablamos.
Aunque la mayoría de los comentarios fueron a parar a la noticia en meneame.net, unos cuantos llegaron aquí. La mayoría fueron anónimos y es muy posible que esas personas nunca vuelvan ni sigan el hilo de esto, pero quería agradecerles, pedirles que sigan leyendo, y aclarar algunos conceptos.
Primero, a uno de los comentarios que hablaba de "intolerancia" hacia los católicos. Llevarse una hostia consagrada de la misa no es "intolerancia", es una tontería de parte de quien lo hace, a menos que lo haga muy bien y nadie se dé cuenta. Estoy bastante seguro de que muchas hostias consagradas son "secuestradas" por curiosos en cada misa católica que se celebra en el mundo, y que yo sepa esto no hace daño a nadie. Y que no me digan que Jesús se enoja porque su supuesto cuerpo no es tragado y digerido como manda el canon.
Segundo, lo de las "misas satánicas" y ceremonias similares, donde supuestamente se llevan las hostias para cometer sacrilegio, es un 99% de leyenda, y además es de fabricación cristiana y no muy moderna. Hace siglos se acusaba a los judíos y a los herejes (es decir, a los que la autoridad eclesiástica quería señalar como herejes) de llevarse hostias para profanarlas, molerlas y mezclarlas con sangre de bebés, u ofrecerlas a Satanás. Puede ocurrir, seguro. ¿Y qué? ¿A Jesús le duele? Por favor, cristianos de todo el planeta, den un paso atrás, piensen con la cabeza despejada y traten de ponerse en nuestro lugar. Toda esta mitología de ustedes es irrelevante para todos los que no pertenecemos a su secta.
Tercero, si uno no cree en la transubstanciación (85% de la población mundial no cree en ella), la hostia es una galleta, y por lo tanto llevársela no es "una falta de respeto" para el que lo hace. Es de gente sensata no hacer enojar a otros innecesariamente, y por lo tanto no es sensato hacer alarde de que uno se lleva una hostia o que uno planea profanar hostias. Pero el "respeto" es algo que se le debe a las personas, no a las cosas inanimadas. Muéstrennos que Cristo está en la hostia consagrada, y después hablamos.
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martes, 15 de julio de 2008
Alerta 29: Si sos rastafari, fumá
Recordarán que la alerta que inauguró este blog trataba sobre el uso de la marihuana y los "argumentos" religiosos de un par de legisladores argentinos contra una revista que promueve su descriminalización. Aquella vez yo dije que me parecía ridículo creer que un pastor evangélico tuviera más autoridad para hablar de drogas que un médico o un psicólogo, y que el problema venía de transformar un tema social y científico en un asunto de moral religiosa.
Bien, como ejemplo de que la religión tiene poco sentido y demasiado poder, llega a mí la noticia de que en Italia los rastafaris podrán fumar marihuana libremente, ya que su sistema de creencias utiliza esta droga como ayuda para la oración y la meditación. Es decir, entendamos bien: si uno quiere fumarse un porro para divertirse, es una droga ilegal horrible que lo llevará al infierno de las drogas duras y lo transformará en un adicto, delincuente y mal ejemplo para los niños; pero si uno fuma porque el vuelo de la droga le permite creerse más cerca de un amigo imaginario llamado Jah, entonces está todo OK.
Las leyes y jurisprudencias de todos los países están llenas de ejemplos como éste, en que una prohibición se hace excepción porque algún libro viejo o tradición inmemorial, sin base alguna más que la supuesta respetabilidad de la fe, tienen más valor en nuestra cultura que cualquier argumento científico o que el sentido común. Y si no, miren qué poco problema se hacen los desaforados defensores de la galletita mágica...
Bien, como ejemplo de que la religión tiene poco sentido y demasiado poder, llega a mí la noticia de que en Italia los rastafaris podrán fumar marihuana libremente, ya que su sistema de creencias utiliza esta droga como ayuda para la oración y la meditación. Es decir, entendamos bien: si uno quiere fumarse un porro para divertirse, es una droga ilegal horrible que lo llevará al infierno de las drogas duras y lo transformará en un adicto, delincuente y mal ejemplo para los niños; pero si uno fuma porque el vuelo de la droga le permite creerse más cerca de un amigo imaginario llamado Jah, entonces está todo OK.
Las leyes y jurisprudencias de todos los países están llenas de ejemplos como éste, en que una prohibición se hace excepción porque algún libro viejo o tradición inmemorial, sin base alguna más que la supuesta respetabilidad de la fe, tienen más valor en nuestra cultura que cualquier argumento científico o que el sentido común. Y si no, miren qué poco problema se hacen los desaforados defensores de la galletita mágica...
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lunes, 14 de julio de 2008
Alerta 28: Amenazas de muerte por una galletita (II)
Solución al problema del último post:
Por si alguno no entendió o no pudo o no quiso leer el artículo en inglés, así fue la cosa.
Acto I. Webster Cook, un estudiante universitario, asiste a misa y decide llevarse la hostia consagrada que le da el sacerdote, en vez de tragársela, aparentemente para mostrársela a sus amigos no católicos. Una mujer lo ve, intenta hacerle abrir la mano y devolver la hostia, se produce un forcejeo. Cook escapa con la hostia.
Acto II. Cook recibe múltiples pedidos de devolución de la hostia consagrada, con distintos grados de severidad. Ante su negativa inicial recibe también insultos y amenazas de muerte. El asunto escala hasta involucrar a la Liga Católica, organización religiosa norteamericana.
Acto III. PZ Myers, un prolífico blogger norteamericano, profesor universitorio, científico, divulgador, escéptico y ateo confeso, escribe un duro artículo burlándose de los fanáticos católicos que comparan la sustracción de la hostia consagrada con un secuestro y con un "crimen de odio", y propone que dejen en paz al muchacho (que ya ha devuelto la hostia) y que le hagan llegar a él unas cuantas, para poder mostrarles a todos lo que es profanar verdaderamente el Cuerpo de Cristo.
Acto IV. Myers recibe decenas de e-mails insultándolo, pidiéndole que renuncie a su trabajo, y amenazándolo de muerte, con sanciones legales y castigos sobrenaturales. El promotor de esta campaña (que, recordemos, comenzó por el supuesto maltrato sufrido por una simple oblea redonda de pan sin sal) es Bill Donohue, líder de la Liga Católica, que organiza una campaña de firmas para pedirle a la universidad donde trabaja este blogger que lo despida. La blogosfera reacciona con una contra-campaña de apoyo.
Y la moraleja es doble: en primer lugar, si hemos de aplicar el sabio aforismo cristiano "por sus frutos los conoceréis", queda claro que hay muchos católicos violentos e intolerantes, y muy pocos católicos "moderados" con cojones suficientes para contradecir a sus hermanos más fanáticos; en segundo lugar, que (según el dicho de Christopher Hitchens) es claro que la religión lo envenena todo, porque de lo contrario no se explica que personas que se jacten de servir a un Dios de paz y amor hostiguen y amenacen de manera tan terrible a quienes no aceptan su desquiciada fantasía de un pedazo de galleta que se transforma en el cuerpo de un profeta judío muerto hace veinte siglos.
Por si alguno no entendió o no pudo o no quiso leer el artículo en inglés, así fue la cosa.
Acto I. Webster Cook, un estudiante universitario, asiste a misa y decide llevarse la hostia consagrada que le da el sacerdote, en vez de tragársela, aparentemente para mostrársela a sus amigos no católicos. Una mujer lo ve, intenta hacerle abrir la mano y devolver la hostia, se produce un forcejeo. Cook escapa con la hostia.
Acto II. Cook recibe múltiples pedidos de devolución de la hostia consagrada, con distintos grados de severidad. Ante su negativa inicial recibe también insultos y amenazas de muerte. El asunto escala hasta involucrar a la Liga Católica, organización religiosa norteamericana.
Acto III. PZ Myers, un prolífico blogger norteamericano, profesor universitorio, científico, divulgador, escéptico y ateo confeso, escribe un duro artículo burlándose de los fanáticos católicos que comparan la sustracción de la hostia consagrada con un secuestro y con un "crimen de odio", y propone que dejen en paz al muchacho (que ya ha devuelto la hostia) y que le hagan llegar a él unas cuantas, para poder mostrarles a todos lo que es profanar verdaderamente el Cuerpo de Cristo.
Acto IV. Myers recibe decenas de e-mails insultándolo, pidiéndole que renuncie a su trabajo, y amenazándolo de muerte, con sanciones legales y castigos sobrenaturales. El promotor de esta campaña (que, recordemos, comenzó por el supuesto maltrato sufrido por una simple oblea redonda de pan sin sal) es Bill Donohue, líder de la Liga Católica, que organiza una campaña de firmas para pedirle a la universidad donde trabaja este blogger que lo despida. La blogosfera reacciona con una contra-campaña de apoyo.
Y la moraleja es doble: en primer lugar, si hemos de aplicar el sabio aforismo cristiano "por sus frutos los conoceréis", queda claro que hay muchos católicos violentos e intolerantes, y muy pocos católicos "moderados" con cojones suficientes para contradecir a sus hermanos más fanáticos; en segundo lugar, que (según el dicho de Christopher Hitchens) es claro que la religión lo envenena todo, porque de lo contrario no se explica que personas que se jacten de servir a un Dios de paz y amor hostiguen y amenacen de manera tan terrible a quienes no aceptan su desquiciada fantasía de un pedazo de galleta que se transforma en el cuerpo de un profeta judío muerto hace veinte siglos.
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viernes, 11 de julio de 2008
Alerta 28: Amenazas de muerte por una galletita
Un posible diseño de la galletita mágica utilizada por el culto. El dibujo en relieve es un antiguo instrumento de tortura y ejecución de prisioneros.
Un estudiante universitario estadounidense ha desencadenado una ola de intolerancia por parte de un grupo de adeptos a un culto mistérico del Medio Oriente. Webster Cook, el estudiante en cuestión, se infiltró en una ceremonia del culto y se llevó uno de los elementos más sagrados, una fina galletita redonda sin sal que se da a los creyentes para que la ingieran. Según afirma el culto, las galletitas (reunidas en una copa) son mágicamente transformadas por las palabras del oficiante en la carne del fundador de la secta, que murió hace cerca de dos mil años. Para los que participan de esta extraña creencia, el consumo de estas galletitas sin sabor (una forma simbólica de canibalismo) les permite unirse místicamente con el fundador, un miembro de una etnia semítica que habitaba los alrededor del Mar de Galilea.Si bien el valor monetario de la galletita es ínfimo, y la interferencia en la ceremonia del culto puede ser considerada una falta menor, a los ojos de los adeptos Cook cometió un gravísimo crimen cuando, en vez de ingerir la galletita, se retiró llevándosela consigo, lo cual comparan con un secuestro. El solo acto de no cumplir con el rito prescripto pone además a Cook en situación de ser acusado de profanación, término técnico que se refiere al daño o destrucción de cosas tenidas por sagradas.
Cook ha recibido amenazas de muerte de miembros del culto, cuyos líderes han calificado su retención de la galletita como similar a una "toma de rehén" y como un "crimen de odio". La administración de la casa de altos estudios ha cedido, hasta ahora, a la presión de esta secta, que constituye un importante soporte financiero para la universidad.
Un científico y conocido divulgador, Paul Zachary Myers, se ha propuesto solidarizarse con el estudiante desafiando la intolerancia de este culto. A tal fin se ha comprometido públicamente en su blog a cometer actos de profanación sobre una gran cantidad de estas galletitas mágicas. Su desafío le ha valido también a él amenazas legales, dirigidas hacia su entorno laboral, como así también amenazas de violencia y de muerte.
La solución, en el próximo post.
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jueves, 10 de julio de 2008
Alerta 27: Hagamos el Rosario, no la guerra
Apenas un titular: Rezo del Rosario jugó papel vital en rescate de secuestrados colombianos (ACI, 9 de julio de 2008, refiriéndose al rescate de Ingrid Betancourt y otras 14 personas retenidas como rehenes por las FARC).
Lo tuve que leer dos veces, y no es un cliché, realmente lo tuve que leer dos veces porque pensé que había leído mal, que nadie podía ser tan obscenamente arrogante o tan inmoralmente desagradecido. Después me reí un poquitito, como se ríe uno a veces involuntariamente por nervios incluso en momentos poco apropiados. Y después me subió la bilirrubina.
¿Qué mierda se creyeron estos beatos, que en su mayoría nunca levantaron un dedo por la libertad de los rehenes, que nunca se hubiera puesto en el lugar de uno de ellos, que jamás han hecho nada real por nadie? ¿De dónde sacaron que su triste recitado de un mantra sin sentido durante años puede haber ayudado a un soldado o a un espía a infiltrarse en un grupo terrorista para rescatar a 15 prisioneros, con riesgo de sus vidas? ¿Cómo pueden autofelicitarse por estar de manos cruzadas? Esto es de una presunción increíble.
Por otro lado... Tres años y miles de personas rezando, ¡y apenas lograron liberar a 15 personas! O Dios es medio sordo o es sumamente ineficiente. Ahora van a decir seguramente que Dios tenía un plan para Betancourt, que antes, como dice el artículo, era "católica no practicante" pero ahora reconoce que su liberación "fue un milagro de la Virgen". Y la Virgen, ¿por qué no evitó que las FARC secuestraran o mataran a otras miles de personas? Todos estos años, Ingrid, parece que te han enseñado muy poco y te han ablandado mucho. Es comprensible en tu caso, pero a ver si les decís a estos santurrones que se atribuyen tu salvación que no sean tan idiotas.
Lo tuve que leer dos veces, y no es un cliché, realmente lo tuve que leer dos veces porque pensé que había leído mal, que nadie podía ser tan obscenamente arrogante o tan inmoralmente desagradecido. Después me reí un poquitito, como se ríe uno a veces involuntariamente por nervios incluso en momentos poco apropiados. Y después me subió la bilirrubina.
¿Qué mierda se creyeron estos beatos, que en su mayoría nunca levantaron un dedo por la libertad de los rehenes, que nunca se hubiera puesto en el lugar de uno de ellos, que jamás han hecho nada real por nadie? ¿De dónde sacaron que su triste recitado de un mantra sin sentido durante años puede haber ayudado a un soldado o a un espía a infiltrarse en un grupo terrorista para rescatar a 15 prisioneros, con riesgo de sus vidas? ¿Cómo pueden autofelicitarse por estar de manos cruzadas? Esto es de una presunción increíble.
Por otro lado... Tres años y miles de personas rezando, ¡y apenas lograron liberar a 15 personas! O Dios es medio sordo o es sumamente ineficiente. Ahora van a decir seguramente que Dios tenía un plan para Betancourt, que antes, como dice el artículo, era "católica no practicante" pero ahora reconoce que su liberación "fue un milagro de la Virgen". Y la Virgen, ¿por qué no evitó que las FARC secuestraran o mataran a otras miles de personas? Todos estos años, Ingrid, parece que te han enseñado muy poco y te han ablandado mucho. Es comprensible en tu caso, pero a ver si les decís a estos santurrones que se atribuyen tu salvación que no sean tan idiotas.
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martes, 8 de julio de 2008
Blog: Sin calma
Acabo de empezar tentativamente un nuevo blog, titulado Sin calma. A diferencia de éste, no tiene un tema definido o focalizado; intento escribir allí sobre cosas que hago día a día para mantenerme ocupado, desde excursiones fotográficas hasta picnics y reuniones sociales, aunque cualquier otra cosa que se me cruce por la mente terminará ahí seguramente. ¡Con la excepción de mis protestas contra la religión, por supuesto!
El primer post se titula "Introducción". No dejen de visitarlo.
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lunes, 7 de julio de 2008
Alerta 26: Jornada Mundial de la Juventud
La Jornada Mundial de la Juventud viene a ser como un Woodstock para católicos, donde los peregrinos se reúnen para escuchar al Papa y reafirmar sus delirios religiosos escuchando sus hipnóticos sermones. En vez de desnudarse y bailar y cantar canciones cursi sobre la paz y el amor, se ponen remeras con el rostro de la Virgen María y aplauden mientras cantan canciones cursi sobre la paz y el amor à la catholique. En vez de fumar hierbas ayunan para que les pegue más fuerte la comunión.
La recompensa final: Benedicto XVI ha anunciado que usará sus poderes del Lado Oscuro para concederles a todos los que reciban la hostia (de rodillas y en la boca) el perdón completo de sus pecados, es decir, la indulgencia plenaria. Esto vale para la JMJ que se va a celebrar en Sydney, Australia.
Muy lindo todo esto, y si no fuera más que eso, felicidades. Pero fuera del festejo para los peregrinos, la JMJ promete algunos inconvenientes para quienes tengan que convivir con ellos. El Papa tiene, en gran parte del mundo, un poder de convocatoria similar al de George W. Bush, capaz de atraer miles y miles de personas que lo odian y desean manifestar su opinión sobre él y las doctrinas que él sustenta.
Australia en particular no es un país muy católico que digamos, y se preveían disturbios, por lo cual el gobierno del estado de Nueva Gales del Sur ha decretado medidas tendientes a evitar que los peregrinos católicos sean molestados. A saber: queda restringida la circulación del público en ciertos sitios designados, se autoriza a la policía a efectuar cacheos corporales y a revisar bolsos, y como al parecer los católicos tienen una sensibilidad exquisita, se considerará una falta (con jugosas multas) cualquier manifestación que pueda ofender al peregrino, como por ejemplo: protestar contra la homofobia, usar la remera de una banda de rock satánica, gritarle a un católico "beato chupacirios", pasear de la mano con tu pareja homosexual frente a un grupo de peregrinos, o remontar condones inflados con helio.
Por supuesto que para verificar que todo esto ande como se supone, y para coordinar a las centenares de miles de personas que vendrán, manejar el espantoso caos de tránsito que provocarán, suplirles de miles de baños químicos, centenares de equipos sanitarios móviles y decenas de ambulancias, y además darles de comer y un lugar para dormir, etc., hay que gastar dinero. Como ésta es una celebración estrictamente sectaria y que de hecho no traerá más que molestias a los que no participen en ellas, uno esperaría que lo pague la Iglesia Católica, que tiene fondos más que suficientes, pero no. Serán unos 20 millones de dólares, a cuenta del estado. A eso hay que sumarle 41 millones más por ocupar el espacio del hipódromo de Randwick, donde se hará el encuentro principal. El evento en sí costará 150 millones de dólares adicionales, esto sí (según entiendo) a cuenta del Vaticano. O sea, casi 210 millones de dólares para que los católicos hagan una fiesta. (Estos son dólares australianos, que valen casi lo mismo que los estadounidenses.)
Ya que hablamos de dinero, notemos que se espera una asistencia de 500.000 peregrinos de todo el mundo. Como Australia está lejos de casi todo, y especialmente lejos de la mayoría de los países con mayoría católica, supongamos que sólo una quinta parte de los peregrinos serán europeos o americanos. No tengo idea de cuánto cuesta un pasaje de avión, ida y vuelta, desde Europa o América (sobre todo del Norte) hasta Australia, pero para simplificar pongamos una cifra promedio y muy conservadora de 1.000 euros. Eso da en total €100 millones en pasajes de avión, o sea alrededor de US$150 millones. A hacerse un viajecito a Australia para ver a mi ídolo yo lo llamo un lujo. ¿Los católicos cómo lo llamarán, caridad?
Así que el costo total de la fiestita es de unos 360 millones de dólares. Es aproximadamente la misma cantidad que costaría vacunar contra la malaria a mil doscientos millones de personas, o cubriría gran parte de lo que costó desarrollar una vacuna contra las meningitis A y C que va a ser aplicada a niños africanos. En este último caso en particular, la compañía farmacéutica ha decidido no molestarse en intentar cubrir los costos... para mejorar su imagen pública. Si una corporación gigantesca e impersonal dedicada a llenarse de dinero a costa de las enfermedades de los demás puede hacerlo, la Iglesia Católica debería al menos intentarlo, ¿no?
La recompensa final: Benedicto XVI ha anunciado que usará sus poderes del Lado Oscuro para concederles a todos los que reciban la hostia (de rodillas y en la boca) el perdón completo de sus pecados, es decir, la indulgencia plenaria. Esto vale para la JMJ que se va a celebrar en Sydney, Australia.
Muy lindo todo esto, y si no fuera más que eso, felicidades. Pero fuera del festejo para los peregrinos, la JMJ promete algunos inconvenientes para quienes tengan que convivir con ellos. El Papa tiene, en gran parte del mundo, un poder de convocatoria similar al de George W. Bush, capaz de atraer miles y miles de personas que lo odian y desean manifestar su opinión sobre él y las doctrinas que él sustenta.
Australia en particular no es un país muy católico que digamos, y se preveían disturbios, por lo cual el gobierno del estado de Nueva Gales del Sur ha decretado medidas tendientes a evitar que los peregrinos católicos sean molestados. A saber: queda restringida la circulación del público en ciertos sitios designados, se autoriza a la policía a efectuar cacheos corporales y a revisar bolsos, y como al parecer los católicos tienen una sensibilidad exquisita, se considerará una falta (con jugosas multas) cualquier manifestación que pueda ofender al peregrino, como por ejemplo: protestar contra la homofobia, usar la remera de una banda de rock satánica, gritarle a un católico "beato chupacirios", pasear de la mano con tu pareja homosexual frente a un grupo de peregrinos, o remontar condones inflados con helio.
Por supuesto que para verificar que todo esto ande como se supone, y para coordinar a las centenares de miles de personas que vendrán, manejar el espantoso caos de tránsito que provocarán, suplirles de miles de baños químicos, centenares de equipos sanitarios móviles y decenas de ambulancias, y además darles de comer y un lugar para dormir, etc., hay que gastar dinero. Como ésta es una celebración estrictamente sectaria y que de hecho no traerá más que molestias a los que no participen en ellas, uno esperaría que lo pague la Iglesia Católica, que tiene fondos más que suficientes, pero no. Serán unos 20 millones de dólares, a cuenta del estado. A eso hay que sumarle 41 millones más por ocupar el espacio del hipódromo de Randwick, donde se hará el encuentro principal. El evento en sí costará 150 millones de dólares adicionales, esto sí (según entiendo) a cuenta del Vaticano. O sea, casi 210 millones de dólares para que los católicos hagan una fiesta. (Estos son dólares australianos, que valen casi lo mismo que los estadounidenses.)
Ya que hablamos de dinero, notemos que se espera una asistencia de 500.000 peregrinos de todo el mundo. Como Australia está lejos de casi todo, y especialmente lejos de la mayoría de los países con mayoría católica, supongamos que sólo una quinta parte de los peregrinos serán europeos o americanos. No tengo idea de cuánto cuesta un pasaje de avión, ida y vuelta, desde Europa o América (sobre todo del Norte) hasta Australia, pero para simplificar pongamos una cifra promedio y muy conservadora de 1.000 euros. Eso da en total €100 millones en pasajes de avión, o sea alrededor de US$150 millones. A hacerse un viajecito a Australia para ver a mi ídolo yo lo llamo un lujo. ¿Los católicos cómo lo llamarán, caridad?
Así que el costo total de la fiestita es de unos 360 millones de dólares. Es aproximadamente la misma cantidad que costaría vacunar contra la malaria a mil doscientos millones de personas, o cubriría gran parte de lo que costó desarrollar una vacuna contra las meningitis A y C que va a ser aplicada a niños africanos. En este último caso en particular, la compañía farmacéutica ha decidido no molestarse en intentar cubrir los costos... para mejorar su imagen pública. Si una corporación gigantesca e impersonal dedicada a llenarse de dinero a costa de las enfermedades de los demás puede hacerlo, la Iglesia Católica debería al menos intentarlo, ¿no?
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viernes, 4 de julio de 2008
Alerta 25: Julio Grassi vuelve a dar misa
El conocido sacerdote y abusador sexual pedófilo Julio César Grassi ha vuelto a dar misa y administrar los sacramentos, según denuncia Crítica de Argentina. Lo ha hecho con la anuencia del obispo de Morón, Luis Eilchorn, que anuló la prohibición de ejercer el ministerio sacerdotal que le había impuesto a Grassi el anterior obispo, Justo Laguna. Hasta aquí llega la caridad cristiana, que al parecer se aplica a un hombre acusado de 19 casos de abuso y corrupción de menores, pero no vale para sus víctimas.
La Iglesia Católica tiene una larga trayectoria de negación y encubrimiento de sus propios crímenes y los crímenes y "deslices" de sus miembros. Grassi resultó ser tan obscenamente culpable desde el principio que no pudo disfrutar de las usuales disculpas, y el ahora emérito obispo Laguna hizo lo que debía. No obstante esto, Grassi consiguió apoyos de muchos católicos indignados por la "persecución" sufrida por este curita de rostro pacífico que presidía la irónicamente llamada Fundación "Felices los Niños", cuya página web contiene una hagiografía de Julio Grassi donde ni siquiera se mencionan sus encuentros cercanos con la ley ni sus muchos contactos y concesiones políticas.
Grassi se victimizó cada vez que pudo y utilizó todas las tácticas posibles para dilatar el proceso legal, que le llegará pronto, en agosto de este año. Los católicos fanáticos montaron un sitio web para seguir el caso, usándolo como ejemplo para continuar propagando la manifiesta ridiculez de que la Iglesia Católica es perseguida en Argentina, y enviar apoyo a este asqueroso abusador de niños, cuyo recientemente obtenido perfil psicológico es el "típico de los delincuentes sexuales".
Como he dicho en otras ocasiones, no es el propósito de este blog utilizar un escándalo como éste para hablar en contra de la religión. Pero sí planteo la pregunta: si Grassi no fuera un sacerdote, ¿cuántos lo defenderían ciegamente? Si no se hubiera instalado en las filas del fundamentalismo católico la idea de la "persecución religiosa", ¿cuántos de estos fanáticos estarían dispuestos a absolver a Grassi de toda culpa, achacando las acusaciones a una conspiración contra la Iglesia? La fe ciega el entendimiento, y como se ve en este caso, también anula el sentido moral de las personas.
La Iglesia Católica tiene una larga trayectoria de negación y encubrimiento de sus propios crímenes y los crímenes y "deslices" de sus miembros. Grassi resultó ser tan obscenamente culpable desde el principio que no pudo disfrutar de las usuales disculpas, y el ahora emérito obispo Laguna hizo lo que debía. No obstante esto, Grassi consiguió apoyos de muchos católicos indignados por la "persecución" sufrida por este curita de rostro pacífico que presidía la irónicamente llamada Fundación "Felices los Niños", cuya página web contiene una hagiografía de Julio Grassi donde ni siquiera se mencionan sus encuentros cercanos con la ley ni sus muchos contactos y concesiones políticas.
Grassi se victimizó cada vez que pudo y utilizó todas las tácticas posibles para dilatar el proceso legal, que le llegará pronto, en agosto de este año. Los católicos fanáticos montaron un sitio web para seguir el caso, usándolo como ejemplo para continuar propagando la manifiesta ridiculez de que la Iglesia Católica es perseguida en Argentina, y enviar apoyo a este asqueroso abusador de niños, cuyo recientemente obtenido perfil psicológico es el "típico de los delincuentes sexuales".
Como he dicho en otras ocasiones, no es el propósito de este blog utilizar un escándalo como éste para hablar en contra de la religión. Pero sí planteo la pregunta: si Grassi no fuera un sacerdote, ¿cuántos lo defenderían ciegamente? Si no se hubiera instalado en las filas del fundamentalismo católico la idea de la "persecución religiosa", ¿cuántos de estos fanáticos estarían dispuestos a absolver a Grassi de toda culpa, achacando las acusaciones a una conspiración contra la Iglesia? La fe ciega el entendimiento, y como se ve en este caso, también anula el sentido moral de las personas.
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martes, 1 de julio de 2008
Alerta 24: Ley contra la homofobia en Brasil, censura o justicia
Me quedé pensando (aunque poco tiempo) en las críticas recibidas por el proyecto de ley que castiga la discriminación a las minorías de orientación sexual en Brasil, o "ley anti-homofobia", que fue aprobada por los diputados y está siendo revisada por un grupo especial en el Senado. Los titulares son uniformemente alarmantes e indignados.
Según reporta Protestante Digital, las iglesias evangélicas denuncian la ley como "censura", ya que según sus líderes viola la libertad de expresión y da "poderes dictatoriales" a una minoría por sobre las otras. Los metodistas la consideran "fascista", según una denuncia que data de un año atrás (cuando la ley estaba ya en debate parlamentario), y los fanáticos del sitio Noticias Globales directamente la nombran "Proyecto pro-gay [para] imponer el estilo de vida homosexual", y alertan: ¡"El continente en peligro"!
Lo bueno es que entre tanta paranoia también citan partes del proyecto de ley, con lo cual uno puede ver si tanto temor se justifica. ¿Adivinaron? Por supuesto que no.
Si hubiera que llevarse por lo que dicen estos maniáticos religiosos que tanto interés tienen en ver qué hace el prójimo con su sexo, la "ley anti-homofobia" sería parte de una estrategia supranacional impulsada por la Organización de los Estados Americanos (OEA) para imponer una "dictadura de la tolerancia" donde el relativismo reina, todo vale, y la libertad para ser un degenerado en público y en privado es dogma de fe.
Bajo esta visión (que, repito, es la que denuncian los líderes evangélicos) los homosexuales (gays y lesbianas) tendrían un lugar de privilegio en el mercado laboral y en los espacios públicos, invadirían los hogares, las escuelas, las oficinas del gobierno, los comercios, y podrían "pervertir" a su gusto a los menores induciéndoles a imitar su conducta sexual inmoral; y sería un crimen con pena de prisión criticar sus prácticas o sugerir siquiera que la iglesia tal o cual desaprueba la homosexualidad. La "policía del pensamiento" andaría por ahí con micrófonos direccionales y arrestaría a una madre que le dijera al oído a su hijo "no te acerques a ese señor, que es maricón" en la calle; la guardia de seguridad debería dejar pasar sin más a cualquier drag queen o travesti que solicitara sentarse junto al Papa en su próxima visita al país; los predicadores cristianos serían arrastrados fuera del púlpito y obligados a comparecer ante un juez por citar las partes de la Biblia que hablan de la "abominación" de un hombre que se acuesta con otro; en fin, pronto se presentaría cualquier mariposón como candidato a presidente y habría que votarlo para no ser acusado de discriminador.
No hay que creer ni por un momento que los líderes religiosos puedan ser sinceros. Uno puede dudar y preocuparse de que una ley como ésta se entrometa en la libertad de uno para pensar y decir ciertas cosas (por muy intolerantes o ridículas que sean), pero en un contexto moderno un predicador nunca habla realmente de la libertad de expresión de los ciudadanos, sino de su libertad para criticar sin motivo, para dispersar su odio por lo diferente, para expresar sin trabas y sin consecuencias su cerrazón mental, su dogmatismo, su falta de razón. (Bueno sería, además, que una religión que reprimió a fuego y espada a sus disidentes, y que recién en este siglo si ha visto obligada a aceptar a regañadientes que existe el derecho a pensar distinto, ahora pidiera que le creyéramos que está preocupada por la libertad de expresión.)
Por lo que puede inferirse de los fragmentos citados, la susodicha ley no crearía un "estado gay policial" ni una "república rosa". Los críticos desde ya exageran las posibilidades de aplicación; no sólo no hay manera de controlar el discurso privado sobre la sexualidad, sino que tal control no pasaría por el más mínimo filtro legal, sea porque ningún legislador votaría tal cosa, o porque la Constitución del país haría nula automáticamente tal legislación. En cuanto al resto, bien, la ley castiga crímenes, no intenciones ni pensamientos ni simples dichos.
Hay un ejercicio que es interesante hacer frente a discursos discriminatorios o que son criticados por ser discriminatorios (según el lado en que se esté), y que consiste en reemplazar ciertas palabras por otras. Por ejemplo, Noticias Globales nota que la ley castiga el "impedir o prohibir el ingreso de homosexuales a cualquier lugar, público o privado, abierto al público… negar, impedir, retardar o excluir el empleo o la promoción jerárquica o profesional de homosexuales, en cualquier nivel del sistema educativo, público o privado…". No sabemos la opinión que les merecen estas sanciones, pero queda claro que ellos sí aplicarían (y aplican) estas formas de discriminación.
Ahora, hagamos el pequeño ejercicio de sustitución. En el texto de arriba, cambiemos "homosexuales" por "judíos". Interesante, ¿no? Cambiemos por "negros". Cambiemos por "mujeres". Cambiemos por "chinos". Cambiemos por "discapacitados físicos". Cambiemos por "cristianos". Cambiemos por "personas con uno o más tatuajes". ¿Cómo llamaría el común de la gente a alguien que se opusiera a una ley así? ¿Cómo explicarían los críticos de esa ley su oposición a la misma, si no pudieran decir "yo lo creo así" o "es mi religión"?
Queda abierta la cuestión de si esta ley es de hecho excesiva en algún punto. Por suerte, tratándose de un parlamento estatal y no de una asamblea eclesiástica, si algo está mal se podrá discutir y cambiar. Los perseguidos, silenciados y discriminados de mil maneras por la religión desde hace siglos y todavía hoy nunca han tenido esa opción.
Según reporta Protestante Digital, las iglesias evangélicas denuncian la ley como "censura", ya que según sus líderes viola la libertad de expresión y da "poderes dictatoriales" a una minoría por sobre las otras. Los metodistas la consideran "fascista", según una denuncia que data de un año atrás (cuando la ley estaba ya en debate parlamentario), y los fanáticos del sitio Noticias Globales directamente la nombran "Proyecto pro-gay [para] imponer el estilo de vida homosexual", y alertan: ¡"El continente en peligro"!
Lo bueno es que entre tanta paranoia también citan partes del proyecto de ley, con lo cual uno puede ver si tanto temor se justifica. ¿Adivinaron? Por supuesto que no.
Si hubiera que llevarse por lo que dicen estos maniáticos religiosos que tanto interés tienen en ver qué hace el prójimo con su sexo, la "ley anti-homofobia" sería parte de una estrategia supranacional impulsada por la Organización de los Estados Americanos (OEA) para imponer una "dictadura de la tolerancia" donde el relativismo reina, todo vale, y la libertad para ser un degenerado en público y en privado es dogma de fe.
Bajo esta visión (que, repito, es la que denuncian los líderes evangélicos) los homosexuales (gays y lesbianas) tendrían un lugar de privilegio en el mercado laboral y en los espacios públicos, invadirían los hogares, las escuelas, las oficinas del gobierno, los comercios, y podrían "pervertir" a su gusto a los menores induciéndoles a imitar su conducta sexual inmoral; y sería un crimen con pena de prisión criticar sus prácticas o sugerir siquiera que la iglesia tal o cual desaprueba la homosexualidad. La "policía del pensamiento" andaría por ahí con micrófonos direccionales y arrestaría a una madre que le dijera al oído a su hijo "no te acerques a ese señor, que es maricón" en la calle; la guardia de seguridad debería dejar pasar sin más a cualquier drag queen o travesti que solicitara sentarse junto al Papa en su próxima visita al país; los predicadores cristianos serían arrastrados fuera del púlpito y obligados a comparecer ante un juez por citar las partes de la Biblia que hablan de la "abominación" de un hombre que se acuesta con otro; en fin, pronto se presentaría cualquier mariposón como candidato a presidente y habría que votarlo para no ser acusado de discriminador.
No hay que creer ni por un momento que los líderes religiosos puedan ser sinceros. Uno puede dudar y preocuparse de que una ley como ésta se entrometa en la libertad de uno para pensar y decir ciertas cosas (por muy intolerantes o ridículas que sean), pero en un contexto moderno un predicador nunca habla realmente de la libertad de expresión de los ciudadanos, sino de su libertad para criticar sin motivo, para dispersar su odio por lo diferente, para expresar sin trabas y sin consecuencias su cerrazón mental, su dogmatismo, su falta de razón. (Bueno sería, además, que una religión que reprimió a fuego y espada a sus disidentes, y que recién en este siglo si ha visto obligada a aceptar a regañadientes que existe el derecho a pensar distinto, ahora pidiera que le creyéramos que está preocupada por la libertad de expresión.)
Por lo que puede inferirse de los fragmentos citados, la susodicha ley no crearía un "estado gay policial" ni una "república rosa". Los críticos desde ya exageran las posibilidades de aplicación; no sólo no hay manera de controlar el discurso privado sobre la sexualidad, sino que tal control no pasaría por el más mínimo filtro legal, sea porque ningún legislador votaría tal cosa, o porque la Constitución del país haría nula automáticamente tal legislación. En cuanto al resto, bien, la ley castiga crímenes, no intenciones ni pensamientos ni simples dichos.
Hay un ejercicio que es interesante hacer frente a discursos discriminatorios o que son criticados por ser discriminatorios (según el lado en que se esté), y que consiste en reemplazar ciertas palabras por otras. Por ejemplo, Noticias Globales nota que la ley castiga el "impedir o prohibir el ingreso de homosexuales a cualquier lugar, público o privado, abierto al público… negar, impedir, retardar o excluir el empleo o la promoción jerárquica o profesional de homosexuales, en cualquier nivel del sistema educativo, público o privado…". No sabemos la opinión que les merecen estas sanciones, pero queda claro que ellos sí aplicarían (y aplican) estas formas de discriminación.
Ahora, hagamos el pequeño ejercicio de sustitución. En el texto de arriba, cambiemos "homosexuales" por "judíos". Interesante, ¿no? Cambiemos por "negros". Cambiemos por "mujeres". Cambiemos por "chinos". Cambiemos por "discapacitados físicos". Cambiemos por "cristianos". Cambiemos por "personas con uno o más tatuajes". ¿Cómo llamaría el común de la gente a alguien que se opusiera a una ley así? ¿Cómo explicarían los críticos de esa ley su oposición a la misma, si no pudieran decir "yo lo creo así" o "es mi religión"?
Queda abierta la cuestión de si esta ley es de hecho excesiva en algún punto. Por suerte, tratándose de un parlamento estatal y no de una asamblea eclesiástica, si algo está mal se podrá discutir y cambiar. Los perseguidos, silenciados y discriminados de mil maneras por la religión desde hace siglos y todavía hoy nunca han tenido esa opción.
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