jueves, 5 de noviembre de 2009

Matrimonio y heterosexualidad (A151c)

Siguiendo con el tema del matrimonio homosexual en Argentina, me cuentan que el roce de La Nación con el progresismo fue breve; el diario publicó hoy una editorial no firmada con el título Matrimonio y heterosexualidad que reitera los cansadísimos argumentos de la “ley natural” y la tradición histórica, cuidando de no hacer referencia alguna a la divinidad ni a la autoridad de los funcionarios eclesiásticos, pero cuyo uso del lenguaje no deja lugar a dudas sobre el lugar de donde proviene (la pronta aprobación del proyecto “obliga a considerar los esencialísimos valores de carácter moral y de orden natural que podrían resultar afectados”).
Las personas de un mismo sexo no pueden contraer matrimonio debido a una absoluta imposibilidad de la naturaleza, no porque sean discriminadas por la ley civil. Podrán entablar otro tipo de relación, pero no una unión de carácter matrimonial, ya que el matrimonio -como lo indica el más somero análisis racional y como surge del propio concepto de familia y de la vida misma- es una institución reservada a la heterosexualidad.
Esto es el equivalente intelectualizado de cerrar los ojos, taparse los oídos y gritar para negar lo que se ve en la realidad. No hay necesidad ni posibilidad de argumentar contra esto, porque no es un argumento sino una tautología: el matrimonio es heterosexual, por lo tanto los homosexuales no pueden unirse en matrimonio. El “análisis racional” aparece allí sólo de nombre, y para que funcione debe por fuerza ser somero (es decir, superficial), ya que de ser un poco más profundo se haría obvio lo que todos sabemos: que hay parejas homosexuales que se aman, que conviven durante años, que comparten un hogar, y que a veces hasta cuidan a los hijos biológicos o adoptados de uno o de ambos, por lo cual es difícil negarles el título de familia apelando al prescriptivismo sociológico o antropológico.

Y si faltaba evidencia de que el editorialista no tiene idea de lo que está diciendo, tenemos en medio del texto una perla: “La homosexualidad es el fruto de una opción personal y, como tal, debe ser respetada.” Pero no quiero detenerme allí porque entiendo que pudo querer decir que la práctica de la homosexualidad (no la mera orientación homosexual) es una opción. El “razonamiento” completo es
La homosexualidad es el fruto de una opción personal y, como tal, debe ser respetada. Pero el matrimonio, como institución, también debe ser respetado.
La sustitución de términos y la analogía suelen ser útiles en estos casos. Veamos una posibilidad:
Ser negro es el fruto de una opción personal y, como tal, el negro debe ser respetado. Pero el derecho a tener esclavos, como institución, también debe ser respetado.
O también:
Ser judío es el fruto de una opción personal y, como tal, el judío debe ser respetado. Pero la tradición de los clubes segregados, como institución, también debe ser respetada.
Dejo a los lectores razonar sobre la opcionalidad de ser negro, de ser judío y de ser homosexual. A primera vista puede parecer sencillo, pero no lo es; lo que rompe el esquema más básico es la existencia de casos como el de Michael Jackson y de muchísimos “judíos culturales”, judíos no religiosos y personas con antepasados judíos recientes pero sin sentimiento de pertenencia a esa comunidad, así como también la de la homosexuales reprimidos que niegan su propia sexualidad, y de individuos de todos estos grupos que no se identifican con los correspondientes movimientos reivindicativos de sus derechos.

Nótese también que no estoy comparando al matrimonio con la esclavitud o con la práctica de segregar a determinados grupos étnicos. Quien indirecta e implícitamente lo hace es el anónimo autor de la editorial de La Nación que, en base a juicios a priori, crea dos categorías dentro del grupo de los ciudadanos adultos, libres y mentalmente capaces: los que pueden contraer matrimonio con otro cualquiera de ese mismo grupo, y los que no.

Para terminar, una vaga amenaza:
Cuando las leyes se vuelven contra la naturaleza de las cosas, pierden autoridad y fundamento, y se desnaturalizan por completo.
Ésta es, inconfundible, la línea oficial de la Iglesia Católica que sirve como advertencia a aquellos estados y gobiernos que no ceden a la presión: si ustedes proclaman una ley que contradice nuestra visión de las cosas, nosotros declararemos inválida, antinatural y sin base su ley y su gobierno, e incitaremos a nuestros fieles contra ustedes. Es una suerte para nosotros que siglos de lucha y de progreso hayan alejado los tiempos en que la Iglesia podía enfrentar a pueblos enteros entre sí de esta manera, pero no es cuestión de olvidarlo: los viejos hábitos siguen ahí.

19 comentarios:

  1. A lo mejor soy un judío reprimido, ahora que lo pienso... o un negro asintomático.

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  2. Un país no está completo sin su conjunto de fanáticos religiosos e intolerantes.

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  3. La verdad es que yo estoy más que harto de la homofobia de la Iglesia, su intolerancia y su odio contra nosotros.

    "La homosexualidad es el fruto de una opción personal y, como tal, debe ser respetada. Pero el matrimonio, como institución, también debe ser respetado."

    La homosexualidad no es algo que se elige ser, desde niño me sentido gay, a pesar del represivo ambiente religioso que tenía que soportar. Por mucho que intenté que me gustarán las mujeres, nunca lo logré. Los gays no somos máquinas sexuales de promiscuidad, nuestra humanidad afectivo-sexual nos permite también tener una pareja estable a la que amamos y respetamos. Gracias la homofobia de casi todas las religiones, la gente no sabe que nosotros nos amamos de la misma manera que lo hacen los heterosexuales. La gente siempre se le viene a la mente que una pareja gay siempre se están sodomizando (cuando la realidad es que existen parejas de sólo hombres activos), no quieren entender que algo tan natural, sano e inofensivo como abrazos, besos y caricias son casi los pilares de cualquier relación conyugal.

    En esto post de mi blog tengo una dura respuesta http://asipiensoluegoexisto.blogspot.com/2009/11/repugnante-homofobia-de-la-iglesia-sus.html a un repugnate artículo de un ultracatólico http://infocatolica.com/blog/delapsis.php/0911040637-maine-proteje-el-matrimonio-c#more5686

    Ya luego se quejan de que masones, ateos, laicistas, el PSOE, la izquierda y el humanismo ateo persigan a la Iglesia, cuando la realidad demuestra que la ICAR siempre está fomentando la homofobia allí donde puede. (vease el caso de Maine en los USA).

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  4. Estoy en contra del matrimonio homosexual. Según tengo entendido, el origen del casamiento es cultural y religioso. Hoy en día viene acompañado por derechos civiles, los cuales creo que no deberían estar ligados a éste.

    Siendo el matrimonio algo creado por gente homofóbica, ¿aún así tienen ganas de casarse? Dejen a los creyentes con sus locuras, y en lugar de moverse para que los matrimonios gays sean aceptados, muévanse para que se cambien las circunstancias en las que se aplican los derechos que les proveería.

    Lo mismo pienso de los homosexuales que desean pertenecer a una religión, como la católica. Están queriendo ser parte de algo que, desde sus orígenes, los aborrece. Si realmente creen al pié de la letra lo que dicen esas religiones, hagan algo bueno por ellas: intenten dejar de ser gays, ofrézcanse a ser apedreados hasta morir, o cual fuere el castigo que otorga ese culto.

    No intenten cambiar un culto irracional milenario, simplemente ignórenlo y/o pidan ser tratados como iguales. No sean parte de ello.

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  5. El matrimonio civil es un contrato social que permite cosas como tener derechos sobre las propiedades comunes (de facto) en caso de separación/divorcio y heredar al otro en caso de muerte.
    Las religiones lo que hacían es "santificar" (en realidad formalizar, legalizar, hacer público) ese contrato social. Hace rato que los gobiernos cumplen mucho mejor esa necesidad.

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  6. Malena dijo...

    "El matrimonio civil es un contrato social que permite cosas como tener derechos sobre las propiedades comunes (de facto) en caso de separación/divorcio y heredar al otro en caso de muerte."

    ¿Y por qué esos derechos deberían aplicarse únicamente en el caso de que haya una persona del sexo opuesto a quien supuestamente amás?
    ¿Bajo qué razón no podría aplicarse a varias personas? ¿Bajo qué otra razón no podría aplicarse a una persona que no amo?

    Eso es a lo que voy. No me parece que esa asociación de derechos deba estar ligado a una relación amorosa monogámica. Lo veo muy arbitrario.

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  7. PD: Olvidé agregar "y el origen de esa arbitrariedad es, justamente, la cultura y la religión".

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  8. Este debate es muy interesante. En principio estaría de acuerdo con Fausen, pero en la práctica no es fácil crear una institución nueva y lograr su aceptación social. Entiendo que para algunos homosexuales (no sé si mayoría o minoría) que se les permita la unión civil y no el matrimonio es como declararlos ciudadanos de segunda. Esto es así si la unión civil da menores derechos que el matrimonio; si da los mismos, la discriminación es aún más flagrante. Por eso, si bien en principio yo sería partidario de decirles a las religiones "quédense con su matrimonio", en realidad yo quiero que haya una unión igual para todos y que se llame matrimonio, y que la gente pueda decir que se va a casar y no a "unirse civilmente".

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  9. O sea, no sé si me di a entender... Ojalá hubiera una relación contractual que cubriera cualquier unión, monogámica o poligámica, heterosexual u homosexual, pero en la práctica no se puede inventar de la nada tal institución; lo correcto en una sociedad que se está secularizando es extender los beneficios sociales del matrimonio civil a uniones menos tradicionales. Las religiones no tienen nada que hacer con esto; pueden seguir celebrando sus ritos sacramentales como siempre, excluyendo de ellos a quienes les parezca.

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  10. Creo que la respuesta es mucho más simple: quitar el matrimonio civil, y que los derechos que otorga vayan "repartíendose" en ocasiones un poco más racionales.

    Supongamos que en país X no te dejan adoptar si no estás casado. Ergo, el matrimonio da el derecho de adopción.

    Primero, uno se hace la pregunta "¿por qué solo puede adoptar el que esté casado?". A lo que viene una respuesta supuestamente lógica: "porque el chico necesita un padre y una madre para desarrollarse mejor psicológicamente".
    Luego, se hacen estudios psicológicos para determinar que eso es verdad, que un chico crece más sano estando con un padre y una madre, que con dos padres o dos madres es peor, que un padre o madre soltero/a es peor, que una unión poligámica es peor, etc., y en base a eso se establece cuándo alguien puede adoptar.

    Ahí estaríamos encaminándonos a una legislación más racional que arbitraria. ¿No a es eso, acaso, lo que los ateos y escépticos deberíamos aspirar en lugar de cambiar instituciones que de inicio no están fundamentadas lógicamente?

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  11. Fausen:El lema de la campaña lgbt es "los mismos derechos con los mismos nombres". El reclamo es por la igualdad, no por un nombre en particular. Hete aquí que el nombre actual de la institución civil es "matrimonio". Pero si se cambiara el nombre por "unión civil" para todos, el reclamo estaría satisfecho. Y el que quiera sacramentos que vaya a la iglesia.
    De cualquier manera, me parece que en la actualidad la mayoría de la gente no percibe el matrimonio civil como algo religioso. Creo que eso se acentuaría si se ampliara el acceso al matrimonio a los homosexuales.
    Estoy de acuerdo con vos respecto a los homosexuales que adhieren a religiones homofóbicas. Pero bueno, la libertad es también para hacer cosas contradictorias.

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  12. Creo que no entendiste bien mi punto, o yo no lo expresé bien: Estoy en contra del matrimonio desde la raiz, no desde el problema particular que se da con la gente homosexual. No creo necesario una serie de acciones burocráticas para amar a una mujer, ni creo necesario amar a una mujer para acceder a ciertos derechos.

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  13. Fausen, ¿lo mismo dirías de un ateo que se quiere casar? ¿Entonces estaría bien que el estado no case ateos? Lo que planteás no tiene ni pies ni cabeza. Si dos homosexuales quieren participar de una institución civil tienen que poder hacerlo más allá de cualquier historia o tradición.
    Vos quizás no tenés motivación para casarte, pero quitarle el derecho de hacerlo a los que sí quieren no tiene base alguna. Y aún si estuvieras moralmente en contra de la existencia del mismo, la realidad es que ahora existe y no hay fundamento alguno para negar el derecho de participar a una cierta parte de la población.

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  14. Diría lo mismo de todos. En mi opinión, el matrimonio en sí no tiene ninguna razón de ser.

    ¿Amás a una mujer, hombre, o grupo de personas? ¡Perfecto! ¿Para qué quiero casarme?

    ¿Es necesario amar a alguien para obtener los derechos que se otorgan en el matrimonio? ¿Por qué?

    Quisiera saber qué opinan sobre eso.

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  15. Me parece que nadie sostiene que el casamiento sea necesario para amar a otra persona.
    Si bien la mayoría de las parejas se casan por amor, hay también matrimonios por conveniencia (y no hablo de casos de engaño, sino de mutuo acuerdo), ya sea por intereses hereditarios o inmigratorios. La gente se casa por distintas razones (simbólico, derechos). Yo no veo nada de malo en que todos tengamos la libertad de hacerlo y que cada cual decida de acuerdo a sus convicciones.
    Yo entiendo que vos proponés un sistema radicalmente distinto: en vez de que muchos derechos vengan en un paquete con condiciones arbitrarias, se pueda acceder a cada uno de los derechos independientemente de los demás, sobre bases lógicas(¿entendí bien?). Tal vez sea ideal. Pero con los pies en la tierra, mirá todo el quilombo que se arma por la modificación que se está tratando ahora, ¿te imaginás proponer tanto cambio junto? En todo caso, creo que el cambio que se propone ahora permite empezar a pensar sin tanta rigidez.

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  16. Casi todos los que han comentado lo han hecho sin sensibilida alguna, vamos a ver señores, es que no se trata de ser más iguales que otros (como decía Orwell en su genial libro "rebelión en la granja"), se trata de que una parte de la sociedad no tiene porque ser marginada y adjetivada de antinatural, contranatural y pervertida. Yo ya se que nunca me casaría por el rito católico, pero creo firmemente que el matrimonio no tiene porque ser un privilegio exclusivo de cristianos heterosexuales (todavía existen gays creyentes). Algunos han dicho que los gays debemos olvidarnos de matrimonios y demás asuntos, y dónde queda la equiparación de derechos?

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  17. Simplemente considero el matrimonio una institución sin base lógica alguna. Cambiarla, hoy por hoy, me parece un desperdicio. ¿Por qué? Porque luego querrán casarse y obtener los mismos derechos la gente poligámica, por ejemplo. ¿Acaso vamos a discriminarlos a ellos? No me parece.

    Luego de este laaargo camino de modificación del matrimonio, terminará como yo propuse en un principio: los derechos se repartirán en base a situaciones que lo ameriten, y el matrimonio pasará a ser algo cultural en lugar de algo que otorgue el estado.

    Apuremos los trámites y hagamos las cosas bien desde un principio.

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  18. Fausen: Como construcción social que es, el matrimonio ha cambiado su significado a lo largo del tiempo y se ha adaptado a los cambios de la sociedad. Creo que en la actualidad los derechos derivados del matrimonio son útiles y la mayoría de las parejas hace uso de los mismos. Cambiar el matrimonio hoy por hoy no es un desperdicio porque en este caso específicamente implica que las parejas homosexuales que sí creen en el matrimonio tengan la posibilidad de acceder a los derechos correspondientes. ¿Vos no lo ves como algo positivo?
    Yo coincido con vos en que probablemente el significado de "matrimonio" siga cambiando a lo largo de los siglos, pero no me atrevería a predecir en qué sentido. Tal vez tu modelo sea ideal, no lo sé, pero creo que no responde a demandas sociales actuales. En particular, en el futuro inmediato no creo que siga la poligamia. ¿Porqué? Porque no es una realidad en nuestra cultura. ¿A cuéntos polígamos conocés vos en nuestro país? Yo sé de algún que otro bígamo, pero lo que sostiene la condición es la clandestinidad de una de las relaciones, asi que no creo que busquen cambiar la ley. Tal vez dentro de unos años sea una realidad, creo que recién en ese caso tendría sentido plantearlo seriamente. Me parece que legislar hoy suponiendo cómo será la sociedad del futuro es arriesgado e innecesario. Creo que cuanto más nos desviamos en situaciones hipotéticas menos atendemos las demandas concretas de la realidad.
    Lo que no entiendo es porqué te oponés a que cambie algo que no valorás. Puedo entender que te sea indiferente, pero que éste no sea el mejor cambio desde tu perspectiva no justifica tu rechazo, porque este cambio no compite con tu propuesta porque no son dos alternativas con las mismas posibilidades (una es real y actual, la otra es remota e ideal). Insisto en lo dicho por mí y por Daneel: una cosa es que personalmente no creas en el matrimonio, otra cosa es negarle el derecho a decidir por sí mismas a otras personas.

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  19. Pienso Fausen que estás perdiendo el punto, muchas parejas que se casan llevan años juntas y lo hacen para poder obtener ciertos beneficios (no necesariamente para probar su amor ni nada por el estilo). Poder dejar una herencia al otro es quizás una de las más importantes.
    En una pareja, si no están casados y uno muere, el sobreviviente se queda sin nada. Incluso con un testamento de por medio, la situación es bastante dificil.
    Lo mejor (y lo más fácil), pienso yo, es que ese contrato pudiera hacerse como cualquier otro, de manera que las partes involucradas (dos o más, de diferente o igual sexo), pudieran tener un aval legal de su situación y sus deseos.

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