miércoles, 1 de febrero de 2012

Ideas peligrosas

Russell Blackford, filósofo, sobre la libertad de criticar y desafiar las religiones y cosmovisiones de la gente:
«Una parte importante del rol de las universidades es la creación de un espacio donde lo que parecen ser ideas de sentido común —que nos son legadas a través de la socialización y la tradición— puedan ser expuestas a la luz y desafiadas. Una de las cosas que queremos de los académicos, especialmente en campos como la filosofía, es la capacidad y el coraje para atacar ideas populares, incluyendo las ideas populares sobre la moral. Esta clase de crítica intelectual, que puede involucrar el desarrollo de críticas impopulares de cómo piensa la gente común, es una forma en que progresamos como sociedad.

»Los pensadores acomodacionistas del estilo de Ecklund o, digamos, de Chris Mooney, quieren volver esto del revés. Su idea es vender un producto —por ejemplo, la ciencia— mostrando cómo es seguro para el público consumirlo sin desafiar sus cosmovisiones existentes (que pueden estar basadas en la religión o en la moral tradicional). Se toman como grupos demográficos personas con diferentes cosmovisiones, y la idea es venderles la ciencia.

»Pero la ciencia y el estudio académico son peligrosos: no necesariamente en el sentido de que crean riesgos físicos, sino en que pueden llevar a ideas que socaven la sabiduría convencional. Las universidades son lugares donde ideas (en este sentido) peligrosas son creadas, refinadas y probadas en debate. Sugerir otra cosa y adoptar la estrategia de marketing que promueven los acomodacionistas es profundamente ignorante y antiintelectual.»
(Citado por Ophelia Benson.)

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