sábado, 25 de septiembre de 2010

Pobres, pobres católicos (A205)

Guillermo Cartasso
Ante declaraciones de ciertos creyentes uno no sabe si reírse, llorar, enojarse o rascarse la cabeza de puro desconcierto. Tal es mi caso ante el pretendido temor de que en Argentina los católicos se estén transformando en “una minoría discriminada”, expresado por Guillermo Cartasso, asesor legislativo de la Conferencia Episcopal Argentina y presidente del movimiento eclesial FUNDAR.

Los lectores que no sean argentinos ni vivan en este país quizá precisen alguna aclaración. La Iglesia Católica es la única religión que figura en la Constitución Nacional. El estado le paga el sueldo (un muy buen sueldo) a los obispos y subvenciona abundantemente a las escuelas privadas confesionales: es decir, nuestros impuestos pagan los gastos de funcionarios religiosos designados por una monarquía teocrática extranjera, y ayudan a la propagación de la doctrina religiosa oficial de ese gobierno extranjero (con frecuencia contraria a la política de nuestro estado). Más del 90% de los argentinos se bautizan por iglesia, y la mayoría de los que se casan lo hacen por iglesia además de por el trámite civil (y pagan a la iglesia por flores, alfombra y ceremonia). Cada vez que se intenta dar un paso progresista en el terreno de los derechos de la mujer, de los derechos sexuales y reproductivos, de los derechos de las minorías sexuales o de la laicidad del estado, la Iglesia no tiene siquiera que levantar la voz y ya tiene a su alrededor a toda una constelación de medios pidiéndole respetuosamente su opinión, a políticos de casi todos los partidos haciéndole reverencias y prometiéndole concesiones, y a opinólogos y académicos apoyándola desde diarios, televisión, universidades, organizaciones no gubernamentales e instituciones dependientes de la misma Iglesia. El mismo Cartasso hizo sus declaraciones durante unas jornadas celebradas en una universidad privada católica, en una provincia donde hubo recientemente tres días seguidos de feriado religioso, donde el ministro de Educación es un Opus Dei y los niños tienen clase de religión en las escuelas públicas.

Dicho esto, lo que realmente preocupa a Cartasso queda más claro. Los católicos no son minoría, salvo que contemos como católicos sólo a los que respetan a rajatabla los preceptos emanados del Vaticano (en cuyo caso el catolicismo estaría ya en minoría en todo el mundo, probablemente incluyendo al mismo Vaticano). La discriminación religiosa —verse descalificado de hablar o actuar, o privado de derechos, por causa de la propia creencia— es infrecuente en Argentina, y la discriminación a católicos por su fe es pura fantasía.

Salvo que uno defina discriminación como ciertos límites sensatos que la Iglesia ve como obstáculos. A esto se refiere Cartasso cuando alude a la necesidad de una ley de objeción de conciencia: lo que desea es que los católicos tengan la libertad de no cumplir las leyes que ellos consideren que “no contribuye[n] al bien común”. ¡Son discriminados porque no se les permite violar la ley! ¡Son víctimas de una injusta prohibición de discriminar!

La preocupación, aunque sobreactuada, es entendible. En el debate por la ley de matrimonio igualitario, algunos legisladores basaron su voto negativo en la doctrina cristiana, pero la mayoría de los creyentes ensayó una variante de “soy católico pero…”, y se observó un consenso importante en torno a la noción de que la doctrina o las convicciones religiosas no son material admisible en una argumentación seria. El avance hacia un estado laico es lento y con tropiezos, pero ya es visible y los lobbistas de la Iglesia lo saben. Pero que no se preocupen los católicos: cuando desde el otro lado hablamos de tolerancia y no discriminación, lo decimos en serio…, no como Guillermo Cartasso.

21 comentarios:

  1. La única igualdad que reconoce el matrimonio es entre los cónyuges, en tanto que reúnen los requisitos exigidos a todo contrayente y se obligan por un mismo acto de consentimiento. Pedir más "igualdad" es instar a que el matrimonio se iguale a instituciones de carácter no matrimonial, lo que implica negarlo en su misma esencia. ¿No hay en toda Argentina un solo político lo bastante inteligente para contraargumentaros esto? Provoca náuseas escucharos repetir las gastadas y desabridas consignas zapaterianas. Si Argentina fue algún día un referente cultural, hoy es sólo una correa transmisora de basura ideológica.

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  2. irichc: el matrimonio del que hablas es el sacramento del matrimonio, no el matrimonio civil, que es una ley de factura humana y no contiene una "esencia" incambiable. La verdad es que sí resultó bastante lamentable no escuchar, de boca de los políticos conservadores, un solo contraargumento que mereciera la pena figurar en un debate serio. Todo se redujo a variantes de "el matrimonio no puede ser entre dos personas del mismo sexo porque el matrimonio es por definición entre dos personas de sexo opuesto" (lo de "por definición" dicho con énfasis y petulancia).

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  3. Ya es Hora de convertir a Argentina en un estado verdaderamente laico, y terminar de echar a esta organización genocida llamada iglesia catolica.

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  4. La esencia del matrimonio es distinguir sobre todas las sociedades constituidas por hombres aquella destinada a aportar nuevos hombres, empresa acometida sin ánimo de lucro y con no pocos sacrificios, y de la cual depende el bienestar, la seguridad y la misma supervivencia del Estado. No por casualidad ha sido siempre una institución respetada y esencialmente idéntica en todas partes, distanciándose de todas las demás. Ahora bien, el matrimonio homosexual, de concebirse, sería por definición estéril (dicho con énfasis y petulancia), por lo que no cabe ampararlo bajo los mismos presupuestos que el matrimonio simpliciter, ya que sus fines son completamente distintos. Esto no tiene nada que ver con la forma sacramental del matrimonio, sino con su función, rastreable en los códigos legislativos de todas las civilizaciones.

    Cabe constatar algo que suele olvidarse en el fragor de la polémica, y es que la polémica misma es nueva, esto es, nunca antes planteada. El derecho de los gays a casarse entre ellos ha sido completamente obviado por todos hasta hace muy pocos años. Así, aunque el matrimonio interracial estuviera prohibido en algunos países, no faltaban muchos otros donde sí se permitía, ni teóricos que, desde tiempos del más remoto esclavismo, condenasen o al menos cuestionasen tales leyes injustamente discriminatorias. Nada de esto sucedió hasta fechas muy recientes con los mariconios (neologismo por neologismo, permitidme éste para abreviar). En fin, ¿cómo entender semejante silencio ante lo que hoy muchos perciben como el pan y la sal de los derechos civiles? ¿Tal vez ignoraban la existencia de homosexuales? ¿Pueden explicarnos los no gays que secundan estas medidas cuándo y cómo despertaron y por qué no quisieron manifestarse antes, acaso con timidez, o escribir siquiera un mísero panfletillo anónimo en favor de las razones que hoy los inflaman, si tan evidente era la tropelía del legislador? ¿Se condenan a sí mismos como intolerantes o hipócritas según su modo de pensar hace cinco o diez años? ¿O es éste un juicio que se reserva sólo al que mantiene la coherencia?

    No ha habido en la larga historia de la cultura un solo moralista pagano, cristiano, deísta o ateo que no sentase sobre estas cuestiones doctrina -y por cierto prácticamente unánime, a diferencia de tantas otras materias de controversia filosófica- como para que pasemos ahora por encima de sus cabezas con el vano, vago y superficial pretexto de que no lesionamos a nadie con ello, o al menos no de una manera clara. Es peor el veneno aplazado, porque tiene más difícil remedio y siempre se lo descubre demasiado tarde, cuando ya no afecta sólo a ésta célula o a aquel miembro, sino a los centros vitales del organismo. Bastará, pues, con que mintamos y nos aferremos miserablemente a nuestra mentira para corromper el Derecho y debilitar a la sociedad, que como todo lo bueno y lo santo tienen un alma que exige ser velada.

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  5. La ley no exige revelaciones, credos o golpes de pecho. El iusnaturalismo es la aplicación de la lógica al derecho, entendido éste como un sistema congruente orientado a la conservación de la especie. Veamos un ejemplo sencillo para el caso.

    Premisa mayor: El hombre siempre busca la felicidad.

    Premisa menor: Nada es más útil al hombre que el propio hombre.

    Conclusión: El hombre debe asociarse a sus semejantes.

    * * *

    Premisa mayor: El bien debe retribuirse.

    Premisa menor: La sociedad es un bien.

    Conclusión: Todo lo que aumente el poder de la sociedad o cohesione a sus miembros debe retribuirse.

    * * *

    Premisa mayor: Todo lo que aumente el poder de la sociedad o cohesione a sus miembros debe retribuirse.

    Premisa menor: Los nacimientos de hombres aumentan el poder de la sociedad.

    Conclusión: Los nacimientos de hombres deben retribuirse.

    * * *

    Premisa mayor 1ª: Todo lo que disminuya el poder de la sociedad o disgregue a sus miembros debe castigarse.

    Premisa mayor 2ª: Sólo se castigan las acciones voluntarias en algún grado.

    Premisa menor 1ª: Las uniones estériles disminuyen el poder de la sociedad.

    Premisa menor 2ª: Las uniones homosexuales son voluntariamente estériles.

    Conclusión: Las uniones homosexuales deben ser castigadas.

    A esta conclusión, que se sigue del primer axioma enunciado, sólo puede obstarse que, siendo minoritaria la homosexualidad, no amenaza a los fines de la sociedad en su conjunto ni, por tanto, pone en riesgo la felicidad del hombre. Pero aun en este caso está injustificado incentivarla.

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  6. En tu lógica sobresimplista te olvidas de tomar en cuenta al individuo y su bienestar, y verlo como más que hormigas destinadas a servir a su sociedad.

    Personalmente, si hay que elegir entre una sociedad longeva que trata a sus individuos meramente como dispensadores de nuevos individuos, y una sociedad de vida más corta que se enfoca en aumentar la felicidad y reducir el sufrimiento de sus individuos en lugar de enfocarse en su propia perpetuación, elijo la última.
    De todas formas, no creo que la libre expresión de la homosexualidad signifique un deterioro para la sociedad de la que forma parte.

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  7. En tu lógica sobresimplista te olvidas de tomar en cuenta al individuo y su bienestar

    No me olvido, sino que considero que tal bienestar no puede darse sin la sociedad.


    si hay que elegir entre una sociedad longeva que trata a sus individuos meramente como dispensadores de nuevos individuos, y una sociedad de vida más corta que se enfoca en aumentar la felicidad y reducir el sufrimiento de sus individuos en lugar de enfocarse en su propia perpetuación, elijo la última.

    Así razona el criminal: gócelo yo, perezca el mundo. De todos modos, no he dicho que haya que tratar a nadie "meramente" como engendrador de nuevos miembros de la especie. Dije que las ventajas del matrimonio y la discriminación positiva que supone sólo se justifican bajo estas premisas. Incluso la fidelidad conyugal tiene poco o ningún sentido si no es en beneficio de la progenie.

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  8. irichc: El matrimonio homosexual no incentiva la homosexualidad. Las parejas homosexuales que se están casando ahora mismo en Argentina no se formaron para la ocasión. Lo que sí incentiva es el reconocimiento público de la existencia de parejas homosexuales funcionales y de larga duración, que no por ser estériles (en el estricto sentido de no poder producir hijos) van en detrimento de la sociedad.

    De todas formas esto no tiene nada que ver con el tema principal, que es si los católicos tienen derecho a victimizarse como "minoría discriminada" porque la sociedad en su conjunto, además de la ley, se han vuelto menos tolerante de sus prejuicios.

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  9. Irichc:

    Primero: Observá las conclusiones de tus últimos 2 silogismos: "Los nacimientos de hombres aumentan el poder de la sociedad", "Como los gays y lesbianas no pueden procrear, esas uniones disminuyen el poder de la sociedad". ¿No te parece reduccionista? Es como si dijeras que para ser latinoaméricano, hay que ser argentino, y que todo lo que no es argentino, no es latinoaméricano. En Latinoamérica hay otros países además de Argentina. Del mismo modo, hay muchas formas de aumentar el poder de la sociedad. Por ejemplo, la educación de los hijos, la formación de futuros ciudadanos, que serán los que en el futuro elegirán a nuestros gobernantes, los que con sus respectivos trabajos aportarán a su sociedad. Pudiendo adoptar las parejas homosexuales, más niños van a ser adoptados. Vas a contraargumentarme que los niños que son adoptados por parejas homosexuales podrían ser adoptados por parejas heterosexuales, y es cierto. Pero, ¿por qué una pareja de homosexuales no puede adoptar? Está comprobado que los hijos de parejas homosexuales son tan saludables como los de una pareja heterosexual. Si adoptaran todas las parejas heterosexuales infértiles y todas las parejas homosexuales, ¿no serían adoptados y educados más niños que si solo adoptaran las parejas heterosexuales? De esta forma, a pesar de no poder procrear, las parejas homosexuales aumentan el poder de la sociedad.

    Segundo: La homosexualidad no es voluntaria.

    Tercero: Es mentira que la cuestión de las uniones homosexuales es algo reciente, "de hace apenas 5 años". Desde fines del siglo XIX, muchos intelectuales anarquistas, a pesar de estar en contra del matrimonio como institución, aceptaban las uniones homosexuales.

    Saludos.

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  10. No hay sociedad que pueda sobrevivir hasta la siguiente generación con un 20% de homosexuales, no digamos ya con un 30 o un 50% de ellos. Por tanto, toda sociedad está obligada a desincentivar las uniones homosexuales y, dado el caso, a castigarlas, si la naturaleza no ha bastado para reducirlas a la insignificancia. Esto me parece obvio, y es sofística cualquier argumentación destinada a soslayarlo.

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  11. irichc: Lo que has dicho es tan ridículo que prescindiré de contestarte de aquí en adelante. Saludos.

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  12. No es ridículo, es molesto, y lo entiendo. Ridículo es lo que vosotros hacéis con la ley, casamenteros.

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  13. Es bastante interesante leer que aparentemente, en pocas palabras, el matrimonio es la base de la sociedad y el Estado y debe ser heterosexual porque sino no cumple su funcion de reproducir (ergo "esteril" como señala irichc). Es interesante que se diga esto alguien que supongo vive en España, Europa, adonde la sociedad esta "avejentada" porque los matrimonios heterosexuales de hoy, eligen no tener hijos. O sea que se le cae toda la logica esa tan linda que nos trata de enseñar.
    Me parece que ver la cosa asi tan simplista de que el matrimonio es la base de la sociedad, el futuro de una sociedad, deja de lado un monton de variates sociales, economicas y politicas.
    Y Sr, con todo respeto, pero si le molesta que Argentina se este lentamente transformando en un pais mas liberal, laico y progre... no visite. Si de todas maneras personalmente, prefiero menos de usted por el sur del mundo.

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  14. irichc:
    "Ridículo es lo que vosotros hacéis con la ley, casamenteros." Genial, quedate en tu país y luchá por lo que consideres justo allí. Nos sienta muy bien prescindir de gente como vos, así que todos felices.

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  15. irchc, pocos argumentos son peores que el "argumento por extinción humana" para tratar de 'refutar' el matrimonio homosexual.

    Te propongo un argumento análogo al que vos proponés:


    1. Los nacimientos de hombres aumentan el poder de la sociedad.
    2. Todo lo que disminuya el poder de la sociedad o disgregue a sus miembros debe castigarse.
    3. Las personas que no tienen hijos disminuyen el poder de la sociedad.
    4. Las personas que no tienen hijos voluntariamente deben ser castigadas.
    5. Los curas célibes no tienen hijos.
    6. Los curas célibes deben ser castigados.

    ¿Cuántos hijos tenés irchc?

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  16. Yo he dicho que sólo deben ser castigadas las personas sin hijos, si tal estado es voluntario, cuando ello amenace a la seguridad o a la permanencia del Estado. Así sucedió en tiempos de Augusto con la Lex Papia Poppaea, que penalizaba el celibato. En los demás casos donde esta necesidad sea menos apremiante basta con que el celibato y las uniones estériles -"a fortiori" las estériles por naturaleza- se desincentiven o, al menos, no se incentiven. La ley no debe ocuparse de los gustos sexuales ni de ninguna otra índole, sino de la utilidad pública objetiva, la cual está siendo minada mediante esta medida injusta por la que se adapta una institución a la medida de quien reclama sus derechos y rechaza sus deberes.

    Tengo una hija. Uno más y cumpliré con el relevo.

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  17. Que gente contradictoria, siempre se jactan que son "la mayoría" y ahora se la dan que son lo contrario y los discriminados(sic).
    Ignoraba que en Salta estaba en una situación de siglos atras en esta proporción. Pero reconozco que muchas veces me encuentro enfrentado con mi propia gente, es incomodo. Tengo que aguantarme algunas misas, pero realmente lo hago como una acto piadoso.
    Los argumentos de irichc son graciosos si no más bien infantiles, tratando un tema tan trascendental con la lógica proposicional. Un chiste. Estoy seguro que lo vi comentando en algún sitio.
    Saludos.

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  18. irichc, ahora definitivamente no estamos en un momento en el que la sociedad sufra por falta de personas. Es más, los orfanatos están repletos de niños deseando ser adoptados. Más aún, los matrimonios homosexuales no son más estériles que un matrimonio sin hijos por voluntad propia. Si argumentás que nuestra sociedad está en un estado tal que necesitamos castigar o "desincentivar" las "uniones estériles", no podés permitir unas y prohibir las otras. Muchos homosexuales que se casan también quieren tener hijos y lo pueden hacer mediante varios métodos 'no tradicionales'. Las parejas de varones pueden usar un útero subrogado o adoptar niños huérfanos; las parejas mujeres tienen, también, la posibilidad de aprovechar bancos de esperma o incluso donaciones de esperma de algún amigo o ser querido cercano. Las familias homoparentales ya existen y habría sido una grave injusticia no brindarles los mismos derechos que a las heteroparentales.
    Para terminar, tu argumentación se cae por su propio peso en otro punto crucial: la legalización del matrimonio homosexual INCENTIVA la creación de familias ya que les brinda un marco legal y protección a la parejas homosexuales que quieran adoptar o procrear por cualquiera de los métodos que cité arriba.

    En resumen: las uniones homosexuales son tan fértiles como las parejas heterosexuales a excepción de uno de los métodos de concepción y la legalización del matrimonio homosexual incentiva la creación de familias.

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  19. R. Daneel:

    Más bien diría que las parejas homosexuales no son tan fértiles como nada. Porque, como pareja (entre ellos) no lo son. De hecho, tienen que recurrir SIEMPRE a "algo" del sexo opuesto para generar. Vos lo llamaste "útero subrogado", "banco de esperma", etc.
    Cada uno que la compone puede ser fértil o no, como cualquier otro que se casa. Pero entre ellos, o sea, como pareja no lo son.

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  20. Ahora, sobre el tema del post: el concepto del "católico minoría" diría que es contradictorio. Pues como bien explica el post el 90% no puede ser minoría de nada. Distinguir entre más observantes o no, tampoco. Ese sería al máximo un problema interno de los católicos, de hacer que sus adherentes sigan sus consignas.
    Creo que el punto está en lo que más adelante ponés: "Salvo que uno defina discriminación como ciertos límites sensatos que la Iglesia ve como obstáculos".
    El disenso está en la sensatez y en los límites.
    Cabe aclarar que las escuelas católicas pueden tener una subvención, como cualquier otra escuela pública de gestión privada. O sea, no por ser católica. Esto se da porque el estado no llega a garantizar escuelas estatales para todos y le cuesta 5 veces menos un alumno en una escuela privada que en la del estado.

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  21. Justo, por eso dije que son tan fértiles como las parejas heterosexuales excepto en una de las formas de concepción (hacer el amor). Pero con respecto a todas las demás formas de tener hijos, tienen tanta posibilidad como cualquier otra pareja.
    Obviamente no es técnicamente correcto decir que son una "pareja fértil" sin quitarle el significado a ese concepto, pero mi uso del término es más estilístico que otra cosa. Para ponerlo con más claridad: la parejas homosexuales pueden tener hijos por todos los métodos disponibles para las heterosexuales a excepción de la concepción """natural""".

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